SlideShare a Scribd company logo
1 of 90
Download to read offline
i
Trabajo final de Máster
en:
SALUD MENTAL
Itinerario Clínica Social
Los conflictos individuales y sociales en el mundo contemporáneo
Programa del Instituto de Altos Estudios Universitarios y
Universidad de León
(2012)
Sidónio Inverno Lança
CONTRIBUCIONES PARA UNA MEJOR COMPRENSIÓN DEL
CUADRO DE SALUD MENTAL EN LOS ADULTOS MAYORES,
EN SU PROCESO DE ENVEJECIMIENTO
ii
Cuando la salud está ausente, la sabiduría
no puede revelarse, el arte no se manifiesta,
la fuerza no lucha, el bienestar es inútil y la
inteligencia no tiene aplicación.
Herófilo de Cos (382-322 a. C.)
iii
Agradecimientos:
Las gracias a todos los profesores y tutores que a lo largo de este periodo
me apoyaran de forma profesional y amable. Agradezco igualmente a los
técnicos de la biblioteca de la Universidad de Aveiro – Portugal,
especialmente a Cecilia que, me apoyó en la pesquisa bibliográfica y en la
búsqueda y selección de los artículos científicos que utilicé para este
trabajo. También a los más de trescientos parroquianos de mis
comunidades que comprendieran la necesidad que tuve de me aislar un
poco más, en este último período de estudios, dejando de asistirles con
más presencia, como me gustaría. A mi colega Carlos que cubrió algunas
de estas ausencias. A todos los que me incentivaran, a mis hijos Rubén y
Miriam, pero en especial a Sila, mi esposa, por su grande apoyo y a quien
no he dedicado todo el tiempo que merece. A la administración de
UPASD por su incentivo y, por fin, no que sea menos importante, muy por
el contrario, a mi Dios que me tiene dado la vida y salud permitiéndome
esta oportunidad para aumentar mis conocimientos a fin de mejor cumplir
mi ministerio junto de mis semejantes que experimentan conflictos
individuales y sociales en la sociedad de nuestro tiempo. A Él sea dada
toda la Gloria!
iv
Introducción (pág.)
1. Evolución histórica del concepto de Salud y la OMS ...... 3
1.1. Dificultades en torno a la plenitud del concepto en
el contexto de la realidad social
1.2. Un concepto objetivo y subjetivo
1.3. Un concepto dinámico
1.4. Un concepto que envuelve la Calidad de Vida
2. La salud mental y sus implicaciones en las
personas mayores …… 12
3. Factores determinantes de la salud …… 17
3.1. Factores biológicos
3.2. Factores ligados a la atención sanitaria
3.3. Factores ligados al medio ambiente
3.4. Factores ligados al estilo de vida
4. Trastornos mentales en los adultos mayores en
su etapa de envejecimiento …… 24
4.1. El Insomnio
4.2. La Demencia
4.3. La Ansiedad
4.4. La Depresión
v
5. Factores significativos de la salud mental,
asociados al fenómeno del envejecimiento …… 30
5.1. Los factores conductuales
5.2. Los factores psicosociales
5.3. Los factores afectivo-emocionales
5.3.1. La personalidad
5.3.2. Las Emociones
6. Para un envejecimiento saludable …… 48
6.1. El ajuste afectivo-emocional frente a la crisis vital del
envejecimiento
6.2. La base neurobiológica del estrés y las estrategias
de afrontamiento y adaptación en la ancianidad
6.3. La espiritualidad y la religiosidad en el proceso de
envejecimiento y sus efectos en la Salud Mental
6.4. Practicas de promoción de la salud en los adultos
mayores
Conclusión y consideraciones finales …… 66
Bibliografía …… 69
vi
vii
Palabras-clave:
salud; envejecimiento; ciclo vital; estrategias; afrontamiento; estrés;
espiritualidad;
1
Introducción
El envejecimiento es la realidad biológica más incuestionable que afecta a
todos los seres vivos y, desde luego una evidencia que, nosotros
humanos, enfrentamos en el ciclo vital de nuestra vida. La razón de esta
inevitabilidad, sus causas y remedios han sido objeto de interés desde
que la especie humana tomó consciencia de su degeneración y lo limitado
de su existencia. Desde los tiempos remotos se encuentran descripciones
de pociones y ungüentos cuyo objetivo era retrasar el proceso de
envejecimiento. La búsqueda de la fuente de la eterna juventud o los
mitos sobre la inmortalidad han dado lugar a páginas inmemoriales en la
historia de la literatura universal.
A pesar del interés por el estudio del fenómeno del envejecimiento, el
mundo científico, aún hoy, no domina en la totalidad el conocimiento del
mecanismo interno porqué se envejece. Sí que se han identificado
mecanismos y factores que influyen este proceso vital. Todos los estudios
coinciden en afirmar que existe una base genética sobre la que actúan
distintos agentes externos que, van desde el estilo de vida hasta las más
variadas patologías, que acortan o aceleran el envejecimiento.
Por medio del continuo desarrollo de las tecnologías médicas, nuestro
siglo, se muestra una época en que se verifica un aumento de la
longevidad humana. Sin embargo, el aumento de los años de vida no
significa necesariamente, mejor calidad de vida. Es verdad que vivimos
más años y la tecnología nos provee una cierta calidad de vida, pero por
otro lado, el mercado de trabajo limita, cada vez más, la edad activa a
unos límites sucesivamente más tempranos provocando, en muchos
casos, el sentimiento de inutilidad y de desagregación social, con todos
los inconvenientes que esto acarrea a la salud mental de las personas.
