4. “La puerta
de la fe” Hch
14, 27 está
siempre
abierta para
nosotros
Con los santos que caminan entre nosotros,
Señor, te pedimos que:
adauge nobis fidem Lc 17, 5
(¡Aumentes nuestra fe!).
6. Caminamos
débiles y
perdidos,
sin el pan de
cada día.
Tú que nos ha
alimentado con la
luz
de la Navidad,
sé para nosotros
la estrella de la
mañana.
7. Sucede frecuencia
que los cristianos se
preocupan mucho por
las consecuencias
sociales, culturales y
políticas de su
compromiso, al
mismo tiempo
que consideran la fe
como un presupuesto
con frecuencia es
negado. Porta Fidei 3
8. Con los santos que
caminan entre
nosotros,
Señor, te pedimos
que:
adauge nobis
f idem (aumenta
nuestra f e).
Creo, Señor,
adauge nobis
f idem (aumenta
nuestra f e).
9. Alimentémonos con la
Palabra de Dios,
transmitida por la
Iglesia, y el Pan de la
vida, ofrecido como
sustento a todos los
que son sus
discípulos (cf. Jn 6, 51).
Creer en Jesucristo es,
por tanto, el camino
para poder llegar de
modo definitivo a la
salvación. PF 4
10. Con María, la
primera
creyente,
Señor, te
pedimos:
adauge nobis
f idem
(aumenta
nuestra f e).
Yo creo, Señor,
adauge nobis
11. El beato Juan Pablo II, previó este Año como una
consecuencia y exigencia POSTCONCILIAR:
Los documentos del Concilio «no pierden su
valor ni su esplendor.
Es necesario que sean conocidos y
asimilados como textos cualificados y
normativos del Magisterio.
«Si los acogemos
guiados puede ser
y llegar a ser cada
vez más una gran
fuerza para la
renovación
siempre necesaria
de la Iglesia». PF 5
12. «En la fecha del 11 de octubre de 2012, se celebrarán
también los veinte años de la publicación del
Catecismo de la Iglesia Católica,
Su intención es ilustrar a
todos los fieles la fuerza y
belleza de la fe.
Este documento, auténtico
fruto del Concilio Vaticano
II, fue querido por el Sínodo
Extraordinario de los
Obispos de 1985 como
instrumento al servicio de la
catequesis
13. Caminamos
cansados y
suf riendo,
Con las
heridas que
siguen
abiertas.
Tú que sanas
a los que te
buscan en el
desierto,
sé para
nosotros la
14. La renovación de la Iglesia
pasa por el testimonio de vida
de los creyentes: los cristianos
están llamados efectivamente
a hacer resplandecer la
Palabra de verdad que el Señor
Jesús nos dejó. PF 6
En esta perspectiva, el Año de
la fe es una invitación a una
auténtica y renovada
conversión al Señor, único
Salvador del mundo.
Dios, ha revelado en plenitud el Amor que salva y llama a
los hombres a la conversión de vida mediante la remisión
de los pecados (cf. Hch 5, 31). Este Amor lleva al hombre a
una nueva vida. PF 7
15. Con los pobres
que están
esperando en la
puerta,
Señor, te pido
que:
adauge nobis
f idem
(aumentes
nuestra f e).
Yo creo, Señor,
adauge nobis
f idem (aumenta
16. «Caritas Christi urget nos»
(2 Co 5, 14): es el amor de
Cristo el que llena nuestros
corazones y nos impulsa a
evangelizar.
Jesucristo atrae hacia sí a
los hombres de cada
generación: en todo
tiempo…
Hoy es necesario un
compromiso eclesial más
convencido en favor de una
nueva evangelización para
redescubrir la alegría de creer
y volver a encontrar el
entusiasmo de comunicar la fe.
FP 7
17.
18. Caminamos bajo el
peso de la cruz,
Siguiendo las
huellas de tus
pasos.
Tú que resucitaste
en la mañana de la
Pascua,
sé para nosotros
la vida que no
muere.
¡Creo, Señor!
