1. 9 Conciliación de la medicación en el paciente
polimedicado.
Rafael Bravo Toledo, Noelia Caballero Encinar.
IDEAS ESENCIALES
• La conciliación de medicamentos en un proceso importante para ase-
gurar la seguridad del paciente en cuanto al uso de medicamentos.
• Es especialmente relevante en los momentos en que esa seguridad está
más comprometida y se producen más errores de medicación, como
son las transiciones asistenciales y en pacientes polimedicados.
• La conciliación de la medicación incluye procesos y acciones para pre-
venir errores en la transmisión de la información sobre medicamentos
entre diferentes proveedores de atención sanitaria y entre éstos y los
pacientes.
• Este problema de comunicación origina los denominados errores de
conciliación, que son discrepancias no justificadas entre la lista com-
pleta de medicamentos que el paciente debería tomar y lo que realmen-
te toma.
• A pesar de que su desarrollo inicial se limitó a centros hospitalarios y
tenía como principales protagonistas los farmacéuticos clínicos, una vi-
sión amplia del concepto implica también a atención primaria y a otros
profesionales como médicos de familia, enfermeras y farmacéuticos co-
munitarios.
187
2. 1. Conciliación de la medicación: conceptos e importancia
Aunque siempre han estado presentes en la medicina moderna, los problemas y
enfermedades producidas por los medicamentos -la antigua iatrogenia- han ad-
quirido una gran relevancia a partir del informe americano “Errar es humano” 1
que cuantificó la magnitud del asunto e inició la necesidad de concienciar a los
profesionales en materias relativas a la seguridad del paciente. Entre las causas
de la morbilidad iatrogénica, tanto en el paciente hospitalizado como en aten-
ción primaria, una muy importante son los errores de medicación considerados
como aquellos incidentes evitables relacionados con el uso de medicamentos que
pueden causar daño o dar lugar a una utilización inapropiada de estos2. Según se
refiere en un interesante editorial de la Revista de Calidad Asistencial3 tomando
datos de diferentes fuentes, se ha visto que hasta el 7% de los pacientes ingresa-
dos en los hospitales experimentaban efectos adversos prevenibles y, en dos de
cada cien el efecto adverso estaba relacionado con medicamentos y errores de
medicación. Los estudios realizados en nuestro país en relación con la seguridad
del paciente sitúan a los medicamentos como la causa más frecuente de efectos
adversos relacionados con la atención sanitaria, tanto en los hospitales (estudio
ENEAS)4 como en atención primaria –AP- (estudio APEAS)5.
Estos y otros estudios han mostrado que, al menos la mitad de estos errores de
medicación, se producen con los cambios de profesional responsable del pacien-
te. La constatación de este hecho alumbró la necesidad de métodos que minimi-
zaran los errores y así nació lo que conocemos como conciliación de la medica-
ción3, 6; inicialmente en el ámbito hospitalario pero que se ha ampliado a todos
los contactos de los pacientes con el sistema sanitario. La conciliación tiene co-
mo objetivo disminuir los errores de medicación que ocurren en la transición de
los pacientes entre niveles asistenciales y que se deben al desconocimiento, total
o parcial, del tratamiento actual de los pacientes, con lo que se pueden omitir
medicamentos necesarios, se producen duplicidades, se prescriben dosis y for-
mas incorrectas, etc. (figura 1).
188
3. Figura 1. Representación como nube de palabras clave del contenido de
un artículo de revisión sobre conciliación de la medicación en español.
Tomado de referencia 6.
La conciliación de la medicación o del tratamiento (reconciliation of medication
en la definición original inglesa) se refiere, en esencia, a cotejar la medicación
que realmente toma el paciente con la lista de medicación prescrita antes y du-
rante la asistencia en curso. Se debe realizar de forma especial en los momen-
tos en que el tratamiento del paciente puede ser modificado por cambios en la
medicación; ya sea, por añadir un nuevo fármaco, o por suspensión de algunos
medicamentos concretos. Su objetivo es en cierto modo registrar el listado más
completo y exacto posible de los medicamentos que el paciente está tomando,
y utilizar este listado para proporcionar la medicación correcta al paciente en
cualquier momento y lugar de la asistencia sanitaria.
De manera más escrupulosa, y siguiendo a Delgado y cols.6, Gleason y cols.7 y al
Institute for Healthcare Improvement8, podemos definir la conciliación como el
proceso formal de valorar el listado completo y exacto de la medicación previa
del paciente conjuntamente con la prescripción fármaco terapéutica después de
la transición asistencial (tabla 1).
189
4. Tabla 1: Definiciones clave en torno al fenómeno de la
conciliación de la medicación.
Errores de medicación
Errores en la prescripción, dispensación o administración de medicamentos con el resul-
tado de que el paciente no recibe el medicamento correcto o la dosis indicada de medica-
mentos adecuados.
Conciliación de le medicación
Es el proceso formal de valorar el listado completo y exacto de la medicación previa del pacien-
te conjuntamente con la prescripción fármaco terapéutica después de la transición asistencial.
Listado de medicamentos
Un listado completo es aquel que contenga toda la información sobre dosis, vía de adminis-
tración, posología y duración por cada medicamento de los que componen el tratamiento.
Un lista de medicamentos se considera correcta si no existe discrepancias en el nombre, do-
sis y frecuencia entre ésta y la medicación que realmente toma el paciente en ese momento.
Lista exacta sería aquella que es completa y correcta, y por tanto no presenta errores.
