CONSERVACIÓN Y PRESERVACIÓN DE LOS DOCUMENTOS.pptx
Reconocimiento de células inmunes frente a una reaccion inmune
1. MVZ. Julio Enrique Ramírez Huanca
INFORME N° 1
FACULTAD DE CIENCIAS AGRARIAS
ESCUELA PROFESIONAL MEDICINA VETERINARIA
ASIGNATURA:
DOCENTE:
Discente:
2. 1
Informe N° 1
RECONOCIMIENTO DE CÉLULAS INMUNES FRENTE A UNA REACCIÓN
INMUNE
Cristóbal S. Huamani Carrión1
1. INTRODUCCIÓN
La función fisiológica del sistema inmunitario consiste en la defensa contra los
microorganismos infecciosos, incluso de sustancias ajenas que no tengan carácter
infeccioso. Asimismo, aquellos mecanismos que en condiciones normales protegen a las
personas de las infecciones y eliminan las sustancias ajenas, en algunas circunstancias
también son capaces de provocar una lesión tisular y una enfermedad. Por tanto, una
definición más global de la respuesta inmunitaria señala que es una reacción desplegada
tanto frente a los componentes de los microorganismos como a macromoléculas, del tipo
de proteínas y los polisacáridos y a pequeños compuestos químicos que sean reconocidos
como ajenos, con independencia de las consecuencias fisiológicas o patológicas. La
defensa contra los microorganismos tiene lugar a través de las primeras reacciones
correspondientes a la inmunidad innata y las respuestas posteriores a cargo de la
inmunidad adaptativa (Abbas et al, 2008). A pesar de la división de la respuesta inmune en
innata o adaptativa, en ningún momento estos mecanismos están aislados o independientes,
de hecho ambas se complementan y muchos de los elementos que participan en un tipo de
respuesta son indispensables para que la otra pueda llevarse a cabo (Gutiérrez, 2010). En
una inflamación, la respuesta del sistema inmunológico ante cualquier daño hacia sus
células o tejidos vascularizados por patógenos bacterianos o cualquier agresor se
desencadena mediante los dos procesos de la respuesta inmune (Barreno y Pedro, 2008).
En muchos casos para un estudio citológico se puede aprovechar las células que exfolian,
líquidos corporales (sangre), raspados, materiales inflamatorios, etc. Por lo que la citología
dentro del diagnóstico veterinario se considera, una herramienta útil por sus ventajas
(Fernández et al, 2003; De Argüer, 2001).
El presente informe reúne, describe, compara y discute con las informaciones existentes y
los resultados obtenidos a partir del frotis de un material inflamatorio ensayado en los
cuyes, para observar la reacción de las células inmunes frente al cuerpo extraño.
2. OBJETIVOS
2.1. Objetivos generales
- Identificar células inmunitarias en una respuesta inmunitaria innata y adquirida.
2.2. Objetivos específicos
- Obtener materiales inflamatorias (con células inmunes) tras introducir un material
extraño (lámina cubreobjetos) al tejido subcutáneo.
- Identificar y diferenciar células inmunes que participan en una respuesta inmunitaria
innata y/o adquirida, mediante el método de citología o frotis del material inflamatoria.
1
Estudiante de Inmunología y Virología; Medicina Veterinaria Sede Marangani; UNSAAC
Marangani; 27 de Julio de 2017
crishuaHC@gmail.com
3. 2
3. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA
En un sentido histórico, inmunidad significa protección contra la enfermedad y más en
concreto contra una enfermedad infecciosa. La función fisiológica del sistema inmunitario
consiste en la defensa contra los microorganismos infecciosos, sin embargo incluso una
sustancia ajena que no tenga carácter infeccioso puede despertar una respuesta inmunitaria.
La defensa contra los microorganismos tiene lugar a través de las primeras reacciones
correspondientes a la inmunidad innata y las respuestas posteriores a cargo de la
inmunidad adaptativa (Abbas et al, 2008).
