2. “Sino que cada uno es tentado por su propia concupiscencia, que lo atrae y lo seduce.”
(Santiago, 1:14)
Generalmente, al surgir grandes males, los participantes de la caída imputan a Dios la causa
que les determinó el desastre. Se recuerdan, tardíamente, de que el Padre es Todopoderoso y
alegan que la tentación solamente podría haber venido del Divino Designio
Sí, Dios es el Absoluto Amor y tanto es así que los decaídos se conservan de pie, contando con los eternos valores
del tiempo, amparados por sus manos compasivas. Las tentaciones, sin embargo, no proceden de la Paternidad
Celestial.
¿Sería, por ventura, el estadista humano responsable por los hechos irrespetuosos de cuantos transgreden la ley
creada por él?
3. Las referencias del Apóstol están profundamente tocadas por la luz del cielo.
"Cada uno es tentado, cuando es atraído por la propia concupiscencia."
Examinemos particularmente ambos sustantivos "tentación" y "concupiscencia". El primero
exterioriza al segundo, que constituye el fondo viciado y perverso de la naturaleza humana
primitiva. Ser tentado es oír la propia malicia, es abrigar los arbitrios inferiores de sí mismo, por
cuanto, aunque el mal venga del exterior, solamente se concretiza y persevera si nos afinamos,
con él, en la intimidad del corazón.
Finalmente, destaquemos el verbo "atraer". Verificaremos la extensión de nuestra inferioridad por la naturaleza de las
cosas y situaciones que nos atraen.
La observación de Santiago es ruta cierta para que analicemos el origen de las tentaciones.
Recuerda que cada día tienes situaciones magnéticas específicas. Considera la esencia de todo lo que te atrajo en el
curso de las horas y eliminarás los males propios, atendiendo al bien que Jesús desea.
5. EL SERMÓN DE LA MONTAÑA:
CUMPLIMIENTO DE LA LEY Y
NUEVA JUSTICIA (Mt 5, 17-48)
TEMA 19
El Sermón de la Montaña
6. No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No
he venido a abolirlos, sino a darles cumplimiento. Os
aseguro que, mientras duren el cielo y la tierra, no dejará de
estar vigente ni una i ni una tilde de la ley hasta que todo
suceda. Por tanto, el que no dé importancia a uno de estos
mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres,
será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el
que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de
los Cielos. La justicia nueva, superior a la antigua. Porque
os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los
escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos.
1. CONOCER
Contexto inicial
7. “Hay dos partes distintas en la ley mosaica: la Ley de Dios,
promulgada en el Monte Sinaí y la otra civil o disciplinaria, establecida
por Moisés; la una es invariable y la otra, apropiada a las costumbres y
al carácter del pueblo, se modifica con el tiempo.”
1. CONOCER
Contexto inicial
8. Yo soy el Señor vuestro Dios, que os saqué de
Egipto, de la casa de servidumbre. No tendréis
otros dioses extranjeros delante de mí. No haréis
imágenes talladas, ni ninguna figura de todo lo
que está en lo alto en el cielo y abajo en la
Tierra, ni de todo lo que está en las aguas bajo la
Tierra. No las adoréis ni le rindáis culto
soberano.
No tomaréis el nombre del Señor vuestro
Dios en vano.
Acordaos de santificar el día sábado.
1. CONOCER
Contexto inicial
9. Honrad a vuestro padre y a vuestra madre,
para que viváis largo tiempo en la Tierra, que el
Señor vuestro Dios os dará.
No mataréis
No cometeréis adulterio.
No robaréis.
No prestaréis falso testimonio contra
vuestro prójimo.
No desearéis la mujer de vuestro prójimo.
No desearéis la casa de vuestro prójimo, ni
su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni
ninguna de todas las cosas que le pertenecen.
1. CONOCER
Contexto inicial
10. Esta es la ley de todos los tiempos y de todos los países y tienen, por eso mismo, un
carácter divino. Todas las otras son leyes establecidas por Moisés, obligado a contener, por
el miedo, a un pueblo naturalmente turbulento e indisciplinado, en el cual tenía que combatir
abusos arraigados y prejuicios adquiridos en la servidumbre de Egipto.
1. CONOCER
Contexto inicial
11. Para dar autoridad a sus leyes, debió atribuirles origen divino, como lo hicieron todos los legisladores de los
pueblos primitivos; la autoridad del hombre debía apoyarse en la autoridad de Dios; pero sólo la idea de un
Dios terrible, podía impresionar a hombres ignorantes, en quienes el sentido moral y el sentimiento de una
delicada justicia estaban aún poco desarrollados. Es evidente que el que había establecido en sus
mandamientos: “Tu no matarás; tú no harás mal a tu prójimo”, no podría contradecirse elevando a deber el
exterminio. Las leyes mosaicas propiamente dichas, tenían, pues, un carácter esencialmente transitorio.
