ESQUEMA DE CELEBRACIÓN LITÚRGICA DE LOS SANTOS NIÑOS DE TLAXCALA: CRISTÓBAL, ANTONIO Y JUAN. PROTO MÁRTIRES DE AMÉRICA Y PATRONOS DE LA NIÑEZ MEXICANA.
3. ___________________________________________________________________________________3
El Culto a los Mártires
en la Iglesia
E
l mártir era el Santo por excelencia, porque había sido capaz de amar
hasta la muerte, porque había participado en el misterio pascual en
forma heroica. Por eso el culto de los santos por la Iglesia comenzó
con el culto de los mártires.
Los primeros testimonios del culto a los santos refieren a la costum-
bre de celebrar el diez natalis de los mártires, es decir, el aniversario de su
martirio, mediante una memoria especial.
El primer testimonio de esta costumbre, nace en Oriente a finales del
siglo II y se extiende a Occidente en el siglo III, se refiere al mártir san Po-
licarpo (muerto en el año 165), honrado por sus discípulos poco después
de su muerte. En Roma se desarrolló mucho este culto durante la época
de las grandes persecuciones (años 220-230).
La primitiva celebración martirial estuvo muy ligada a la Eucaristía,
la cual se celebra cerca de su tumba (si bien incluía un banquete y una
oración), pues las reliquias de los mártires tienen un valor inapreciable para
los cristianos. Eso explica que este culto fuera al principio local, ya que
requería un lugar y un aniversario. Sin embargo, las memorias de los már-
tires pronto dejaron de estar ligadas a los martyria (lugares donde estaban
sepultados), extendiéndose también a las basílicas o lugares de culto de-
dicados a su nombre, dedicación que solía hacerse en la fecha del aniver-
sario del mártir.
4. ___________________________________________________________________________________4
Los Santos Mártires Cristóbal, Antonio Y Juan
Protomártires De América
L
os niños Cristóbal, Antonio y Juan fueron martirizados entre los años
1527 y 1529 por predicar la doctrina cristiana en la Nueva España (hoy
México).
Cristóbal nació en Atlihuetzía y cursó sus estudios en la escuela
franciscana de Tlaxcala hacia 1524 – 1527. Murió a la edad de 12 años. Fue el
hijo más querido de su padre Acxotecatl; cuando los franciscanos reunieron a
los hijos de los caciques para formar la primera escuela, Acxotecatl envió a sus
otros hijos y se reservó a Cristóbal, pero más tarde fue llevado a la institución,
donde asimiló con rapidez la doctrina cristiana, a tal grado que él mismo pidió
el bautismo.
En seguida, comenzó a exhortar a su padre y a sus familiares para
que dejaran la embriaguez y abandonaran los ídolos, porque era un pecado.
Axcotecatl pensó que lo que le decía su hijo era una simple repetición de las
enseñanzas de los frailes y no le hizo caso, y ante esa indiferencia Cristóbal
derramaba el pulque que se encontraba en la casa de su padre y destruía a
los ídolos. Irritado Axcotecatl por la actitud de Cristóbal, concibió la idea de
quitarle la vida; fingió celebrar una fiesta familiar, mandó a llamar a sus hijos
de la escuela franciscana y cuando estuvieron presentes se quedó sólo con
Cristóbal. Cerrada la habitación, comenzó a increparlo, a golpearlo, a darle
de puntapiés y finalmente lo echó al fuego. Rescatado por su madre y otros
familiares, Cristóbal sobrevivió las primeras horas del día siguiente y más tarde
murió. Su padre ordenó que lo sepultaran en una de las habitaciones de su
casa, y cuando se descubrió el crimen, Fray Andrés de Córdoba, en compañía
de muchos indios trasladó el cuerpo de Cristóbal al primer convento que te-
nían los franciscanos para después trasladarlo al exconvento de San Francisco,
actualmente la catedral.
Sobre Antonio y Juan, la historia dice que nacieron en el pueblo de Ti-
zatlán, uno de los cuatro señoríos de la antigua República de Tlaxcala. El padre
de Antonio fue Ytzehecatzin. Ambos fueron educados en la primera escuela
franciscana de Tlaxcala.
