1. 2/9/2015 ASUNTOS BICICLETEROS
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LAS BAJADAS
Tal y como terminé diciendo en la entrega anterior, ahora le toca el turno a las bajadas, por lo que
ponte cómodo y sigue leyendo.
El Mountain Bike no se puede concebir sin las bajadas. Cualquiera que monte en bici de montaña
sabrá que después de una dura subida, espera el dulce caramelo de la bajada. Pero como todo en la
vida cualquier nueva especialidad requiere aprendizaje, y el deslizarse con soltura y fluidez por una
bajada de tierra llena de obstáculos, en lugar de hacerlo por una lisa carretera de asfalto, requiere
que el aficionado aprenda a controlar a su bici y aprender una serie de conceptos técnicos para que
una bajada, en lugar de ser un suplicio, o algo que se tema hacer, llegue a ser algo placentero y que
encima divierta.
El sentir respeto por una determinada bajada o por todas, ya sea un sendero estrecho lleno de
piedras, raíces y demás accidentes geológicos, o un rápido descenso de tierra lisa y apisonada, es
algo totalmente lógico y comprensible para aquellas personas que se enfrentan a una bajada en bici
de montaña por primera vez, además de ser una respuesta totalmente normal propia del
subconsciente de la persona. Parafraseando a lo que decía Calderón de la Barca (creo) aquello de
que: “Nada es verdad y nada es mentira, que todo es del color del cristal con que se mira”, los
descensos, sean del tipo que sean, pueden ser un auténtico patio de recreo para algunos y una
terrorífica experiencia para otros. Sin embargo solo es cuestión de seguir, y tener claros, una serie
de conceptos que si se respetan, antes de lo que se piensa aquella bajada que siempre se nos
atragantaba, la podremos realizar de una forma segura y divertida, y lo que es más importante, sin
desparramarnos por el suelo.
APRENDER A LEER EL TERRENO
Esto que puede parecer tan difícil al principio, es fundamental para salir airosos de cualquier
bajada. Una de las primeras cosas que tenemos que aprender es a saber elegir una trazada que sea
lo menos complicada posible. Esa trazada ideal, evidentemente, no es igual en todos los caminos, ni
es igual para todos los ciclistas, ya que depende de la inclinación del sendero, los obstáculos que
haya, el tipo de éstos obstáculos (no es lo mismo deslizarse cuesta abajo por un sendero cuyo firme
este plagado de raíces, que por otro cuya principal dificultad sea la tierra suelta depositada en él) y
la condición física del biker en ese momento, o su habilidad técnica. Es muy importante entrenar la
capacidad que el cuerpo tiene para anticiparse a los obstáculos que se presentarán en una bajada,
por eso es recomendable chupar rueda cantidad. Es decir, es una muy buena idea el salir con gente
que ya sepa desenvolverse bien en las bajadas, y fijarse en como solventan los diferentes obstáculos
que se presenten. Evidentemente lo que no se puede hacer es lanzarse sin control por un camino
cuesta abajo, ya que lo más seguro es que acabemos yendo a un selecto club social (Hospital) y en
algunos casos con limusina y todo (Ambulancia).
Una forma muy buena de aprender a leer el terreno, y como consecuencia elegir la trazada idónea,
es ir encima de la bici en “relajada tensión”. Exactamente ¿qué significa eso de la relajada tensión?
Pues no es más que dominar la bici en todo momento, dejando que los brazos y las piernas actúen
como si de suspensiones se tratasen, pero a la vez no dejando que los baches nos echen fuera del
sendero o la trazada. Los giros del manillar deberán ser suaves siempre, aunque es mucho mejor
guiar a la bici con las caderas, la parte interna de los muslos, apoyándolos contra el sillín, y los
hombros, inclinando éstos de forma que obliguemos a la bici a ir hacia donde queremos. También es
muy importante aprender a frenar de forma eficaz en una bajada. El freno, en éstas circunstancias,
puede ser nuestro mejor aliado o nuestro peor enemigo, y jamás se usará de forma violenta. En
otras palabras: Los derrapajes y bloqueos de rueda no son nada recomendables si queremos bajar
con control, de lo contrario es la forma más sencilla de irnos al suelo, ya que al bloquear las ruedas,
éstas dejarán de rodar y lo que harán es deslizarse sin control sobre el suelo, y teniendo siempre en
cuenta que si la que derrapa es la rueda delantera, en un porcentaje muy alto (por encima del 90 %)
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terminaremos yéndonos al suelo con las consecuencias que eso trae.
