2. 4.3. Escuela
estructural
■ El concepto de
estructura familiar
fue propuesto
inicialmente por
Minuchin para indicar
las restricciones
funcionales.
■ Las estructuras
familiares son
conservadoras pero
modificables.
6. Desarrollo
familiar:
■ Cada etapa presenta nuevas
exigencias; estas obligan a los
miembros de la familia que crecen
o envejecen, a acomodarse a las
nuevas necesidades, y a las
circunstancias que cambian.
7. Desarrollo familiar:
■ Como las familias son
conservadoras, su respuesta
natural a estos cambios
evolutivos es insistir en lo
habitual.
8. Desarrollo
familiar:
■ Las personas tienen la
costumbre de
convertirse en los
relatos que cuentan.
■ Cuando la memoria
habla establece una
verdad narrativa que
llega a tener más
influencia que la
verdad histórica.
9. Desarrollo familiar:
■ Las estructuras se convierten en la realidad
compartida de una familia reflejan la
comprensión reciproca de los miembros y
prejuicios compartidos, algunos de los cuales
son promisorios y útiles, mientras que otros
no lo son.
10. Desarrollo familiar:
■ La organización de la familia se
relaciona son la concepción que
tienen ella de si misma, y
también el hecho de que, a
medida que pasa el tiempo, la
construcción del un mito familiar
refuerza la estructura que guía el
movimiento natural.
11. Desarrollo familiar:
■ Para sentirse seguras, las
personas deben participar en
interacciones predecibles.
■ Lamentablemente, ese carácter
predecible se puede congelar en
moldes limitadores, de modo que
las pautas se vuelven inflexibles y
los miembros de la familia
emplean solo una pequeña gama
de las conductas a las que podría
tener acceso.
■ El resultado es que las familias
funcionan por debajo de su
potencial.
13. Fundamentos
teóricos:
■ El modelo normativo
de Minuchin para una
familia que está
funcionando bien es
de especial utilidad.
■ Una familia
apropiadamente
organizada tendrá
límites claramente
marcados;
14. Fundamentos
teóricos:
■ El subsistema marital tendrá límites
cerrados para proteger la intimidad
de los esposos.
■ El subsistema parental tendrá
limites claros entre el y los niños,
más no tan impenetrables que
limiten el acceso necesario a los
padres,
15. Fundamentos teóricos:
■ El subsistema de hermanos tendrá sus
propias limitaciones y estará
organizado jerárquicamente, de modo
que se den a los niños tareas y
privilegios acordes con su sexo y edad,
determinados por la cultura familiar.
16. Fundamentos teóricos:
■ Por ultimo, el limite entorno
de la familia nuclear también
será respetado, aunque esto
dependa de los factores
culturales sociales y
económicos.
■ Varía grandemente el grado en
que se admiten parientes o
agentes de instituciones
sociales en general.
17. Fundamentos
teóricos:
■ El método de Minuchin de
“trazar el mapa” del
terreno psicopolítico de una
familia ahorra mucho
tiempo al terapeuta, ya que
la naturaleza de la
organización de la familia da
al terapeuta estructural las
claves que necesita para
determinar qué direcciones
debe seguir al revisar las
pautas de relaciones en la
familia.
18. ■ En su libro, Families and family terapy,
Minuchin muestra su propio método de
seguir la huella de los grupos familiares,
indicando factores importantes como la
pertinencia a coaliciones, la naturaleza
de los limites y como están
estructurados los subsistemas.
19. ■ Al delinear la forma que
toman estos aspectos en una
familia que acude en
demanda de tratamiento, y el
revisar el mapa conforme
progresa el tratamiento
Minuchin nos da un método
grafico con que documentar
las etapas de la terapia .
20. Fundamentos
teóricos:
■ Una de sus principales aportaciones a
la terapia familiar ha consistido en
señalar la confusión de la normal
jerárquica entre miembros de una
familia que no está funcionando
bien, la reestructuración de las
relaciones familiares, la
acomodación de las estructuras ya
existentes y dar a cada persona la
experiencia de vivir en un grupo
normalmente organizado.
21. Fundamentos teóricos:
■ El enfoque estructural debe mucho a la
“Teoría de los Sistemas”, y sin embargo
se inclina muy poco hacia el paradigma
cibernético que tanto se ha desarrollado,
pero es una de las facetas que sirven para
identificar al movimiento de la terapia
familiar.
