Como Venezuela se encuentra en mora por no haber definido
hasta ahora políticas que mitiguen este amenazante fenómeno
planetario, el Grupo Orinoco para el desarrollo sostenible ha
tomado la iniciativa de preparar este documento que pretende
aportar los elementos conceptuales básicos que las autoridades
nacionales correspondientes pueden utilizar como guía en la
formulación e instrumentación de las políticas adecuadas.
Lineamientos para una Política Nacional de Cambio Climático Vzla.pdf
1.
2.
3.
4. Contenido
Prólogo | p. 7
1 Introducción | p. 9
2 Antecedentes | p. 13
3 ¿Qué implica llevar a cabo una gestión
del Cambio Climático en Venezuela? | p. 17
4 Política Nacional de Cambio Climático | p. 19
5 Principios rectores de la
Política Nacional de Cambio Climático | p. 21
6 Marco legal | p. 25
7 Directrices generales para la formulación de una
Política Nacional de Cambio Climático (pncc) | p. 29
8 Líneas estratégicas de la Política Nacional
de Cambio Climático | p. 33
9 Acciones habilitantes de la política climática | p. 53
10 Principales barreras a la Política Nacional
de Cambio Climático | p. 61
11 Sugerencias generales | p. 63
12 Referencias | p. 65
Anexo
Glosario | p. 69
5.
6. 7
Prólogo
Han transcurrido 42 años desde que se celebró la Cumbre de la
Tierra de Ambiente y Desarrollo (Rio de Janeiro, 1992) en la cual
la mayoría de los países asistentes suscribió la Convención Marco
de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Aunque los principales responsables del proceso de cambio
climático han sido los aparatos industriales de los países
desarrollados, nosotros también tenemos una cuota relevante de
culpa por haber sido uno de los principales países productores
de combustibles fósiles cuya quema constituye la fuente más
importante de gases de efectos invernadero causantes del
fenómeno.
El cambio climático
no es un pronóstico,
ya esta ocurriendo,
y es necesario actuar
sin mas demoras.
7. 8
Como Venezuela se encuentra en mora por no haber definido
hasta ahora políticas que mitiguen este amenazante fenómeno
planetario, el Grupo Orinoco para el desarrollo sostenible ha
tomado la iniciativa de preparar este documento que pretende
aportar los elementos conceptuales básicos que las autoridades
nacionales correspondientes pueden utilizar como guía en la
formulación e instrumentación de las políticas adecuadas.
En él se abordan una serie de aspectos centrales dentro del
objetivo general que persigue: los principios fundamentales para
la formulación de la política; el marco legal existente y el que se
considerada más conveniente; las estrategias maestras que dan
cuerpo a la política; un conjunto de acciones habilitantes y las
barreras más resaltantes para su instrumentación, entre otros.
El Grupo Orinoco presenta con orgullo este documento
–pionero en nuestro país– que fue elaborado por un equipo
profesionales de muy alto nivel que forman parte de su
organización. Fue coordinado por el Dr. Juan Carlos Sánchez con
la participación de la Ing. Elizabeth Cruz, el Ing. Pedro García, el
Ing. Jesús Gómez, el Ing. Julio González, el Dr. Aníbal Rosales y la
Dra. Alicia Villamizar.
Arnoldo José Gabaldon
8. 9
1
Introducción
Si bien el cambio climático es considerado un fenómeno de
alcance global, los modelos climáticos indican que afectará con
mayor intensidad algunas regiones que son las más vulnerables,
entre las cuales, está América Latina y el Caribe. Venezuela en ese
contexto, es un país vulnerable al cambio climático, realidad
confirmada por recientes estudios realizados por la comunidad
científica del país (ACFIMAN-SACC, 2018; 2022), por lo referido en
las dos Comunicaciones Nacionales de Cambio Climático de los
años 2005 y 2017 y en la Contribución Determinada a nivel
Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) de los años 2016 y 2021.
Sin embargo, a pesar de su vulnerabilidad y de las crecientes
amenazas climáticas, Venezuela aun no cuenta con una
institucionalidad y políticas públicas en cambio climático que
pueda responder a los desafíos impuestos por el fenómeno.
Tampoco se está llevando a cabo una gestión ante este
problema, que dé cuenta de las necesarias acciones de carácter
preventivo y de las medidas de mitigación y adaptación (M&A)
para afrontar sus consecuencias.
La vulnerabilidad climática del país, similar a la de la mayoría de
países de la región (CEPAL, 2021), se percibe tanto en el ámbito
urbano como en el rural, comprometiendo la integridad de los
ecosistemas, el funcionamiento de los sistemas productivos, la
existencia de los medios de vida, y a la salud y a la seguridad
alimentaria de las poblaciones humanas de distintas maneras. El
cambio climático en el país, se manifiesta de forma evidente, en una
mayor frecuencia e intensidad de sequías, incendios forestales, olas
9. 10
de calor, lluvias e inundaciones, que lo afectan a escala nacional,
aunque de forma no uniforme (Gómez y Pérez Godoy, 2018).
La crisis social y económica presente en Venezuela, genera aun
mayor desconcierto e incertidumbre en relación al retraso
manifiesto del país en el cumplimiento de sus obligaciones con
la agenda del clima nacional e internacional. Prioridades en
temas de salud, seguridad alimentaria, desnutrición, educación, y
seguridad, entre otras (PROVEA, 2020; Abuelafia y Saboin, 2020),
se suman a la deuda acumulada con el clima, superando las
capacidades institucionales actuales, confrontando, además, la
ausencia de voluntad y seriedad política para llevar adelante las
reformas transformadoras necesarias para cumplir los
compromisos climáticos y enfrentar los efectos del cambio
climático a escala nacional (ACFIMAN-SACC, 2022).
Afrontar los retos y aprovechar las oportunidades que conlleva el
cambio climático requiere de arreglos institucionales, normativos
y de política pública que orienten y generen sinergias entre las
autoridades dirigentes. En particular, es necesario incorporar la
perspectiva del cambio climático desde lo local al definir las
agendas productivas, la localización de las infraestructuras de
servicios básicos, la disposición de los ejes de comunicación
como puertos marítimos y fluviales, aeropuertos y otras
infraestructuras estratégicas y la oferta de medios de vida para la
población, entre otras cuestiones propias del desarrollo territorial.
Adicionalmente, afrontar al cambio climático requiere, por una
parte, reducir (mitigar) las emisiones de gases de efecto
invernadero (GEI), y por otra, adaptarse para disminuir la
vulnerabilidad a los efectos de la alteración del clima. Mitigar,
implica sustituir los combustibles fósiles por el uso de fuentes
10. 11
renovables de energía (transición energética), aumentar la
cobertura vegetal y o recurrir a tecnologías para reducir, capturar,
almacenar y utilizar los gases de efecto invernadero. Venezuela es
a su vez un país con una tradición y desarrollo petrolero de larga
data, y por ello deberá afrontar el doble reto de mantener hasta
tanto sea posible su negocio petrolero para apuntalar un
desarrollo económico diversificado, y de definir una política
climática que le permita transitar hacia un desarrollo resiliente al
clima y con bajas emisiones de GEI.
Como una de las Partes del Acuerdo de Paris (CMNCCC, 2015),
Venezuela debe abordar la amenaza del cambio climático en el
contexto del desarrollo sostenible y esforzarse por erradicar la
pobreza. Para ello, el país va a requerir ubicar sus flujos financieros
(y aquellos que logre acordar mediante asociaciones foráneas
estratégicas), en un nivel compatible con una trayectoria de
desarrollo resiliente al clima y con bajas emisiones de GEI. A escala
global, las acciones de mitigación deben permitir alcanzar la meta
de reducción de emisiones GEI del 45% para 2030 y alrededor del
100% para 2050 (UN, 2015). La contribución de Venezuela a ese
esfuerzo global de mitigación fue establecida en solo un 20% para
el 2030 en relación al escenario inercial, y supeditada a la provisión
de financiamiento, transferencia de tecnología y formación de
capacidades de acuerdo al Artículo 4.7 de la Convención Marco de
Cambio Climático (NDC-Venezuela, 2015).
Se necesita por lo tanto una gestión integral del cambio
climático en el país, que gradual y sostenidamente, reduzca la
vulnerabilidad y aumente su resiliencia al cambio climático. Esta
vulnerabilidad está vinculada, entre otras causas, a:
• La alta susceptibilidad a desastres socio-naturales.
11. 12
• La existencia de numerosas viviendas en terrenos inestables.
• La existencia de asentamientos humanos próximos a, o
localizados en áreas inundables.
• La existencia de ambientes montañosos y costeros frágiles.
• Gran variabilidad climática.
• La recurrente ocurrencia de incendios de vegetación.
• La alta incidencia de enfermedades endémicas como malaria
y dengue.
• Precario sistema de salud.
• La existencia de ecosistemas amenazados, protegidos
(ABRAE) y no protegidos.
• Extendida y creciente pobreza y desnutrición de la
población infantil.
• Disminución de la producción agrícola y de la seguridad
alimentaria.
• Obsolescencia y vacíos de información socioambiental.
• Débil institucionalidad ambiental.
• Débil cumplimiento de la normativa ambiental.
Asimismo, es una realidad que el Acuerdo de Paris va a ocasionar
una contracción de la demanda petrolera mundial y, en
consecuencia, afectará los planes de la Industria Petrolera
Nacional (IPN), así como también incidirá sobre otros sectores
productivos y en el manejo del capital natural. Esta realidad
obliga al país a centrarse en atender dos grandes retos: (i)
adaptarse a los cambios del clima para limitar daños económicos,
sociales y ambientales e (ii) impulsar el crecimiento diversificando
su economía, para lo cual será necesario transitar hacia un
desarrollo con bajas emisiones de GEI. Para canalizar la
superación de ambos retos es necesaria una Política Nacional de
Cambio Climático (PNCC) que involucre la participación de todos
los sectores que hacen vida en el país.
12. 13
2
Antecedentes
La gestión del cambio climático requiere del control efectivo
de las actividades que producen las emisiones de gases de
invernadero y también de acciones para limitar los daños
ocasionados por la alteración de los patrones del clima. Los
controles deben estar dirigidos a la reducción de las emisiones
por el uso de combustibles fósiles como la gasolina, el diésel, el
carbón y el gas natural, así como también al control y
reemplazo de tecnologías obsoletas poco eficientes, frenar la
deforestación, a conservar los suelos y a una gestión eficaz de
residuos; mientras que las acciones incluyen medidas para la
reducción de la vulnerabilidad de las comunidades, de las
infraestructuras y de los ecosistemas que pudiesen verse más
afectados por condiciones adversas del clima.
Venezuela es muy susceptible al clima: durante recientes
décadas, el país ha sido afectado de forma recurrente por
desastres catastróficos vinculados al clima como los eventos en
Vargas (1999); el río Limón en Aragua (1987, 2020), Guasdualito en
Apure (2015, 2021); Ciudad Bolívar en Bolívar (1976, 2018, 2021);
Santa Cruz de Mora y Tovar en Los Andes (2005, 2021, 2022).
También la intensidad y frecuencia de las sequías han
comprometido el abastecimiento de agua e integridad de la
infraestructura de las principales represas del país y aumentado
los incendios forestales (SVE, 2020; Clima21, 2022). Estos desastres
contabilizan significativas pérdidas materiales y humanas. La alta
vulnerabilidad a la exposición a condiciones climáticas adversas
13. 14
es acentuada, principalmente, por los elevados niveles de
pobreza que presenta el país (Cáritas, 2021; PROVEA, 2022).