La inmunidad innata (también llamada inmunidad natural o espontánea) aporta la
primera línea de defensa frente a los microbios. Está constituida por unos mecanismos de
defensas celulares bioquímicos ya instaurados incluso antes de contraerse la infección y
preparados para responder con rapidez una vez producida. Estos mecanismos sólo
reaccionan ante los microbios, y corresponden básicamente de la misma manera cada vez
que se repite una infección. Los principales componentes de la inmunidad innata son las
siguientes: barreras físicas y químicas (epitelio y sustancias antimicrobianas), biológicas
(microflora normal), células fagocíticas (neutrófilos, macrófagos) y linfocitos citolíticos
naturales (NK), proteínas sanguíneas (factores de complemento y otros mediadores de
inflamación), y unas proteínas denominadas citosinas, que regulan y coordinan muchas de
las actividades de las células encargadas de la inmunidad innata. Los mecanismos de la
inmunidad innata son específicos para aquellas estructuras comunes a los grupos de
microbios afines y no tienen por qué distinguir la existencia de diferencias sutiles entre
sustancias ajenas. Algunos de estos mecanismos, además de actuar en forma directa sobre
los agresores, desencadenan una serie de señales que permiten iniciar un proceso
inflamatorio, con el cual se reclutan nuevas células y se activan nuevas moléculas hasta
lograr controlar la infección; si esto no se logra, la respuesta inmune específica se activa.
La inflamación también es una respuesta inmune innata, es un proceso se puede eliminar
células dañadas por traumatismos, atrapar cuerpos extraños, contribuir a la cicatrización,
evitar que se difunda un veneno, encapsular o expulsar parásitos. Desde el punto de vista
inmunológico es una excelente herramienta para facilitar la fagocitosis de agentes
infecciosos de agentes infecciosos, llevados a cabo por células especializadas llamadas
fagocíticas polimorfonucleares y macrófagos; así como para permitir el inicio de una
respuesta inmune espcífica (Abbas et al, 2008; Gutiérrez, 2010).
El organismo animal puede concentrar sus mecanismos innatos de defensa en los lugares
de invasión microbiana en el complejo conjunto de reacciones que denominamos
inflamación. Durante el proceso inflamatorio, los cambios o daños en los tejidos
producidos por la invasión microbiana dan lugar a un incremento del flujo sanguíneo y a la
acumulación de células que puede atacar y destruir al patógeno. Estas células, llamadas
neutrófilos y macrófagos pueden destruir a la mayoría de organismos invasores y así evitar
su diseminación a lugares no infectados del organismo. El organismo también utiliza
enzimas que son activadas por la presencia de un patógeno y que van a dar lugar a la
destrucción microbiana. Algunos de las células involucradas en la inflamación también
pueden reparar los tejidos dañados una vez los patógenos han sido destruidos. En una
reacción inmune innata las principales células involucradas en la respuesta inflamatoria
dependen del tipo de infección. Neutrófilos (infección bacteriana, fungal, etc.),
macrófagos, eosinófilos, basófilos, células cebadas, célula endoteliales, células dendríticas
(células que mejor ilustran las vías que comunican con la inmunidad adaptativa) entre otras
(Tizard, 2009; Gutiérrez, 2010).
4. 3
A diferencia de la inmunidad innata, hay otra respuesta inmunitaria que son estimuladas
por la exposición a los microorganismos infecciosos, cuya magnitud y capacidad defensiva
crece con cada exposición sucesiva a un microorganismo concreto. Dado que esta forma de
inmunidad aparece como respuesta a una infección y se adapta a ella, reciben el nombre de
inmunidad adaptativa. Su característica exquisita es la especificidad frente a diversas
moléculas y la propiedad de recordar las exposiciones repetidas al mismo microbio para
responder con mayor energía. El sistema inmunitario adaptativo tiene la capacidad de
reconocer un gran cantidad de sustancias microbianas y no microbianas y de reaccionar
frente a ellas. Además, posee unas dotes extraordinarios para distinguir entre los distintos
microorganismos y moléculas, incluso los muy afines entre sí, y por esta razón reciben el
nombre de inmunidad específica. Asimismo, a veces se le adjudica el nombre de
inmunidad adquirida para poner de relieve que las potentes respuestas protectoras se
adquieren por la experiencia. Los principales componentes de la inmunidad adaptativa son
unas células llamadas linfocitos y sus productos de secreción como los anticuerpos. En
cambio, las sustancias ajenas que suscitan una respuesta inmunitaria específica o que
constituyen el blanco de tales respuestas son los antígenos. Las respuestas inmunitarias
innata y adquirida son los ingredientes de un sistema integral encargado de defender al
huésped, en el que funcionan numerosas células y moléculas de modo conjunto. Los
mecanismos de la inmunidad innata suministran una primera defensa eficaz contra las
infecciones (generalmente en las respuestas inflamatorias agudas). Sin embargo, muchos
microorganismos patógenos han evolucionado hasta ser resistentes a la inmunidad innata
(en agudas pasando a las inflamaciones crónicas) y su eliminación exige aquellos
mecanismos potentes de la inmunidad adaptativa. Asimismo, la respuesta inmunitaria
innata a los microbios también estimula las respuestas inmunitarias adaptativas e influyen
sobre su naturaleza. La inmunidad adquirida tarda al menos varios días en ser eficaz, pero
a pesar de que se desarrolla una respuesta adquirida frente a un patógeno, las posibilidades
de una infección exitosa se reduce considerablemente, y de hecho el animal puede ser
completamente inmune (Abbas et al, 2008; Tizard, 2009).
