1. El uso en exceso de las Redes Sociales
El presente trabajo hace referencia a la adicción a las redes sociales, que en los
últimos años se ha convertido en una problemática para muchas personas, siendo
estos en su mayoría adolescentes. Cada vez es mayor el tiempo que jóvenes y
adolescentes pasan conectados a Internet, usando el móvil o el ordenador para
recurrir a las redes sociales, con lo que otros pasatiempos y ocupaciones más
tradicionales empiezan a quedar arrinconados. En el contenido del artículo vamos
conocer cuáles son las causas, y consecuencias del uso excesivo de las redes
sociales y de los riesgos que una persona adicta podría padecer.
Hoy en día cuando escuchamos hablar de redes sociales no podemos evitar
pensar en Facebook, twitter, Instagram, WhatsApp u otras plataformas
tecnológicas con las que nos comunicamos y conectamos con familiares, amigos y
personas de todo el mundo, de forma rápida e instantánea. Pero utilizarlas
compulsivamente trae evidentes problemas psicológicos. Claramente son parte de
las nuevas formas de estar conectado con otros y son un factor de socialización
“indispensable”.
Actualmente podemos ver a muchos jóvenes que pasan cinco horas y media al día
conectados a las redes sociales, algunos hasta 12, convertidos en “zombis
tecnológicos” que exhiben conductas impulsivas y antisociales. Muchos de estos
jóvenes caminan por las calles con la cabeza agachada, utilizando sus teléfonos
inteligentes con el fin poder estar verificando las actualizaciones de las redes
sociales, esto tiene consecuencias negativas como la poca atención que le
dedicamos al trabajo, a la escuela, a la universidad, aleja a las personas de su
vida normal, tienen un impacto negativo en las habilidades cognitivas y en la salud
de los individuos, y representan graves riesgos para la seguridad de datos
privados de las personas. Las causas de la adicción a las redes sociales,
principalmente tienen origen familiar, es decir que esta adicción se puede producir
mediante la falta de afecto de sus referidas familias ya que debido a esto el niño o
2. el adolescente, busca una forma donde pueda sentirse libre o donde se sienta
bien, y así recurren a las redes sociales.
En realidad, no medimos el impacto que puede causar el uso compulsivo o el uso
excesivo de los teléfonos o tabletas, tanto que las personas acostumbran a usar
estos aparatos mientras manejan sin importar el riesgo que esto ocasione para
ellos mismos y para otras personas inocentes.
Mucha gente ya no concibe su vida sin compartir absolutamente todo lo que hace
o sin mostrar sus fotografías a través de Facebook, Twitter e Instagram. Si esto va
más lejos y desarrollamos dependencia a internet y, en concreto a las redes
sociales podemos encontrarnos con situaciones más graves, como estados de
ansiedad y estrés que, en muchas ocasiones, lleguen a alejarnos de la felicidad.
Los que están más propenso a caer en lo que este tipo de adicción son los
menores y los adolescentes, ya que estos, no han aprendido a controlar aún sus
emociones.
En ocasiones la afición de muchos jóvenes de subir fotos y datos personales se
convierte en una adicción. Solo basta con echar un vistazo a perfiles de algunos
adolescentes y se darán cuenta y comprobar las fotos sensuales y provocativas
que suben a sus perfiles lo cual podría ser un riesgo para la privacidad de la
persona.
Las redes pueden llegar a incapacitarnos socialmente, podemos ser personas muy
atractivas a través de las redes, pero ser individuos inútiles con poco nivel de
afrontamiento en la sociedad en la que nos toca desarrollarnos. Conozco a
jóvenes que con trece años ya mantienen un uso compulsivo en las redes
sociales. Esto produce que no exista una evolución normalizada, puesto que algo
que enriquece a los seres humanos es el contacto diario o el mirarnos cara a cara
desaparece.
Es importante que los padres sean sensatos de que los hijos no pueden dedicar
horas y horas al ordenador o al Smartphone. Pero, sobre todo, cada uno debe
analizar cuál es su relación con el medio y pensar que no se puede dedicar más
tiempo al chateo que a compartir con los amigos. Quizá esa interacción no sea del
3. todo la correcta y si comenzamos con trece años y lo continuamos en el tiempo
nos hacen mucho daño. Las actitudes y los valores que se desarrollen van a ser
otros.
En conclusión, pienso que las redes sociales son herramientas que nos han
facilitado la forma de comunicarnos e informarnos de manera más rápida e
instantánea, sin embargo, las redes sociales tienen sus pros y su contra, cuando
le damos el uso correcto logran ser muy útiles, en cambio cuando la utilizamos en
exceso pueden convertirse en una adicción que luego se convertirá en un
problema muy difícil de superar. Yo sugiero limitar su uso a como máximo 1 hora
diaria, para que no se haga costumbre y para que así no se convierta en algo que
vayas a necesitar.