Si bien Venezuela es parte de los principales tratados
internacionales del clima: la Convención Marco de la Naciones
Unidas en Cambio Climático (CMNUCC) (1992), el Protocolo de
Kioto (PK) (1998) y el Acuerdo de París (AP) (2015), está en deuda
con esta agenda internacional, lo cual aumenta aún más las
amenazas ante el cambio climático para el país. Al presente,
Venezuela sólo ha elaborado dos Inventarios Nacionales de
Emisiones GEI (1999 y 2010), dos Comunicaciones Nacionales
(2005 y 2017) y una NDC (2015) y su actualización (NDC, 2021).
La institucionalidad para atender las obligaciones derivadas de
dichos compromisos, no responde a las circunstancias del país ni
a sus compromisos con el clima. Venezuela carece de una
política y una estrategia nacional que definan las líneas de
gestión para el cambio climático; no ha elaborado los planes
nacionales de mitigación y adaptación; no ha establecido el
sistema nacional de inventarios de GEI y tampoco ha presentado
los informes bianuales (BUR), documentos que en conjunto
definen las circunstancias nacionales, los intereses del país y las
posibilidades concretas que éste tiene para atender las
demandas del clima. La inexsitencia de una ley de Cambio
Climático también devela la debilidad institucional, la lentitud o
desinterés del proceso legislativo para su concepción, las nuevas
relaciones institucionales que de ella se deriven, así como sus
alcances y las demandas que la ley impone al país (ACFIMAN-
SACC, 2022).
Como se ha advertido, el desafío para Venezuela es que la
política climática, más allá de ajustarse a los compromisos
14. 15
internacionales que como país en desarrollo le compete, logre
articular acciones capaces de conciliar sus potencialidades de
crecimiento económico y social con las posibilidades reales de
conducir al país dentro del marco de la sostenibilidad, y de un
desarrollo bajo en carbono, sin que ello comprometa aún más su
debilitada economía. Una política nacional climática para
alcanzar este propósito no se ha elaborado en nuestro país. No
ha habido la voluntad política ni la capacidad institucional para
hacerlo.
15.
16. 17
3
¿Qué implica llevar a cabo una gestión
del Cambio Climático en Venezuela?
La Política Nacional de Cambio Climático (PNCC) debe
comprender estrategias y lineamientos vinculantes, articuladoras
y efectivas en los ámbitos social, económico y ambiental, para
dar respuestas a los efectos del cambio climático. La
responsabilidad de la política nacional específica para atender
este problema recae en el Poder Público Nacional. Sin embargo,
siendo su ámbito de aplicación nacional, regional y local, la
acción de política también es específica y atañe a las
instituciones que tienen responsabilidad local directa en la
seguridad y el mejoramiento de la calidad de vida, en este caso
particular, frente al cambio climático (Villamizar, 2017).
17.
18. 19
4
Política Nacional de Cambio Climático
4.1 OBJETIVO GENERAL
Incorporar la gestión del cambio climático en las decisiones
públicas y privadas para avanzar en una trayectoria de desarrollo
resiliente al clima y baja en carbono, que reduzca en el mediano
plazo (antes del 2040) y largo plazo (al 2100), los riesgos del cambio
climático y permita aprovechar las oportunidades que este genera.
4.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS
a. Orientar la gestión del cambio climático en los sectores
sociales y económicos prioritarios, con la finalidad de
proteger los sistemas más vulnerables e identificar,
monitorear y controlar las fuentes generadoras de emisiones
antropogénicas.
b. Definir la institucionalidad necesaria para asegurar la
efectividad de la gestión del cambio climático.
c. Orientar la gestión del cambio climático al manejo y
conservación de los ecosistemas, sus recursos naturales y sus
servicios ambientales.
d. Definir políticas y estrategias de ordenación del territorio que
consideren al cambio climático como un factor determinante
para la ocupación y uso del espacio geográficos.
e. Crear condiciones para fomentar y apoyar a la ciencia, la
tecnología, la información y la innovación, necesarias para
avanzar por una ruta de desarrollo resiliente al clima.
19. 20
4.3 CONSIDERACIONES GENERALES ACERCA DE LA
POLÍTICA NACIONAL EN CAMBIO CLIMÁTICO
La PNCC debe estar vinculada a la política de desarrollo que
asuma el país por ser esta la que condicionará las emisiones de
GEI, conservará las áreas naturales de secuestro de carbono y
contribuirá gradualmente con la reducción de la pobreza, que es
el factor principal de vulnerabilidad. Su implementación y
efectividad va a requerir como precondiciones habilitantes, el
rescate y redimensionamiento de la institucionalidad y el diseño
y la toma de decisiones estratégicas en materia de planificación,
ordenamiento del territorio, financiamiento, ciencia, tecnología,
información e innovación y tener como norte la conservación de
los ecosistemas y la protección de sus servicios ambientales.
Necesariamente debe ser concebida como un proceso inter e
iterativo que facilite la articulación y transversalidad con los
diferentes niveles de gobierno y los actores clave sociales,
productivos e institucionales, para lo cual debe disponer de
indicadores y procesos de medición, así como definir
responsabilidades y sanciones.
El proceso de ejecución de la PNCC debe avanzar gradualmente
hacia el cumplimiento de las medidas de mitigación y
adaptación, que en definitiva son las acciones centrales de la
política climática nacional.
La PNCC debe disponer de indicadores y procesos de medición
adecuados, que asignen responsabilidades y definan sanciones
por incumplimientos, demoras o desempeños por debajo de los
parámetros y las metas establecidas.
20. 21
5
Principios rectores de la Política Nacional
de Cambio Climático
La formulación de la PNCC debe estar basada en principios
rectores que estén en concordancia con la Constitución
Nacional, el Plan Nacional de Desarrollo, el marco legal ambiental
nacional e internacional del clima, y en sinergia con otros
instrumentos jurídicos internacionales relacionados, como los
convenios de Diversidad Biológica y el de Desertificación, así
como en temas de mayor alcance normativo pero vinculados al
cambio climático, como los Derechos Humanos, la Agenda 2030
y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, entre otros. Igualmente,
la PNCC debe estar en concordancia con los lineamientos
propuestos en los planes sectoriales nacionales, las
Comunicaciones Nacionales sobre cambio climático y las NDC
del país. Entre estos principios se consideran los siguientes:
• INTEGRALIDAD DE LA VISIÓN DE CAMBIO CLIMÁTICO Y ENFOQUE
TERRITORIAL: considerar la relación espacio-temporal-
funcional entre las ciudades, las zonas rurales y los
ecosistemas y en particular en territorios donde se
concentran las intervenciones y decisiones de desarrollo,
como, por ejemplo, las grandes ciudades y áreas específicas
de las zonas rurales.
• INCLUSIÓN: considerar la diversidad y pertenencia cultural,
étnica, de género, los grupos minoritarios y los pequeños
productores, en el diseño de los proyectos y acciones
relativas al cambio climático.
21. 22
• APROPIACIÓN: todos los procesos deben ser consensuados y
ratificados por sectores del sector público, privado y la
sociedad civil, de forma reiterada.
• TRANSPARENCIA: toda institución que tenga a su cargo la
implementación de políticas o estrategias relativas a cambio
climático, deberá divulgar y mantener la información al
alcance del público.
• EQUIDAD: tomar en consideración y con carácter prioritario
aquellos sectores de la población que sean más vulnerables.
• COORDINACIÓN: las políticas y acciones climáticas de los
sectores gubernamentales a nivel nacional, regional y local
se deben vincular y coordinar entre sí, para simplificar sus
procedimientos, hacerlas más eficientes y oportunas y
compartir información.
• PARTICIPACIÓN: todos los actores de la sociedad, instituciones,
entidades públicas y privadas han de estar incluidas en las
acciones de gestión del cambio climático y deben proponer
mecanismos para la participación de la población más
vulnerable. De una consensuada, representativa y activa
participación dependerá el diseño y el éxito de las medidas
de adaptación y mitigación adecuadas al territorio donde
éstas se apliquen.
• SUJECIÓN/OBLIGATORIEDAD: todos los proyectos públicos y
privados deberán apegarse a las políticas, planes, estrategias,
lineamientos y acciones de mitigación y de adaptación al
cambio climático.
• TRANSVERSALIDAD: la política de cambio climático debe ser
transversal a toda la administración pública, cuyas
instituciones actuarán de acuerdo a sus competencias y
responsabilidades.
22. 23
• ENFOQUE TERRITORIAL, CLIMÁTICO, FISCAL Y ECONÓMICO:
desarrollar/proponer políticas fiscales e instrumentos
económicos y financieros con enfoque territorial y climático,
para implantar las medidas de mitigación y adaptación.
• PROMOCIÓN DE UNA CULTURA CLIMÁTICA: para afrontar con
éxito los cambios transformadores requeridos en los
patrones de ocupación del territorio, de uso de la tierra, de
uso de los recursos naturales, de producción y de consumo
de la población.
• ENFOQUE SECTORIAL: reconocer la existencia de decisiones
sectoriales de alto impacto ambiental, asociadas a grandes
proyectos de construcción, de transporte, urbano-
industriales, agrícolas, de generación de energía, hidráulicos,
entre otros y, en consecuencia, considerar los espacios de
oportunidad para decisiones que potencien las sinergias
entre sectores sin desmedro de sus circunstancias y
aspiraciones particulares.
• ENFOQUE ECOSISTÉMICO: la gestión del cambio climático debe
dar prioridad a la protección y conservación de los recursos
naturales y ecosistemas del país, para asegurar el potencial
de mitigación de las emisiones GEI y su base económica a
través de su uso planificado y sostenible.
• ENFOQUE CLIMA-RESILIENTE: la gestión del cambio climático
debe procurar en todo el proceso inter e iterativo de
desarrollo de las acciones de mitigación y adaptación, la
construcción de los espacios de oportunidad para conducir
el desarrollo del país hacia una trayectoria de menor
vulnerabilidad y mayor resiliencia.
23.
24. 25
6
Marco legal
La política de cambio climático, al igual que la estrategia, debe
ser construida dentro del marco legal e institucional vigente o en
su defecto a partir de nuevas leyes específicas que sean
formuladas para llenar los vacíos legales existentes y estar
inmersa en la planificación nacional y en los procesos de
inversión pública.
Como se señaló en la Introducción, Venezuela ha ratificado su
adhesión a los principales tratados internacionales que
determinan la agenda del clima global: la CMNUCC en 1994, el PK
en el 2004, y el Acuerdo de París (AP) en el 2017. Con la
ratificación de estos instrumentos, que a la vez forman parte del
marco legal nacional, el país se comprometió con una serie de
acciones que requieren de decisiones estructurales en materias
estratégicas, como la energética, por ejemplo, para las cuales es
necesario adecuar parte de su marco normativo nacional. Si bien
Venezuela posee un numeroso y amplio marco regulatorio en el
área energética-ambiental, ello ha causado dispersión normativa,
heterogeneidad sustantiva y adjetiva en la materia, dificultad
para determinar la vigencia de una determinada regulación, y
algunos solapamientos de la reglas aplicables;
consecuentemente, no se han dado suficientes ni adecuadas
soluciones a los innumerables problemas ambientales ni a la
satisfactoria y efectiva realización de los derechos ciudadanos
correspondientes.
En este sentido, el reto en materia legal, será analizar y articular el
marco legal existente en materias institucional, ambiental,
25. 26
energética, climática y de diversos sectores socio-económicos,
con la finalidad de armonizar jurídicamente los cuerpos
normativos en dichas áreas, así como identificar las necesidades
en materia jurídica vinculada al clima, que se estimen relevantes.
