2. La Dignidad Humana
Desde el punto de vista religioso todos los seres humanos poseemos la misma dignidad,
ya que todos somos hijos de Dios creados a su imagen y semejanza libres e iguales. Todo
ser humano tiene dignidad y valor inherentes, solo por su condición básica de ser humano.
El valor de los seres humanos difiere del que poseen los objetos que usamos. Las cosas
tienen un valor de intercambio. Son reemplazables. Los seres humanos, en cambio, tienen
valor ilimitado puesto que, como sujetos dotados de identidad y capaces de elegir, son
únicos e irreemplazables. La dignidad no se puede comprar como los objetos.
Toda persona tiene derecho a la propiedad privada, sea de manera individual o colectiva.
La propiedad privada, individual o colectiva, es inviolable. Nadie será privado de su
derecho de propiedad, salvo por motivos de interés público y de conformidad con las
normas de la ley. El bien común es aquel que puede dar satisfacción a toda la sociedad.
Esto, sin discriminación ni restricción, pudiendo incluso agotarse. Algunos ejemplos de
bienes comunes son el medio ambiente (espacios naturales como lagunas o montañas) o
los recursos hidrobiológicos (peces, algas y otros). Sin embargo, en la actualidad,
nosotros creemos que esto no se cumple, ya que, la sociedad está llena de prejuicios,
críticas, discriminaciones, desigualdades, y es por eso que el bien común no se lleva a
cabo en la actualidad. (Alfonso Viteri, 2017)
A pesar de que la dignidad humana está dictaminada como derecho por ley y por la iglesia,
esta no se cumple en la actualidad, por ejemplo, algunos actos para atentar contra esta
son: maltratar física o verbalmente a cualquier persona, abusar de otras personas por tener
menos recursos económicos o por ser de diferentes razas, propinar a una persona en forma
intencional, etc. Dicho esto, la dignidad humana significa que un individuo siente respeto
por sí mismo y se valora al mismo tiempo que es respetado y valorado. Implica la
necesidad de que todos los seres humanos sean tratados en un pie de igualdad y que
puedan gozar de los derechos fundamentales que de ellos derivan. La dignidad de la
persona constituye el fundamento vital de la idea de los derechos humanos, y aunque ha
sido comunicado y continúa definiéndose en nuestro tiempo no pasa de ser un ideal en
todos los países.
Las personas están en su derecho de poder tener sus bienes, el que tengan dichas
propiedades, esto se resume en la responsabilidad de cada uno de los individuos en la
sociedad, esto en combinación con el valor del derecho universal de los bienes no es
objeción para que tengan sus debidas prioridades, deberían entre ellas estar el ser útil para
la comunidad en la que habitan.
La participación es un pilar básico de la democracia. La participación se refiere a las
capacidades que permiten que cada persona sea parte de un grupo y aporte de modo
efectivo a la vida del conjunto, a partir de sus atributos. La participación integra tres
aspectos: 1 formar parte, en el sentido de pertenecer, ser integrante; 2 tener parte (asumir
un rol) en el desempeño de las acciones determinadas; 3 tomar parte, entendida como
influir a partir de la acción. Si tenemos en cuenta la relación de los valores en nuestra vida
cotidiana entenderemos la importancia de la manera en la que percibimos los aspectos
adversos en nuestra sociedad. (Ángel Pérez, 2018)
3. Tenemos entendido que el bien común hace referencia a las condiciones de la vida social
que cada persona lleva en su vida privada, esto ayuda a las personas a que tengan un
crecimiento íntegro entre sus relaciones y considerarlo como un aporte a su moralidad y
ética, esto se ha mantenido en cada persona que desee tener una búsqueda de un bien
común.
La persona está instalada dentro de un orden jurídico del cual no puede evadirse, la
persona conserva su propio valor y autonomía, tiene autoconciencia, autocontrol y
autodecisión frente a la sociedad. Existe una armonía plena entre lo social y lo individual
en la persona humana, la persona humana acentúa su autonomía frente al Estado, el
Estado es un puro medio para que la persona pueda realizar su finalidad social. Es posible
un orden social jurídico lleno de armonía, en el cual todas las personas se encuentren y se
reconozcan solidarias de un fin común, de su proyecto común, proyecto que converge a
la perfección con el proyecto individual de cada persona, con su desarrollo individual.