Error de conciliación
Toda discrepancia entre el tratamiento previo y el posterior que no es justificada por el
médico. En el momento de la conciliación aparecen discrepancias, duplicidades o interac-
ciones entre el tratamiento crónico del paciente y el que está recibiendo en ese momento.
Estos problemas deben comentarse con el prescriptor responsable y, si procede, validará
o modificará la lista de prescripción.
En el momento de la conciliación aparecen discrepancias entre el tratamiento
crónico del paciente y el que está recibiendo en ese momento. Estos problemas
se deben comentar con el prescriptor responsable y este, si procede, validará o
modificará la lista de prescripción. Toda discrepancia entre el tratamiento previo
y el posterior que no es justificada por el médico se considera un error de conci-
liación. En la guía publicada por la Sociedad Catalana de Farmacia Clínica9 en-
contramos una clasificación de las discrepancias que se encuentran en el proceso
190
5. de conciliación en cuatro tipos, de acuerdo a la presencia o no de discrepancias y
la gravedad de éstas (tabla 2).
Tabla 2: Tipos de discrepancias en la conciliación.
0. No discrepancia:
Inicio de medicación justificada para la situación clínica del paciente.
1. Discrepancia justificada:
• Decisión médica de no prescribir un medicamento o cambiar su dosis, frecuencia o
vía de administración, teniendo en cuenta la nueva situación clínica del paciente.
• Sustitución terapéutica según la guía fármaco-terapéutica del hospital y los progra-
mas de intercambio terapéutico.
2. Discrepancia que requiere aclaración:
• Omisión: no se prescribe un medicamento que el paciente necesita, sin que se justi-
fique adecuadamente.
• Comisión: se administra un medicamento innecesario, que el paciente no tomaba
previamente.
• Cambio en la dosis, frecuencia o vía de administración de un medicamento que to-
maba previamente, sin justificar esta modificación.
• Duplicidad: se vuelve a pautar un fármaco o similar que ya tenía prescrito el paciente.
• Interacción entre la medicación que se toma de forma crónica y la actual.
• Mantenimiento de una medicación en una situación en la que está contraindicada.
• Por prescripción incompleta: información inadecuada respecto a dosis, vía o fre-
cuencia de administración del tratamiento crónico.
3. Discrepancia no intencionada o error de conciliación cuando se corrige la
prescripción porque se asume que es un error.
Obtenido de la ref. 8.
Si se detecta una discrepancia que requiera aclaración, y se mantiene la pres-
cripción inicial tras la información, se considera una discrepancia intencionada
que, si bien no se considera un error en sí misma, supone un riesgo que puede
191
6. conllevar errores en el futuro al no estar documentados adecuadamente en la
historia clínica los motivos de la discrepancia.
Los errores de conciliación son relativamente frecuentes. Según una revisión sis-
temática que incluía 22 estudios10, entre el 10 y el 67% de los pacientes tenían
un error en su historia fármacoterapéutica, llegando al 27-83% si se incluía la
medicación sin receta. Se calculó que generan alrededor de un 20% de los efectos
adversos en medios hospitalarios. El National Coordinating Council for Medi-
cation Error Reporting and Prevention (NCCMERP)11 clasifica de la A a la I los
errores de conciliación según su gravedad a en una escala de menor a mayor
gravedad (tabla 3)9, 11.
Tabla 3. Clasificación de la gravedad de los errores de conciliación.
No producen daño potencial
• Categoría A: No error, pero posibilidad de que se produzca.
• Categoría B: Error que no alcanza al paciente. No causa daño.
• Categoría C: Error que alcanza al paciente, pero no es probable que cause daño.
Requieren monitorización o intervención para prevenir el daño
• Categoría D: Error que alcanza al paciente y necesitaría monitorización y/o interven-
ción para evitar el daño.
Producen daño potencial
• Categoría E: Error que causaría daño
Modificado de ref. 11.
Como se comentó al principio, la causa principal de los errores es el descono-
cimiento del tratamiento actual de los pacientes; tiene como origen la falta de
una comunicación eficaz de la información terapéutica entre profesionales sa-
nitarios y varias causas intermedias entre las que podemos citar las indicadas
en la figura 2 3, 7, 9.
192
7. Figura 2. Causas de los errores de conciliación
Déficit de comunicación
eficaz de la información
terapéutica
Características e idiosincrasia Comorbilidades y
generales y terapéuticas del polimedicación: paciente
nuevo territorio asistencial anciano o frágil
Falta de registros sanitarios Situación clínica y personal
unificados (que no únicos), del paciente y de la familia
ubicuos y accesibles: en las transiciones
historia fármaco-terapéutica asistenciales
2. Un poco de historia
En realidad, lo que atiende por este nuevo concepto de conciliación es una acti-
vidad que, de forma no sistematizada, realizan desde siempre y habitualmente
los profesionales sanitarios durante la entrevista clínica. La reivindicación de
nuevas funciones en el ámbito de la enfermería o de las farmacias comunitarias
también ha contemplado tareas relacionadas o que pudieran llamarse de conci-
liación de la medicación.