Al respecto, el Acuerdo de Paris impone un reto de múltiples
dimensiones a los países, que, como Venezuela, dependen casi
100% de su renta petrolera. Frente a los compromisos nacionales,
Venezuela está obligada a emprender reformas en su matriz
energética que requerirán redimensionar su actual
institucionalidad ambiental y, en particular, construir una
institucionalidad en cambio climático, así como, la adecuación del
marco jurídico en materia energética. Siendo un país donde el
petróleo contribuye con el 15,6% del PIB (Econométrica, 2022),
parece poco factible que renuncie a explotar bajo el modelo
tradicional, parte de sus reservas de petróleo como contribución al
Acuerdo de Paris, acuerdo por el cual deberá ajustar sus
tecnologías, leyes y volúmenes de emisión de GEI. Dentro de este
contexto, el reto que se le plantea a Venezuela es el de conciliar sus
futuros Planes de Desarrollo Económico y Social de la Nación, con
sus NDC mediante la formulación del Plan Nacional de Mitigación,
para reducir sus emisiones en al menos un 20% para 2030 en
relación al escenario inercial. Para ello, necesariamente, requiere de
un marco normativo ajustado a dichos compromisos.
La comunidad científica nacional e instituciones nacionales, han
advertido de forma reiterada, al menos durante la última década,
que la estabilidad macroeconómica de Venezuela, fuertemente
atada a la producción petrolera y a la oscilación de los precios
del petróleo en los mercados internacionales, la condiciona a
experimentar perturbaciones oscilantes en el ingreso de divisas y
26. 27
por ende en la prosperidad general del país (Gabaldón, 2013;
Coyuntura Venezuela, 2022; Transparencia Venezuela, 2022;
Smith, 2020). Ante esta condición de vulnerabilidad económica
como país de renta predominantemente petrolera, el término
contribución convenido post COP21 y los avances quinquenales
sujetos a comprobación que cada país deberá entregar hasta el
2030, se presentan como oportunidades para Venezuela de
ajustar su base jurídica energética y construir una
institucionalidad relativa a cambio climático que le proporcionen
los mecanismos regulatorios y los espacios necesarios,
respectivamente, para la operacionalización de políticas públicas
capaces de promover cambios en la matriz energética para
lograr la prometida reducción nacional de emisiones GEI.
LA LEY DE CAMBIO CLIMÁTICO (LCC)
En Venezuela existe un marco legal relacionado con la gestión
del ambiente, amparado en principios de desarrollo sustentable
como derecho y deber fundamental del Estado y la sociedad.
Como complemento, es necesario elaborar la Ley Nacional de
Cambio Climático mediante la cual se establezcan las directrices
que orientarán las políticas públicas sectoriales y nacionales,
acciones y recursos, alineadas con los compromisos
internacionales. La ley deberá marcar la pauta para el desarrollo
de un plan nacional para el cambio climático y de un plan de
gestión climática nacional y local, acordes con el desarrollo
sustentable de la Nación.
La Ley de Cambio Climático (LCC) debe servir para posicionar en
el centro de la acción política, la transición energética como
vector clave de la economía y de la sociedad para construir el
27. 28
futuro y generar nuevas oportunidades socioeconómicas. La LCC
deberá facilitar de manera predecible la progresiva adecuación
de la realidad del país a las exigencias que regulan la acción
climática garantizando la coordinación de las políticas sectoriales,
asegurando así, coherencia y sinergias entre dichas políticas para
alcanzar el objetivo de largo plazo de la neutralidad climática.
La obligación de limitar las emisiones condiciona las políticas
sectoriales e implica cambios en los patrones de consumo. Esta
transformación debe conllevar ventajas relacionadas con la
modernización del modelo productivo y el sistema energético, y
ofrecer oportunidades de empleo, de negocio y de crecimiento
siempre que se incorpore una perspectiva de medio y largo
plazo que facilite la descarbonización ordenada de la economía.
Es necesario, en el marco de la ley, revisar el objetivo de
reducción de emisiones para el año 2030 y fijar el objetivo para
2050 ofreciendo previsibilidad para orientar las decisiones de
inversión y de regulación en la materia. Los objetivos
cuantificados buscan favorecer la predictibilidad y las señales
económicas adecuadas, recogiendo el principio de no regresión
en los objetivos propuestos. Desde el punto de vista ambiental,
este principio de no regresión se define como aquel en virtud
del cual la normativa, la actividad de la administración pública y
la práctica jurisdiccional no pueden implicar una merma o
retroceso cuantitativo ni cualitativo respecto de los niveles de
protección ambiental existentes en cada momento, salvo
situaciones plenamente justificadas basadas en razones de
interés público, y una vez realizado un juicio de ponderación
entre los diferentes bienes jurídicos que pudieran entrar en
contradicción con el ambiental.
28. 29
7
Directrices generales para la formulación de una
Política Nacional de Cambio Climático (pncc)
La implementación de la PNCC requiere de una gestión del
cambio climático capaz de influir en las decisiones públicas y
privadas relevantes, para lo cual es preciso considerar una serie
de directrices generales en la formulación de la PNCC que
puedan facilitar la articulación, coordinación y coherencia de las
iniciativas y acciones de cambio climático que se desarrollarán a
través de líneas estratégicas e instrumentales, el marco legal e
institucional, y planes de acción.
Por otra parte, es pertinente que la PNCC adopte una perspectiva
territorial que valore e incorpore articuladamente iniciativas
sectoriales de desarrollo bajo en carbono. Iniciativas que deberán
considerar los riesgos asociados al cambio climático y las
realidades geográficas y socioeconómicas locales, como base
para lograr una gestión del cambio climático acertada y efectiva.
A continuación, se presenta una serie de lineamientos que
pueden contribuir con la definición de estrategias territoriales
generales y estrategias sectoriales para la adaptación al cambio
climático y para la mitigación de las emisiones GEI.
a. La gestión del cambio climático debe focalzarse en las
grandes ciudades y áreas específicas de las zonas rurales,
en particular en los territorios donde existe una alta
concentración de infraestructura y población vulnerable
al cambio climático, sin restar importancia a su gestión en
todo el territorio nacional.
29. 30
b. La gestión deberá incidir en las decisiones sobre el
ordenamiento y la ocupación del territorio y la política
ambiental, lo que deberá reflejarse tanto en las normativas
como en las inversiones correspondientes.
c. Dar relevancia al desarrollo del potencial de crecimiento del
país, promoviendo su competitividad internacional y
elevando lo más rápido posible la calidad de vida de la
población.
d. Las decisiones relativas a los procesos productivos,
estrategias de negocios del sector privado, y el uso eficiente
de los recursos naturales, deberán considerar la reducción de
los riesgos climáticos y de las emisiones de GEI, lo que
marcará la senda del desarrollo del mediano-largo plazo.
e. Ofrecer flexibilidad y favorecer el ajuste continuo de las
metas establecidas, metodologías, estrategias e
instrumentos de planificación, a medida que el
conocimiento del cambio climático mejore y se evalúen las
medidas de M&A propuestas siguiendo un proceso de toma
de decisiones clima-resiliente.
f. Visibilizar e identificar los instrumentos de política para
abordar la complejidad de las gobernanzas climática y
territorial.
g. Incorporar acciones pertinentes para evaluar y monitorear
diversos factores de estrés (biológicos, ecológicos y sociales)
y los riesgos conexos al cambio climático, con la finalidad de
fomentar las trayectorias de mayor desarrollo clima-resiliente.
h. Considerar prioritario, la información de base para la
formulación de las acciones específicas de mitigación, la cual
incluye: el estudio permanente de los fenómenos climáticos
y la dinámica de eventos asociados (inundaciones, sequías,
30. 31
olas de calor, incendios forestales, entre otros); las dinámicas
generadoras de GEI debido a cambios del uso de la tierra vía
cambios de uso del suelo y la deforestación, así como la
dinámica asociada a la degradación de ecosistemas. En
conjunto, estos eventos afectan la capacidad de resiliencia
de los territorios; el potencial de mitigación de gases de
efecto invernadero y la capacidad adaptativa de los sistemas
naturales y construidos.
En general, la implementación de la Política Nacional de Cambio
Climático, demanda la articulación de diferentes dependencias y
entidades de la administración pública y participación del sector
privado, así como, de las distintas agrupaciones gremiales y
empresariales relacionadas con los componentes o recursos
naturales objeto de la gestión del cambio climático.
31.
32. 33
8
Líneas estratégicas de la Política Nacional
de Cambio Climático
Se proponen tres líneas estratégicas como los ejes centrales de la
PNCC del país:
1. Crecimiento con bajas emisiones de GEI
2. Coordinación transversal (mainstreaming) de la mitigación y
la adaptación en la planificación del desarrollo nacional.
3. Inclusión de la gestión de riesgos vinculados al clima, en la
planificación del desarrollo nacional.
8.1 CRECIMIENTO CON BAJAS EMISIONES DE GEI
PROPÓSITO
Crear las condiciones para que el crecimiento económico se
realice conforme a los compromisos de reducción de emisiones
actuales y futuras del país. Un crecimiento con bajas emisiones
implica grandes cambios en los sectores productivos y en la
sociedad:
• Desarrollo de fuentes renovables de energía
• Transitar la ruta de la transición energética
• Aumento de la eficiencia y ahorro energético
• Sustitución de combustibles líquidos por energías
renovables o por gas
• Aumento, masificación y mejora de la calidad del transporte
público
33. 34
• Reemplazo gradual del parque automotor obsoleto y
generador de GEI
• Desarrollo de viviendas y edificios bioclimáticos
• Uso de biocombustibles
• Reciclaje de residuos
• Aumento de la cobertura vegetal y protección de suelos.
• Conservación de las cuencas hidrográficas con
emplazamiento de infraestructura y generación de
hidroelectricidad
• Establecimiento de metas de reducción de emisiones
• Promoción de la electrificación de los procesos industriales
• Desarrollos urbanos con mínima deforestación y protección
de las áreas naturales de su entorno.
Venezuela puede beneficiarse de experiencias de otros países y
aprovechar las oportunidades que se generen, considerando que
estará entrando tardíamente en la transición hacia una economía
de bajas emisiones. En 2015, el país adoptó la meta de la
reducción del 20% de sus emisiones para 2030 vs. trayectoria
inercial. La meta global del Acuerdo de París es al menos 45%. La
meta nacional que finalmente se adopte deberá sustentarse en
un inventario nacional de emisiones actualizado, ser creíble y
factible, y responder al nivel de crecimiento y a la trayectoria de
desarrollo a la que aspire el país.
La meta global a largo plazo es la neutralidad carbono o Net-
Zero, para 2050. La contribución de Venezuela en ese
presupuesto global de emisiones GEI, en términos de la
emisión de GEI remanente, es la que pueda ser compensada
por la sustitución de los combustibles fósiles en la generación
de electricidad por energía renovable o en su defecto por gas
34. 35
natural; por la reducción de las emisiones furtivas de gas
natural en los procesos de producción, transporte y refinación
de petróleo y sus derivados, por la reducción de emisiones del
sector industrial, comercial, doméstico y del transporte, así
como, por la absorción de CO2
en bosques y suelos y por
proyectos de captura y almacenamiento de CO2
(CCS, por sus
siglas en inglés).
La estrategia de bajo carbono, es sectorizada y deberá focalizarse
en los sectores de mayor emisión a escala nacional, a saber:
• Petróleo y gas
• Servicio eléctrico
• Transporte
• Industrias básicas, químicas y petroquímicas.
