2. El lenguaje no puede decirlo todo y lo que queda sin ser definido por el lenguaje consciente (social, estándar) es el Inconsciente. El
Inconsciente es resultado o efecto del lenguaje y por tanto tiene también estructura de lenguaje. Es un tipo de lenguaje: individual, no
sometido a las leyes de la lógica y la consciencia. A este Inconsciente Lacan le llama Sujeto del Inconsciente y lo representa por una S (o
una S tachada, dividida, porque el Sujeto está dividido, aparece entre el Consciente y el Inconsciente
O
o
S
3. El lenguaje (O) define al bebé (pequeño otro) y genera como efecto el Sujeto del Inconsciente (S). El bebé sigue sin ser consciente de sí
mismo como unidad completa y autónoma hasta que es reflejado en algún tipo de espejo y/o en las palabras de los otros (o') que lo
retratan ("es rubio", "tiene los brazos largos"…) Este es el estadio del espejo, que genera la ilusión de un Yo. El bebé se identifica con su
imagen reflejada y con las palabras de los otros. Su Yo procede de los otros (o'), de los pequeños otros (palabras y miradas de los
padres, espejo) El Yo (o) es reflejo de otro o (o'). Nuestra vida social está basada en esta ilusión: nos relacionamos desde nuestro Yo
imaginario con los Yo imaginarios de los demás.
O
o
S O'
4. Resumen:
El Yo (el bebé que se convertirá en individuo: el pequeño otro) es producto del lenguaje (O, el gran Otro) y de la relación imaginaria que
establece con/desde o' (otro pequeño otro) en el que se refleja, que le mira y le habla. Hay una relación especular (la flecha ahora es
bidireccional) entre o y o': yo soy el otro y el otro soy yo.
Por otra parte, el lenguaje (O, el gran Otro) produce, como efecto, un lenguaje paralelo, el del Sujeto del Inconsciente (S)
Entre el Yo (o) y los otros (o')
O
o
S O'
5. El individuo (el pequeño otro) que se llama a sí mismo Yo se relaciona con otros individuos (sus Yo) o pequeños otros en el eje
Imaginario.
El Sujeto del Inconsciente se relaciona con el gran Otro en el eje Simbólico.
El análisis lacaniano se produce en el eje entre S y O. No tiene en cuenta el pequeño otro del paciente ni el analista se sitúa en
su pequeño otro.
O
o
S O'
6. El eje Simbólico choca contra lo que Lacan llama el muro del lenguaje: el lenguaje consciente (la cháchara, los lugares comunes, las
frases hechas, el lenguaje social) que es una sucesión o repertorio de palabras vacías.
Superar este muro supone recuperar las palabras plenas que con las del Inconsciente, las del Sujeto del Inconsciente.
Los espacios que ahora se abren en la flecha son los vacíos de lo Real, los agujeros que lo Simbólico es incapaz de cubrir, de decir.
O
o
S O'
7. La flecha en rojo discontinuo representa el deseo. El deseo es el mecanismo inconsciente que nos empuja a buscar en los
otros Yo (los pequeños otros, los individuos, mis semejantes) lo que me falta.
O
o
S O'