Una diferencia clave entre la inmunidad innata y adquirida reside en el uso de los
receptores para reconocer microorganismos invasores extraños. La inmunidad innata
utiliza receptores pre-existentes, por el contrario, las células de la inmunidad adquirida
producen de forma aleatoria un enorme número de receptores estructurales únicos. Estos
receptores pueden combinarse con una ingente serie de moléculas extrañas. Existen dos
tipos de respuestas inmunitarias adaptativas, llamadas inmunidad humoral e inmunidad
celular, en las intervienen componentes diferentes del sistema inmunitario y que sirven
para eliminar microbios de distintos tipos. La inmunidad humoral cuenta con unas
moléculas presentes en la sangre y en las secreciones mucosas, que reciben el nombre de
anticuerpos, producidas por unas células denominadas linfocitos B. Los anticuerpos
reconocen los antígenos microbianos, neutralizan la infecciosidad de los microorganismos
y los marcan como una diana para su eliminación por diversos mecanismos efectores. La
inmunidad humoral es el principal mecanismo de defensa contra los microbios
extracelulares y sus toxinas, debido a que los anticuerpos segregados pueden unirse a ellos
y contribuir a su destrucción. La inmunidad celular queda a cargo de los linfocitos T. Los
microbios intracelulares como los virus y algunas bacterias sobreviven y proliferan en el
anterior de los fagocitos y de otras células del huésped donde los anticuerpos circulantes no
los tienen a su alcance. La defensa contra estas infecciones corresponde a la inmunidad
celular, que fomenta la destrucción de los microorganismos residentes en los fagocitos o la
desaparición de las células infectadas. Las principales células del sistema inmunitario son
los linfocitos, células presentadoras de antígenos y las células efectoras (linfocitos B,
linfocitos T, macrófagos y otros leucocitos) (Tizard, 2009; Abbas et al, 2008).
5. 4
Figura 1: Evolución de la inmunidad innata y adquirida. Las barreras de superficies
proporcionan una protección inmediata. Los mecanismos innatos proporcionan protección
rápida que mantienen a los invasores microbianos acarralados hasta que la inmunidad
adquirida pueda desarrollarse. La inmunidad adquirida puede tardar días o semanas en ser
eficaz (Tizard, 2009).