5. ___________________________________________________________________________________5
Dos años después del martirio de Cristóbal, llegaron a Tlaxcala dos reli-
giosos de la orden de Santo Domingo, uno se llamaba Bernardino Minaya, el
otro, probablemente, era Gonzalo Lucero. Viendo a tantos niños de la escuela
franciscana, suplicaron a Fray Martín de Valencia que les diera a algunos para
sus compañeros, ya que les servirían de catequistas e intérprete
En este sentido, fueron designados Antonio, nieto de Xicohténcatl, con
Juan, y un tercero llamado Diego. Fray Martín los exhortó a seguir preparándo-
se, ya que quizá iban a sufrir mucho. Llegados a Tepeaca, los frailes dominicos
comenzaron la predicación del Evangelio; los niños se dedicaron a recolectar
ídolos en las poblaciones de Tecali y Cuahutinchán, donde fueron sorpren-
didos por los naturales que los mataron a palos. El niño Diego escapó. Los
cuerpos fueron arrojados a una barranca y de ahí fueron llevados a Tepeaca y
sepultados en una capilla.
6. ___________________________________________________________________________________6
Santos Niños de Tlaxcala
Cristóbal, Antonio y Juan
Mártires
Estos tres niños se educaron en las primeras escuelas franciscanas de Tlaxcala, pri-
mera Diócesis de la Nueva España. Cristóbal nació en Atlihuetzía, Tlaxcala, hacia
1514. Con insistencia. Trato de convertir a su padre de su mala conducta, pero éste
lo mató apaleándolo y quemándolo vivo en 1527. Antonio y Juan nacieron en Tizat-
lán, Tlaxcala, hacia 1516. Cuando acompañaban a los primeros misiones dominicos
que iban a Oaxaca, fueron martirizados en 1529, murieron apaleados en Cuauhtin-
chán, Puebla por su ser evangelizador.
Cristóbal, Antonio y Juan fueron los primeros nativos del continente americano que
atestiguaron con su vida la fe en Cristo.
Ritos Iniciales
Antífona De Entrada Jn 15 -18
Si el mundo los aborrece, tengan presente
que antes que a ustedes me aborreció a mí.
Celebrante: En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Todos: Amén.
Saludo
Celebrante: La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la
comunión del Espíritu Santo estén con todos ustedes.
Todos: Y con tu Espíritu.
Mártires de Tlaxcala Cristóbal, Antonio y Juan
7. ___________________________________________________________________________________7Acto Penitencial
Acto penitencial
Celebrante: Antes de celebrar los sagrados misterios de la pasión, muerte
y resurrección del Señor, reconozcamos humildemente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Por mi culpa por mi gran culpa
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
Celebrante: Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone
nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
Todos: Amén.
V./ Señor, ten piedad. R./ Señor, ten piedad.
V./ Cristo, ten piedad. R./ Cristo, ten piedad.
V./ Señor, ten piedad. R./ Señor, ten piedad.
8. ___________________________________________________________________________________8
Gloria
Gloria a Dios en el cielo,
y en la tierra paz a los hombres
que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria
te alabamos, te bendecimos,
te adoramos, te glorificamos, te damos gracias.
Señor Dios, Rey celestial,
Dios Padre todopoderoso.
Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, cordero de Dios,
Hijo del Padre;
tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo,
atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre,
ten piedad de nosotros;
porque sólo tú eres Santo,
sólo tú Señor,
sólo tú Altísimo, Jesucristo,
con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre.
Todos: Amén.
Gloria
9. ___________________________________________________________________________________9
Oración Colecta
Acabado el himno, el sacerdote, con las manos juntas, dice:
Oremos.
Y todos, junto con el sacerdote, oran en silencio durante unos momentos.
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración colecta.
D
ios Padre, Misericordioso
que con la sangre de los bienaventurados mártires
Cristóbal, Antonio y Juan
consagraste la primera evangelización del Nuevo Mundo;
concédenos por su intercesión,
que, abrasados por la fe en Cristo,
seamos heraldos de su mensaje de salvación entre los hombres.
Por Nuestro Señor Jesucristo.
Oración Colecta
10. ___________________________________________________________________________________10
Liturgia De La Palabra
Primera Lectura
Lectura del segundo libro de las Crónicas.
24, 18-22
Zacarías, a quien ustedes asesinaron en el templo, junto al altar.
E
n aquellos días, los Jefes de Judá y el rey abandonaron el templo del
Señor, Dios de sus padres, y dieron culto a los bosques sagrados y a
los ídolos. Este pecado provocó la ira de Dios sobre Judá y Jerusalén.
El Señor les envió profetas para que se arrepintieran, pero no hicieron caso
a sus amonestaciones.
Entonces el espíritu de Dios inspiro a Zacarías, hijo del sacerdote
Yehoyadá, para que se presentara ante el pueblo y le dijera: “Esto dice el
Señor” ¿Por qué quebrantan los preceptos de Dios? Van al fracaso. Han
abandonado al Señor, y él los abandonará a ustedes.”