• Construcción (incluye la industria cementera)
• Sector agrícola, forestal/silvícola y cambios en el uso de la
tierra.
A manera de ejemplo, se muestran algunas acciones para
diferentes sectores.
8.1.1 SECTOR PETRÓLEO Y GAS
• Cada empresa establece sus metas acordes con la PNCC.
• Las empresas decidirán y adoptarán la vía más económica
para reducir sus emisiones.
• Las empresas disponen de múltiples opciones:
• Diseño más eficiente de instalaciones de producción y
refinación; producción más eficiente de yacimientos
apoyada en modelos digitales avanzados
• Nuevos métodos de extracción y procesamiento de
hidrocarburos (HC)
35. 36
• Tecnologías mejoradas de monitoreo de la eficiencia de
equipos.
• Reducción o eliminación de fugas, quema y venteos
de gas
• Compensación de emisiones: proyectos forestales y de
captura y almacenamiento de carbono (CCS)
• Aprovechamiento y reducción de los residuos de coque de
petróleo
Los efectos de la crisis energética que afecta al país deben
considerarse para la definición de los alcances de la PNCC en
relación con la fijación de la nueva meta de mitigación a ser
presentada por Venezuela ante la Secretaría de la CMNUCC en el
próximo ciclo de entrega de las NDC. La meta nacional de
reducir el 20% de las emisiones, presentada en 2015 y ratificada
durante la COP26, superada como consecuencia de dicha crisis,
en todo caso deberá ser más ambiciosa, en correspondencia con
lo acordado en el Acuerdo de Paris. Para el mediano plazo (2050),
la meta de Venezuela debería alcanzar la neutralidad carbono;
para ello deberá tomar, lo antes posible, las previsiones
necesarias que le garanticen la emisión que es compensada por
la absorción de dióxido de carbono en los sistemas naturales de
secuestro de carbono, tales como los suelos, los humedales y los
bosques del país. Es necesario acotar aquí, que los datos
disponibles sobre emisiones nacionales de GEI, corresponden al
Inventario Nacional de Emisiones (INGEI) del año 2010, por lo que
es imperativa su actualización inmediata, para efectos de la
definición de las metas por sector.
De especial interés en esta estrategia, es la eliminación, en el
sector petrolero, de las emisiones fugitivas de metano (CH4
) por
36. 37
producción de petróleo (venteo de gas), una de las categorías
clave del sistema INGEI del país, referidas en la 2da.
Comunicación Nacional en Cambio Climático (CNCC) del año
2017. Para ese año las emisiones netas por el venteo y fugas de
CH4
asociado a la actividad petrolera fueron 73.683 (GgCO2eq),
representando un aporte al INGE de 17.4% y la mayor emisión de
emisiones CO2
eq respecto al resto de las seis categorías de
sectores claves que emiten GEI en el país (ACFIMAN-SACC, 2022).
La eliminación de este venteo puede producir importantes
beneficios al utilizar el gas e incorporarlo al sistema de
gasoductos nacionales.
8.1.2 SECTOR ELÉCTRICO
• Elaborar y llevar a cabo un plan para generar una nueva
matriz de generación eléctrica, acorde con la transición
energética y con amplia penetración de energías renovables
y reducir al mínimo la utilización de combustibles fósiles para
este fin.
• Ejecutar un plan de incrementar el porcentaje de
participación de las energías renovables en la matriz eléctrica
nacional con la participación del sector privado
• Promover medidas concretas de ahorro y eficiencia con el
objetivo de racionalizar el consumo final doméstico,
comercial e industrial, y promover la electrificación de los
procesos industriales.
• Priorizar la ordenación territorial y la conservación de las
cuencas hidrográficas con aprovechamiento hidroeléctrico
actual y futuro, como una estrategia para el
aprovechamiento sostenido del agua como una fuente de
energía renovable.
37. 38
8.1.3 TRANSPORTE Y LA MOVILIDAD.
• Orientar las medidas en materia de mejora del transporte y
de la movilidad hacia la reducción de las emisiones
• Avanzar hacia un modelo de transporte colectivo de calidad
e intermodal.
• Controlar las emisiones del parque automotor (privado,
público).
En general, se requiere fomentar el uso generalizado del
transporte público y otras formas de transporte sostenible de
bajas emisiones.
Las exportaciones de las industrias básicas, manufactureras, de la
construcción y cementera pueden verse afectadas por la
adopciónde aranceles o prohibición de importación en los
mercados que requieran productos elaborados con bajas
emisiones. Ello es posible mediante las siguientes acciones:
8.1.4 INDUSTRIAS BÁSICAS, INDUSTRIAS MANUFACTURERAS
Y SECTOR DE LA CONSTRUCCIÓN.
• Reducir sus emisiones mediante la adopción de medidas de
ahorro y eficiencia energética, selección de tecnologías, uso
de los combustibles más limpios disponibles en el mercado
y recurrir a criterios de economía circular
• Uso del gas natural como fuente energética complementaria
a la hidroenergía, y desarrollar proyectos forestales y de CCS
8.1.4.1 EMPRESAS MINERAS, QUÍMICAS, Y PETROQUÍMICAS.
• Adopción de medidas de reducción de GEI
• Uso de las técnicas de medición, monitoreo y reducción de
su huella de carbono
• Reducción de la generación de residuos y reciclaje mediante
la aplicación de criterios de economía circular
38. 39
• Erradicación de la minería auro-diamantífera ilegal y no
planificada y restauración de las áreas afectadas, con
reforestación, donde sea posible, para aumentar las áreas de
secuestro de carbono y reducir los incendios de vegetación.
8.1.4.2 INDUSTRIA DE LA CONSTRUCCIÓN.
• Incorporar elementos de diseño bioclimático y criterios de
sustentabilidad en la construcción de viviendas y otras
infraestructuras públicas y privadas (comerciales, industriales,
turísticas, etc.), orientados al ahorro energético, y a la
utilización de productos amigables con el ambiente
• Reducir el uso de acondicionadores de aire.
• Promover el uso gradual de gas natural como fuente de
energía en el ámbito urbano-industrial, comercial y turístico.
8.1.4.3 INDUSTRIA CEMENTERA
• En el caso del cemento, controlar los procesos de
combustión en los hornos, para reducir la emisión de
partículas y gases como NOx, SO2
y otros contaminantes
menores.
• Sustitución en los hornos de cemento, de carbón por gas
natural o carbón por residuos de biomasa
• Sustitución en los hornos de hierro y acero, de carbón por
gas natural y por biomasa.
• Las medidas secundarias para el control de las emisiones de
SO2
incluyen la adición de cal apagada, la absorción en lecho
fluidizado, lavadores húmedos y adsorción en carbón
activado.
• En cuanto a las emisiones de CO2
, el lavador de gases con
amoníaco tendría ventajas frente a otros métodos porque se
obtendría un producto con potencial aplicación como
fertilizante (Hoyos et al. 2008).
39. 40
8.1.5 SECTOR AGRÍCOLA Y DE OTROS CAMBIOS
DEL USO DE LA TIERRA.
Fomentar acciones dirigidas a la modernización de los sistemas
de riego y preparación de tierras, con el fin de lograr un mejor
y más racional aprovechamiento del agua con la máxima
eficiencia energética; evitar el uso excesivo de fertilizantes
químicos, y en lo posible hacer uso de fertilizantes orgánicos;
minimizar las emisiones del ganado mediante diferentes tipos
de gestión, tales como cambios en la alimentación,
estabulación, recolecta de estiércol y orinas, etc.; y fomentar
prácticas de conservación de suelos y mínima labranza, que
reduzcan las pérdidas de suelos por erosión y que permitan el
almacenamiento de carbono y su conservación mediante una
mejora de la gestión de la materia orgánica (incorporación al
suelo de residuos de cosechas, rotaciones de cultivos, etc.) y de
la cobertura vegetal.
8.2 COORDINACIÓN TRANSVERSAL (MAINESTRAMING)
DE LA MITIGACIÓN Y LA ADAPTACIÓN EN LA
PLANIFICACIÓN DEL DESARROLLO NACIONAL.
PROPÓSITO
Fortalecer la capacidad del país para mitigar y adaptarse a los
impactos del cambio climático controlando y mejorando el
conocimiento de sus fuentes de emisión y de los impactos y
vulnerabilidades actuales y potenciales. Impulsar acciones
planificadas y sostenibles de mitigación y adaptación (M&A), para
minimizar daños económicos, sociales y ambientales en todo el
territorio nacional.
40. 41
La instrumentación eficaz de la PNCC requiere de una
coordinación y vinculación transversal entre sectores y actores
(públicos y privados), de la revisión y actualización del marco
jurídico a fin de evitar contraposiciones y de la inclusión de todos
los grupos sociales. La articulación de estos actores e
instrumentos es indispensable para ejecutar las políticas y
acciones de adaptación y mitigación.
Esta estrategia es sectorizada y está focalizada en los sectores
más vulnerables:
• Agricultura: sectores agropecuario, forestal y pesquero.
• Cuencas y recursos hídricos
• Biodiversidad
• Sector turismo
• Sector salud
• Infraestructura (transporte, vivienda urbana y rural, vías
terrestres y acuáticas)
• Servicios públicos
8.2.1 MEDIDAS DE MITIGACIÓN (M) Y DE ADAPTACIÓN (A) DE
POTENCIAL APLICACIÓN EN LOS SECTORES ESTRATÉGICOS.
EJEMPLOS.
a. SECTOR AGRÍCOLA
• Valorar y aprovechar variedades de cultivos autóctonos con
más capacidad de adaptación a nuevas condiciones
climáticas, según su genética y eco-fisiología (A).
• Mantener un programa de monitoreo, inventario y mejora
del control de plagas y enfermedades, tanto en cultivos,
animales, así como en especies forestales naturales o en
plantaciones (A).
41. 42
• Elaborar programa de mejoramiento genético de cultivos
vulnerables a las condiciones provocadas por el CC y a
nuevas plagas y enfermedades (A).
• Elaborar Programa de gestión y manejo eficiente del agua en
agricultura tanto de riego como de secano (A).
• Monitorear de forma permanente los cambios de
productividad de las tierras agrícolas (de cultivo, pastizales
naturales y forestales) con la alteración del clima (A).
• Monitorear la productividad de las especies animales
aprovechadas agrícolamente (A).
• Monitorear los niveles de carbono orgánico en el suelo
(pérdidas-ganancias) (A&M)
• Promover e implantar los sistemas de agricultura de
conservación para el secuestro de carbono (M) y de
precisión (A).
• Evaluar los distintos residuos de cosecha y otros abonos
verdes desde un punto de vista de los aportes de carbono al
suelo y sus efectos en las características y propiedades (A).
• Promover la agricultura bajo sistemas agroforestales,
agrosilvopastoriles para aumentar el secuestro de carbono
(descarbonización) (M).
• Implantar un programa de asistencia técnica o transferencia
tecnológica orientado a la capacitación de los productores
agrícolas en medidas de mitigación y adaptación y en
nuevas prácticas agronómicas resilientes y de manejo de
suelo que coadyuve con el aumento de la competitividad y
disminuya la vulnerabilidad ante el cambio climático (M&A).
• Considerar en los planes de zonificación agrícola los
pronósticos del cambio climático para los cultivos y sistemas
de producción o tipos de utilización de la tierra (TUT) a
42. 43
proponer, así como las medidas de mitigación y adaptación
aplicables (M&A).
• Promover sistemas de producción agropecuaria, forestal y
pesquera más adaptados a las nuevas condiciones de altas
temperaturas, sequías o inundaciones, para mejorar la
competitividad, los ingresos y la seguridad alimentaria,
especialmente en áreas vulnerables (A).