(Dr. Carlos Yugsi, 2014)
El sentimiento de solidaridad está presente en cada uno de nosotros, para muchos es
prioridad defender los derechos humanos y civiles. Su interés se enfoca en apoyar a causas
sociales como el derecho a la educación, salud y vivienda; este tipo de personas se
organizan para tratar de cambiar escenarios culturales donde se vulnera al ser humano.
La solidaridad cambia de acuerdo a la causa que busca priorizar. Esta es la forma en que
muchas personas comparten su sentimiento de solidaridad dentro de una organización. Su
entusiasmo por atender a la niñez, adultos mayores, la naturaleza, los animales, son
algunas de las causas en las que enfocan su trabajo. La planificación y el trabajo en equipo
generan cambios profundos donde recursos materiales, educativos y económicos, buscan
mantener el bienestar de los más vulnerables. (Marta Peralta, 2018)
Por otro lado, para entender el bien común se debe entrar con la solidaridad. La
solidaridad es el apoyo o la adhesión circunstancial a una causa o al interés de otros
cuando dos o más personas se unen y colaboran mutuamente para conseguir un fin común.
La solidaridad es compartir con otros tanto lo material como lo sentimental, es ofrecer
ayuda a los demás y una colaboración mutua entre las personas. Lamentablemente este
es un principio que se ha perdido con el pasar del tiempo ya que algunas personas
perdieron su sensibilidad con respecto a otras y esto conlleva a la irracionalidad en el trato
cognitivo.
La sociabilidad humana no es uniforme, sino que reviste múltiples expresiones. El Bien
Común depende, en efecto, de un sano pluralismo social. Las diversas sociedades están
llamadas a constituir un tejido unitario y armónico, en cuyo seno sea posible a cada una
conservar y desarrollar su propia fisonomía y autonomía. La socialización expresa la
tendencia natural que impulsa a los seres humanos a asociarse con el fin de alcanzar
objetivos que excedan las capacidades individuales. Desarrolla las capacidades de la
persona, en particular, su sentido de iniciativa y de responsabilidad. Ayuda a garantizar
sus derechos. La participación, se expresa, esencialmente, en una serie de actividades
mediante las cuales el ciudadano, como individuo o asociado a otros, directamente o por
medio de los propios representantes, contribuye a la vida económica, política y social de
la comunidad civil a la que pertenece. Es, en suma, “el compromiso voluntario y generoso
de la persona en los intercambios sociales. (Dr. Jorge H. Suardiaz, 2015)
4. Dada su importancia, se hace imprescindible la exigencia de favorecer la participación,
sobre todo, de los más débiles, así como la alternancia de los dirigentes políticos, con el
fin de evitar que se instalen privilegios ocultos. Es necesario, además, un fuerte empeño
moral, para que la gestión de la vida pública sea el fruto de la corresponsabilidad de cada
uno con respecto al bien común. El principio de participación se fundamenta en el derecho
natural de todo ser humano a realizar su propio destino. En toda formación social la
persona tiene derecho a hacer sentir el peso de su decisión personal responsable. El sujeto
de la participación es todo hombre o mujer en cuanto miembro del grupo social. (Lic.
Pedro Herazo, 2015)
La sociedad se ve muy afectada por los países tercermundistas. Precisamente la existencia
de estructuras sociales débiles, la insuficiencia alimentaria o un débil acceso a sanidad y
educación, convierten a la población del tercer mundo en extremadamente vulnerable. La
característica unificadora clave de los países no alineados del “tercer mundo” era la
pobreza (y la colonización), por lo que el término se convirtió en un término general para
describir esto. Hablar de tercer mundo está desfasado; los antiguos bloques enfrentados
ya no existen. (Sonia Méndez, 2021)
Dentro de una sociedad ser el primero, el rey, el principal, no sirve de nada porque no
estamos en un mundo equitativo. se debe vivir dentro de la abundancia, abundancia de
valores, de derechos, de igualdad, es por ello que en esta misma sociedad se ve
involucrado el emprendimiento, en donde entendemos que, para llegar a una armonía y
unión entre personas y ciudadanos que compran y venden, crean y diseñan, ofertan y
demandan, deben existir principios y derechos que nos identifiquen como seres
totalmente iguales, seres solidarios, ayudadores, comedidos, responsables y éticos en su
trabajo.