3. Fernando de Rojas (1470-1541). Nace hacia 1470 en La Puebla de
Montalbán (Toledo) y estudia en Salamanca hacia 1490 o 1493. Una vez
graduado como Bachiller en Leyes, en 1500 o 1502, regresó a La Puebla
de Montalbán. En 1507, se casa con Leonor Álvarez. Se trasladan a
Talavera de la Reina. Durante varios años es nombrado alcalde mayor,
cuya función no es otra que la de administrar justicia. Muere en 1541.
Por el inventario de sus bienes, se sabe que tenía un centenar de libros.
De La Celestina sólo poseía un ejemplar.
4. 1. La Celestina: Autoría
En el poema inicial de la obra, Fernando de Rojas declara que encontró
un manuscrito en Salamanca que contenía el texto del primer Acto y que
decide continuar la historia, estando de vacaciones entre 1496 y 1498.
- Hipótesis: a.) Fernando de Rojas es el autor único de La Celestina. Sus
defensores hablan de la unidad existente entre el Acto I y el resto de la
obra. Es probable que Fernando de Rojas se sirviera del motivo del
primer autor para proteger su nombre. De este modo evitaría las
ataduras de la censura. b.) Fernando de Rojas continúa un manuscrito
ajeno que concluye en dos etapas. Un análisis de las características
lingüísticas y estilísticas presenta diferencias notables: uso distinto del
lenguaje en el primer acto y el resto de la obra; mención a Aristóteles en
el primer acto y ninguna a Petrarca, mientras que en el resto se
menciona frecuentemente a Petrarca y casi nada a Aristóteles; uso de
refranes, proverbios y frases hechas en todos los actos, mientras que en
el primero apenas si están presentes.
5. 2. Ediciones:
1499 > Impresa en Burgos. Posee XVI actos. No consta ni el título ni su
autor.
1500 > Impresa en Toledo. Posee XVI actos. Aparece con el título de
Comedia de Calisto y Melibea. Presenta una carta: El autor a un su
amigo y un poema inicial del mismo autor. Al final, aparece un poema
de Alonso Proaza, corrector de la impresión, dirigido al lector.
1507 > Impresa en Zaragoza. Posee XXI actos y algunas correcciones
que amplían el texto ya existente. El título es el de Tragicomedia de
Calisto y Melibea. Junto a la carta y el poema iniciales, aparece un
prólogo y, al final, junto al poema de Proaza, otro del autor. De la
Comedia se conservan tres ediciones.
De la Tragicomedia, la más importante que se conserva es la de
Valencia de 1514, revisada y corregida por Alonso de Proaza. Esta
edición podría provenir de la editio princeps perdida de la obra. La
obra consiguió un gran éxito editorial. La fama la alcanza en España y
en el extranjero. Muestra de ello es la serie de reelaboraciones,
continuaciones y prolongaciones de La Celestina durante los siglos XVI
y XVII. Todo ello forma el corpus de la llamada literatura celestinesca.
6. 3. Género de La Celestina
En 1500 no existe la novela tal como se conoce hoy en día. No se puede
hablar, pues, de novela dialogada. En aquel momento, en España se
desconoce la Poética de Aristóteles, por lo que difícilmente podía seguir
la poética aristotélica y negarse que sea una obra teatral. La Celestina
debe relacionarse con la comedia romana, lo que se puede apreciar en el
nombre de los personajes, inexistentes en la Castilla de entonces. Puede
considerársela, pues, como descendiente suya, pasando antes por la
comedia humanística, escrita para su lectura y no su representación. En
la comedia romana Plauto y Terencio son los autores más
representativos. El enredo amoroso, motor de la trama, es el rasgo más
característico de este tipo de obra. La presencia de esclavos que facilitan
las relaciones amorosas de sus señores por medio de engaños, o la
presencia de una prostituta joven, son otros rasgos característicos,
además de desarrollarse en un ambiente urbano.