El proceso es, pues, conocido; pero la necesidad de mejorarlo e imbricarlo en las ta-
reas asistenciales como solución al grave problema de los efectos adversos hizo que
nacieran iniciativas pioneras como la de enfermera Jane Justensen en el Hospital
Luther Midelforten de Winsconsin. En el año 2001, iniciaron el proyecto “Estan-
darización como mecanismo de mejorar la seguridad en la atención sanitaria” que
sirvió para diseñar herramientas para crear, actualizar y conciliar los listados de
193
8. medicación. Un año más tarde, la Massachusetts Coalition for the Prevention of
Medical Errors12 llevó a cabo una iniciativa para concienciar sobre este problema
en sus hospitales y planteó, por primera vez, incluir la conciliación de la medicación
entre los objetivos para mejorar la seguridad de los pacientes. En 2004 la Joint
Commission on Accreditation of Healthcare Organizations (JCAHO)13 incluyó en-
tre sus metas para la seguridad del paciente (Patient Safety Goal) la obligatoriedad,
para todas las organizaciones sanitarias que quisieran ser acreditadas por este or-
ganismo, de tener desarrollados procedimientos que garantizaran una conciliación
adecuada de la medicación cuando el paciente tenía un cambio de responsable.
La organización mundial de la salud (WHO por sus siglas en inglés) dentro de
su estrategia sobre seguridad de los pacientes14, estableció que una de las solu-
ciones debería ser garantizar la exactitud de la medicación en los procesos de
transición asistencial, y lo definió como una acción a realizar en una primera
fase de esta estrategia. Más recientemente, en 2007, el National Institute for
Health and Clinical Excellence (NICE), conjuntamente con la agencia británica
de seguridad del paciente, ha publicado una guía de recomendaciones para la
conciliación de la medicación en los ingresos hospitalarios de pacientes adultos
en todos los hospitales del sistema nacional de salud15.
En España, desde hace tiempo aparece reflejado en distintos análisis3, 9 y pu-
blicaciones oficiales16 el problema que ocasiona la discontinuidad de cuidados
por la descoordinación entre niveles asistenciales, problema que afecta a varios
campos entre ellos el terapéutico. Si bien estos informes se realizan desde el
punto de vista de la calidad asistencial, no existe ninguna directiva oficial clara
que exija a las instituciones sanitarias el cumplimiento de un objetivo específico
relacionado con la conciliación. Sólo la Societat Catalana de Farmàcia Clínica
incorpora en sus últimos proyectos como objetivo estratégico la existencia de
procedimientos normalizados de conciliación en los hospitales, y como resultado
ha editado, junto a la Generalitat de Catalunya, la Guia per a la implantació de
programes de conciliació de la medicació als centres sanitaris9, donde se expli-
ca el concepto, se apunta una metodología y se recogen las experiencias directas
en este campo en hospitales catalanes y baleares, terminando con un decálogo
de recomendaciones para la conciliación de la medicación en centros sanitarios.
También son farmacéuticos clínicos hospitalarios los primeros en publicar tra-
194
9. bajos de divulgación e investigación sobre el concepto en nuestro país3, 6, 17, a
cuyos trabajos nos remitimos para una mayor y mejor información.
La conciliación es una nueva actividad de indudable valor, pero que con su desa-
rrollo actual es un poco exagerado presentarla como la herramienta fundamen-
tal para disminuir los errores de medicación. Es más, su desarrollo no ha podido
evitar enfrentarse a las dificultades que implica su implantación generalizada ni
conseguir una adecuado análisis económico. Los problemas organizativos y la
falta de recursos, herramientas y personal hacen que muchos hospitales hayan
frenado la implantación del proceso de conciliación y que la JCAHO haya retira-
do a partir de 2011 de los objetivos de acreditación.
3. Cómo se realiza la conciliación
El proceso de conciliación y la manera de desarrollarlo, aunque sistematizado,
es muy variable. Cambia de acuerdo al momento donde se produce, el lugar y
el nivel asistencial en que se desarrolla. También varía entre instituciones y de
unos países a otros, ya que se adapta a las características del sistema sanitario y
a las funciones de los diferentes profesionales. En cualquier caso, casi todos los
modelos siguen un esquema básico que se visualiza en la figura 3. La agencia
británica NICE15 define, y la vez divide, este proceso en tres partes: el proceso de
las 3Cs (Collection, Checking and Communication), que se podría traducir como
recogida, cotejado y comunicación. (Figura 3)
La obtención del listado comienza con la recogida de información a partir de las
fuentes de información disponibles como el listado de prescripción de la historia
clínica de atención primaria e informes médicos diversos, y siempre se contrasta
con la información obtenida durante la entrevista al paciente o sus familiares (si
el paciente no está capacitado). Durante el tiempo de la asistencia en el nuevo
medio, cualquier fármaco prescrito debe ser contrastado con el listado inicial
identificando y resolviendo todas las disconformidades para evitar duplicidades
terapéuticas, interacciones, evitar cambios injustificados de dosis, vía de admi-
nistración y pauta, y asegurar que ningún medicamento necesario es omitido y
no se prescribe ningún medicamento que no sea necesario.