• Formular programas de generación y divulgación de
información agroclimática estratégica tanto para el
desarrollo de la agricultura resiliente al clima, como para el
impulso de seguros climáticos y de sistemas de predicción y
alerta temprana para la adecuación de los calendarios de
siembra y la prevención de pérdida de cosechas (A).
• Promover acciones integrales en los predios agrícolas que
contribuyan con el uso eficiente y la conservación del suelo y
en donde se privilegie la conservación de las coberturas
naturales existentes, la restauración de sus áreas degradadas,
la intensificación ganadera baja en carbono, la
implementación de sistemas agroforestales, la agricultura
familiar, la reducción de la deforestación, todas con el
propósito de aumentar el secuestro de carbono (M).
• Promover dentro de las fincas el manejo forestal sostenible,
el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales, la
conservación de los bosques y de las márgenes de los cursos
de agua (bosques ribereños), así como la restauración de las
áreas degradadas (M&A).
• Incorporar en la planificación del sector agrícola, acciones de
mejoramiento y rehabilitación de infraestructura de
adecuación de tierras (riego y saneamiento), la evaluación de
los efectos del cambio climático en la disponibilidad hídrica,
43. 44
así como la implementación de opciones para enfrentar
riesgos climáticos (como inundaciones o sequías),
incluyendo aquellas dirigidas a incentivar el uso eficiente del
agua por parte de los productores y otros usuarios (A).
• Adelantar un reordenamiento de los espacios costeros y sus
aptitudes de uso pesquero, en función de los cambios
pronosticados derivados de los impactos del cambio
climático (A).
• Formular estrategias y acciones preventivas y mitigantes para
el control de las migraciones internas debido a los impactos
del cambio climático en la agricultura y asentamientos
rurales (A).
b. CUENCAS Y RECURSOS HÍDRICOS
• Promover una gestión integral de cuencas hidrográficas y de
sus recursos hídricos (M&A).
• Mejorar la institucionalidad para la planificación del recurso,
su protección, manejo integral y restauración de cuencas
degradadas y conservación de suelos y aguas (M&A).
• Incluir en las propuestas de ordenamiento territorial de
cuencas hidrográficas los criterios y medidas asociadas a la
gestión del cambio climático (A).
• Implantar programas de monitoreo y control de emisiones
GEI en grandes cuerpos de agua naturales (lagos,
humedales) y artificiales (embalses) (M).
• Prevenir y enfrentar la escasez hídrica por el cambio
climático, induciendo a los productores a comprender los
impactos del cambio climático en la alteración del ciclo
hidrológico y su incidencia en el manejo del recurso agua, la
recarga de embalses, de los acuíferos, la alteración de los
caudales, el desarrollo y aprovechamiento de nuevas fuentes,
44. 45
en la vulnerabilidad del proceso productivo agrícola, la
construcción y mantenimiento de nuevas infraestructuras,
entre otras implicaciones (M&A).
• Fortalecer y ampliar los sistemas de equipamiento y de
monitoreo de calidad de aguas (A).
• Mejorar el abastecimiento de agua potable en las
comunidades o zonas bajo actividad agrícola (A).
• Estudiar y evaluar la potencialidad y opciones de reutilización
de las aguas residuales donde sea necesario (Cuencas del
Lago de Valencia y de Maracaibo, por ejemplo) (A).
• Promover en las comunidades rurales la cultura de
conservación de suelos y agua y acciones para su uso
eficiente y sostenible (A).
• Diseñar un sistema moderno de medición de variables
hidroclimáticas y su divulgación en tiempo cuasi real (A).
• Repotenciar la red nacional de estaciones
hidrometeorológicas y agroclimatológicas para un efectivo
proceso de generación de datos y de monitoreo del clima (A).
c. SECTOR SALUD
• Evaluar la situación actual y necesidades de recursos
humanos y equipamiento (A).
• Elaborar un diagnóstico sobre la capacidad de respuesta
ante la ocurrencia de eventos extremos (A).
• Desarrollar modelos predictivos de la evolución de
enfermedades transmitidas por vectores como efecto de
cambios en el clima (malaria, dengue, chagas, etc.) (A).
• Fortalecer la red asistencial para cubrir el aumento de la
demanda hospitalaria debido al cambio climático (impacto
del deterioro de la calidad del agua y del aire, por ejemplo) y
eventos extremos (A).
45. 46
• Desarrollar Programa de difusión pública de los riesgos de
salud por efecto del cambio climático. Campañas educativas
y de salubridad (A).
• Monitorear los índices de confort climático en los ambientes
urbanos (A&M).
d. PROTECCIÓN DE LOS ECOSISTEMAS Y SU BIODIVERSIDAD
• Fortalecer la protección, ordenación e investigaciones en las
ABRAE, como territorios para la preservación de ecosistemas
y para la conservación de los sumideros naturales de
carbono (M&A).
• Monitorear los ecosistemas (biodiversidad) en territorios de
ABRAE (A), ambientes montañosos, costeros (humedales) (A).
• Promover la conservación y restauración de ecosistemas
terrestres y marino costeros (manglares, arrecifes de coral,
praderas marinas, entre otros) que proveen servicios
ambientales para favorecer su adaptación al cambio
climático y preservar sus servicios ambientales (A).
• Incorporar el uso de los escenarios de impacto del cambio
climático en la gestión del manejo, conservación y
restauración de los ecosistemas terrestres y marino costeros
prioritarios por su vulnerabilidad, incluyendo la relacionada
con el Sistema Nacional de Áreas Protegidas y sus zonas de
amortiguación (M&A).
• Fortalecer la gobernanza en las tierras forestales (Reservas
forestales, bosques primarios, plantaciones), para prevenir y
controlar la deforestación y la degradación de la
biodiversidad (A).
• Incentivar la protección de relictos de áreas boscosas en los
ambientes urbanos y en el proceso de expansión territorial
de éstos, considerando en la planificación la integración con
46. 47
los ecosistemas prístinos y los intervenidos como medida a
los cambios de temperatura en el ámbito urbano (M&A).
• Promover estrategias y acuerdos territoriales de corto,
mediano y largo plazo, para resolver conflictos por el acceso
a servicios ecosistémicos entre sectores económicos y
comunidades (A).
e. ELIMINACIÓN/REDUCCIÓN DE LA DEFORESTACIÓN
Considerando que la deforestación es un tensor que ejerce un
efecto multiplicador de los impactos del cambio climático y es
uno de los tensores no climático que mayor compromete la
resiliencia de los ecosistemas del país, se consideran las
siguientes medidas de aplicación inmediata:
• Combatir todas las actividades y prácticas que conducen a la
deforestación en Venezuela, incluyendo la minería
desordenada devastadora que está ocurriendo en Guayana y
en algunas zonas montañosas andinas (M).
• Controlar la expansión de la frontera agrícola y urbana (M&A).
• Compatibilizar el crecimiento agrícola con la protección de
los bosques y la biodiversidad y desarrollar una mejor
preparación para prevenir y combatir los incendios de
vegetación (en sabanas, forestales y áreas protegidas) (A).
• Incluir la reforestación de los terrenos deforestados y la
protección y monitoreo de los procesos sucesionales en áreas
boscosas intervenidas (en áreas planas y montañosas) (M).
• Aprovechar de forma racional los bosques en base a
prácticas de gestión forestal activa, dirigidas a la
conservación de la biodiversidad, hábitats de vida silvestre,
fuentes de agua y preservación de la vitalidad de los
ecosistemas forestales, su capacidad de adaptación a los
recursos hídricos disponibles y su función reguladora del
47. 48
ciclo hidrológico, del microclima y de protección contra la
erosión de los suelos y la integridad de los ciclos
geoquímicos (M&A).
• Aprovechar de forma racional la producción de madera
estructural de proximidad y otros productos madereros y
no maderables con mayor capacidad como sumideros de
CO2
(M).
• Compatibilizar la actividad minera y el incremento de la
producción agrícola con la protección de bosques y suelos
(M&A).
• Fortalecer la preparación para combatir los incendios
forestales (M&A). Reforestación y aforestación (financiado vía
bonos de carbono) de las áreas intervenidas, cuando sea
posible (M).
• Conservación de los bosques mediante proyectos REDD+
(reducción de emisiones por deforestación y degradación de
los bosques) (M&A)
• Establecimiento de plantaciones forestales (secuestro de
CO2
, producción de madera, biocombustible, productos no
maderables) en tierras de baja aptitud agrícola vegetal
(cultivos) (M).
• Formular plan de protección y de recuperación de
plantaciones forestales (Uverito, Chaguaramas y de otras
plantaciones del país (> 500.00 ha) (M).
• PROTECCIÓN DE LOS SISTEMAS URBANOS
• Planificar el proceso de expansión urbana bajo criterios
geomorfológicos y morfodinámicos, para la minimización de
riesgos por desastres naturales inducidos por el clima (M&A).
• Evaluar y adaptar las redes de drenaje y alcantarillado de los
centros urbanos con riesgos de inundación, y dotar a las
ciudades con infraestructura urbana resiliente a las
48. 49
inundaciones o al aumento del nivel del mar en las áreas
urbanas costeras (A).
• Reducir el sellado de los suelos (Soil Sealing), fomentar la
creación y expansión de las áreas verdes y proteger los
relictos de áreas verdes naturales (bosques), para mitigar el
efecto de las “islas de calor” en los ambientes urbanos (M)
• Definir estrategias para la prevención y el control de las
migraciones internas en los asentamientos urbanos y rurales,
debido a los impactos del cambio climático (A).
• Evaluación y redimensionamiento de programas de
emergencia y contingencia ante la nueva realidad
climática (A).
• Reducir el riesgo climático por desabastecimiento hídrico
de la ciudad mediante incentivos al uso eficiente del agua,
conservación de cuencas hidrográficas y la reducción de
las pérdidas por fallas en las redes de distribución
(acueductos) (A).
• Proponer alternativas de transporte público eficientes e
integradas, baja en la emisión de GEI y resilientes al clima;
ofrecer incentivos para el uso de vehículos de bajas
emisiones y la promoción e implementación de modos de
movilización no motorizados (M).
• Incentivar la reducción en la generación de residuos sólidos
y efluentes urbanos, así como incentivar el reúso, el reciclaje
y el aprovechamiento de aguas residuales tratadas y
erradicar la quema de desechos y residuos (M).
• Investigar y evaluar la potencialidad del uso de desechos y
residuos como fuentes para la generación de energía, así
como el aprovechamiento energético de las emisiones
generadas en los rellenos sanitarios y en los sistemas de
tratamiento de aguas residuales urbanas (municipales) (M).
49. 50
• Incentivar la eficiencia energética residencial y no residencial,
la construcción sostenible, baja en carbono y resiliente al
clima y promover campañas educativas a todos los sectores
de la sociedad civil sobre la transición energética, sus
beneficios e implicaciones ambientales (M).
• Disminuir los riesgos derivados de la exposición a
inundaciones y las emisiones por transporte, mediante la
expansión controlada de ciudades de forma más compacta
e interconectada, bajo el enfoque de modelos de desarrollo
urbano compacto (M&A).
• Promover la conservación de la infraestructura ecológica y el
manejo del paisaje, a través de la construcción y
mantenimiento de espacios públicos urbanos verdes (M&A).
• Definir estrategias para la prevención y el control de las
migraciones internas debido a los impactos del cambio
climático en asentamientos urbanos (A).