Pero el pueblo conspiró contra él y, por orden del rey, lo apedrearon
en el atrio del templo. El rey Joás, no tuvo en cuenta el bien que le había
hecho Yehoyadá y mato a su hijo, Zacarías, quien exclamó al morir: “Que
el Señor te juzgue y te pida cuentas”.
Palabra de Dios.
Primera Lectura
11. ___________________________________________________________________________________11
Salmo Responsorial
Del salmo 124
R. Entre gritos del júbilo,
cosecharán aquellos que siembran con dolor .
Cuando el Señor nos hizo volver del cautiverio,
creíamos soñar:
entonces no cesaba de reír nuestra boca,
ni se cansaba entonces la lengua de cantar. R.
Aun los mismos paganos con asombro decían:
“Grandes cosas ha hecho por ellos el Señor”.
Y estábamos alegres,
pues ha hecho cosas grandes por su pueblo el Señor. R.
Como cambian los ríos la suerte del desierto,
cambia también ahora, nuestra suerte, Señor,
y entre gritos de júbilo,
cosecharán aquellos que siembran con dolor. R.
Al ir, iban llorando,
cargando su semilla;
al regresar, cantando
vendrán con sus gavillas. R.
Salmo Responsorial
12. ___________________________________________________________________________________12
Segunda Lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a Timoteo
2, 8-13; 3, 10-12
Todos los que quieran vivir como buenos cristianos serán perseguidos.
Q
uerido hermano: Recuerda siempre que Jesucristo, descendiente
de David, resucitó de entre los muertos, conforme al Evangelio,
sufro hasta llevar cadenas, como un malhechor; pero la palabra
de Dios no está encadenada. Por eso lo sobrellevo todo por amor a los
elegidos, para que ellos también alcancen en Cristo Jesús la salvación, y
con ella, la gloria eterna.
Es verdad lo que decimos:
“Si morimos con él, viviremos con él”
si nos mantenemos firmes, reinaremos con él;
si lo negamos, el también nos negará;
si somos infieles, él permanece fiel,
porque no puede contradecirse a sí mismo”.
Tú has seguido de cerca ,mis enseñanzas y mi modo de vivir, mis
planes, mi fe, mi paciencia, mi amor fraterno, mi constancia, mis persecu-
ciones y sufrimientos como los que soporte en Antioquía, en Iconio y en
Listra. ¡Qué duras persecuciones tuve que sufrir! Pero de todas me libró el
Señor. Todos los que quieran vivir como buenos cristianos, también serán
perseguidos.
Palabra de Dios
Segunda Lectura
13. ___________________________________________________________________________________13
Aclamación antes del Evangelio
Mt 5, 10
R. Aleluya, aleluya.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el
Reino de los cielos, dice el Señor.
R. Aleluya.
Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Mateo
10, 17-22
Los llevarán a ustedes ante gobernadores y reyes por mi causa, así darán
testimonio de mí ante ellos y ante los paganos.
E
n aquel tiempo, Jesús dijo a sus apóstoles: ”Cuídense de la gente,
porque los llevarán a los tribunales, los azotarán en las sinagogas, los
llevarán ante gobernadores y reyes por mi causa; así darán testimo-
nio de mí ante ellos y ante los paganos. Pero cuando los enjuicien, no se
preocupen por lo que van a decir o por la forma de decirlo, porque en ese
momento se les inspirará lo que han de decir. Pues no serán ustedes los
que hablen, si no el Espíritu de su Padre el que hablará por ustedes.
El hermano entregará a su hermano a la muerte, y el padre a su hijo,
los hijos se levantarán contra sus padres y los matarán; todos los odiarán a
ustedes por mi causa, pero el que persevera hasta el fin, se salvará”.
Palabra del Señor.
Homilía
Credo
Evangelio
14. ___________________________________________________________________________________14
Oración de los Fieles
Celebrante: Queridos hermanos, al celebrar a los Niños Mártires de Tlax-
cala Cristóbal, Antonio y Juan, que con su sangre sellaron su fe en Cristo,
imploremos al Padre Celestial diciendo:
Te rogamos, Señor.
I. Por nuestro Santo Padre el Papa N., por nuestro Obispo N., y por el pres-
biterio de nuestra diócesis, para que reflejen en medio de nuestra Iglesia el
rostro misericordioso del Buen Pastor. Roguemos al Señor. R.
II. Por nuestra Diócesis de N., para que al celebrar a los Niños Mártires, su
testimonio nos motive a trabajar arduamente, como discípulos misioneros,
en la pastoral de nuestras parroquias y en un compromiso transformador
de nuestra realidad social. Roguemos al Señor. R.