195
10. Figura 3: Proceso de conciliación de la medicación
Obtención de un listado completo y correcto de medicamentos
Fuentes de información Entrevista clínica
Registro y comprobación del listado
Comparación
Discrepancias
Aclarar Justificar
Confrontación del listado con cualquier nueva prescripción
Especial atención a duplicidades y cambios no justificados
Nueva lista de medicación
En sus comienzos, la mayoría de los proyectos de puesta en práctica de la con-
ciliación se llevaron a cabo en hospitales; utilizaban el soporte de papel con for-
mularios confeccionados ad hoc. Eran cumplimentados por enfermeras o far-
macéuticos clínicos, y liderados por estos últimos. Con el transcurrir del tiempo,
la necesidad de manejar la medicación no de forma puntual sino como un con-
196
12. 4. Errores de medicación e importancia de las transiciones
intra e inter niveles asistenciales. Propuestas para una
conciliación desde la atención primara
Como hemos visto antes, una parte importante de los errores de medicación es-
tán derivados de la organización de los sistemas sanitarios que obliga a una frag-
mentación de la atención y, por tanto, que diversos profesionales sean respon-
sables de la prescripción. La falta de una comunicación eficaz entre los distintos
niveles asistenciales, el aumento en el número y variedad de prescriptores, las
particularidades fármaco-terapéuticas de cada centro -en forma de guías, pro-
tocolos o directrices y otras variables que implican cambios en la medicación
crónica del paciente-, contribuyen también de forma substancial a estos proble-
mas3, 9. Por estos motivos, no es de extrañar, como han corroborado múltiples
estudios3–7 que al menos la mitad de estos errores se produzcan durante lo que
se ha dado en llamar “transiciones asistenciales”, es decir, el paso del paciente
de un nivel asistencial a otro que conlleva cambios en el profesional responsable
del paciente.
La transición asistencial considerada desde el punto de vista hospitalario abarca
el ingreso, cambios de adscripción entre los distintos servicios o especialistas
y el alta hospitalaria. Una perspectiva más amplia debería incluir también los
cambios que se producen desde y en la atención primaria, como los cambios de
domicilio y de médico de familia. Dada la peculiar organización del sistema sani-
tario en España se podría añadir como transición asistencial el errante navegar
de los pacientes por los servicios de urgencia y de atención especializada. Como
se ve en la tabla 4, se pueden considerar también transiciones los ingresos en
centros sociosanitarios, intervención de otras instituciones sanitarias públicas o
privadas y las consultas a otros profesionales sanitarios con capacidad de pres-
cribir o de emitir órdenes de dispensación.
198
13. Tabla 4. Tipos de transiciones asistenciales existentes
Hospital y asistencia especializada
• Servicios de urgencias
• Ingreso hospitalario
• Cambio de servicio o especialista
• Alta hospitalaria
Atención primaria
• Cambios de domicilio
• Cambio o sustitución de médico de familia
• Derivación a atención especializada
• Urgencias o atención continuada
Otros
• Centros sociosanitarios
• Centros de prevención y salud publica
• Centros educativos y empresas
• Organizaciones sanitarias públicas o privadas
• Consultas a otros profesionales sanitarios (odontólogos, fisioterapeutas, podólogos o
enfermeros)
• Farmacia comunitaria
La AP, que comprende la asistencia sanitaria de la morbilidad aguda y crónica, se
realiza en coordinación con otros niveles asistenciales y de forma multidisciplinar
mediante el trabajo en equipo. Estas características junto a la consideración del
médico de familia como puerta de entrada del sistema y responsable del pacien-
te, serían las condiciones ideales para que las transiciones asistenciales tuvieran
menores consecuencias, al menos las que se producen en su entorno, que son la
mayoría. Un paciente contacta con el nivel de atención primaria en múltiples oca-
siones, pero son pocas las veces en las que está ingresado en un hospital. Al médi-
co de familia le correspondería por tanto, ordenar los tratamientos recomendados
en los hospitales y por otros especialistas de la forma que mejor se ajuste a las par-
ticularidades y necesidades del paciente manteniendo una visión integral de éste.
199
14. El abordaje del paciente polimedicado y las recomendaciones para una prescrip-
ción adecuada, como las de las directrices de la OMS19–22 incluyen revisar regu-
larmente el tratamiento (tabla 5). Esta revisión se debe realizar al menos con
cada nuevo paciente, cada seis a doce meses y cuando haya cambios en el trata-
miento20, y van en sintonía con la función de la AP como garante de la listas de
medicación y al médico de familia como responsable último del tratamiento del
paciente21. La coordinación entre atención primaria y otros niveles asistenciales,
para asegurar la continuidad y la conciliación de los tratamientos instaurados,
es un objetivo fundamental en cualquier sistema sanitario mínimamente orga-
nizado.
Tabla 5. Prescripción adecuada de fármacos: un abordaje en 8 pasos.
• Evaluar y definir claramente el problema del paciente.
• Especificar el objetivo terapéutico,
• Seleccionar el tratamiento farmacológico apropiado,
• Iniciar el tratamiento con los detalles apropiados y considerar tratamientos no far-
macológicos,
• Dar información, instrucciones y precauciones,
• Revisar el tratamiento regularmente
• Considerar el coste del fármaco a la hora de prescribir
• Usar ordenadores y otras herramientas que disminuyan los errores de prescripción
Traducido de ref. 19.
Sin embargo, como vemos en el caso clínico que anexamos al final de este capítu-
lo, la realidad es bien distinta. El médico de familia a duras penas puede asumir
nuevas cargas de trabajo en las consultas de AP y la descoordinación de los dis-
tintos niveles asistenciales es la norma. En nuestro país, una parte de esta sobre-
carga es debida a un irracional sistema oficial de prescripción que obliga a tareas
burocráticas que implican un gran consumo de tiempo sin una utilidad clara, y
que, de manera paradójica, han hecho que los médicos de familia abdiquen de
200
16. tales como vigilar la aparición de efectos adversos e interacciones y controlar el
cumplimiento terapéutico. Estas experiencias y la cercanía al paciente les hacen
ser en potencia excelentes agentes en el proceso de confeccionar listas de me-
dicación y adaptar estas en las transiciones asistenciales sea cual sea su origen,
todo ello sin perder de vista la necesaria coordinación con el médico de familia.
5. Programas de conciliación de la medicación.
¿Efectividad y evidencia?