8.3 INCLUSIÓN DE LA GESTIÓN DE RIESGOS VINCULADOS
AL CLIMA, EN LA PLANIFICACIÓN DEL DESARROLLO
NACIONAL
PROPÓSITO
Fortalecer la gestión de riesgos vinculados al clima, conocer los
riesgos por eventos climáticos extremos y promover una mayor
conciencia de estos riesgos para evitarlos, mitigarlos o
controlarlos.
Se refiere a las acciones permanentes para el conocimiento del
riesgo por eventos climáticos extremos, y la promoción de una
mayor conciencia del mismo para impedir o evitar que el riesgo
50. 51
se genere, reducirlo o controlarlo cuando este ya exista.
Asimismo, la preparación para manejar las situaciones de
desastre, y para la posterior fase de recuperación o rehabilitación
de las comunidades o infraestructuras afectadas.
La gestión de riesgos por eventos climáticos extremos requiere
el conocimiento y su cuantificación, establecer su magnitud y
frecuencia, y determinar la vulnerabilidad del sector expuesto y
la permanente evaluación de la efectividad de las posibles
medidas de adaptación para evitar una mala adaptación. Esta
gestión debe estar orientada al estudio y evaluación de los
riesgos, para (i) establecer con más precisión su localización,
magnitud, daños y frecuencia, (ii) determinar la vulnerabilidad a
diversos impactos de los sectores expuestos e (iii) identificar las
posibles medidas de adaptación respectivas.
Algunos de estos potenciales riesgos a intensificarse con el
cambio climático incluyen:
• Variabilidad climática
• Inundación asociada a lluvias extremas o a desbordamiento
de ríos y quebradas.
• Prolongados períodos de sequías extremas.
• Movimientos gravitacionales o en masa (deslizamientos de
suelos, flujos torrenciales, activación de torrenteras, erosión
de suelos, etc.) generadores de inestabilidad de la superficie
en los paisajes de montaña y colinosos.
• Olas de calor.
• Inundación por efecto del incremento del nivel del mar,
incremento del nivel freático, intrusión de aguas salinas y
afectación de acuíferos, afectación de la red de drenaje
urbano y de alcantarillado.
51. 52
• Ocurrencia potencial de eventos ciclónicos (tormentas,
vientos huracanados, etc.)
• Aumento de la frecuencia, dimensión e intensidad de
incendios de vegetación (en tierras forestales, en sabanas)
durante la estación no lluviosa y por las sequías.
52. 53
9
Acciones habilitantes de la política climática
La PNCC debe disponer de componentes o instrumentos que
hagan posible la gestión del cambio climático. Para ello se
requieren tres acciones habilitantes:
1. Plan Nacional de Gestión Climática (PNGC).
2. Plan de Financiamiento.
3. Educación, información y desarrollo científico y tecnológico
y fortalecimiento de capacidades institucionales.
9.1 PLAN NACIONAL DE GESTIÓN CLIMÁTICA (PNGC)
Su propósito es insertar la PNCC en el proceso de planificación
nacional, asumiendo que se retomará o reactivará la planificación
nacional.
Los insumos requeridos por el PNGC son:
• La Contribución Nacional Determinada (NDC), que se
elabora bajo el Acuerdo de Paris, y debe actualizarse cada 5
años.
• Las estrategias nacionales de crecimiento con bajas
emisiones y de adaptación, además de la definición de una
nueva matriz energética.
• Eliminación/ control de la deforestación y la gestión de
riesgos asociados a eventos climáticos, con horizontes de
planificación de corto plazo (2030) y mediano plazo (2050).
• Los Planes Locales de Gestión Climática (PLGC) a
implementarse con un horizonte de planificación de 10 años.
53. 54
Como parte del PNGC se incluyen los PLGC, los cuales se
formulan partiendo del análisis de vulnerabilidad e inventario de
GEI locales. Estos planes identifican, evalúan y recomiendan
medidas y acciones de mitigación de emisiones y de adaptación,
de control de la deforestación y de gestión de riesgos, para ser
implementadas por entidades públicas y privadas locales. Los
actores públicos y privados locales, de acuerdo con sus
competencias, deberán establecer los programas y proyectos
específicos del PLGC. A este nivel de gestión es de importancia
estratégica la participación de los sectores universitarios y
académicos, de investigación, gremios (productores, industriales,
comercio, etc.), bajo un enfoque de actuación descentralizado.
Los insumos para la elaboración del PLGC incluyen:
• La estrategia local de crecimiento con bajas emisiones
• Planes de desarrollo estatal y/o municipales.
• Plan de Ordenamiento Territorial (POT) estadal y local, para
los cuales deberán considerarse los escenarios de cambio
climático al momento de definir la zonificación (UOT) y el
reglamento de uso respectivos.
• Planes de ordenamiento y de manejo de cuencas.
• Plan local de gestión de riesgos.
• Proyectos de transporte terrestre y marítimo.
• Planes locales de infraestructura.
• Planes de expansión urbana.
• Plan de gestión de residuos sólidos.
• Plan local de salud.
• Plan de aprovechamiento agrícola (para el caso de
municipios con alto componente rural).
54. 55
• Planes de generación de información básica en clima y
recursos naturales (suelos, vegetación, fauna, aguas)
• Cartografía de eventos morfodinámicos. actuales y
potenciales
Es necesario desarrollar e instrumentar mecanismos de
medición, reporte, verificación y monitoreo y evaluación de las
acciones de mitigación y adaptación al cambio climático. Así
como el establecimiento de alianzas con instituciones,
organismos y agencias dedicadas al estudio e investigación del
cambio climático
9.2 FINANCIAMIENTO PARA LAS ACTIVIDADES DEL PLAN
NACIONAL DE GESTIÓN CLIMÁTICA
El PNGC demandará la obtención de recursos financieros,
reembolsables o de inversión para su implementación. En tal
sentido, las acciones derivadas de la PNGC deben ser
desarrolladas mediante proyectos a ser sometidos a fuentes
internacionales de financiamiento tales como el PNUD, PNUMA,
FAO, BM, GEF, BID, CAF, IICA, Green Climate Fund, o mediante su
incorporación en presupuestos públicos o privados nacionales.
En este sentido, el financiamiento internacional es de vital
importancia para que Venezuela pueda asegurar el
cumplimiento de las metas condicionales de las NDC, es decir,
aquellas metas que están condicionadas a la posibilidad de
obtener financiamiento de fuentes externas y no de los propios
presupuestos nacionales.
El financiamiento internacional es un proceso complejo en virtud
de la competitividad existente entre numerosos países por
55. 56
acceder a fondos multilaterales limitados. Los pricipales fondos
multilaterales para América Latina provienen de cuatro grandes
fuentes: Fondo para una Tecnología Limpia; el Fondo para la
Amazonía tiene como único beneficiario a Brasil; desde 2018, el
Fondo Verde para el Clima (GCF por sus siglas en inglés) es un
financiador importante para la región, con 656 millones de
dólares aprobados para 14 proyectos y tres programas de ayuda
preparatoria. Finalmente, el Fondo para el Medio Ambiente
Mundial (FMAM). Estos cuatro fondos en conjunto han
movilizado el 75% del financiamiento climático multilateral para
la región. Los recursos se concentran en Brasil y México que
reciben el 49% de los fondos multilaterales destinados a la región
(Climate Fund Update, 2019). Conocer esta distribución de fondos
es estratégico para Venezuela y requiere abordar sin demora, un
plan de posicionamiento que le permita acceder a estos fondos,
para lo cual previamente debe demostrar contar con un marco
jurídico y una institucionalidad climática adecuada para
administrar efectiva y de forma transparente, lo solicitado. La
posibilidad de acceder a dichos fondos requiere la existencia de
un punto focal nacional autorizado para tal fin, que en Venezuela
lo representa el Ministerio de Ambiente, el MINEC. Entre las
opciones de financiamiento que Venezuela podría explorar se
consideran las siguientes: Fondo de inversión para REDD+;
Ventana Temática Medio Ambiente y Cambio Climático – Fondo
Multilateral de Inversiones (MIF); Fondo Cooperativo del Carbono;
Fondo Cooperativo para el Carbono de los Bosques (FCPF);
Fondo de Biocarbono; Fondo Especial para el Cambio Climático
(FECC); Fondo Amazonia; Fondo de Tecnología Limpia (CTF)
(parte de los Fondos de Inversión en el Clima) y el Fondo
Regional de Tecnología Agropecuaria (FONTAGRO).
56. 57
El financiamiento bilateral es otra opción, para lo cual es
fundamental el conocimiento detallado de los requisitos y
procedimientos exigidos para otorgar recursos financieros. Este
tipo de financiamiento otorga recursos prioritariamente para
apoyar proyectos de infraestructura sostenible y agricultura
climáticamente inteligente, por lo que el financiamiento para
otros temas de interés para el país, como estudio de ambientes
marino costeros, y bosques, requerirá explorar otras opciones.
En el caso de las cuencas hidrográficas, por ejemplo, la
tendencia actual es otorgar financiamiento para la gestión de
cuencas bajo un enfoque productivo e integral, en
consecuencia, los estudios de caracterización, de ordenación
del territorio, entre otros, deben estar bajo la óptica del
aprovechamiento de las aguas para uso agrícola, para obras de
riego o abastecimiento, hidroelectricidad, entre otros. Este es
un aspecto a considerar al momento de hacer convenios
bilaterales, de manera de aprovechar las prioridades de los
países donantes.
Las fuentes de financiamiento nacionales también representan
opciones para acceder a fondos que permitan atender
aspectos vinculados al clima. La actual insuficiencia de recursos
públicos pudiera ser parcialmente cubierta a futuro con fondos
generados mediante la adopción de tasas asociadas a las
emisiones de gases de invernadero u otros mecanismos. En ese
sentido, pareciera pertinente evaluar la creación de un fondo
nacional para inversiones clima-resilientes. De antemano,
puede anticiparse que Venezuela no dispondrá de suficientes
fondos para llevar adelante la PNCC que se establezca
inicialmente, lo cual obligará a establecer prioridades, con base
en criterios pre-establecidos, tanto para la mitigación como
57. 58
para la adaptación. La estrategia de financiamiento debe ser
sectorizada y focalizada en los sectores más vulnerables antes
referidos.
9.3 EDUCACIÓN, INFORMACIÓN Y DESARROLLO
CIENTÍFICO Y TECNOLÓGICO Y FORTALECIMIENTO
DE CAPACIDADES INSTITUCIONALES.
Con el objetivo de tomar las decisiones adecuadas para atender
los impactos y la adaptación al cambio climático, Venezuela
requiere de la generación de conocimiento científico y
tecnológico articulado y efectivamente divulgado. La innovación
tecnológica permitirá desarrollar nuevas capacidades
productivas y generar recursos económicos. Paralelamente, es
necesario crear capacidades nacionales en los tres niveles de
gobierno mediante capacitación en temas prioritarios de
mitigación y adaptación. La capacitación de las autoridades
dirigentes como sustento para la generación de políticas
permitirá la apropiación de conocimientos y su aplicación
exitosa.
El cambio climático, además de requerir importantes recursos
financieros para acometer las actividades de mitigación y
adaptación, también necesita recursos para la capacitación,
generación de información, monitoreo, sensibilización y
educación e investigación técnico-científica del país.