19. Invito a LOS HERMANOS OBISPOS DE
TODO EL ORBE a que se unan al Sucesor
de Pedro para rememorar el don precioso
de la fe.
Queremos celebrar este Año de manera
digna y fecunda.
Habrá que intensificar la reflexión sobre la
fe para ayudar a todos los creyentes en
Cristo a que su adhesión al Evangelio sea
más consciente y vigorosa,
en un momento de profundo cambio como
el que la humanidad está viviendo. PF 8
20. Con los humildes
que quieren
renacer,
Señor, te
rogamos:
adauge nobis
f idem (aumenta
nuestra f e).
Yo creo, Señor,
adauge nobis
f idem (aumenta
nuestra f e).
21. Que este Año suscite en todo creyente la aspiración
a confesar la fe con plenitud, convicción, confianza y
esperanza.
Será también una ocasión propicia para intensificar
la celebración de la fe en la Eucaristía,
Al mismo tiempo, esperamos que
el testimonio de vida de los
creyentes sea cada vez más
creíble.
22. Caminamos atentos
a la llamada
de este nuevo
P entecostés.
Tú que recreas la
presencia de aquel
soplo, sé para
nosotros la
P alabra del
f uturo.
¡Creo, Señor!
¡Aumenta mi f e!
23. Existe una unidad
entre el acto y los
contenidos a los que
prestamos nuestro
asentimiento. «Con el
corazón se cree y con
los labios se profesa»
Profesar con la boca
(cf. Rm 10, 10).
implica el testimonio y un
compromiso público.
El cristiano no puede
pensar nunca que creer es
La fe, precisamente porque un hecho privado.
es un acto de la libertad,
exige la responsabilidad
social de lo que se cree.
La misma profesión de fe es un
acto personal y al mismo tiempo
comunitario. PF 10
24. Con la Iglesia que
anuncia tu
Evangelio,
Señor, te pedimos:
adauge nobis f idem
(aumenta nuestra
f e).
Yo creo, Señor,
adauge nobis f idem
(aumenta nuestra
f e).
25. La fe es el motor de
nuestra Historia de
Salvación
26. También nosotros, en el S. XXI vivimos por la fe:
para el reconocimiento vivo del Señor Jesús, presente
en nuestras vidas y en la historia. PF 13
27. Caminamos cada
día que nos das,
con nuestros
hermanos los
hombres.
Tú nos guiarás
por los caminos
de la tierra,
sé para nosotros
la esperanza de
la meta.
¡Creo, Señor!
28. El AÑO DE LA FE será también una buena oportunidad
para intensificar el testimonio de la caridad.
La fe y el amor se
necesitan mutuamente, de
modo que una permite a la
otra seguir su camino.
En efecto, muchos
cristianos dedican sus
vidas con amor a quien
está solo, marginado o
excluido a quien hay que
atender, porque
precisamente en él se
refleja el rostro mismo de
Cristo. PF 14
29. Con el mundo
donde el R eino
está en medio
de nosotros,
Señor,
clamamos:
adauge nobis
f idem (aumenta
nuestra f e).
Yo creo, Señor,
adaugedelnobis Fe)
(Himno Año de la
f idem (aumenta
Diseño Sor Mª Celina OSC
30. Lo que el mundo necesita hoy de manera
especial es el TESTIMONIO creíble de quienes
han sido iluminados en la mente y el corazón
por la Palabra del Señor. PF 15
Que este AÑO DE LA
FE haga cada vez
más fuerte la
relación con Cristo,
el Señor, pues sólo
en él tenemos la
certeza para mirar al
futuro y la garantía
de un amor
auténtico y
duradero. PF 15
31. Creemos con firme certeza
que el Señor Jesús ha
vencido el mal y la muerte.
Con esta segura confianza
nos encomendamos a él:
presente entre nosotros,
vence el poder del maligno
(cf. Lc 11, 20), y la Iglesia,
comunidad visible de su
misericordia, permanece en
él como signo de la
reconciliación definitiva con
el Padre. PF 15