En una reacción inflamatoria se pueden desencadenarse las dos sistemas de la respuesta
inmunitaria (innata y adquirida), produciéndose la activación y la migración directa de
numerosas moléculas diferentes, especialmente neutrófilos y macrófagos, desde el flujo
sanguíneo a los lugares de invasión. La inflamación es un mecanismo biológico vital en el
que los procesos de los tejidos responden al daño traumático, infeccioso, isquémico, tóxico
o autoinmune, y se caracteriza por las siguientes manifestaciones: rubor, tumor, calor,
dolor y pérdida de la función. Los estadios iniciales de la inflamación involucran cambios
en el flujo sanguíneo local combinado con la acumulación de distintas células inflamatorias
(neutrófilos, monocitos, células dendríticas, células cebadas, basófilos y linfocitos) en el
sitio del daño tisular. La inflamación puede ser aguda o crónica. La inflamación aguda es
la respuesta inicial rápida y de corta duración que va de pocos minutos a varios días, y se
caracterizan por exudación de líquido y proteínas plasmáticas y abundancia predominante
de leucocitos polimorfonucleares. La inflamación crónica puede ser más indiciosa, tiene
mayor duración (de días a años). Las reacciones inflamatorias agudas pueden ser
desencadenas por varios estímulos como son: infecciones (bacterianas, virales, fúngicas y
parasitarias), traumatismos, necrosis tisular, cuerpos extraños (estillas, suciedad, suturas),
reacciones inmunitarias. Y se caracteriza por cambios vasculares (alteraciones en el
calibre), acontecimientos celulares (migración de leucocitos). En los acontecimientos
celulares, para la función normal de los leucocitos son reclutados (extravasación de
leucocitos mediante varios procesos como la migración, adhesión al endotelio,
transmigración entre células endoteliales y migración entre tejidos intersticios hacia un
estímulo quimiotáctico) y activados (los estímulos para la activación incluyen microbios,
productos de las células necróticas y varios mediadores químicas, los leucocitos expresan
sobre su superficie deferentes tipos de receptores “TLR”) (figura 3 y 4). En esta fase
inflamatoria, las reacciones vasculares y celulares reflejan en el aspecto morfológico de la
reacción, produciéndose aspectos distintivos de acuerdo al tipo de exudado: inflamación
serosa, fibrinosa, purulenta. La inflamación purulenta se manifiesta por la presencia de
grandes cantidades de exudado purulento que constan de ciertos neutrófilos, células
necróticas y líquidos de edema. La inflamación crónica se presenta cuando la inflamación
6. 5
aguda no se resuelve por distintas causas y también por alteraciones en las respuestas
inmunitarias innata y adquirida. La inflamación crónica se por: infiltración de células
mononucleares (macrófagos, linfocitos, y células plasmáticas), destrucción tisular
(inducida por productos de las células inflamatorias), y reparación (angiogénesis fibrosis).
Se caracteriza microscópicamente por ser una inflamación granulomatosa (Gutiérrez, 2010;
Kumar et al, 2008).
Figura 2: Modelo de interrelaciones entre las respuestas inmunitarias innata y adquirida y
la inflamación aguda y crónica. La no resolución de la inflamación aguda y las respuestas
inmunitarias innata y adquiridas alteradas dan lugar a la inflamación crónica (Gutiérrez,
2010).
En muchos casos para un estudio citológico se puede aprovechar las células que exfolian,
líquidos corporales (sangre), raspados, materiales inflamatorios, etc. Por lo que la citología
dentro del diagnóstico veterinario se considera, una herramienta útil por sus ventajas y por
la información que se obtiene (De Argüer, 2001; Fernández et al, 2003). La interpretación
de muestras citológicas requiere conocimientos sobre la normal morfología celular y
tisular, reconocer las limitaciones de la citología, y experiencia. La correlación de los
hallazgos citológicos con la información clínica y del laboratorio como así también los
conocimientos acerca de la ubicación, apariencia general y comportamiento de las lesiones
permiten obtener la máxima información útil posible de una muestra. Es necesario
categorizar la muestra citológica como inflamatoria o no inflamatoria, distinguir entre
hiperplasia y neoplasia, diferenciar entre tumores benigno y maligno y distinguir entre la
hemorragia y la contaminación con sangre. Los cambios citológicos en los procesos
inflamatorios son idénticos en cualquier localización, se caracterizan por la presencia de
numerosas células inflamatorias y el tipo de éstas indicará si se trata de un proceso de
curso agudo o crónico. En los procesos agudos encontramos abundantes leucocitos
polimorfonucleares y algunos macrófagos, mientras en el crónico predominan las células
mononucleares, principalmente linfocitos, células plasmáticas y macrófagos. El tipo de
infiltración también depende del agente etiológico involucrado, por ejemplo, en los
procesos bacterianos entraremos predominio de leucocitos polimorfonucleares (figura 3)
(Radin y Wellman, 1998; De Argüer, 2001).