■ Sólo ocasionalmente en su mayor parte,
su lenguaje parece derivarse de la teoría
de la organización y la teoría de los
roles, basándose en gran medida en
metáforas espaciales como fronteras,
mapas, territorio, estructura, rol,
etcétera.
23. Características del
terapeuta
estructural
■ El terapeuta tiene la tarea de
notar el ángulo de desviación
entre él y la familia que acude
a él.
■ Desde un punto de vista
estructural, su terapia consiste
en rediseñar la organización
familiar de modo que se
aproxime más de cerca de su
modelo normativo.
25. Características del
terapeuta estructural
■ Esto significa que si la madre y una hija
están actuando como hermanas el
terapeuta pondrá la madre a cargo de
las actividades de la hija durante una
semana.
28. Características del
terapeuta
estructural
■ O bien, puesto que una familia
funcional el subsistema marital
y el subsistema parental tiene
“fronteras” distintas, el
terapeuta que ve que una
pareja pasa todo su tiempo
cuidando de sus hijos podrá
pedirle que se vaya dejando
solo a los niños.
29. Características del
terapeuta
estructural
■ Desde luego, la suposición es
que un “síntoma” es
producto de un sistema
familiar disfuncional, y que si
la organización familiar se
vuelve más “normal” el
síntoma automáticamente
desaparecerá.
30. Características del terapeuta
estructural
■ Minuchin menciona que es muy
importante la inclusión del
terapeuta, como intruso
activo, que cambia el campo
de la familia con su sola
presencia.
31. Características del
terapeuta
estructural
■ Las escuelas de terapia que subrayan
obtener información o ahondar en la
historia pierden de vista el hecho de
que el enfoque del contenido puede
oscurecer para el terapeuta
cuestiones de extrema importancia:
32. Características
del terapeuta
estructural
■ Ejemplo: ¿A quién
habla?, ¿Quién está
autorizado a hablar?, ¿A
quién eleva él?, ¿A quién
desafía?, ¿A qué personas
une?, ¿Qué es lo que está
separando?, ¿Con quién
está haciendo una
coalición?, ¿Con quién no
la está haciendo?.
35. Coparticipación
:
■ Coparticipar con una
familia es más una actitud
que una técnica y
constituye la cobertura
bajo la cual se producen
todas las interacciones
terapéuticas.
36. Coparticipación:
■ Coparticipar con una familia es
hacer saber a sus miembros
que el terapeuta los
comprende y trabaja con ellos
y para ellos.
37. Coparticipación
:
■ Sólo con esta protección
puede la familia sentirse
segura para ensayar
alternativas, intentar lo
no habitual, y cambiar.
■ Esa participación es lo
que mantiene unido al
sistema terapéutico.
39. Coparticipación
:
■ La presencia de la familia es
un reconocimiento de que
sus miembros desean
asistencia y de que invitan al
terapeuta, un especialista a
introducirse en su sistema y
ayudarlos a modificar una
situación que sustenta o
produce tensión, malestar o
sufrimiento.
40. Coparticipación:
■ Pero en la práctica,
es posible y
frecuente, que los
miembros de la
familia y el
terapeuta no
entiendan de la
misma manera la
localización del
sufrimiento, su
causa y el proceso
de la curación.
41. Coparticipación:
■ Para el terapeuta, el paciente
individualizado es solo
portador del síntoma, la causa
del problema son las
interacciones disfuncionales
de la familia.
42. Coparticipación:
■ La familia aceptará al terapeuta
como líder; pero, tendrá que
ganarse su derecho a conducir,
será llevado y traído por las
demandas implícitas que
organizan la conducta de los
miembros de la familia.
43. Coparticipación:
■ Se sentirá inclinado a hacer
alianzas, pero debe tener la
aptitud para separarse y
tornar a reunirse en un modo
diferenciado y aquí es donde
se presenta el problema.
45. Posición de
cercanía:
■ El terapeuta valida la
realidad de los
sistemas en que
coparticipa.
■ Busca los aspectos
positivos y se
empeña en
reconocerlos y
premiarlos.
46. Posición de
cercanía:
■ También detecta
sectores de
sufrimiento, dificultad
o de tensión y da a
entender que no
pretende evitarlos,
pero que responderá a
ellos con delicadeza.