Por lo tanto, el uso de los frenos estará casi reservado a la frenada sutil pero firme, para corregir
posibles variaciones en la trazada que llevemos en la bajada que estemos realizando, y siempre
usaremos el freno trasero más que el delantero. Ya que es mucho más fácil corregir un derrapaje de
la rueda trasera, que uno en la rueda delantera.
CONTROLANDO LA POSICIÓN
La posición encima de la bici es otra de las cosas que se deberá aprender a controlar para disfrutar
de las bajadas. Hay que aprender a no ir rígido en la bici, de lo contrario los músculos de los
antebrazos y brazos se colapsaran, además al llevar los brazos en permanente tensión, las
vibraciones de la rueda delantera se transmitirán a los hombros y la cabeza, haciendo que ésta
última vibre de forma exagerada reduciendo, nuestra capacidad visual, incluso aunque llevemos la
mejor suspensión en la bici. Como consecuencia de ello es muy probable que algún elemento de la
bajada, como una raíz, roca o surco en el camino, nos pasen desapercibidos, con las consecuencias
nefastas que eso puede llegar a tener si nos encontramos con ellos al no verlos.
La posición encima de la bici, también hay que
modificarla con respecto a la posición de pedaleo sobre
terreno llano. Si la bajada no es muy pronunciada,
bastará con adoptar una postura similar a la que se ve
en la foto de la derecha. Si se observa la foto, se puede
ver que la cara interna de los muslos están sujetando el
sillín, a la vez que esa posición retrasa y baja
ligeramente el centro de gravedad. Actuando de ésta
forma, el control que obtendremos sobre la bici será
total en éste tipo de bajadas.
De lo contrario, si la bajada es muy pronunciada deberemos levantarnos aún más sobre los pedales,
y retrasar el culo lo suficiente como para que la bici sea más estable, tal y como se puede ver en la
foto de la izquierda. Con esa posición, se consigue bajar más el centro de gravedad y cargar más
peso sobre el eje trasero. Dicho de otro modo: De lo que se trata es de variar el centro de gravedad
lo necesario, para que éste se retrase y se acerque al suelo lo justo para evitar, que en caso de
caída, salgamos disparados hacia delante por encima del manillar. Lo que se conoce vulgarmente
(en el mundo de la moto) salir por orejas.
Sin embargo no hay que exagerar mucho ésta posición, ya que al echar el cuerpo hacia atrás,
perderemos algo de adherencia en la rueda delantera, con lo cual, y ante un posible cambio de
trazada, si vamos retrasados de forma exagerada, nos podemos quedar sin dirección en la bici, y
eso es perfecto para darnos el costalazo. En todo caso, y dependiendo de la inclinación de la
bajada, la experiencia que vayamos adquiriendo y el sentido común, nos dirán cuanto tendremos
que retrasar el cuerpo ante una determinada pendiente.
Si el descenso no es muy inclinado y el terreno lo permite, podremos mantener la posición de
sentado, pero mi experiencia me dice que aunque el descenso no sea complicado, es mejor bajarlo
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manteniendo la posición de levantado sobre los
pedales, de ésta forma podremos realizar la
bajada con más control y con mayor velocidad, y
podremos variar la trazada de la bici de una
forma más eficaz.
CON VISTA Y VELOCIDAD
La forma de “ver” la bajada es otra de las
capacidades que habrá que entrenar para que la
experiencia de deslizarse cuesta abajo encima de la bici sea algo divertido. Por tanto, la mirada
tiene que ir anticipándose a la próxima zona de referencia de la bajada, para elegir la trazada
adecuada. Deberemos acostumbrarnos a ir mirando a unos 6 u 8 metros por delante de la rueda
delantera, de ésta forma podremos anticiparnos a cualquier obstáculo que haya en la trazada,
virando o aplicando los frenos para conseguir salir airosos del lance. También es recomendable que
nuestra velocidad de descenso no sea demasiado lenta, aunque tampoco deberá ser tan elevada
que nos descontrolemos a la primera de cambio. Si vamos bajando con una velocidad demasiado
lenta, lo más probable es que nos vayamos comiendo todos los obstáculos de la bajada, es decir, las
ruedas se meterán en todos los hoyos, regueros y tropezarán con todas las piedras y raíces del
camino, provocando que en algunos de esos encuentros acabemos en el duro suelo. Lo ideal es
buscar el compromiso de velocidad, adaptada al descenso que se esté haciendo.
