Planificacion Anual 4to Grado Educacion Primaria 2024 Ccesa007.pdf
Política "en caliente": la emoción en el populismo y el autoritarismo
1. Política “en caliente”: la
emoción en el populismo y
el autoritarismo
Dr. Esteban Laso (Universidad de Guadalajara – CUCI / Instituto
Tzapopan, México)
www.estebanlaso.com
2023
Dr. Esteban Laso Ortiz – 2023
3. ● Laso, E. (2010). ¿Qué futuro tiene el liberalismo clásico? Del “liberalismo restringido” al “liberalismo
ampliado”. Polémika: Revista del Instituto de Economía USFQ. Universidad San Francisco de Quito:
Quito, Ecuador.
● Laso, E. (2010b). La confianza como encrucijada: cultura, desarrollo y corrupción. Athenea Digital –
Revista de Pensamiento e Investigación Social, 17:97-117.
● Laso, E. (2012a). Oxitocina, confianza y corrupción: una teoría sistémica del camino al autoritarismo.
Athenea Digital – Revista de Pensamiento e Investigación Social, 12(2): 69-88.
● Laso, E., y Guerra Hernández, M. (2020). La doma del carisma. Revisión histórica de las teorías
psicosociales del carisma político. Estudios Políticos, 51: 217-247.
4. ● Laso, E. (2010). ¿Qué futuro tiene el liberalismo clásico? Del “liberalismo restringido” al “liberalismo
ampliado”. Polémika: Revista del Instituto de Economía USFQ. Universidad San Francisco de Quito:
Quito, Ecuador.
● Laso, E. (2010b). La confianza como encrucijada: cultura, desarrollo y corrupción. Athenea Digital –
Revista de Pensamiento e Investigación Social, 17:97-117.
● Laso, E. (2012a). Oxitocina, confianza y corrupción: una teoría sistémica del camino al autoritarismo.
Athenea Digital – Revista de Pensamiento e Investigación Social, 12(2): 69-88.
● Laso, E., y Guerra Hernández, M. (2020). La doma del carisma. Revisión histórica de las teorías
psicosociales del carisma político. Estudios Políticos, 51: 217-247.
● Laso, E., y Hernández González, E. (2023, en prensa). Psicología política del carisma: en la encrucijada
entre fascismo y populismo.
11. Una emoción (primaria) es una tendencia de
acción relacional,
Orientada a defender las necesidades del
organismo vis-a-vis el entorno,
Dentro de un repertorio limitado de respuestas
prototípicas evolutivamente seleccionadas.
13. Una emoción (secundaria o autoevaluativa) es
una emoción primaria articulada sobre un
sistema de creencias y prácticas,
Correspondiente a un orden moral
determinado,
Que evalúa al self en función de dicho orden
moral internalizado
Para asegurar su aceptación y viabilidad.
14. Por ende, todo acto social se sustenta en
emociones primarias y secundarias,
y toda forma de liderazgo y conducta políticas
son en definitiva canalizaciones de dichas
emociones vis-a-vis las necesidades que les
subyacen.
15. Además, las emociones se “contagian”.
O más propiamente, una emoción en un
circunstante produce en todos los demás
emociones recíprocas.
Esta es la base del carisma en todas sus
formas: la canalización del contagio emocional.
17. Ambos precisan de un contexto de crisis (desempleo, hambruna, inequidad, incertidumbre) que
produce una zozobra generalizada en un grupo significativo de ciudadanos,
Y una desconfianza en el sistema político, percibido como corrupto, aletargado y al servicio de las
élites y no del pueblo.
Ambos son fenómenos totales: se presentan como alternativas no sólo políticas, sino morales.
Son maniqueos: organizan la realidad social en términos de oposiciones polares entre las cuales no
existen gradaciones.
Concomitantemente, conciben la polity como un ente monolítico donde no tienen cabida mayores
disensos, por lo cual;
Requieren, para su máxima expresión, de un líder cuyo carisma lo autorice a erigirse en
guardián/encarnación de la polity.
Restringiendo el acceso a ésta (o a la toma de decisiones) a quienes en su opinión no le pertenecen
(lo que los hace antipluralistas).
Su pretensión totalista les lleva a esperar una constante e intensa participación de sus adeptos en
mítines y movilizaciones más allá de los comicios y la intermediación de los partidos.
Participación que se funda en la filiación carismática, un conjunto de emociones intensas y
perdurables que unen al líder con sus adeptos más allá de los partidos o las ideologías.
Y que desemboca en un funcionamiento paroxístico, una sucesión de accrescendo (en medio de la
“lucha contra el mal”) y clímax (alcanzada la victoria) que puede repetirse ad libitum mientras
se mantengan en el poder.
La diferencia fundamental es la centralidad de la violencia en el fascismo,
tanto en la forma de conseguir y mantener el poder cuanto en su mitología.
De ella se desprenden:
La dependencia del fascismo de huestes violentas organizadas al
margen del Estado, prestas a desplegarse al llamado de su líder;
La exaltación de la Voluntad (la Fuerza, la Decisión, la presteza…) en la
mitología fascista,
Que se apoya en la noción de Pureza (contraria a la
Suciedad/Degeneración), mientras que la del populismo lo hace en la
de Nobleza/Ingenuidad (opuesta a la Avaricia/Astucia);
De forma que su paroxismo desemboca siempre en violencia
generalizada,
Por medio de ghettos, guerras étnicas o religiosas, campos de
concentración, genocidios o deportaciones masivas.
18. Resentimiento (ressentiment): la reacción
cuando alguien nos inflige una ofensa o
injusticia.
“La injusticia provoca indignación; la repetición
sistemática de la injusticia degenera en
resentimiento”.
19. Los adeptos del líder no sólo han sufrido
injusticia: se han sentido vejados,
despreciados, privados de su dignidad.
Han sido sometidos a la “espiral del silencio”.
20. El líder carismático restaura esta dignidad por
medio de su figura, que legitima las emociones
“negativas” expresándolas sin tapujos y por
ende encarna (sin satisfacer) las necesidades
invisibilizadas por la injusticia, la opresión o la
súubita pérdida de privilegios.
21. el líder restaura de facto, por medio de su figura y
discurso, la dignidad malherida de sus adeptos; es
un espejo que, al amplificar las experiencias
emocionales no asumidas de estos, derivadas de su
exclusión o defenestración, las legitima y exalta.
22. En consecuencia, no es una conducta
irracional: aunque el líder no satisfaga las
necesidades, las legitima.
Los adeptos al populismo o el fascismo están,
en el fondo, sedientos de dignidad.
24. Populismo: el resentimiento se tiñe de ira por
la experiencia de falta de respeto
Fascismo: se tiñe de odio, como respuesta al
desprecio recibido y la vergüenza que
despierta
25. a tendencia de acción de la ira es pelear para recuperar lo que se nos ha arrebatado y
exigir que nos respeten. Concomitantemente, el caudillo populista conduce a sus
huestes a defenestrar (casi siempre simbólicamente) a las élites que les han
engañado y a tomar su lugar (a través de la persona del caudillo en la cual se encarna
la voluntad popular). Por eso, las metáforas de la lucha y la guerra son constantes en
la retórica populista. En cambio, el desprecio es la contraparte relacional del asco,
emoción destinada a purgar el organismo de las sustancias tóxicas que se han
infiltrado en é. Concomitantemente, el caudillo fascista mueve a sus adeptos a
identificar, aislar y expulsar o aniquilar al Otro sucio y perverso que ha osado
contaminar al pueblo, y la oleada fascista no se detiene hasta haber consumado esta
purga social.