1. CONOCER
Contexto inicial
13. “Jesús no vino a destruir la Ley (Dt 4:80), y toda la
economía antigua, ni consagrarla como intangible, sino a
darle, por su enseñanza y por su comportamiento, una
nueva y definitiva forma, en la cual se realiza, al final,
plenamente, aquello que la Ley dirigía [...]”
1. CONOCER
Contexto inicial
15. En todas las situaciones el Maestro es incisivo en cuanto
al cumplimiento de la ley mosaica, y reproduce, inclusive,
expresiones vulgares del judaísmo cuando hace referencia a
las cosas eternas, imperecederas: “[...] Os aseguro* que,
mientras duren el cielo y la tierra, no dejará de estar vigente
ni una i ni una tilde de la ley hasta que todo suceda.” (Mt
5:18).
La idea que aquí se destaca es la de que “[...] la ley y los profetas jamás serán
derogados [...]. la expresión “mientras duren el cielo y la tierra” probablemente es una
fórmula común para mostrar la invariabilidad de la palabra divina. Posteriormente, Jesús
empleó casi las mismas palabras para indicar que sus palabras son invariables y
eternas: “el Cielo y la Tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán (Mt 24:35; Mc 13:31
e Lc 21:33) ”
1. CONOCER
Contexto inicial
16. Sin duda, para consolidar la excelencia de la ley
mosaica desde el punto de vista de la opinión, Jesús
podría invocar la ciencia y la filosofía, la religión y la
historia, la política y la ética social, movilizando la cultura
de su tiempo para enunciar nuevos tratados de revelación
superior, empleando el buril de la razón o el látigo de la
crítica para llamar a los contemporáneos al cumplimiento
de los propios deberes, pero, comprendiendo que el amor
rige la justicia en la Creación Universal, prefirió testimoniar
la Ley vigente, plasmándole la grandeza y la exactitud del
propio ser, a través de la acción renovadora con la que
marcó la propia ruta, en la expansión de la propia luz.
1. CONOCER
Contexto inicial
17. No matarás (Mt 5:21-22)
Habéis oído que se dijo a los
antepasados: No matarás, pues el
que mate será reo ante el tribunal.
Pues yo os digo que todo aquel
que se encolerice contra su
hermano será reo ante el tribunal; el
que llame a su hermano ‘imbécil’ será
reo ante el Sanedrín; y el que le llame
‘renegado’ será reo de la Gehenna de
fuego.
1. CONOCER
Contexto
18. 27 “Habéis oído que se
dijo: No cometerás
adulterio. 28 Pues yo os
digo que todo el que mira
con deseo a una mujer ya
cometió adulterio con ella
en su corazón”.
1. CONOCER
Contexto
19. «También se dijo: El que repudie a su mujer, que le
dé acta de divorcio. Pero yo os digo que todo
aquel que repudia a su mujer —excepto en caso de
fornicación— la hace ser adúltera; y el que se case
con una repudiada comete adulterio.
Habéis oído también que se dijo a los
antepasados: No perjurarás, sino que cumplirás al
Señor tus juramentos.
1. CONOCER
Contexto
20. El divorcio es una ley humana que
tiene por objeto separar legalmente lo
que estaba separado de hecho; no es
contrario a la Ley de Dios, puesto que
sólo reforma lo que los hombres han
hecho y puesto que sólo es aplicable en
los casos en que no se han tomado en
cuenta la Ley Divina. [...]
1. CONOCER
Contexto
21. Pero el mismo Jesús, no consagró la
indisolubilidad absoluta del matrimonio. No dijo que:
“¿A causa de vuestra dureza de corazón, Moisés os
permitió devolver a vuestras mujeres?” Lo que
significa que, desde el tiempo de Moisés, no
siendo el afecto mutuo el único objeto del
matrimonio, la separación podría ser necesaria.
Va más lejos y especifica el caso en que el
repudio puede tener lugar: el adulterio;
[...].
1. CONOCER
Reflexión
22. Pues yo os digo que no juréis en modo alguno: ni
por el Cielo, porque es el trono de Dios; ni por la
Tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por
Jerusalén, porque es la ciudad del gran rey. Ni
tampoco jures por tu cabeza, porque ni a uno solo de
tus cabellos puedes hacerlo blanco o negro.
Limitaos a decir: ‘Sí, sí’ ‘no, no’*, pues lo que pasa
de aquí proviene del Maligno.
1. CONOCER
Contexto inicial