47. Posición de
cercanía:
■ El terapeuta puede llegar a
confirmar a miembros de la
familia que le disgustan, las
personas que acuden a terapia
se desempeñan lo mejor que
pueden.
48. Posición de cercanía:
■ Cuando el terapeuta confirma
los aspectos positivos de las
personas, se convierte en
fuente de autoestima para los
miembros de la familia.
49. Posición de
cercanía:
■ Por otra parte, incrementa su
capacidad de maniobra
instituyéndose en fuente de
la autoestima y el estatus de
la familia.
■ De este modo también reúne
el poder de retirar su
aprobación si los clientes no
responden a sus
orientaciones.
51. Posición intermedia:
■ El terapeuta coparticipa como
un oyente activo, neutral.
■ Asiste a la gente para que
cuente lo que le pasa. Esta
modalidad de coparticipación
se llama “rastreo”, es un buen
método para recopilar datos.
52. Posición intermedia:
■ El terapeuta puede recoger
información útil sobre la familia
observando el modo en que él mismo
rastrea el proceso familiar.
■ No interpretará sus acciones frente a
la familia, por que hacerlo definiría su
papel como el de un extraño, ajeno a
la familia.
53. Posición intermedia:
■ Al mismo tiempo tomará nota
de ellas para sí, como medio de
evitar ser absorbido y una
manera de compenetrarse con
la estructura que gobierna la
conducta de los miembros del
sistema.
55. Posición distante:
■ En este caso se apoya en su condición
de especialista para crear contextos
terapéuticos que procuran a los
miembros de la familia el sentimiento
de ser competentes o la esperanza del
cambio.
■ No hace el papel de actor sino de
director.
56. Posición distante:
■ Percibe las pautas de la “danza
familiar” y entonces dispone
de secuencias de interacción;
así promueve la escenificación
de movimientos habituales o
introduce novedades forzando
a los miembros de la familia a
empeñarse unos con otros en
interacciones
desacostumbradas.
57. Posición
distante:
■ Estas técnicas sirven para
producir cambios, pero
sirven para aumentar el
liderazgo del terapeuta
por el hecho de que se lo
experimentan como el
neutro de las reglas de la
sesión.
58. Posición distante:
■ En su condición de especialista,
el terapeuta opera como
verificador de la cosmovisión de
la familia.
■ Acepta y apoya determinados
valores y mitos familiares.
■ Aprende el modo en que los
miembros de la familia
encuadran su experiencia.
60. Tipos de familia
■ Nuestra planificación, partirá de una
teorización (hipótesis); aunque esta es
inicial y pueda ser lejana al problema
real, es muy importante y valiosa para
el terapeuta.
■ Los terapeutas de familia aprenden a
teorizar más allá de los datos que
poseen acerca de una familia, pero
siempre conscientes de que la
estructura de ésta nunca se les
manifiesta en seguida.
61. Tipos de familia
■ Sólo en el proceso de coparticipar con
una familia, sondear sus interacciones
y vivenciar la estructura que la
gobierna alcanzarán a conocer su
modalidad de interacción.
■ Las hipótesis iniciales que se pudieron
hacer tendrán que someterse a prueba
en la coparticipación y acaso muy
pronto se las deba desechar a todas.
62. Tipos de familia
■ A partir de la más
simple información
recogida en la llamada
telefónica en que se
convino la primera
entrevista, o
registrada en la hoja
de admisión en una
clínica, puede
desarrollar algunos
supuestos sobre la
familia.
64. Tipos de familia
■ Por ejemplo:
■ ¿Cuántos son sus miembros y dónde
viven?
■ ¿Qué edad tienen?
■ ¿Influyen en este caso alguno de los
puntos normales de transición que crean
dificultades a toda familia?
■ El problema que motiva la demanda,
puede ser otra pista que indique
sectores de fortaleza o debilidad
posibles en la familia cliente.
65. Tipos de familia
■ Con estos elementos simples, el terapeuta
elaborará algunas conjeturas que le permitirán
orientar sus primeros sondeos en la organización
familiar.
■ La señal más inmediata es la composición de la
familia.
■ Ciertas combinaciones son indicativas de
ámbitos definidos de investigación.
■ Las configuraciones más comunes en la práctica
son:
67. Familias de pas de deux
■ Supongamos que la familia se
componga de dos personas
solamente.
■ El terapeuta puede conjeturar que
con probabilidad están muy
apegadas.