La mayoría de los proyectos relacionados con la conciliación se han llevado a
cabo fundamentalmente en el medio hospitalario, han sido realizados por far-
macéuticos clínicos y se han enfocado en el momento del ingreso al hospital.
Son en su mayor parte descriptivos y encaminados a conocer la magnitud del
problema25. Los estudios de intervención son básicamente cuasi-experimentales
antes-después y la medida de la intervención suele ser la variable número de
errores de medicación evitados, y en alguna ocasión los efectos adversos, como
es el caso de un estudio realizado en varios hospitales españoles26.
Un ensayo clínico aleatorizado27 incluyó los historiales clínicos de más de tres-
cientos pacientes ingresados en dos hospitales universitarios. La intervención
consistió en aplicar una herramienta informatizada de conciliación de medica-
mentos y el rediseño de procesos implicados; abarcaba a médicos, enfermeras y
farmacéuticos. El resultado principal fueron discrepancias no justificadas en la
lista de medicamentos previas a la admisión y/o al alta que pudieran ocasionar
daño a los pacientes. Cuando comparaban con un grupo control que recibían
la atención habitual, el número de discrepancias potencialmente perjudiciales
bajó con un riesgo relativo ajustado de 0,72 (IC 0,52-0,99) con diferencias en la
significación entre un hospital y otro, ya que parece que hubo diferencias en el
grado de integración de la herramienta de conciliación. Los autores concluyen
que una aplicación informática de conciliación junto al rediseño de procesos in-
formatizados se asocia con una disminución de las discrepancias no justificadas
que puedan causar daño potencial al paciente. Sin embargo, la diferencia a duras
penas se hace significativa y muestra diferencias en relación con el grado de im-
plantación e integración del software elegido.
202
18. gación, de buena calidad, sobre el tema para poder llegar a una conclusión me-
nos equívoca. Sin embargo, como se recuerda en la guía NICE15, se debe seguir
recomendando su desarrollo dado que son necesarios programas que afronten
el problema de los errores de medicación, que no existen alternativas y que la
conciliación ha mostrado ser útil en determinados contextos y bajo determina-
das circunstancias.
6. Importancia de las nuevas tecnologías y sistemas de
información en la conciliación de la medicación
Como en otros aspectos de la atención sanitaria, las tecnologías de la informa-
ción (TI) facilitan y ayudan el proceso de conciliación de medicamentos. Una
reciente revisión exploratoria con búsquedas exhaustivas en bases de datos bi-
bliográficas y otros recursos, sobre estudios que evaluaban el uso de las TI en la
conciliación, encontró 24 artículos30. De cada uno de ellos se obtuvo la informa-
ción relativa al diseño de los estudios, posición de la conciliación en los objetivos
del estudio y tipos y funcionalidad de las diferentes tecnologías utilizadas. Con
esta información los autores exponen que los estudios que describen la utiliza-
ción y efecto de las TI en el proceso de conciliación de medicación eran en su
mayor parte observacionales, siendo sólo cinco de ellos experimentales. El tipo
de tecnología utilizada es muy variable y va desde las más básicas, como el correo
electrónico o bases de datos, a herramientas especializadas diseñadas específica-
mente para el desarrollo de la conciliación. De acuerdo a la funcionalidad de las
TI, los ejemplos brindados por los estudios mostraron que las aplicaciones in-
formáticas más utilizadas fueron las relacionadas con la gestión de información
o datos sanitarios, como es el caso de la historia clínica informatizada, seguida
del correo electrónico. Aunque las aplicaciones se utilizaron en todos los pasos
del proceso de conciliación (figura 4), en los estudios revisados la tecnología se
aplicó sobre todo en la obtención de información del listado de medicamentos.
Los programas informáticos especializados se destinaban a la gestión del núcleo
central de la conciliación, como la comparación de medicamentos y aclaración
de discrepancias, bien de forma aislada o integrados en historias clínicas electró-
nicas o sistemas más complejos.
204
19. Figura 4. Tecnologías de información (clasificadas según su funcionalidad)
utilizadas en el proceso de conciliación de la medicación.
Datos SADT- Sist.
Gestión Ordenes Comunic.
HCE toma adminis-
resultados clínicas electrónica
sanitarios decisiones trativos
Información
lista
medicamentos
comparar
medicamentos
resolver
discrepancias
errores de
conciliación
Lista
definitiva –
comunicación
información
HCE: historia clínica electrónica.
SATD: Sistema de ayuda a la toma de decisiones.
Sist: Sistemas.
Figura modificada de la ref. 30.
Conforme pasa el tiempo se van publicando artículos31, 32 que describen el papel
de tecnologías ya conocidas u otros ejemplos más o menos maduros (tabla 6)
entre los que destacan los conocidos como personal health records o historias
clínico-sanitarias personales31, 32. Éstas son un conjunto de herramientas infor-
máticas en línea, en forma de historia clínica concisa, donde los pacientes son
los encargados de introducir, organizar y actualizar los datos (incluidos la medi-
cación que se le ha prescrito y la que toma en ese momento). Los datos también
pueden ser introducidos y recuperados, incluso de forma automática, por ter-
ceras partes, pero es el propio usuario el que controla este acceso33. En general,
estas herramientas están alojadas en Internet y utilizan aplicaciones tipo página
web como interfaz para el usuario. La arquitectura en línea y el mantenimiento
205
21. nutre de fuentes muy diversas, estos sistemas concentrados son poco efectivos.