III. Por nuestros gobernantes, para que velen por el bien común e impulsen
el verdadero progreso en la justicia y en la paz. Roguemos al Señor. R.
IV. Por nuestros hermanos que sufren, para que seamos sensibles a sus ne-
cesidades y reciban de nosotros consuelo y ayuda. Roguemos al Señor. R.
V. Por todos los niños y niñas, para que en esta celebración de los Niños
Mártires sean valorados, respetados y promovidos integralmente en la Igle-
sia y en la sociedad. Roguemos al Señor. R.
VI. Por nuestros fieles difuntos, para que sean contados entre los servidores
fieles y reciban el premio de sus trabajos. Roguemos al Señor. R.
Celebrante: Padre Celestial, concédenos ser testigos fieles del Evangelio
de tu Hijo en el mundo; y ayúdanos a vivir con alegría nuestra vocación de
discípulos y misioneros de tu Hijo. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor
que vive y reina por los siglos de los siglos… R. Amén.
Oración de los Fieles
15. ___________________________________________________________________________________15
Oración Sobre Las Ofrendas
B
endice Señor estos dones,
que en honor de tus santos mártires
Cristóbal Antonio y Juan,
tu pueblo te presenta
y acéptalos como ofrenda para el sacrificio redentor
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Prefacio de Mártires
V./ El Señor esté con vosotros. R./ Y con tu Espíritu.
V./ Levantemos el corazón. R./ Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V./ Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R./ Es justo y necesario.
E
n verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Porque la sangre de la gloriosos mártires
Cristóbal, Antonio y Juan,
derramada, como la de Cristo
para proclamar su fidelidad a tí,
manifiesta las maravillas de tu poder;
que convierte la fragilidad en fortaleza
y al hombre débil robustece
para que sea testigo tuyo,
por Cristo, Señor nuestro.
Por eso, como los ángeles te cantan en el cielo,
así nosotros en la tierra
te aclamamos, diciendo sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
Hosanna en el cielo,
Bendito el que viene en nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.
Oración Sobre las Ofrendas
16. ___________________________________________________________________________________16
Plegaria Eucarística III
El sacerdote, con las manos extendidas, dice:
S
anto eres en verdad, Padre,
y con razón te alaban todas tus criaturas,
ya que por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro,
con la fuerza del Espíritu Santo,
das vida y santificas todo,
y congregas a tu pueblo sin cesar,
para que ofrezca en tu honor
un sacrificio sin mancha
desde donde sale el sol hasta el ocaso.
Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:
P
or eso, Padre, te suplicamos
que santifiques por el mismo Espíritu
estos dones que hemos separado para ti,
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjun-
tamente, diciendo:
de manera que sean
Cuerpo y Sangre de Jesucristo,
Hijo tuyo y Señor nuestro,
Junta las manos.
que nos mandó celebrar estos misterios.
En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse
con claridad, como lo requiere la naturaleza de éstas.
Porque él mismo,
la noche en que iba a ser entregado,
Plegaria Eucarística
17. ___________________________________________________________________________________17
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
T
omó pan,
y dando gracias te bendijo,
lo partió
y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.
T
omen y coman todos de el,
porque esto es mi Cuerpo,
que será entregado por ustedes.
Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y
lo adora haciendo genuflexión.
Después prosigue:
Del mismo modo, acabada la cena,
Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó el cáliz,
dando gracias te bendijo,
y lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.
T
omen beban todos de él,
porque éste es el cáliz de mi Sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
que será derramada por ustedes
y por muchos para el perdón de los pecados.
Hagan esto en conmemoración mía.
Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora
haciendo genuflexión.
Plegaria Eucarística
18. ___________________________________________________________________________________18
Éste es el Sacramento de nuestra fe.
Y el pueblo prosigue, aclamando:
Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:
A
sí, pues, Padre,
al celebrar ahora el memorial
de la pasión salvadora de tu Hijo,
de su admirable resurrección y ascensión al cielo,
mientras esperamos su venida gloriosa,
te ofrecemos, en esta acción de gracias,
el sacrificio vivo y santo.
Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia,
y reconoce en ella la Víctima
por cuya inmolación quisiste devolvernos tu amistad,
para que, fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo
y llenos de su Espíritu Santo,
formemos en Cristo un solo cuerpo y un solo espíritu.
Concelebrante I
Q
ue él nos transforme en ofrenda permanente,
para que gocemos de tu heredad
junto con tus elegidos:
con María, la Virgen Madre de Dios,
con su esposo San José,
Los apóstoles y los mártires,
Cristóbal, Antonio y Juan
y todos los santos,
por cuya intercesión
confiamos obtener siempre tu ayuda.