68. Familias de pas de
deux
■ Si se trata de madre e hijo, es posible
que éste pase mucho tiempo en
compañía de adultos.
■ Acaso esté adelantado en su capacidad
verbal; y como en un elevado
porcentaje sus interacciones son con
adultos, se interesará por los temas de
éstos antes que sus contemporáneos y
parecerá más maduro.
69. Familias de pas de
deux
■ La madre (padre), si así lo decide,
tiene la posibilidad de dar al hijo más
atención individual de la que podría,
si debiera ocuparse de un marido una
esposa u otros hijos.
■ En consecuencia, podrá ser muy
sagaz para interpretar el carácter de
su hijo, satisfacer sus necesidades y
responder sus preguntas.
70. Familias de pas de
deux
■ Otro ejemplo de familia de pas de deux
es la pareja anciana cuyos hijos ya han
dejado el hogar.
■ Se suele decir que padecen del síndrome
del nido vacío.
■ Un ejemplo más lo constituyen un
progenitor y su hijo único adulto, que
han vivido juntos toda la infancia de
éste.
71. Familias de pas de deux
■ La estructura de dos personas es
proclive a una formación de liquen
en que los individuos contraen una
recíproca dependencia casi
simbiótica.
73. Familias de tres
generaciones
■ La familia extensa con
varias generaciones
que viven en íntima
relación es
probablemente la
configuración familiar
más típica en todo el
mundo.
74. Familias de tres generaciones
■ Diversos terapeutas han destacado la importancia de
trabajar con tres generaciones, sin tener en cuenta el
posible distanciamiento geográfico.
75. Familias de tres
generaciones
■ Pero en el contexto urbano de los países
de Occidente, la familia de varias
generaciones tiende a ser más
característica de la clase media baja y
de los grupos socioeconómicos
inferiores.
76. Familias de tres
generaciones
■ En consecuencia, es posible que el
terapeuta se incline a considerar en
esta configuración familiar sus
deficiencias, en lugar de pesquisar las
fuentes de fortaleza adaptativa que
esta forma contiene.
77. Familias de tres generaciones
■ La configuración de la familia extensa
aloja en la multiplicidad de sus
generaciones la posibilidad de una
especialización funcional.
■ La organización del apoyo y la
cooperación en las tareas familiares se
puede llevar a cabo con una flexibilidad
inherente a esta forma de familia, y a
menudo con una genuina pericia.
78. Familias de tres
generaciones
■ Cuando trabajan con familias de tres
generaciones, los terapeutas de
familia se deben evitar su tendencia
a realizar una separación.
■ Es que se inclinan a deslindar las
fronteras de la familia nuclear.
79. Familias de tres generaciones
■ El terapeuta deberá dirigir sus preguntas
a las tareas fundamentales de los padres
¿Quién las realiza?
■ En muchas ocasiones, las generaciones
superiores son los que cuidan y protegen
a las generaciones más recientes.
80. Familias de tres generaciones
■ En el caso de la familia de tres
generaciones lo indicado desde
el punto de vista terapéutico es
trabajar dentro del sistema
cooperativo hacia una
diferenciación de funciones, y
no promover la formación de
una estructura acorde a la
norma cultural.
81. Familias de tres generaciones
■ Para el terapeuta es importante
descubrir el peculiar
ordenamiento de la familia a
con que trata.
■ Es probable que la abuela viva
con su hija y su nieto.
■ Pero lo es también que ella sea
la cabeza de la casa, y madre e
hijo estén a su cuidado.
83. FAMILIAS CON
SOPORTE
■ La familia grande no es
tan común como lo fue
antaño en la cultura
occidental.
■ En cierta época, lo
normal era tener
muchos hijos.
■ Se los consideraba un
bien de la familia.
84. FAMILIAS CON SOPORTE
■ Han cambiado los tiempos, pero
no lo ha hecho el nexo
estructural que se descubre en
la mayoría de las familias
grandes.
■ Cuando las instituciones
aumentan de tamaño, es preciso
delegar autoridad.
85. FAMILIAS CON
SOPORTE
■ Cuando son muchos los niños en
un hogar, por lo común uno de
ellos, y a veces varios de los
mayores, reciben
responsabilidades parentales.
■ Estos niños parentales toman
sobre sí funciones de crianza de
los demás niños, como
representantes de los padres.