Diversos estudios han mostrado que la exactitud de la lista de medicamentos
que se encuentra en los registros clínicos informatizados de atención primaria
deja mucho que desear36. Un estudio americano en consultas ambulatorias de
medicina interna destinado a demostrar si una intervención formativa en en-
fermeras aumentaba la fiabilidad en la conciliación, partía de datos basales de
menos del 25% de listados de medicamentos completos o correctos37. Por otro
lado, el uso de medicamentos publicitarios o de medicinas alternativas con sus
correspondientes sustancias farmacológicas que no se registran es frecuente, y el
abanico de posibles prescriptores no se limita a agentes que utilicen los sistemas
electrónicos de prescripción centralizados.
Como se comenta en una revisión que repasa las cualidades de una buena pres-
cripción21, vale la pena desarrollar estrategias para empoderar al paciente o su
entorno más cercano como participantes activos en un esfuerzo por reducir la
morbilidad relacionada con la medicación. A lo que tendríamos que añadir que
no sólo vale la pena, sino que es obligatorio cuando los sistemas sanitarios son
capaces de ofrecer una alternativa real y coste efectiva. Con toda probabilidad
el papel de las nuevas tecnologías en un futuro inmediato pase por nuevos de-
sarrollos específicamente diseñados para apoyar el proceso de conciliación, con
software no propietario, de acceso ubicuo y único, pero que a la vez puedan in-
tegrarse en entornos y sistemas informáticos de propósito más amplio. Estas
aplicaciones podrán ser administradas por el propio paciente, por familiares o
por profesionales muy cercanos como pueden ser cuidadores, enfermeras o far-
macéuticos comunitarios38. Las futuras investigaciones sobre la aplicación de
nuevas tecnologías en la seguridad del paciente y, de forma particular, en la con-
ciliación de la medicación deberían considerar incluir los siguientes aspectos:
• Historias clínicas electrónicas que sean accesibles a los clínicos a través de los
centros sanitarios, pero también a otros profesionales y a otras instituciones.
• Sistemas de información clínica electrónica que sean interactivos y accesi-
bles desde cualquier lugar con acceso a redes de comunicación global como
Internet.
• Historias clínicas personales en línea administrados por los propios usuarios
a los que se permite accesos ocasionales y seguros a los diferentes proveedo-
res de servicios sanitarios.
207
22. • Sistemas de apoyo a la toma de decisiones terapéuticas engarzados en el mó-
dulo de prescripción e integrados con el resto de datos e información de la
historia clínica informatizada. Estos sistemas estarían encargados de contro-
lar desde las alergias a fármacos, a calendarios de medicación, pasando por el
control de duplicidades, contraindicaciones, interacciones medicamentosas,
dosificaciones en situaciones especiales y un largo etcétera de innegable valor
en el proceso de conciliación.
CASO CLÍNICO
Patrocinio es una paciente viuda de 78 años diagnosticada de HTA, diabetes me-
llitus e hipercolesterolemia con antecedentes de osteopenia, úlcera duodenal,
miastenia ocular, y síndrome vertiginoso de etiología no filiada. Acude regular-
mente a su centro de salud a recoger los medicamentos que tiene prescritos, pasa
control con su enfermera cada dos meses y de vez en cuando visita a su médico
de familia por, como dice ella, “achaques de la vejez” que su médico suele solu-
cionar con muchas palabras y algo de paracetamol. También toma a hurtadillas
“el orfidal” aunque su médico no se lo quiere recetar, ella va consiguiéndolo por-
que lo necesita: “sabe usted, desde que se me fue mi Antonio las noches se me
hacen muy largas”.
Hasta hace poco vivía de manera autónoma en su domicilio habitual aunque
recibía ayuda ocasional por parte de su familia para las tareas que requerían
un esfuerzo más intenso, así como para los desplazamientos. Una de sus hijas,
paciente nuestra, acude con cierta urgencia: hace cuatro días - el viernes ante-
rior- le dieron de alta a su madre del hospital en el que estuvo ingresada por una
fractura intracapsular en la cadera derecha que precisó colocación de prótesis
parcial e ingreso hospitalario durante casi un mes. La fractura se produjo por
caída accidental al salir del baño y le intervinieron al día siguiente. Aunque “todo
fue bien”, ha estado ingresada casi dos semanas por una infección respiratoria
y “descompensación de la azúcar y de la tensión”. Tras darle de alta, las hijas
decidieron que no podía seguir sola y nuestra paciente decidió ser la primera
en traerla a su casa. Se encuentra un poco agobiada, no está acostumbrada a ser
cuidadora y, sobre todo porque no ve bien a su madre. No sabe que hacer: su
208
23. madre se marea, está muy desganada y algo desorientada, con diarrea, dolores
múltiples, no duerme bien, tiene dificultad para andar y está más torpe para rea-
lizar lo que antes hacía sin ningún problema.
A efectos administrativos, Patrocinio es para nosotros una paciente desplazada.
No disponemos de más información que la que nos aporta su hija verbalmente,
un informe de alta provisional del servicio de traumatología del hospital y una
anticuada hoja de medicación de su médico de familia, junto a una serie de “car-
tones” de las cajas de los medicamentos que toma. Además, por información
indirecta suponemos que tiene una úlcera por presión (UPP), y debe tener incon-
tinencia: había solicitado pañales a la enfermera de guardia que la había curado
durante el fin de semana, y ésta lo había anotado en un sucinto informe que dejó
en el domicilio.
Para valorar a la paciente y obtener más información decidimos acudir al domi-
cilio de la hija junto al enfermero que tenía programado ir para curarle la úlcera.