Comedia latina medieval: Es el género medieval de la comedia elegíaca. El
título más conocido, de autor anónimo, es el Pamphilus de amore, del
siglo XIII. La acción de estas obras se desarrolla en el mundo medieval
contemporáneo. Las relaciones amorosas se abordan desde la perspectiva
del amor cortés. Aparece un personaje que media entre los amantes,
llamado tercera. Su forma es dialogada para ser leídas, no representadas
7. Comedia humanística: Tales comedias nacen en ambientes universitarios,
como ejercicio escolar dentro de la corriente humanista de recuperación del
latín como lengua de cultura y literaria. Con ellas se pretendía aprender
retórica, poética y gramática, además de educar el espíritu. Su lectura o
recitación se hacía ante un público universitario. Un solo orador era el
encargado de hacer la lectura, imitando el modo de hablar de los personajes
y haciendo llegar al auditorio sus estados de ánimo.
Son obras que presentan un enredo amoroso. Destacan por el carácter
realista de los personajes. Normalmente se escriben en prosa, sin respetar
las unidades de acción, tiempo y espacio. La comedia humanista se
desarrolla en Italia durante los siglos XIV y XV. Coincidencias formales con
La Celestina es que se inicien con un prólogo y un argumento general, y
compartan la división en actos y estos en escenas. En cuanto al contenido,
en la comedia humanística el tema central es el amor ilícito con prostitutas
o adulterino. La enamorada, al igual que Melibea, tiene una actitud activa y
apasionada, que contrasta con la pasividad del joven enamorado. El interés
por mostrar la relación entre padre e hija es otro de los rasgos que
comparten.
8. 4. Título de la obra:
Las ediciones de 1499 y 1500 tienen por título Comedia de Calisto y
Melibea. La de 1507, en cambio, aparece con el de Tragicomedia de Calisto
y Melibea. Rojas debió seguir al autor del Acto I cuando llamó Comedia a
las primeras ediciones. Siguiendo las pautas de las comedias latinas y
humanistas, Calisto debía conseguir el amor de Melibea por medio de
Celestina y la ayuda de sus criados, por lo que el final debía acabar con la
boda de los enamorados. La obra de Rojas, sin embargo, no tiene final
feliz. Mueren los cinco personajes principales y contraviene de este modo la
norma de los géneros literarios, que propone el nombre de Tragedia para
este tipo de historias. Las diferencias con la tragedia clásica desaconsejan
la etiqueta, pues en La Celestina aparecen personajes de muy baja
condición social y los criados tienen un gran protagonismo. Plauto, en su
obra Anfitrión, ya mezcló seres de la mitología con criados y gente de clase
media, por lo que decidió llamarla tragicomedia, término que aplica Rojas a
la suya.
9. 5. Temas de La Celestina:
El mundo: Cristianos viejos y conversos deben convivir y compartir
privilegios y cargos. La nobleza debe dejar paso a la burguesía, perdiendo
poco a poco los derechos de su rancio linaje. Al mundo celestinesco lo
domina el dinero. Calisto paga para obtener a Melibea. Todas las relaciones
de la obra están presididas por el interés y la necesidad que tienen los unos
de los otros. La fortuna: Las cosas, en La Celestina, suceden inevitable e
inexorablemente. Todo se entiende como una cadena de causas y efectos
ante la que no hay modo de reaccionar. El hombre no puede luchar contra
su destino, lo que da pie al fatalismo vital: la voluntad del hombre no forma
parte del orden del universo. La muerte: La muerte es una presencia
constante en la obra. No se puede luchar contra ella, por lo que la
exhortación al Carpe diem se hace inevitable. Los personajes se mueven
con prisas, en un intento infructuoso por escaparse de esta verdad.
El amor: El comportamiento de Calisto y Melibea es una parodia del modelo
amatorio cortés, alejado de la realidad y encorsetado en sus normas. Es una
suerte de telón de fondo en el que irrumpe con fuerza el amor como
pasión: nubla los sentidos y la razón, arrastra los preceptos sociales y
morales.
10. 6. Personajes de La Celestina
En la obra aparecen dos tipos de personajes: Los señores: Calisto y
Melibea; Pleberio y Alisa (padres de Melibea). El mundo de los criados:
Sempronio y Pármeno, Lucrecia. El mundo prostibulario: Celestina, Elicia,
Areúsa; Centurio. Todos ellos son retrato de individuos representativos
de la sociedad del siglo XV. Esta sociedad está sumergida en una crisis,
causa del declive de la sociedad feudal y la aparición de los primeros
representantes de la nueva burguesía.
