Este documento describe la ira como un estado emocional caracterizado por sentimientos de enojo o enfado. Explica que la ira activa dos zonas del cerebro: la corteza cingulada anterior, que controla las emociones, y la corteza dorsolateral prefrontal, que controla las decisiones racionales. También detalla algunas modificaciones fisiológicas que ocurren cuando se experimenta ira, como la tensión muscular y la aceleración de la respiración y los latidos del corazón. Además, señala que la ira
TUTORIA II - CIRCULO DORADO UNIVERSIDAD CESAR VALLEJO
La ira: localización cerebral, influencias en el aprendizaje y técnicas de tolerancia
1. LA IRA
UNIVERSIDAD YACAMBÚ
VICERRECTORADO ACADÉMICO
FACULTAD DE HUMANIDADES
PSICOLOGÍA
Profesora: Xiomara Rodríguez
Asignatura: Fisiología y Conducta
Sección: ED01D0V 2017-3
Integrante: Alexander Bautista
Caracas, 21 de octubre de 2017
2. Ira
Estado emocional caracterizado por sentimientos de enojo o de
enfado y que tienen una intensidad variable, forma parte del continuo
“ira-hostilidad-agresividad”, en el que la hostilidad haría referencia a
una actitud persistente de valoración negativa de, y hacia, los demás;
y la agresividad se entendería como una conducta dirigida a causar
daño en personas o cosas.
3. Localización de la ira en el
cerebro
Según un estudio realizado en la Universidad de
Iowa, durante el enojo, se activan dos zonas
del cerebro: la corteza cingulada anterior
(ACC) y la corteza dorsolateral prefrontal
(DLPFC).
1. ACC. Es la corteza cingulada anterior del
cerebro y se encarga del control de las
emociones.
2. DLPFC: Es la corteza dorsolateral prefrontal
del cerebro, y se encarga de la toma de
decisiones racionales, por lo que impide que
nos dejemos llevar por los impulsos. Sin
embargo, al ser "enojón", también puede
llegar a agotarse y deja de funcionar.
4. Influencias en el aprendizaje
Dificulta la asimilación de conocimientos.
Desvía la atención y paraliza la memoria
activa.
Bloqueo intencional de la información.
Deshago con el facilitador y lo que le enseña
5. Modificaciones Fisiológicas
Según Valentina D’Urso, profesora de Psicología de la Universidad de Padua
(Italia), “la ira es un fenómeno que, aunque cada vez es más común en nuestra
sociedad, ocasiona efectos negativos en el organismo”. Tensa los músculos,
acelera la palpitación y la respiración, y somete al cuerpo a un estado de
tensión. También dificulta la capacidad de razonar y limita el control que
tenemos sobre nuestros actos. “Hay que acostumbrarse a prever las
situaciones de riesgo [...]. Sin perder la serenidad, diga inmediatamente:
‘No estoy de acuerdo’, y vivirá mucho mejor”, aconseja D’Urso.
Tal como un volcán en erupción causa estragos entre los que viven en sus
inmediaciones, la persona que manifiesta ira exaltada perjudica a los seres que
la rodean y también se hace mucho daño a sí misma. ¿A qué nos referimos?
“Los actos motivados por la ira conducen a mayor agresividad”, dice la revista
The Journal of the American Medical Association (JAMA). De acuerdo con las
investigaciones, los hombres que descargan su ira “tienen más probabilidades
de morir antes de cumplir los 50 años que los que no lo hacen”.
La American Heart Association (Asociación Americana del Corazón) dice algo
parecido: “Los hombres que tienen arrebatos de cólera corren dos veces más
peligro de sufrir un ataque de apoplejía que los que controlan su genio”. Estas
advertencias son pertinentes para ambos sexos.
6. Tolerancia
“Un corazón calmado es la vida del organismo.” (Proverbios 14:30.)
Técnicas de relajación sencillas para mitigar los sentimientos de ira.
● Respirar profundo es una de las mejores y más rápidas maneras de
disminuir la intensidad del enojo.
● Mientras está respirando, repita una palabra o frase que lo ayude a
tranquilizarse, como “relájate”, “déjalo” o “cálmate”.
● Tenga un pasatiempo: la lectura, la jardinería, escuchar música o alguna
otra actividad relajante.
● Haga ejercicio y siga una dieta saludable.
7. Trastornos comunes
Trastorno explosivo intermitente: se caracteriza por expresarse a
través de estallidos de violencia repentinos y relativamente breves,
desencadenados por situaciones mínimamente frustrantes o
estresantes, y que no pueden ser explicados por el consumo de
sustancias o lesiones.
Entre los síntomas está la aparición de explosiones cortas de ira,
expresada a través de violencia física o verbal, que resultan
desproporcionadas con respecto a la magnitud de sus causas y
conllevan una pérdida de control.
La intervención suele ser una combinación entre terapia cognitiva
conductual y administración de psicofármacos (normalmente,
estabilizadores del estado de ánimo y/o antidepresivos).
8. Trastornos comunes
El enfado crónico es un estado de ira
permanente que se aplaca y se agrava según las
circunstancias pero que siempre está ahí. Son
personas que nos hacen pensar que su forma de
ser es estar enfadados ya sea con los demás o
con uno mismo.
Las emociones y los pensamientos negativos nos
tienen completamente controlados. En ocasiones,
la ira crónica se debe a desencadenantes externos
que han provocado que acaben siendo de esa
manera. El enfado crónico está relacionado con la
creencia errónea que asocia mostrar tristeza o
miedo con debilidad ante los demás o ante uno
mismo, mientras que mostrar ira se asocia a un
sentimiento de fortaleza.
9. Expectativas
Es difícil esquivar por completo los detonantes
de la ira, trátese de personas o situaciones.
Lo que sí podemos hacer es aprender a
controlar nuestras reacciones. Para ello se
requiere un cambio de mentalidad.