Una vez allí Patrocinio nos refiere que se encuentra muy cansada, sobre todo por
las mañanas. Niega padecer importantes dolores localizados, “lo que pasa es que
se encuentra mal y le duele todo, además no hace de vientre pero cuando lo hace
es diarrea”. Se encuentra también con poco ánimo, algo triste y detectamos una
actitud derrotista que creemos reactiva al cambio de situación con necesidad de
ayuda frecuente.
La exploración es normal, salvo por cierta palidez de piel, una TA de 98/50
mmHg en decúbito que disminuye a 86/48 con la bipedestación, sin taquicardia,
una glucemia antes de la comida de 50 mg/dL, una UPP en el talón derecho, así
como impactación fecal al tacto rectal. Se ha vuelto parcialmente dependiente
para las actividades básicas de la vida diaria (come y se viste sola, pero precisa
ayuda para el resto) y apenas camina con mucha dificultad asistida con un anda-
dor de la cama al baño.
Indicamos a la hija que saque toda la medicación que se le está administrando,
así como la que ya no toma. Comprobamos que la enferma estaba tomado la
medicación ordenada en el informe de alta del hospital, más parte de los medi-
camentos que tomaba antes del ingreso que se encontraban parcialmente reco-
209
24. gidos en una lista de su anterior médico de cabecera.
Para obtener un listado completo de los medicamentos que toma Patrocinio es
preciso realizar una adecuada entrevista clínica terapéutica y recabar infor-
mación de todas las fuentes disponibles. Registraremos y comprobaremos (con
ella y su hija) el tratamiento que realiza actualmente, con el objetivo de aclarar
las discrepancias existentes entre las múltiples fuentes:
En el informe del alta hospitalaria por traumatología consta el siguiente trata-
miento: digoxina, dos antihipertensivos (enalapril e hidroclorotiazida), insulina
NPH 30U/0/8U, un hipolipemiante, bromuro de piridostigmina, heparina de
bajo peso molecular a dosis profilácticas de enfermedad tromboembólica, diclo-
fenaco y paracetamol de 1 gramo alternados, hierro y omeprazol. En este primer
listado no se indicaba en ningún caso la duración del tratamiento. El informe
acababa con recomendación de control genérico por el médico de atención pri-
maria y unas indicaciones vagas sobre nuevas consultas en caso de mala evolu-
ción.
Con los medicamentos que nos aporta la hija, vemos que además y desde el alta
está tomando “porque ya lo tenía de antes de caerse” otra dosis extra de uno de
los anteriores antihipertensivos (enalapril) pero con nombre fantasía, amlodipi-
no 5 mg, metformina, y sobres con calcio y vitamina D. También, como no dor-
mía bien, había tomado lorazepam por la noche que la hija tenía en su botiquín, y
un familiar les había facilitado loperamida para “parar la diarrea”. En la lista del
médico anterior también figuraba algún que otro fármaco distinto pero la hija no
se había atrevido a dárselos hasta consultar con nosotros.
Con todo ello, y tras confrontar toda la información concluimos que:
• El mareo, la astenia y la desgana de la paciente podían explicarse por varios
errores en relación con la medicación:
– Medicación excesiva e incluso duplicada para tratar su HTA, al no contras-
tar los listados en las transiciones al ingreso y al alta de la paciente.
– Exceso de tratamiento hipoglucemiante en la situación actual.
– Tratamiento con digoxina sin una indicación clara (a la luz de la informa-
ción disponible a través de paciente y cuidadora, informes…) y sin consta-
210
25. tar en la exploración en el momento actual patología alguna que la indicase.
– Efecto secundario de otros fármacos, de nuevo sin indicación clara con-
siderando globalmente a la paciente, como son la simvastatina, el calcio-
vitamina D y el diclofenaco.
– Somnolencia diurna secundaria a lorazepam.
• La diarrea, en ausencia de datos de organicidad, ni sugerentes de infección,
podría atribuirse a efecto secundario de varios fármacos tomados por la pa-
ciente como digoxina, simvastatina, diclofenaco, calcio-vitamina D o metfor-
mina. Así como a diarrea por rebosamiento tras un cuadro de estreñimiento
e impactación fecal por medicamentos.
Con toda la información recabada, elaboramos un listado de medicación ac-
tualizado, teniendo cuidado de evitar duplicidades, fármacos no indicados en
ese momento y cambios injustificados.
Aconsejamos realizar los siguientes cambios:
• Bajar la dosis de insulina a 26-0-0 y la de enalapril a 10mg/24h.
• Considerar errores de conciliación y por tanto suspender la administración
de: omeprazol, diclofenaco, paracetamol 1g, hidroclorotiazida, amlodipino,
metformina, simvastatina y digoxina.
• Administrar paracetamol 650mg pautado sólo si presentase dolor.
• Mantener dosis pautada de lorazepam nocturna hasta reevaluación próxima
en que esperábamos que con mayor control de la sintomatología de la pacien-
te (astenia, mareo y dolor) mejorase la situación anímica y la actividad de la
misma, y se plantearía ir retirándolo paulatinamente.
• Realizar perfiles glucémicos durante la próxima semana.
• Administrar un enema rectal.
• Aconsejar una dieta para diabéticos variada procurando una ingesta de líqui-
dos adecuada.
En resumen, se ha cambiado la dosis de unos medicamentos, se han suspendido
otros y se ha utilizado alguno nuevo para situaciones puntuales.