86. FAMILIAS CON SOPORTE
■ Este ordenamiento funciona sin
tropiezos mientras las
responsabilidades del niño
parental están definidas con
claridad por los padres y no
sobrepasan su capacidad,
considerado su nivel de
madurez.
87. FAMILIAS CON SOPORTE
■ Esa situación tiene aspectos atractivos,
puesto que el hijo parental tiene acceso
directo a los progenitores; además,
puede promover sus habilidades
ejecutivas.
■ Este modo de relación ha dado buenos
resultados durante milenios.
88. FAMILIAS CON SOPORTE
■ En la terapia puede ser eficaz emplear
técnicas de fijación de fronteras que
reorganicen el subsistema parental sin el niño
parental, y realizar sesiones con los
hermanitos solos, en que la posición de aquél
sea integrativa al holón de hermanos.
89. FAMILIAS CON SOPORTE
■ O bien, si el subsistema parental ya está
recargado, la responsabilidad de
brindarle apoyo se puede distribuir de
manera más equitativa entre los
hermanos.
91. Familias acordeón
■ En ciertas familias uno de los
progenitores permanece alejado por
lapsos prolongados.
■ El ejemplo clásico son las familias de
militares.
92. Familias acordeón
■ Cuando uno de los cónyuges se
ausenta, el que permanece en
el lugar tiene que asumir
funciones adicionales de
cuidado de los niños,
ejecutivas y de guía, pues de
otro modo quedarían privados.
93. Familias
acordeón
■ Las funciones parentales se
concentran en una sola
persona durante una parte
de cada ciclo.
■ En estos casos es una
cristalización posible la
familia de un solo
progenitor.
94. Familias acordeón
■ Es posible que estas familias acordeón
demanden terapia cuando el progenitor
viajero cambia de trabajo y se convierte
en figura permanente dentro de la
organización familiar.
95. Familias acordeón
■ El programa antiguo estorba la
elaboración de funciones nuevas que
incluyan al cónyuge ausente.
■ El progenitor periférico debe ser
reinsertado en una posición provista
de sentido.
96. Familias acordeón
■ Como en otras situaciones de transición,
la terapia incluirá en ésta maniobras no
sólo reestructuradoras, sino educativas.
■ La familia tiene que comprender que,
en efecto, forma una familia “nueva”.
■ Esta concepción es de aceptación
bastante difícil porque las “partes” de
la familia han permanecido juntas
durante largo tiempo; sólo la
configuración de la familia es nueva.
98. Las familias cambiantes
■ Ciertas familias cambian
constantemente de domicilio.
■ Por ejemplo, en los guetos, las familias
que lo abandonan cuando deben
demasiadas mensualidades de alquiler.
■ Es también el caso de los gerentes de
grandes empresas que son transferidos
con frecuencia de una sucursal a otra.
99. Las familias
cambiantes
■ El ejemplo más frecuente es el
progenitor soltero que cambia de pareja
una y otra vez.
■ Un padre puede tener muchas amantes,
cada una de las cuales será esposa y
madre en potencia.
100. Las familias cambiantes
■ Si el cambio de contexto
interesa a adultos que
desempeñan un papel
significativo, es importante para
el terapeuta reconstruir un
historial que le permita
determinar si lo que parece una
organización estable no es.
101. Las familias
cambiantes
■ La función del terapeuta será ayudar a
la familia para que defina con claridad
su estructura organizativa.
■ Si el cambio del contexto atañe al
domicilio, hay pérdida de sistemas de
apoyo, tanto familiares como de la
comunidad.
102. Las familias cambiantes
■ La familia queda aislada. Los niños que han
perdido su red de compañeros y deben ingresar
en un contexto escolar nuevo pueden desarrollar
disfuncionalidad.
■ Si la familia se convierte en el único contexto de
apoyo en un mundo cambiante, es posible que
sufra fallos en su capacidad para entrar en
contacto con el medio extrafamiliar.
103. Las familias cambiantes
■ El terapeuta debe tener presente que si
la familia pierde su contexto por cambio
de domicilio, sus miembros entrarán en
crisis y tenderán a funcionar en un nivel
más bajo de capacidad que en
circunstancias en las que se recibe el
apoyo del contexto extrafamiliar.