7. 6
Figura 3: Láminas citológicas de las células inflamatorias. A) Grupo de macrófagos
reactivos rodeados de neutrófilos. B) Efusión pleural de un gato, los neutrófilos poseen una
morfología normal. C) La inflamación piogranulomatosa es evidente en este aspirado de un
nódulo en la oreja de un perro (De Argüer, 2001; Radin y Wellman, 1998).
Los macrófagos presentan diversos formas como respuesta al ambiente donde se
encuentran. Sin embargo, en suspensión presentan una morfología redondeada con un
diámetro aproximado de 15 m. Posee un citoplasma abundante, en cuyo dentro se
encuentra un núcleo simple que puede ser redondo, arriñonado o irregular. El citoplasma
que rodean al núcleo contiene mitocondrias, un gran número de lisosomas.
Figura 4: Macrófago típico original (Tizard, 2009).
Desde el punto de vista bioético, la experimentación clínica es objetiva en base al uso de
los pacientes y el investigador y puede aplicarse en varias etapas de la investigación: la
selección de pacientes y su reclutamiento. El uso de los animales de granja en
investigación científica debe estar sujeto a las mismas consideraciones éticas que el uso de
otros animales para el mismo propósito, sin importar los objetivos científicos del
investigador ni las fuentes de financiamiento (Martínez y Ortega, 2011).
A
C
B
8. 7
4. MATERIALES
Tabla 1: Materiales para introducir cuerpo extraño.
Materiales
Dos cuyes
Anestésico Ketamina
Jeringa de Tuberculina
Una bandeja
Equipo de disección
Hoja de bisturí
Gasas o algodón
Nylon (hilo de sutura)
Diclofenaco
Aguja de sutura
Una hoja de afeitar (guilles)
Detergente líquido antibacteriano
Violeta genciana
Alcohol yodado
Tabla 2: Materiales para el frotis del material inflamatorio.
Materiales
Cuy experimentado de anterior práctica.
Tranquilizante Aceptomicina
Jeringa de tuberculina
Una bandeja
Equipo de disección
Hoja de bisturí
Agua destilada
Un fijador
Dos colorantes (tinción ácida y tinción
básica)
Agua oxigenada
Antibiótico (Penicilina)
Diclofenado
Gasas
Violeta genciana
Nylon (hilo de sutura)
Lámina portaobjetos
Microscopio óptico
Una mesa
9. 8
5. PROCEDIMIENTO
Tabla 3: Para introducir material extraño.
Paso 1: Para introducir el material extraño al
tejido subcutáneo fue necesario realizar una
pequeña cirugía a nivel abdominal craneal al
ombligo. Se hizo un raspado del pelo hasta
obtener piel desnudo para evitar una extra
infección. Siempre usando detergente con
bactericida que disminuye la irritación de la
piel.
Paso 2: Anestesiamos al cuy con droga
Ketamina con una dosis de 2 ml. Obteniendo
su dosis a partir de la siguiente ecuación:
200mg de Ketamina para 1 kg
X para 0.5 kg
X= X=100 mg de ketamina
Entonces:
De 500mg de Ketamina en 10ml en frasco
100mg Xml
X= X=2ml
*Para primer cuy.
Paso 3: Luego 10 minutos se llevó a una
mesa simple del laboratorio de histología.
Colocamos dorsoventralmente al cuy en la
mesa estirando sus cuatro patas para mayor
comodidad. En realidad no se siguió al
protocolo de cirugía por motivos de sus
objetivos. También esterilizamos los
instrumentos de cirugía (equipos de
disección) con alcohol yodado.
Paso 4: Desinfectamos la piel con alcohol
yodado y procedemos la disección cortando
solo un pequeño segmento de la piel. Luego
de la disección introducimos una lámina
cubreobjetos no desinfectado
cuidadosamente por la pequeña abertura de la
piel.
Paso 5: Luego de introducir la lámina
suturamos con una sutura simple, la abertura
en tres regiones con nylon de sutura para
evitar su ruptura posterior del tejido. Y
finalmente desinfectamos la herida con la
violeta genciana cubriendo con una gasa de
modo evitamos también el contacto
inmediato con microorganimos a la herida.
10. 9
Paso 6: Terminado la cirugía llevamos al cuy
a su caja, posteriormente inyectamos 1ml de
Diclofenaco (antiinflamatorio). No se inyecto
ningún tipo de antibiótico con el fin de
obtener mejores resultado sobre la reacción
de las células inmunitarias frente a los
patógenos y al material extraño.