A la semana, en aviso programado, constatamos que Patrocinio se encuentra
más animada, los perfiles glucémicos son adecuados pese a la rebaja en la in-
211
26. sulinoterapia y las cifras tensionales se han normalizado. El ritmo intestinal es
diario tras el enema sin alteración en la consistencia de las heces. Al encontrarse
más activa, aconsejamos suspender la heparina, ir disminuyendo paulatinamen-
te el lorazepam nocturno y seguir insistiendo en la deambulación.
Un proceso adecuado de conciliación de la medicación hubiera evitado proble-
mas a nuestra paciente. La responsabilidad de lo ocurrido probablemente tenga
que repartirse entre:
• Los médicos de los distintos niveles sanitarios que a menudo no dedicamos
el tiempo necesario para realizar una correcta historia farmacoterapéutica.
Por no disponer de tiempo, por movernos en la cultura de la individualidad,
medicalizando a los pacientes en cascada, en lugar de remar en la misma di-
rección por el interés común de la paciente.
• La organización del sistema sanitario, que fragmenta la prescripción, obliga a
adaptarla a las opciones de cada centro sanitario, y no favorece la comunica-
ción fluida entre niveles asistenciales.
• Esta misma organización que no considera la conciliación como un acto sani-
tario en el marco de la seguridad del paciente, no favorece su implementación
ni distribuye recursos para que se realice al menos en su formulación básica.
• El carecer de registros únicos o tecnologías de información necesarias di-
ficulta la comunicación y por tanto la atención correcta en las transiciones
asistenciales. Por el contrario, medidas previas mucho más sencillas, como
la adecuación de los informes de alta y su obligatoriedad, no se cumplen y
evitarían muchos errores de medicación.
• La deficiente gestión del tiempo en el principal responsable sanitario del en-
fermo, el médico de familia, que le obliga a dedicar mucho tiempo a tareas
burocráticas innecesarias e impide contemplar la conciliación como un acto
necesario y propio de su nivel asistencial.
• La incapacidad de las organizaciones sanitarias para reclutar otros profesio-
nales propios o ajenos, como enfermeras y farmacéuticos, para estos proce-
sos, donde tienen un indudable papel que jugar.
• La organización administrativa, que tras una presunta facilitación de trámites
y libertad de elección, facilita el discurrir del paciente entre niveles asisten-
ciales sin el adecuado control, de tal forma que se realizan más preparativos y
previsiones en la maleta del paciente que en la bolsa de su botiquín.
212
27. LO QUE NO PUEDES OLVIDAR
• La conciliación de medicamentos es un proceso importante para asegu-
rar la seguridad del paciente en cuanto al uso de medicamentos.
• La causa principal de los errores es el desconocimiento del tratamiento
actual de los pacientes, y tiene como origen la falta de una comunica-
ción eficaz de la información terapéutica entre profesionales sanitarios
y varias causas intermedias.
• La conciliación es una nueva actividad que carece de suficiente eviden-
cia científica en relación con su efectividad y coste; sin embargo, dado
su valor, se considera una herramienta válida para disminuir los erro-
res de medicación.
• La manera de realizar la conciliación es variable pero se puede resumir
en un esquema básico en tres partes: Collection, Checking and Com-
munication.
• La conciliación en el paciente ambulatorio y el uso de tecnologías de la
información son dos aspectos novedosos en la conciliación de medica-
mentos.
• Se ha encontrado evidencia de que las tecnologías de la información
pueden facilitar algunas actividades de conciliación. Se intuye que las
tecnologías más útiles serán aquellas que sean descentralizadas, gestio-
nadas por el usuario y accesibles desde cualquier lugar.
213
28. DÓNDE APRENDER MÁS
• CedimCat: Centre d´Informació de Medicament: (www.cedimcat.info)
Su objetivo es servir como herramienta para acercar la información sobre medi-
camentos a profesionales y ciudadanos, donde puedan dirigirse para encontrar
información independiente y comprensible que contribuya al buen uso de los
medicamentos. En su sección para profesionales, dentro del apartado de uso de
medicamentos en situaciones especiales, ofrecen un documento sobre concilia-
ción de la medicación: (http://www.cedimcat.info/html/es/dir2472/doc26949.
html)
• Massachusetts Coalition for the Prevention of Medical Errors: (http://www.
macoalition.org/initiatives.shtml#5 )
Desde 1998, la misión de esta asociación pública-privada (que incluye miembros
tan variopintos como organizaciones de consumidores, organismos estatales,
hospitales, asociaciones profesionales de médicos, enfermeras, farmacéuticos,
cuidadores, planes de salud, empresarios, responsables políticos o investigado-
res) es mejorar la seguridad del paciente y eliminar errores médicos en Massa-
chusetts, EEUU, desarrollando y aplicando estrategias para prevenirlos.
• Institute for Healthcare Improvement (IHI): (http://www.ihi.org/IHI/Pro-
grams/Campaign/ADEsMedReconciliation.htm)
El IHI cuenta con más de 100 trabajadores y alianzas con cientos de facultades
de todo el mundo que comparten lo que saben y aprenden unos de otros en la
filosofía de “todos enseñamos, todos aprendemos”. El diseño de sus programas
y actividades permite que individuos y organizaciones comprometidos innoven
juntos, compartan conocimientos y colaboren para mejorar la salud y la atención
sanitaria en el hogar, en la comunidad, en la consulta y en el hospital.
• National Institute for Clinical Excellence (NICE). Technical patient safety so-
lutions for medicines reconciliation on admission of adults to Hospital 2007:
(http://guidance.nice.org.uk/PSG001/Guidance/pdf/English)
214
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