Se requiere garantizar que se genere y se provea de la
información y de los conocimientos necesarios para el análisis,
diseño, ejecución, monitoreo, reporte y evaluación de las
medidas de mitigación y adaptación. En este aspecto, se debe
realizar un gran esfuerzo en Venezuela, debido
58. 59
fundamentalmente a la pérdida de capital humano
experimentado durante los últimos años y a la precariedad y
desactualización de estadísticas y datos, lo cual incide en la toma
de decisiones. Por ejemplo, es prioritario y urgente redimensionar
y/o fortalecer la red nacional de estaciones hidrometeorológicas
para el monitoreo confiable de la variación de los parámetros
climáticos e hidrológicos, tanto en sus valores, como en su
distribución espacial, así como para los pronósticos. En este
aspecto, las universidades, centros de investigación, ministerios,
empresas y comunidades, juegan un papel estratégico en la
producción, sistematización y análisis de la información climática
que necesita el país.
Considerando lo anterior, es pertinente:
• Generar el conocimiento para el análisis, diseño, ejecución,
monitoreo y evaluación de acciones y medidas de
mitigación y adaptación, tanto nacionales como locales.
• Realizar un gran esfuerzo para remontar la pérdida de
talentos especializados en las diferentes áreas vinculadas al
tema de cambio climático, en las instituciones y empresas
públicas y privadas.
• Organizar la generación y recopilación de la información
vinculada al tema de cambio climático, producida en
universidades, centros de investigación, ministerios, sociedad
civil organizada.
• Definir una estrategia de fortalecimiento de capacidades
en nuevas tecnologías, investigación y diseño de medidas
de M&A.
• Generar mapas iterativos de los impactos climáticos y áreas
vulnerables (visión territorial de los impactos).
59. 60
• Incorporar el tema del cambio climático en los programas de
educación formal e informal, en universidades e instituciones
de educación básica y media y en las instituciones del sector
público y privado (agricultores, industriales, constructores,
empresarios, etc.).
60. 61
10
Principales barreras a la Política Nacional
de Cambio Climático
La formulación e implantación de la PNCC debe sobreponerse a
varios obstáculos o limitaciones:
• Carencia de voluntad política para ejecutar acciones
básicas para afrontar el cambio climático, tales como la
actualización y debida sujeción a los planes de
ordenamiento territorial, ineficiente gestión integral del
recurso hídrico y el debilitamiento de las organizaciones
relacionadas con la gestión de los recursos naturales,
planificación ambiental, agricultura, transporte, salud,
educación, ciencia y tecnología, equidad, comunidades
indígenas y género.
• Desconocimiento del tema en los círculos políticos y en el
público en general. Se percibe que el ciudadano venezolano
desconoce la amenaza real que presenta el cambio climático
en gran parte por falta de difusión de información fidedigna
acerca de cómo se está materializando este fenómeno en
nuestro país.
• Información desactualizada y vacíos de información en
muchos temas de interés nacional vinculados al cambio
climático.
• Poca o insuficiente inversión en programas de investigación
y de levantamiento de información de naturaleza ambiental
y climática.
• Carencia de estudios básicos y de investigaciones en el tema
de cambio climático.
61. • Debilidad institucional (pérdida de talentos), en particular del
ente rector en materia ambiental, para ejercer un efectivo
liderazgo en el tema de cambio climático.
• Centralismo excesivo del Estado.
• Ausencia de una verdadera planificación e integración de
políticas en el ámbito de gobierno.
• Mayor interés en las medidas de mitigación, que en las de
adaptación.
• Ausencia de un enfoque de prevención en las políticas y
acciones, así como la no aplicación de un enfoque de
gestión integral del riesgo.
• Ausencia de medidas de mitigación en la mayoría de los
sectores de producción (agropecuario, cambio de uso de
suelo y silvicultura, biodiversidad e industria). Se dispone de
algunas medidas de mitigación en energía, uso forestal,
transporte y manejo de desechos/residuos.
62. 63
11
Sugerencias generales
Para el desarrollo e implantación de una PNCC se presentan
algunas sugerencias de carácter general:
• Fortalecer la institucionalidad nacional. Es perentorio y un
elemento fundamental de la PNCC, mejorar la capacidad de
gestión institucional, y contar con el recurso humano
calificado, en especial de los entes encargados de liderar el
proceso de definición y ejecución de una estrategia nacional
para enfrentar el cambio climático.
• Desarrollar una Ley de Cambio Climático que sirva de marco
jurídico para la elaboración de la PNCC.
• Elaborar un Plan Nacional de Gestión Climática (PNGC)
descentralizado a nivel de estados y municipios para abordar
el cambio climático y Planes Locales de Gestión Climática
(PLGC) con el propósito de insertar la PNCC en el proceso de
planificación nacional.
• Mejorar las capacidades en el ámbito de la adaptación al
cambio climático. El fenómeno de cambio climático no ha
sido adecuadamente integrado en las políticas públicas, el
nivel de concientización y de voluntad política sobre el tema
es incipiente, de poco interés en muchos sectores del
gobierno y de la sociedad civil, sin percepción de los riesgos
que el cambio climático puede tener en la población, los
procesos productivos, y la seguridad alimentaria, entre otros
aspectos.
63.
64. 65
12
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Universidad Simón Bolívar. 250pp
67.
68. 69
Anexo
Glosario
ADAPTACIÓN
Proceso de ajuste al clima real o proyectado y sus efectos. En los sistemas
humanos, la adaptación trata de moderar los daños o aprovechar las
oportunidades beneficiosas. En algunos sistemas naturales, la intervención
humana puede facilitar el ajuste al clima proyectado y a sus efectos.
BIOCOMBUSTIBLE
Combustible, generalmente líquido, producido a partir de materia
orgánica o de aceites combustibles elaborados por plantas vivas o plantas
que han estado vivas recientemente. Son ejemplos de biocombustibles el
alcohol (bioetanol), la lejía negra derivada del proceso de fabricación de
papel o el aceite de soja.
BIODIVERSIDAD
Variabilidad entre los organismos vivos de los ecosistemas terrestres,
marinos y de otro tipo. La biodiversidad incluye la variabilidad de los
genes, las especies y los ecosistemas.
BIOENERGÍA
Energía derivada de cualquier forma de biomasa, por ejemplo, organismos
vivos recientes o sus subproductos metabólicos.
BIOMASA
Masa total de organismos vivos presentes en un área o volumen dados. El
material vegetal muerto se puede incluir como biomasa muerta. Quema
de biomasa es la quema de vegetación viva y muerta.
CAMBIO CLIMÁTICO
Variación del estado del clima, identificable (p. ej., mediante pruebas
estadísticas) en las variaciones del valor medio o en la variabilidad de sus
propiedades, que persiste durante largos períodos de tiempo,
generalmente decenios o períodos más largos. El cambio climático puede
deberse a procesos internos naturales o a forzamientos externos tales
como modulaciones de los ciclos solares, erupciones volcánicas o
cambios antropógenas persistentes de la composición de la atmósfera o
69. del uso del suelo. La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el
Cambio Climático (CMNUCC), en su artículo 1, define el cambio climático
como “cambio de clima atribuido directa o indirectamente a la actividad
humana que altera la composición de la atmósfera global y que se suma a
la variabilidad natural del clima observada durante períodos de tiempo
comparables”. La CMNUCC diferencia, entre el cambio climático atribuible
a las actividades humanas que alteran la composición atmosférica y la
variabilidad climática atribuible a causas naturales.
CAPACIDAD DE ADAPTACIÓN
Capacidad de los sistemas, las instituciones, los humanos y otros
organismos para adaptarse ante posibles daños, aprovechar las
oportunidades o afrontar las consecuencias.
CLIMA
El clima se suele definir en sentido restringido como el estado promedio
del tiempo y, más rigurosamente, como una descripción estadística del
tiempo atmosférico en términos de los valores medios y de la variabilidad
de las magnitudes correspondientes durante períodos que pueden
abarcar desde meses hasta millares o millones de años. El período de
promedio habitual es de 30 años, según la definición de la Organización
Meteorológica Mundial. Las magnitudes son casi siempre variables de
superficie (p. ej., temperatura, precipitación o viento). En un sentido más
amplio, el clima es el estado del sistema climático en términos tanto
clásicos como estadísticos.
COMUNICACIÓN NACIONAL DE CAMBIO CLIMÁTICO
La Comunicación Nacional es el principal mecanismo de reporte que
tienen los países miembros de la Convención Marco de las Naciones
Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) para informar al mundo sus
avances en la implementación de la Convención (acciones de mitigación,
adaptación, educación, entre otros.)
CONTRIBUCIÓN DETERMINADA A NIVEL NACIONAL (NDC)
Las contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN) representan los
compromisos asumidos por los países para la reducción de las emisiones
de gases de efecto invernadero (GEI) y la adaptación al cambio climático,
de acuerdo con la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el
Cambio Climático (CMNUCC) y el Acuerdo de París de 2015.
70. 71
CONVENCIÓN MARCO DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE EL CAMBIO
CLIMÁTICO (CMNUCC)
Fue adoptada en Nueva York el 9 de mayo de 1992 y rubricada ese mismo
año en la Cumbre para la Tierra, celebrada en Río de Janeiro, por más de
150 países más la Comunidad Europea. Su objetivo último es “la
estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la
atmósfera a un nivel que impida interferencias antropógenas peligrosas
en el sistema climático”. Contiene cláusulas que comprometen a todas las
Partes. En virtud de la Convención, las Partes incluidas en el anexo I (todos
los países de la OCDE y países de economía en transición) se proponen
retornar, para el año 2000, a los niveles de emisión de gases de efecto
invernadero no controlados por el Protocolo de Montreal que existían en
1990. La Convención entró en vigor en marzo de 1994. En 1997 la
CMNUCC incorporó el Protocolo de Kyoto.
DEFORESTACIÓN
Conversión de una extensión boscosa en no boscosa.
DESARROLLO SOSTENIBLE
Desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la
capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias
necesidades (Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el
Desarrollo,1987).
DESASTRE
Alteración grave del funcionamiento normal de una comunidad o una
sociedad debido a fenómenos físicos peligrosos que interactúan con las
condiciones sociales vulnerables, dando lugar a efectos humanos,
materiales, económicos o ambientales adversos generalizados que
requieren una respuesta inmediata a la emergencia para satisfacer las
necesidades humanas esenciales, y que puede requerir apoyo externo
para la recuperación.
DESCARBONIZACIÓN
Proceso mediante el cual los países u otras entidades tratan de lograr una
economía con bajas emisiones de carbono o mediante el cual las
personas tratan de reducir su consumo de carbono.
71. 72
DESERTIFICACIÓN
Degradación de las tierras en extensiones áridas, semiáridas y
subhúmedas secas por efecto de diversos factores, en particular las
variaciones climáticas y las actividades humanas. La degradación de las
tierras en extensiones áridas, semiáridas y subhúmedas secas es la
reducción o la pérdida de la productividad biológica o económica y la
complejidad de las tierras agrícolas de secano, las tierras de cultivo de
regadío o las tierras de pastoreo, los pastizales, los bosques y las tierras
arboladas, ocasionada por los usos del suelo o por un proceso o una
combinación de procesos, incluidos los resultantes de actividades
humanas y pautas de poblamiento, tales como: 1) la erosión del suelo
causada por el viento y el agua, 2) el deterioro de las propiedades físicas,
químicas, biológicas o económicas del suelo, y 3) la pérdida duradera de
vegetación natural (UNCCD, 1994).
DIÓXIDO DE CARBONO (CO2)
Gas de origen natural, subproducto también de la combustión de
combustibles fósiles procedentes de depósitos de carbono de origen fósil,
como el petróleo, el gas o el carbón, de la quema de biomasa, y de los
cambios de uso del suelo y otros procesos industriales (p. ej., producción
de cemento). Es el principal gas de efecto invernadero antropógena que
afecta al equilibrio radiativo de la Tierra. Es el gas utilizado como referencia
para medir otros gases de efecto invernadero, por lo que su potencial de
calentamiento global es igual a 1.