Tabla 4: Para el frotis del material inflamatorio
Paso 1: Después de 1er semana en el
primer cuy y 4 días del 2do cuy del
anterior procedimiento o de introducir
lámina se ha extraído el material extraño.
Se inyectó solamente un tranquilizante
(Aceptomicina), a causa de la falta de
anestésico, aunque el animal igual
presentará el dolor (faltó la ética).
Paso 2: Agarramos al animal en el espacio
en posición dorsoventral cogiendo de
ambos extremos. Cortamos el nylon de
sutura con una tijera del equipo de
disección, luego abrimos la sutura, donde
observamos una inflamación purulenta
lleno de pus en el primer cuy, en el
segundo cuy la inflamación estuvo
hemorrágico.
Paso 3: Extraemos la lámina portaobjetos
encima de un papel bond. Hacemos un
extendido del material inflamatorio que se
encuentra en la lámina cubreobjetos
extraído encima de la lámina portaobjetos
con propósito de obtener siquiera una
laminilla del material inflamatorio lo
suficiente para la tinción.
Paso 4: Luego procedemos a la tinción de
la muestra con el método de la citología
usando tinciones celulares (Dikruik). Una
tinción ácida y una tinción básico análogo
a la tinción H-E que tiñen ácidos al
citoplasma y básicos al núcleo.
11. 10
Paso 5: Tinción N° 1 un fijador; fijamos
a las células extraendo el agua de las
células durante 2 minutos. Tinción N° 2
bañamos con la tinción ácida al
extendido durante 2 minutos luego
lavamos con agua destilada (tiñe al
citoplasma). Tinción N° 3 bañamos el
extendido con una tinción básica durante 2
minutos y lavamos con agua destilada.
Paso 6: Finalmente secamos las láminas
portaobjetos con la muestra teñida. Luego
llevamos a los microscopios ópticos y
procedemos a examinar las características
citológicas de ambas muestras.
6. RESULTADOS Y DISCUSIONES
6.1. Resultados
Tabla 5: Resultados obtenidos de la observación de las láminas.
Descripción Imagen
Lamina 1: (Del segundo cuy)
Macrófagos
Neutrófilos
Linfocitos
12. 11
Lámina 2: (Del primer cuy)
6.2. Discusión
Según las láminas observadas en la tabla 5 existen diferencias significativas entre los dos
tipos de láminas caracterizando especialmente en la morfología de las células. En la
láminas de 1 que pertenece al segundo cuy preparado e introducido el material extraño
antes de 4 días de práctica realizada muestra una evidente diferencia con las láminas de 2
que se ha introducido el material extraño hace una semana. Las características que
presentan las imágenes de la lámina 1 son claras, donde muestra diferentes células, dentro
de ellos se puede identificar una célula polimorfonuclear de morfología irregular, algunas
redondeadas con citoplasma aparentemente agranular pero que en realidad presenta
gránulos ricos en enzimas (Tizard, 2009). También se puede encontrar macrófagos que se
caracteriza por tener una forma citoplasmática irregular con numerosas lisosomas aunque
normalmente debe tener una morfología redondeada y su núcleo es bien voluminoso
redondeado irregularmente (Tizard, 2009). La presencia de estas células indica una
reacción inflamatoria aguda participando los componentes de la inmunidad innata como
defensores primarios. Sin embargo, la tercera imagen muestra un posible linfocito por la
forma que presenta esta célula; circular redondeada con poco citoplasma. Como mencionan
Gutiérrez, (2010) y Kumar et al, (2008) una inflamación se desencadena por alguna lesión
que puede ser de naturaleza traumática, infecciosa, isquémica, tóxica o autoinmune
produciéndose las primeras respuestas inmunitarias. En esta fase aparecen las células de la
inmunidad innata que posiblemente hayan desencadenado muchas moléculas provocando
la migración de los leucocitos y macrófagos dirigidas mediante la quimiotaxis de muchas
moléculas y su posterior activación para la fagocitosis, es así que la extravasación de estas
células incluido la plasma sanguínea al sitio de infección demuestra la presencia de los
leucocitos y macrófagos en la lámina. Normalmente una inflamación aguda suele ser de
acontecimiento rápido, y de corta duración de unos pocos minutos a varios días. Y una
inflamación crónica puede durar días hasta años y generalmente en esta fase inicia la
respuesta de la inmunidad adquirida, una razón por el que aparecen los linfocitos en esta
Linfocitos
13. 12
fase (inicia la respuesta de la inmunidad adquirida). Sin embargo, la presencia de los
linfocitos es muy abundante en la lámina 2. Esta lámina se caracteriza por la presencia de
las células linfocitarias y una suciedad abundante que es por el exudado probablemente
fibrinopurulenta. Esto evidencia que es una inflamación crónica en fases iniciales, ya que
el animal tenía al material extraño hace una semana en el tejido. Señalan Radin y Wellman,
(1998) y De Argüer, (2001) que en una inflamación crónica predominan los linfocitos,
células plasmáticas y también los macrófagos produciéndose una infiltración de estas
células a causa de los productos de las células inflamatorias en la respuesta inmune innata.