Plegaria Eucarística
19. ___________________________________________________________________________________19
Concelebrante 2
T
e pedimos, Padre, que esta Víctima de reconciliación traiga
la paz y la salvación al mundo entero.
Confirma en la fe y en la caridad
a tu Iglesia, peregrina en la tierra:
a tu servidor, el Papa N., a nuestro Obispo N.,
al orden episcopal, a los presbíteros y diáconos,
y a todo el pueblo redimido por ti.
Atiende los deseos y súplicas de esta familia
que has congregado en tu presencia.
Reúne en torno a ti, Padre misericordioso,
a todos tus hijos dispersos por el mundo.
A nuestros hermanos difuntos
y a cuantos murieron en tu amistad
recíbelos en tu reino,
donde esperamos gozar todos juntos
de la plenitud eterna de tu gloria,
Junta las manos.
por Cristo, Señor nuestro,
por quien concedes al mundo todos los bienes.
Toma la patena, con el pan consagrado, y el cáliz y, sosteniéndolos eleva-
dos, dice:
P
or Cristo, con él y en él,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.
El pueblo aclama:
Amén.
Plegaria Eucarística
20. ___________________________________________________________________________________20
Rito de la Comunión
Una vez que ha dejado el cáliz y la patena, el sacerdote, con las manos
juntas, dice:
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones
con el Espíritu Santo que se nos ha dado;
digamos con fe y esperanza:
Extiende las manos y, junto con el pueblo, continúa:
P
adre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
El sacerdote, con las manos extendidas, prosigue él solo:
Líbranos de todos los males, Señor,
y concédenos la paz en nuestros días,
para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libres de pecado
y protegidos de toda perturbación,
mientras esperamos la gloriosa venida
de nuestro Salvador Jesucristo.
Junta las manos.
El pueblo concluye la oración, aclamando:
Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.
Rito de la Comunión
21. ___________________________________________________________________________________21
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice en voz alta:
Señor Jesucristo,
que dijiste a tus apóstoles:
«La paz les dejo, mi paz les doy»,
no tengas en cuenta nuestros pecados,
sino la fe de tu Iglesia
y, conforme a tu palabra,
concédele la paz y la unidad.
Junta las manos.
Tú que vives y reinas
por los siglos de los siglos.
El pueblo responde:
Amén.
El sacerdote, extendiendo y juntando las manos, añade:
La paz del Señor esté siempre con ustedes.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
El sacerdote añade: Dense fraternalmente la paz.
Y todos se intercambian un signo de paz, de comunión y de caridad.
Después toma el pan consagrado, lo parte sobre la patena y pone una par-
tícula dentro del cáliz. Mientras tanto se canta.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, danos la paz.
El celebrante principal hace genuflexión, toma el pan consagrado y, soste-
niéndolo un poco elevado sobre la patena o sobre el cáliz, de cara al pue-
blo, dice con voz clara:
Rito de la Comunión
22. ___________________________________________________________________________________22
Éste es el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
Y, juntamente con el pueblo, añade:
Señor, no soy digno
de que entres en mi casa,
pero una palabra tuya
bastará para sanarme.
ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Mt 5, 44
Pero yo les digo: Amen a sus enemigos
y oren por quienes los persiguen.
Oración después de la comunión
P
or la recepción del cuerpo y la sangre de tu hijo,
haz Señor que imitando las virtudes
de tus santos mártires,
Cristóbal, Antonio y Juan,
demos testimonio de nuestra fe
y de nuestro amor a ti.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Rito de la Comunión
23. ___________________________________________________________________________________23
Rito de Conclusión
Bendición Final
D
ios, nuestro Padre,
que nos ha congregado para celebrar hoy
a sus santos Niños Mártires Cristóbal, Antonio y Juan
les bendiga, les proteja, y les confirme en su paz.
R. Amén.
Cristo, el Señor,
que ha manifestado en sus
santos Niños Mártires Cristóbal, Antonio y Juan
La fuerza renovadora del misterio pascual,
Les haga auténticos testigos de su Evangelio.
R. Amén.
El Espíritu Santo,
que en los santos Niños Mártires
Cristóbal, Antonio y Juan
nos han ofrecido un ejemplo de entrega a Jesucristo,
les conceda la gracia de acrecentar en la Iglesia
la verdadera comunión de fe y amor.
R. Amén.
Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo
descienda sobre ustedes.
R. Amén.
Vayamos a hacer vida
lo que hemos celebrado, pueden ir en paz
R. Demos gracias a Dios.
Rito de Conclusión