REGULACIÓN EMOCIONAL: Todos tenemos una capacidad natural para resolver nuestros conflictos emocionales, nuestros malestares emocionales: miedos, angustias, irritabilidad, violencia, inhibiciones, bloqueos, ansiedades, obsesiones, estados depresivos, malestares en el día a día y también fobias.
1. Claustrofobia
Los síntomas de claustrofobia se producen cuando la persona se encuentra en un espacio
cerrado, como puede ser un ascensor, un túnel, una habitación pequeña, etc. En estas
situaciones la persona presenta de manera brusca síntomas tales como: inquietud, ansiedad,
sudoración, llanto, aumento de la frecuencia cardíaca o de la respiración. También algunas
personas sienten que se ahogan en espacios cerrados y tienen la necesidad de abandonar o
huir del lugar lo antes posible.
Muchas personas pueden en algún momento de su vida sufrir sensación o miedo
claustrofóbico, pero solo del 4% al 8% sufren esta fobia de manera regular. Esta patología está
clasificada dentro de las fobias específicas de forma grave, lo que puede provocar ataques de
pánico o crisis de angustia cuando entran en un ascensor o se quedan atrapados en un lugar
cerrado.
Como la mayoría de las fobias la claustrofobia es irracional y el pensamiento racional, por lo
general, no lo puede curar. Esto quiere decir que a pesar de que una persona sabe que un
espacio cerrado en particular no representa ningún peligro de manera racional, aun sabiéndolo
puede llegar a tener pánico extremo cuando está en dicho espacio cerrado y la situación puede
empeorar hasta llegar a presentar un ataque de pánico.
Tanto la claustrofobia como la mayoría de las fobias se pueden resolver aplicando la
Regulación Emocional y la experiencia nos indica que normalmente basta una sólo sesión, en
la mayoría de los casos, para superarla de manera definitiva. Podemos afirmar que la
Regulación Emocional para las fobias tiene el éxito asegurado y muchos testimonios que
tenemos así lo pueden confirmar.