Las células de la inmunidad adquirida son los linfocitos, células plasmáticas y sus
productos de secreción son los anticuerpos según Abbas et al, (2008) y Gutiérrez, (2010).
Las cuales interactúan con las señalizaciones de la inmunidad innata. En la inflamación
crónica participa la inmunidad adquirida y eso no significa que la inmunidad innata no
actúa, más que eso ambos siguen la defensa con el fin de eliminar al agente extraño, con la
diferencia que en este caso la respuesta de la inmunidad adquirida es relevante frente al
daño. Esta inflamación se produjo debido a la persistencia de la lámina cubreobjetos y la
presencia de muchas bacterias saprófitas, oportunistas que hayan ingresado a la herida y
dominaron a la inmunidad innata (no hay resolución de la inflamación aguda).
Produciéndose un exudado fibrinopurulento lleno de linfocitos, no se observa a los
macrófagos que pertenecen a la inmunidad innata (en esta fase los macrófagos difieren con
la aguda por ser multinuclear gigantes por la fagocitosis (Gutiérrez, 2010).
7. CONCLUSIÓN
Las inflamaciones tienen un proceso de evolución que puede llegar a una resolución o
pasar a una inflamación crónica, en el cual interactúan diversas moléculas inmunitarias y
células inmunitarias desencadenándose bajo dos procesos como inmunidad innata e
inmunidad adquirida, todo esto con el fin de eliminar al agente causal del daño. Las
defensas inmunitarias son impresendibles en la supervivencia de los seres vivos que
protegen de cualquier agente dañino.
8. BIBLIOGRAFÍA
Abbas, A., Lichtman, A., & Pillai, S. (2008). Inmunología celular y molecular. Madrid:
Elsevier Saunders; sexta edición.
Barreno, & Pedro. (2008). Inflamación. Rev.R.Acad.Cienc.Exact.Fis.Nat, 102(1), 91-159.
De Argüer, N. (2001). Citología diagnóstica veterinaria . México-Bogotá : El manual
moderno .
Fernández, C., Jiménez de la Puerta, J., & Aguilar, A. (2003). Citología cutánea
veterinaria. Rev. AVEPA, 23(2), 76-87.
Gutiérrez, J. (2010). Inmunología veterinaria . México: Editorial El Manual Moderno.
Kumar, Abbas, Fausto, & Mitchell. (2008). Rubbins patología humana . Elsevier; 8a.
edición .
Martínez, A., & Ortega, J. (2011). Manualde laboratorio de Inmunología Básica y Clínica.
México: REDVET.
14. 13
Radin, J., & Wellman, M. (1998). Interpretación de la citología canina y felina. Argentina
: Nestle Purina Pet Care Company.
Tizard, I. (2009). Introducción a la inmunología veterinaria . Barcelona-España : Elsevier
España .
9. ANEXOS
Figura 5: Proceso de la migración leucocitaria a través de los vasos sanguíneos, mostrando
aquí en relación con los neutrófilos (Kumar et al, 2008).
Figura 6: Activación leucocitaria, varias clases de receptores en la superficie celular de los
leucocitos reconocen estímulos diferentes. Los receptores inician respuesta que media en
las funciones de los leucocitos (Kumar et al, 2008).