ECONOMÍA CIRCULAR
Es un modelo de producción y consumo que aborda los impactos
globales como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, los
residuos y la contaminación, que se basa en tres principios:
• eliminar los residuos y la contaminación
• hacer circular los productos y materiales en la economía el mayor
tiempo posible
• regenerar la naturaleza
ECOSISTEMA
Unidad funcional que consta de organismos vivos, su entorno no vivo y las
interacciones entre ellos. Los componentes incluidos en un ecosistema
concreto y sus límites espaciales dependen del propósito para el que se
72. 73
defina el ecosistema: en algunos casos están relativamente diferenciados
mientras que en otros son difusos. Los límites de los ecosistemas pueden
variar con el tiempo. Los ecosistemas se organizan dentro de otros
ecosistemas, y la escala a la que se manifiestan puede ser desde muy
pequeña hasta el conjunto de la biosfera. En la era actual, la mayoría de los
ecosistemas o bien contienen seres humanos como organismos
fundamentales, o bien están influidos por los efectos de las actividades
humanas en su entorno.
EMISIONES ANTROPOGÉNICAS
Emisiones de gases de efecto invernadero, de precursores de gases de
efecto invernadero y de aerosoles causadas por actividades humanas.
Esas actividades comprenden la combustión de combustibles fósiles, la
deforestación, los cambios de uso de la tierra, la producción ganadera, la
fertilización, la gestión de desechos y los procesos industriales.
ENFOQUE ECOSISTÉMICO
Estrategia orientada a la gestión integrada de la tierra, el agua y los
recursos vivos que promueve la conservación y el uso sostenible de modo
equitativo. Se basa en la aplicación de metodologías científicas
configuradas en función de los niveles de organización biológica que, los
procesos, las funciones y las interacciones esenciales entre los organismos
y su entorno. Tiene en cuenta que los seres humanos, con su diversidad
cultural, son un componente integral de muchos ecosistemas. El enfoque
ecosistémico exige una gestión adaptativa para tratar con la índole
compleja y dinámica de los ecosistemas y con la ausencia de un
conocimiento o comprensión completa de su funcionamiento. Entre sus
objetivos prioritarios figura la conservación de la biodiversidad y de la
estructura y el funcionamiento de los ecosistemas, con miras a mantener
los servicios ecosistémicos.
ESCENARIO SIN INTRODUCCIÓN DE CAMBIOS (BUSINESS AS USUAL-
BAU-)
Las proyecciones de los escenarios sin introducción de cambios se basan
en la suposición de que las prácticas y políticas de funcionamiento se
mantienen igual que en la actualidad. Aunque los escenarios de referencia
podrían incorporar algunas de las características específicas de los
escenarios sin introducción de cambios (p. ej., la prohibición de una
73. 74
tecnología específica), los escenarios sin introducción de cambios
implican que no se introducen prácticas ni políticas distintas de las que se
aplican actualmente.
GAS DE EFECTO INVERNADERO (GEI)
Componente gaseoso de la atmósfera, natural o antropógeno, que
absorbe y emite radiación en determinadas longitudes de onda del
espectro de radiación terrestre emitida por la superficie de la Tierra, por la
propia atmósfera y por las nubes. Esta propiedad ocasiona el efecto
invernadero. El vapor de agua (H2
O), el dióxido de carbono (CO2
), el óxido
nitroso (N2
O), el metano (CH4
) y el ozono (O3
) son los gases
de efecto invernadero primarios de la atmósfera terrestre. Además, la
atmósfera contiene cierto número de gases de efecto invernadero
enteramente antropógeno, como los halocarbonos u otras sustancias que
contienen cloro y bromo, y contemplados en el Protocolo de Montreal.
Además del CO2
, N2
O y CH4
, el Protocolo de Kyoto contempla los gases de
efecto invernadero hexafluoruro de azufre (SF6
), los hidrofluorocarbonos
(HFC) y los perfluorocarbonos (PFC).
GESTIÓN DE RIESGOS
Planes, medidas o políticas aplicados para reducir la probabilidad y/o las
consecuencias de los riesgos o para responder a sus consecuencias.
GOBERNANZA CLIMÁTICA
Mecanismos y medidas voluntarios destinados a dirigir los sistemas
sociales hacia la prevención o mitigación de los riesgos del cambio
climático o la adaptación a ellos (Jagers y Stripple, 2003).
INVENTARIO NACIONAL DE GASES DE EFECTO INVERNADERO (INGEI)
Es una herramienta para orientar al país en la toma de decisiones en
materia de implementación de acciones de mitigación, dado que permite:
Identificar los sectores y actividades responsables de las principales
emisiones y absorciones de GEI. Comprender las tendencias de emisiones
y absorciones de GEI.
MEDIOS DE SUBSISTENCIA
Recursos utilizados y actividades realizadas para vivir. Generalmente se
determinan por los derechos y activos a los que tienen acceso las
74. 75
personas. Dichos activos se pueden clasificar como humanos, sociales,
naturales, físicos o financieros.
MITIGACIÓN (DEL CAMBIO CLIMÁTICO)
Intervención humana encaminada a reducir las fuentes o potenciar los
sumideros de gases de efecto invernadero.
TENSOR CLIMÁTICO
Aspecto cambiante del sistema climático que influye en un componente
de un sistema humano o natural.
TENSOR NO CLIMÁTICO (TENSOR EXTERNO AL CLIMA)
Agente o proceso externo al sistema climático que influye en un sistema
humano o natural.
NECESIDADES DE ADAPTACIÓN
Circunstancias que exigen medidas para garantizar la seguridad de las
poblaciones y la seguridad de los activos en respuesta a los impactos
climáticos.
OLA DE CALOR
Periodo más o menos prolongado, excesivamente cálido, que puede ser
también muy húmedo, aunque ello suele ser raro, ya que el propio calor
hace que la humedad se condense formando nubes, con lo que
disminuye el calor atmosférico (calor de condensación) al ser en parte
absorbido por esas nubes.
OPCIONES DE ADAPTACIÓN
Conjunto de estrategias y medidas disponibles y adecuadas para hacer
frente a las necesidades de adaptación. Incluyen una amplia gama de
medidas que se pueden clasificar como estructurales, institucionales o
sociales.
OPORTUNIDAD DE ADAPTACIÓN
Factores que facilitan la planificación y aplicación de medidas de
adaptación, que amplían las opciones de adaptación, o que proporcionan
cobeneficios.
REFORESTACIÓN
Plantación de bosques en tierras que ya habían contenido bosque pero
que habían sido destinadas a otro uso.
75. 76
RESILIENCIA
Capacidad de un sistema socioecológico de afrontar un suceso o
perturbación peligroso respondiendo o reorganizándose de modo que
mantenga su función esencial, su identidad y su estructura, y conservando
al mismo tiempo la capacidad de adaptación, aprendizaje y
transformación (Consejo Ártico, 2013).
SECUESTRO DE CARBONO
Adición de una sustancia a un reservorio. La incorporación de sustancias
que contienen carbono, en particular de dióxido de carbono, suele
denominarse secuestro (de carbono).
SEGURIDAD ALIMENTARIA
Situación predominante en la que las personas tienen acceso seguro a
cantidades suficientes de alimentos inocuos y nutritivos para su
crecimiento y desarrollo normal y para una vida activa y sana.
SELLADO DEL SUELO (SOIL SEALING)
El sellado del suelo puede definirse como la destrucción o el
recubrimiento del suelo por un material impermeable. Es una de las
principales causas de la degradación del suelo en la UE. El sellado del
suelo suele afectar a las tierras agrícolas fértiles, pone en peligro la
biodiversidad, aumenta el riesgo de inundaciones y la escasez de agua y
contribuye al calentamiento global.
SEQUÍA
Período de condiciones anormalmente secas durante un tiempo
suficiente para causar un desequilibrio hidrológico grave. El término
sequía es relativo y, por tanto, ningún examen sobre déficit de
precipitaciones debe referirse a la particular actividad conexa a las
precipitaciones objeto de examen. Por ejemplo, la escasez de
precipitaciones durante el período de crecimiento incide en la producción
de los cultivos o la función de los ecosistemas en general (debido al déficit
de humedad del suelo, también denominado sequía agrícola), y durante la
estación de escorrentía y percolación afecta principalmente a los aportes
hídricos (sequía hidrológica). La humedad y las aguas subterráneas
almacenadas por el suelo también resultan afectadas por los aumentos en
la evapotranspiración real y por las disminuciones en la precipitación.
Todo período con déficit anormal de precipitación se define como sequía
76. 77
meteorológica. Las megasequías son sequías prolongadas y extensas, que
duran mucho más de lo normal, generalmente un decenio o más.
SERVICIOS ECOSISTÉMICOS
Procesos o funciones ecológicos que tienen un valor, monetario o no,
para los individuos o para la sociedad en general. Generalmente se
clasifican en: 1) servicios de apoyo, por ejemplo, mantenimiento de la
productividad o la biodiversidad; 2) servicios de aprovisionamiento, por
ejemplo, de alimentos, fibra o pescado; 3) servicios de regulación, por
ejemplo, regulación del clima o secuestro de carbono; y 4) servicios
culturales, como el turismo, o el disfrute espiritual o estético.
SUMIDERO
Todo proceso, actividad o mecanismo que sustrae de la atmósfera un gas
de efecto invernadero, un aerosol, o un precursor de cualquiera de ellos.
TRANSICIÓN ENERGÉTICA.
Conjunto de cambios en los modelos de producción, distribución y
consumo de energía para hacerlos más sostenibles. El objetivo es
transformar un sistema energético basado en los combustibles fósiles en
un sistema energético basado en las energías renovables.
TRANSFORMACIÓN
Cambio en los atributos fundamentales de los sistemas naturales y
humanos.
TRAYECTORIAS RESILIENTES AL CLIMA
Procesos iterativos para gestionar el cambio en sistemas complejos con el
fin de reducir las perturbaciones y mejorar las oportunidades conexas al
cambio climático.
USO DEL SUELO Y CAMBIO DE USO DEL SUELO
El término uso del suelo denota el conjunto de disposiciones, actividades
e insumos (conjunto de actividades humanas) adoptados para cierto tipo
de cubierta terrestre. Este término se utiliza también en el sentido de los
fines sociales y económicos que persigue la gestión de los suelos (p. ej.,
pastoreo, y extracción y conservación de madera). Un cambio de uso del
suelo es un cambio del uso o gestión del suelo por los seres humanos,
que puede originar una modificación de la cubierta de tierra. Las
modificaciones de la cubierta terrestre y del uso del suelo pueden afectar
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al albedo de la superficie, a la evapotranspiración, a las fuentes y
sumideros de gases de efecto invernadero o a otras propiedades del
sistema climático y pueden, por consiguiente, producir un forzamiento
radiativo y/u otros efectos sobre el clima, a nivel local o global.
VARIABILIDAD CLIMÁTICA
Se entiende por variabilidad climática las fluctuaciones de los
componentes del clima –temperatura y precipitaciones, entre otros–
durante lapsos determinados, los cuales pueden ser tan disímiles como
abarcar períodos desde algunos días hasta décadas.
VULNERABILIDAD
Propensión o predisposición a ser afectado negativamente. La
vulnerabilidad comprende una variedad de conceptos que incluyen la
sensibilidad o susceptibilidad al daño y la falta de capacidad de respuesta
y adaptación.