Aunque todo esto puede parecer muy difícil de asimilar al principio, muchas de las capacidades
necesarias para afrontar una bajada con seguridad, se realizan de forma automática una vez que
hayamos cogido la destreza necesaria encima de la bici. Con esto quiero decir que la mejor manera
de entrenar esas capacidades, es la de montar en bici. La experiencia acumulada a lo largo del
tiempo encima de la bici, es la única garantía de poder afrontar cosas y retos que antes nos
parecían imposibles. No hay fórmulas mágicas para aprender a bajar con soltura y rapidez, de una
forma rápida. Por otro lado no sería la primera vez que un biker novato ante una determinada
bajada dijera que no iba a conseguir hacerla nunca, y sin embargo si ese mismo biker ha sido
contante, pasados unos meses, no solo ya es capaz de bajar por donde antes le parecía imposible,
sino que encima se divierte.
RESUMIENDO PARA TERMINAR
De todo esto podemos deducir que la práctica es el único método eficaz para afrontar las bajadas
con garantías de éxito, por lo tanto y haciendo un resumen:
1. Al principio hay que enfrentarse a bajadas de poca entidad para aprender a controlar la
posición encima de la bici, es decir, poder ponernos de pie sobre los pedales, variar el centro
de gravedad cambiando la posición del cuerpo y haciendo que los brazos y las piernas sirvan
de amortiguadores a las irregularidades del terreno.
2. Deberemos aprender a llevar la vista pordelante de la bici lo suficiente, como para poder
anticiparse ante cualquier eventualidad que nos surja.
3. Si aprendemos a visualizar la bajada y anticiparse a los obstáculos que ésta tenga, podremos
elegir la trazada más adecuada para descender con seguridad y rapidez por cualquier bajada.
4. Evitaremos llevar una velocidaddemasiado rápida o demasiado lenta al principio. Hay que
intentar bajar con cierta soltura pero controlando en todo momento nuestra velocidad de
descenso.
5. En la medida de lo posible, evitar usar el freno delantero. Es mejor controlar el descenso de
la bici usando el freno trasero, ayudándonos con sutiles cambios de peso del cuerpo, e
intentar evitar el bloqueo de las ruedas. Eso sí, si hay que usar el freno se usa que para eso
está.
6. Por supuesto que bajo ningún concepto, se realizará una bajada sin llevar elementos
protectores como el casco y los guantes, salvo que no tengas demasiado aprecio a tu
integridad física.
7. Por último, y no por ello menos importante, se trata de disfrutar encima de la bici. Si no se
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disfruta cuando se esté haciendo una bajada, es que no se está haciendo bien. Además, todos
los días no son iguales. La bajada que la semana pasada se hizo sin novedad, hoy no estamos
tan finos y no nos atrevemos con ella. No pasa nada, otra vez será, se hace otro día y listos,
que no tenemos que demostrar nada a nadie, ni siquiera a nosotros mismos.
Lógicamente todo esto es algo que no se va a conseguir enseguida, o a la primera. Lo único que hay
que tener es constancia, paciencia y tratar de adaptarse lo mejor que se pueda a los cambiantes
trazados de un descenso. Si se usa la cabeza (y no precisamente contra el suelo), y se es constante,
lo más probable es que un buen día nos llevemos la sorpresa al descubrir que aquella bajada que un
día nos parecía imposible de realizar, ahora somos capaces de bajarla con soltura y seguridad. Y lo
más importante, nos divertiremos bajando por ella. Eso nos dará la suficiente confianza en nosotros
mismos, como para afrontar otros retos.
En la entrada siguiente, que será la última de ésta serie, hablaré de una de las disciplinas que a mi
más me llama la atención, más me atrae y más me gusta de éste completo y bonito deporte que es
el MTB. Me estoy refiriendo a lo que los americanos llaman "Single Track", que viene a significar algo
así como Sendero Estrecho. Hasta la próxima.