104. Las familias cambiantes
■ En consecuencia, se vuelve
importantísimo evaluar el nivel
de competencia tanto de la
familia en su condición de
organismo, cuanto de sus
miembros individuales.
■ Es esencial no dar por supuesto
que la crisis es producto de una
patología existente en la
familia.
106. Familias Huéspedes
■ Un niño huésped es por definición
miembro de una familia temporaria.
■ Los asistentes sociales de los institutos
de colocación dejan en claro que la
familia huésped no debe apegarse al
niño; es preciso evitar una relación
padre-hijo.
107. Familias
Huéspedes
■ No obstante, estos lazos
padre-hijo se crean a
menudo, sólo para quebrarse
cuando el niño debe mudarse
a un nuevo hogar huésped o
es devuelto a su familia de
origen.
108. Familias Huéspedes
■ Un problema
potencial en esta
configuración familiar
es que en ocasiones la
familia se organiza
como si no fuera
huésped.
■ El niño es incorporado
al sistema familiar.
109. Familias Huéspedes
■ Si después desarrolla síntomas, pueden ser el
resultado de tensiones dentro del organismo
familiar.
■ El terapeuta y la familia pueden suponer que
los síntomas del niño son producto de su
experiencia previa al ingreso en esta familia,
o bien de una patología internalizada, puesto
que es un niño huésped y técnicamente no es
miembro de la familia.
110. Familias Huéspedes
■ Es preciso evaluar el nexo del síntoma
con la organización familiar.
■ Si la sintomatología es el producto del
ingreso del niño en un sistema nuevo,
éste funciona como si atravesara una
crisis de transición.
111. Familias Huéspedes
■ Por el contrario, si el niño ya
está integrado plenamente a la
familia, sus síntomas obedecen
a la organización de ésta y se
relacionan con las tensiones que
otros miembros de la familia
manifiestan de diverso modo.
112. Familias Huéspedes
■ En estos casos el terapeuta tiene que
contemplar la posibilidad de introducir a
la asistente social del instituto en el
contexto terapéutico y utilizarla como
coterapeuta a fin de prestar asistencia
al organismo familiar total, incluido el
niño.
114. Familias con padrastro o madrastra
■ Cuando un padre adoptivo se agrega a la
unidad familiar, tiene que pasar por un
proceso de integración que puede ser
más o menos logrado.
■ El nuevo padre puede no entregarse a la
nueva familia con un compromiso pleno,
o la unidad originaria puede mantenerlo
en una posición periférica.
115. Familias con padrastro o madrastra
■ Es posible que los hijos redoblen sus
demandas dirigidas al padre natural,
exacerbando así el problema que a éste
le plantea la división de lealtades.
■ En los casos en que los niños vivieron
alejados de su padre natural hasta el
nuevo casamiento de éste, tendrán que
acomodarse tanto a su padre natural
como al postizo.
116. Familias con padrastro o madrastra
■ La cultura occidental impone la
formación instantánea de la familia.
■ Tras el ritual, legal o paralegal, los
miembros de una familia “mixta” se
precipitan para constituir holones
familiares.
118. Familias con
padrastro o
madrastra
■ En ciertos casos puede ser
conveniente para los miembros de las
dos familias originales mantener al
comienzo sus fronteras funcionales y
relacionarse como dos mitades que
cooperan para resolver problemas en
la vía que la familia sigue hacia la
configuración de un solo organismo.
120. Familias con un
fantasma
■ La familia que ha sufrido muerte o
deserción puede tropezar con problemas
para reasignar las tareas del miembro
que falta.
■ A veces la familia se colocará en la
postura de decir que, si la madre
viviera, sabría qué hacer.
121. Familias con un fantasma
■ Apropiarse de las funciones de la madre
se convierte entonces en un acto de
deslealtad a su memoria.
■ Es posible que se respeten las antiguas
coaliciones como si la madre siguiera
con vida.
122. Familias con
un fantasma
■ Los miembros de estas
familias pueden vivir
sus problemas como la
consecuencia de un
duelo incompleto.
123. Familias con un fantasma
■ Pero si el terapeuta actúa con este
supuesto, puede cristalizar a la
familia en lugar de ayudarla para que
avance hacia una organización
nueva.
■ Desde el punto de vista terapéutico,
se trata de una familia en transición.
■ Las configuraciones anteriores
estorban el desarrollo de nuevas
estructuras.
