Este documento discute cuatro problemáticas que surgen durante el confinamiento debido a Covid-19: 1) la ausencia de relaciones sociales en espacios públicos, 2) la presencia efímera a través de medios virtuales, 3) los espacios de vida que se vuelven inertes, y 4) la inquietud de sí como ética para el cuidado propio y de los demás. El autor argumenta que la pandemia causará una afectación estructural de las subjetividades individuales y de la sociedad, y que es necesario reconstruir
Carta XV. Ausencia y presencia en los espacios de vida: la inquietud de sí.
1. ausencia y presencia en los
espacios de vida: la inquietud de sí.
Querido: Logos
De: Gerardo Yorhendi Ceballos Marín1*
Justamente fue el 24 de febrero del 2011,
cuando asistí a un evento académico,
organizado por el Instituto de Investi-
gaciones Psicológicas de la Universidad
Veracruzana sobre: “La Inquietud de sí: con-
ferencias en diálogo” propuesta filosófica de
Michel Foucault.
El concepto: La inquietud de sí hace re-
ferencia a la epimeleia eautou que puede tra-
ducirse como “la preocupación de sí”, “el cui-
dado de sí”, o “ocuparse de sí”. Este concepto
filosófico aparece en la Grecia antigua, y des-
pués, desarrollado en Occidente.
Ahora bien, en tiempos de confinamien-
to para disminuir los contagios, se despliegan
cuatro problemáticas: 1. La ausencia: a partir
de la disminución de relaciones sociales en los
espacios públicos, 2. La presencia: a partir de
la nueva normalidad de relacionarse a través
de la sociedad virtual, 3. Los espacios de vida:
como áreas de restricción para la sociabilidad,
y 4. La inquietud de sí: como ética para el cui-
dado de sí, y de los otros.Todas estas, aunadas
ante Covid-19.
En este sentido, en la actualidad nos sen-
timos como reos en prisión domiciliaria, sen-
timos la ausencia de nuestros seres queridos:
saludar, convivir, platicar, celebrar, abrazar, be-
sar, despedir. El sentir de los cuerpos se vuelve
lejano. Somos seres humanamente dependien-
tes. Los principios ordenadores y organizadores
de la vida se diluyen, esperanzados al regreso
de la normalidad. Sin embargo, estamos obli-
gados a reconstruir nuestros modos de socia-
lizar, porque estoy seguro, que la pandemia,
causará la afectación estructurante de nuestras
subjetividades, como sujetos-sociales y como
sociedad-comunidad, está última dentro de la
psicología social.
La presencia se vuelve efímera, en nues-
tros espacios. Vale la pena decir, que la pre-
sencia se vuelve liquida en palabras de Zyg-
munt Bauman. Los espacios educativos se
vacían, para reforzar la brecha digital a nivel
mundial, nos transformamos en sociedades
digitalizadas e informatizadas. Nos volvemos
la sociedad del conocimiento informacional y
de las relaciones sociales virtuales. En pocas
palabras, nos volvemos tecnólogos en la elabo-
ración de la nueva estructura social: nuestra
próxima nueva realidad.
Los espacios de vida se vuelven inertes.
Todo tipo de lugares de esparcimiento. Em-
peora la crisis de movilidad urbana: desde
lo local, hasta lo internacional. Cierran ae-
ropuertos, cierran fronteras. La vida social
se apaga por meses, nos obligan a tomar un
receso de quietud, llenos de incertidumbre,
miedo y desesperación. La inquietud de sí,
como práctica de protección ante la contin-
gencia se vuelve desesperante, y nos senti-
mos impotentes. La preocupación de sí y de
los nuestros se vuelve frágil. Tratamos de re-
significar nuestros nuevos espacios, nuestra
lógica de razonamiento trata de tejer nuestra
nueva realidad, tejiendo nuestra historia en
tiempo de crisis.
Pero, ¿Cuál es esa nueva realidad?, sin
lugar a dudas, se avecina una crisis de salud
mental a nivel mundial, la agenda educativa
se retrasa, mientras que la acción política se
vuelve a organizar. La cultura y la economía
empieza de ceros. Entonces, bajo estas pro-
blemáticas, estamos obligados a reconstruir
principios organizadores de nuestro presen-
te. Pero, ¿Por dónde empezar?, al parecer, no
hay punto de partida, este despliegue temporal
debe empezar desde la subjetividad del suje-
to-fragilizado. Este sujeto frágil que acata las
recomendaciones que las autoridades nacio-
nales insisten para salvaguardar la salud de los
mexicanos, y esto es una prioridad.
Para finalizar, recuerdo aquella confe-
rencia, dictada en el año 2011 por el Mtro.
Julio Ortega Bobadilla de la Facultad de
Psicología de la UV, donde expresaba con
pesimismo que el hombre no tiene un fu-
turo próspero y que estamos encaminados
hacia la autodestrucción. En realidad, su
lógica de razón, abrió muchas preguntas y
dudas, que ahora, no he podido resolver. Así
mismo, desde esa lógica, estoy totalmente
seguro que somos seres humanos afectados,
y que, desde nuestra existencia primitiva,
estamos obligados a acatar las ordenanzas
de nuestros líderes, dentro de una sociedad
patriarcal, y que, sin duda, estamos dispues-
tos a obedecer.
Me gustaría aquí, terminar mi escrito
con la frase del filósofo alemán Ludwig Feu-
erbach: el sujeto es la síntesis de las relaciones
sociales. Sin duda, somos seres humanos to-
talmente dependientes. Pero ¿Y la naturale-
za?, esta respuesta merece nuestras próximas
líneas, cuestiones de eco-pedagogía y bioética.
cartaxv
1
Estudiante del Doctorado en “Conocimiento y Cultura en América Latina” del
Instituto de Investigación Pensamiento y Cultura en América Latina (IPECAL) de la CdMX.
*Contacto: yorhendi@gmail.com | Cel. 2281347180
33 33
P.D. No habrá vuelta a la normalidad, la
vida cotidiana y la historia cambia: hay rup-
turas. ¿Acaso creen que las estructuras econó-
micas y sociales seguirán igual?, la pandemia
puede ser el parteaguas hacia una nueva nor-
malidad. Las coyunturas crean nuevas ruptu-
ras de la historia macro y micro social.
Con cariño
Todo suyo
Mtro. Gerardo Yorhendi Ceballos Marín
Sábado 18 de abril del 2020 | 11:24pm
Xalapa, Veracruz, México.