5. “… al saber que hice todo el viaje en un día se
maravillaron, y entonces «qué ves» es la pregunta
de uno de ellos. Una pregunta que queda sin
contestación porque para eso fue formulada y
porque no hay nada que contestar, porque la
verdad es que, qué veo yo; por lo menos, no me
nutro con las mismas formas que los turistas…”
RECORRIDO POR EL NORTE DE
ARGENTINA, ENERO 1950.
6. “… No, no se conoce así un pueblo, una forma y una
interpretación de la vida, aquello es la lujosa
cubierta, pero su alma está reflejada en los
enfermos de los hospitales, los asilados en la
comisaría o el peatón ansioso con quien se intima,
mientras el Río Grande muestra su crecido cauce
turbulento por debajo.
Pero todo esto es muy largo de explicar y quién
sabe si sería entendido…”
RECORRIDO POR EL NORTE DE
ARGENTINA, ENERO 1950.
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9. “… No es este el relato de hazañas impresionantes, no
es tampoco meramente un «relato un poco cínico»; no
quiere serlo, por lo menos. Es un trozo de dos vidas
tomadas en un momento en que cursaron juntas un
determinado trecho, con identidad de aspiraciones y
conjunción de ensueños. …”
PRIMER VIAJE POR AMÉRICA
LATINA, 1951-1952.
10. “… El hombre, medida de todas las cosas, habla aquí
por mi boca y relata en mi lenguaje lo que mis ojos
vieron; a lo mejor sobre diez «caras» posibles solo vi
una «seca», o viceversa, es probable y no hay
atenuantes; mi boca narra lo que mis ojos le
contaron…”
PRIMER VIAJE POR AMÉRICA
LATINA, 1951-1952.
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15. “… Tardamos varias horas en salir de la ciénaga, a
donde la impericia e irresponsabilidad de un compa-
ñero que se dijo conocedor nos arrojara. Quedamos
en tierra firme, a la deriva, dando traspiés,
constituyendo un ejército de sombras, de fantasmas,
que caminaban como siguiendo el impulso de algún
oscuro mecanismo psíquico. Habían sido siete días de
hambre y de mareo continuos durante la travesía,
sumados a tres días más, terribles, en tierra. …”
CUBA, 1956-1959.
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23. “Amor: ha llegado el momento de enviarte un adiós que sabe a campo santo (a
hojarasca, a algo lejano y en desuso, cuando menos). Quisiera hacerlo con
esas cifras que no llegan al margen y suelen llamarse poesía, pero fracasé;
tengo tantas cosas íntimas para tu oído que ya la palabra se hace carcelero,
cuanto más esos algoritmos esquivos que se solazan en quebrar mi onda.
No sirvo para el noble oficio de poeta. No es que no tenga cosas dulces. Si
supieras las que hay arremolinadas en mi interior. ¡Pero es tan largo,
ensortijado y estrecho el caracol que las contiene, que salen cansadas del
viaje, malhumoradas, esquivas, y las más dulces son tan frágiles! Quedan
trizadas en el trayecto, vibraciones dispersas, nada más…”
CUBA, 1956-1959.