124. Familias con un fantasma
■ El terapeuta trabaja con la
configuración que la propia familia
presenta como esencial.
■ Incluye elementos sobre el estadio de
desarrollo en que ella se encuentra y los
problemas inherentes a ese estadio.
■ Si se conocen la religión de la familia,
su nivel económico o su origen
125. Familias con un fantasma
■ Ciertos síntomas son claro
indicio de determinados
ordenamientos estructurales de
la familia.
■ Por ello el “problema que
motiva la demanda” pone en
marcha la imaginación de todo
terapeuta experimentado.
126. Familias con un fantasma
■ En seguida evocará la página de cierto
libro de psicología, el rostro de un niño
a quien atendió antes o la configuración
de una familia que presentaba
problemas semejantes
128. Familias descontroladas
■ En familias en que uno de sus miembros
presenta síntomas en el área del control, el
terapeuta supone la existencia de problemas
en uno o varios entre determinados campos:
■ La organización jerárquica de la familia, la
puesta en práctica de las funciones
ejecutivas dentro del subsistema parental y
la proximidad entre miembros de la familia.
129. Familias descontroladas
■ El tipo de problemas de control varía según
el estadio de desarrollo de los miembros de
la familia.
■ En familias con hijos pequeños, uno de los
problemas más comunes que se presentan
en una clínica pediátrica es el niño en edad
preescolar a quien sus padres definen como
un “monstruo” que no quiere admitir regla
alguna.
130. Familias descontroladas
■ En esta situación la meta terapéutica
consiste en reorganizar la familia de
modo que los padres cooperen entre sí y
el niño sea rebajado hasta su lugar.
131. Familias descontroladas
■ En familias con adolescentes, es
posible que los problemas de
control se liguen con la
incapacidad de los progenitores
para pasar del estadio de padres
solícitos de niños pequeños al de
padres respetuosos de
adolescentes.
132. Familias descontroladas
■ Es posible que los niños se adapten bien
a los cambios que les impone su
desarrollo, al tiempo que los padres no
han elaborado aún alternativas nuevas
para el estadio de vida en que ellos
mismos se encuentran.
133. Familias
descontroladas
■ En general, en el trato con familias en
que hay adolescentes en conflicto, lo
mejor es que el terapeuta siga un
camino intermedio.
■ Sustentará el derecho de los padres a
formular determinadas demandas y a
pedir que se los respete como tales.
■ Y también apoyará las demandas de
cambio que haga el adolescente.
134. Familias descontroladas
■ Cuando estas familias tienen varios
hijos, el subsistema de los hermanos
puede llegar a ser un contexto
importante que permita iniciar la
organización de una nueva
configuración familiar y crear
fronteras significativas.
135. Familias descontroladas
■ En ciertos casos, la familia que maltrata a
sus hijos se organiza en torno de una diada
demasiado unida, uno de los progenitores y
un hijo.
■ Por lo común, la forman la madre y su hijo,
a quienes el padre ataca de manera
indiscriminada, como si se tratara de una
alianza enemiga.
■ En estas familias, los malos tratos entre los
padres desbordan sobre el hijo.
137. Familias psicosomáticas
■ Cuando la queja que motiva la
demanda es un problema
psicosomático de alguno de los
miembros de la familia, la
estructura de ésta incluye una
excesiva insistencia en los
cuidados tiernos.
138. Familias psicosomáticas
La familia parece funcionar óptimamente
cuando alguien está enfermo.
■ Entre las características de estas familias se
descubre sobreprotección, fusión o unión
excesiva entre los miembros de la familia;
la incapacidad para resolver conflictos,
enorme preocupación por mantener la paz
o evitar los conflictos y una rigidez
extrema.
139. Familias
psicosomáticas
■ Uno de los problemas con que el
terapeuta tropieza en estas familias es
justamente su carácter agradable.
■ Sus miembros parecen ansiosos por
responder.
140. Familias psicosomáticas
■ El terapeuta puede creer que cooperan
con él, sólo para sentirse una y otra vez
decepcionado por los problemas que le
oponen, así como por la facilidad con
que lo absorben en las melosidades de
su política de paz a cualquier precio.
141. Referencias Bibliográficas:
■ Minuchin, S. (1983). Técnicas de la terapia familiar. Ed. Paidos. Buenos Aires
2004
■ Minuchin S. (1997) El arte de la terapia familiar. Barcelona: Paidós.