En este registro documental de principios de siglo destaca el papel fundamental y protagónico la iglesia en todas sus épocas, pero en especial a partir de la creación de la Prefectura Apostólica el 14 de febrero de 1909 y se manifiesta a través de los diferentes informes oficiales que se presentaron al Delegado Apostólico de Colombia en los períodos 1909 – 1910, 1911-1915, informe que el Prefecto Apostólico del Chocó rinde al Arzobispo de Bogotá y Primado de Colombia como presidente de la Junta Arquidiocesana de Misiones 1916 -1918- 1919,Informe de la Prefectura Apostólica del Chocó durante la administración de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María 1909-1929,elaborado con motivo de la grandiosa exposición misional española de Barcelona 1929, al igual que en el libro publicado con motivo de las Bodas de Plata Misionales de la Congregación de Misioneros Hijos del Corazón de María en el Chocó 1909-1934 y en la relación de algunas excursiones apostólicas en la misión del Chocó publicado en 1924. El aporte del equipo de misioneros claretianos al desarrollo de muchas actividades religiosas, culturales y cívicas en 90 años de actividades en el Chocó es invaluable por su gran aporte a la espiritualidad, la música, la arquitectura, el cine y la fotografía; con la osadía de quien descubre caminos de fe, se enfrentaron a un medio agreste y desconocido, buscando almas para conquistar con la existencia de Dios, surcando ríos, selvas húmedas y montañas en una gesta evangelizadora y colonizadora sin precedentes, muchos de estos misioneros españoles utilizaron la cámara fotográfica e incluso filmadora para registrar su trabajo y vivencias en el Chocó, que se plasmaron en cientos de fotografías y varias películas sobre el trabajo misionero, que son a su vez una perspectiva importante de la historia del Chocó y que a pesar del dramático incendio que afectó el Convento Episcopal en 1934, donde se perdió un importante archivo de cine, fotografías y documentos, aún se conservan algunos vestigios a través de textos y archivos oficiales de los misioneros claretianos, que se encuentran en las sedes de Medellín y Quibdó.