- Calisto: Es de familia adinerada, posee cuatro criados y propiedades
alquiladas. Es un joven ocioso, aunque no se dice que pertenezca a la
nobleza. Calisto es una contrafigura del perfecto amante cortés. Su mal
es que es impetuoso. Su primer un error grave, cuando ve a Melibea, es
que le comunica su pasión amorosa sin haberse hecho merecedor de su
dama. Melibea le pide que se mantenga constante en su amor sin decir
nada, Calisto continúa hablando y la joven reacciona airada, según
corresponde. Calisto sufre la enfermedad del amor (amor loco), que tiene
su base en el desmedido deseo sexual. El verdadero amante cortés debía
saberlo contener, y él no lo hace. Dominado por la sensualidad,
enloquecido por la pasión que siente, es incapaz de controlar el
desarrollo de los acontecimientos.
11. Melibea: Melibea es una joven heredera educada en el amor y respeto de
sus padres. Sus virtudes son varias: es discreta, honesta, virgen, hermosa,
es noble y rica. Durante los primeros actos actúa según el tópico de la
belle dame sans merci: trata sin misericordia a quien tiene un
comportamiento poco apropiado según su condición social. Su actitud
cambia en el momento en que confiesa a Celestina sus sentimientos y da
rienda suelta a su pasión amorosa, fruto, en parte, del conjuro que
Celestina realiza en el acto III. Melibea es una víctima de la philocaptio,
que consiste en provocar una violenta pasión amorosa hacia una persona
determinada. La insistencia con que se repite el nombre de Calisto en su
entorno, sin embargo, provoca un cambio en ella a su favor, y cae por fin
víctima, también ella, del loco de amor. Durante sus primeros encuentros
procura mantenerse virgen, pero una vez deja de serlo, se lanza a gozar
sin límite de su amor recién descubierto. Pasado un mes, sólo quiere vivir
por y para su amor. Si le falta, su vida dejará de tener sentido. Por eso no
quiere contraer matrimonio, porque en la época no se identificaba la
relación marital con el enamoramiento. Su locura es absoluta, al extremo
de que una vez disfruta de Calisto en su cama, cuando este muere no
duda en tirarse desde el balcón al jardín.
12. Celestina: De Celestina se sabe que es una mujer mayor, de 72 años,
edad muy por encima de la esperanza de vida habitual en la época. Se
sabe que tiene una cicatriz en la mejilla y que va extremadamente
maquillada. Es una antigua prostituta que tuvo a varias pupilas
trabajando para ella, y disfrutó de una gran abundancia. Parte de su
oficio, sobre todo el de bruja, lo aprendió de Claudina, la madre de
Pármeno. Para ella, en tanto que prostituta, el sexo entra en su vida
cotidiana sin tabúes ni miramiento alguno. El rasgo que la caracteriza es
el de atraerse a las personas con halagos para ganárselas. Así hace con
Pármeno y con Melibea. Usa de todos los recursos que tiene a su alcance,
pero sobre todo de uno: el comercio sexual. Su carácter es calculador, lo
que le permite establecer una red de relaciones e intereses. Todo ello se
vendrá abajo por culpa de su avaricia. Su cara amable desaparece
cuando está sola: se trata de una mujer desconfiada de los demás,
huraña y sin amigos.
13. 7. Estilo de La Celestina
La lengua usada en La Celestina destaca por su naturalidad. Uno de
los recursos para mostrar esta naturalidad es el uso de refranes hasta
un total de más de 270 en toda la obra.
Toda la obra es diálogo. Las acotaciones que aparecen fueron
añadidas por sus editores modernos a fin de clarificar su lectura. La
acción se desarrolla por medio de escenas que pueden intuirse por
medio de las referencias que hacen los personajes a través del
diálogo.
Otro rasgo dramático son los apartes (comentarios que hacen los
personajes sobre los que está sucediendo). En el teatro, el aparte
suele usarse para que el personaje se desmarque de la escena y
pueda dirigirse al espectador. En La Celestina, sin embargo, no hay
espectador, sino lector, por lo que su intención no es otra que la
comicidad o mostrar los dos lados de un mismo individuo: el público,
expresado a través de su discurso en la escena; y el sincero, que solo
conoce el lector, normalmente opuesto al anterior.