Paralelamente, entre estas personas, muchas veces desesperanzadas,
cada vez más temprano en su ciclo de vida, ocurre el “abandono” por sus
progenitores, en residencias por ser considerados ‘viejos’.
No admira pues, que estos sujetos sean acometidos por dificultades en
aceptar su proceso de envejecimiento, siendo acometidos de sentimientos
2
de soledad surgiendo así, en creciendo, patologías como la depresión,
bipolaridad u otras del foro psicológico, llevando a que el porcentaje de
consultas atendidas por los profesionales de atención primaria, en el
ámbito de la salud mental, acompañe esta tendencia de subida.
En varios estudios científicos existen indicios consistentes de la
asociación entre calidad de vida y envejecimiento. Una buena gestión de
las emociones como mecanismo adaptativo, que prepara el organismo a
la acción, la motivación así como en el relacionamiento social, influye
desde luego, las actitudes y los valores. Tal como la experiencia afectiva
se revela un aspecto central de la personalidad, interviniendo en el
funcionamiento cognitivo y en los procesos de valoración, es importante el
papel de las formas de afrontamiento a acontecimientos difíciles,
especialmente los derivados de la edad avanzada. De importancia
también, es la actividad afectivo-emocional, considerada como el
bienestar subjetivo, que valora emotiva y cognitivamente la propia vida.
Siendo la salud una preocupación de la vejez como factor de bienestar y
calidad de vida de la población mayor y, a pesar de la OMS definir la
salud como un concepto de “completo bienestar físico, mental y social del
individuo y no solamente la ausencia de enfermedades”, noción que
transciende el concepto meramente orgánico y incluye los aspectos
psicosociales; sin embargo, el sentido de ‘total bienestar’ en la vejez es
difícil de alcanzar principalmente cuando, precisamente, lo enfocamos
desde el prisma holístico o integral.
Así, este trabajo de pesquisa monográfica tiene por objetivo una
aproximación a esta dificultad en la definición de salud, especialmente en
los mayores de edad y ensayar respuestas a las siguientes cuestiones:
¿Qué factores interfieren positivamente o negativamente en la búsqueda
del equilibrio integrado de la salud en las personas mayores? ¿Qué tipo
de recursos utilizan las personas mayores que manifiestan, en su etapa
de envejecimiento, un bienestar subjetivo? ¿Cómo conseguir un
envejecimiento saludable, satisfactorio y adaptado?
3
1. Evolución histórica del concepto de Salud y la OMS
A fin de no tornar este apartado exhaustivo, vamos delimitar nuestro
recorrido histórico sobre el tema, apenas a la síntesis de los conceptos de
salud a partir del siglo XX. El concepto se fue modificando a lo largo de
distintos momentos en la historia de la humanidad. La primera mitad del
siglo XX queda marcada por una visión biologisista de la salud asociada a
la noción de enfermedad.
En ese entonces, la salud se definía en oposición a su contrario negativo;
como una ausencia de enfermedad, a pesar de que esa, ni siempre se
revele una premisa totalmente verdadera pues hay que considerar
también los criterios subjetivos del concepto.1
Sin embargo, con los
avances del conocimiento y la transdisciplinariedad científica, a partir de
la segunda mitad del siglo, fueran una contribución decisiva para el
reencuentro de las ciencias sociales con las ciencias de la salud,
pasándose a considerar también los factores de carácter socio-ambiental
relacionados a la etiología de las enfermedades y al concepto de salud,
dando lugar a una nueva definición: el modelo biopsicosocial.
Perkins (1938), definió la salud como “un estado de relativo equilibrio de
la forma y función corporal, que resulta del ajuste dinámico del organismo
ante las fuerzas que tienden a alterarlo.
Sigerist (1941) afirmó que “salud no es simplemente la ausencia de
enfermedad, es algo positivo, una actitud optimista y la aceptación alegre
de las responsabilidades que la vida impone al individuo”. Esta definición,
tal vez haya inspirado Andrija Sampar para el constructo social de salud
que en 1946 fue adoptado por la OMS (Organización Mundial de Salud).
OMS (1946) postula que la salud es “un estado de completo bienestar
físico, mental y social y no solamente la ausencia de enfermedad”. Con
todo, en un recorrido histórico del concepto de salud, se confirma que
esta definición fue ampliamente criticada por diversos autores.
R. Dubos (1959) definió la salud, desde una perspectiva sociológica,
como el estado de adaptación al medio y la capacidad de funcionar en las
mejores condiciones en ese medio.
1
(Canguilhem. 1980, p.50-63)
4
Más tarde, en 19752
Dubos, añade a la interpretación del concepto de
salud un sentido ecológico, considerando que la vida implica la interacción
y a la vez la integración de dos ecosistemas: el medio interno y el medio
externo. Cualquier factor que rompa el equilibrio entre estos dos sistemas
ecológicos podrá ser una causa de enfermedad. Finalmente en 1987 el
biólogo afirma que, en substancia, la dimensión real de la salud es la
habilidad del individuo para funcionar de manera aceptable para sí mismo
y para el grupo al cual pertenece. Esta es una aproximación al concepto
de la dimensión individual y social de la salud.3
Con Leavell & Clark (1965) emerge la teoría de la Multicausalidad,
postulando que todas las enfermedades tienen muchas causas pero que
solo se conocen por separado.
Laframboise (1973) identificó cuatro elementos en su modelo: el medio
ambiente, los estilos de vida, la biología humana, y el sistema organizado
de atención a la salud. El gran avance de esta propuesta fue el
reconocimiento del sistema de salud como un factor que incide en la salud
de los individuos.
Ivan Illich (1976) comprende que la salud es la capacidad de sentirse vivo
en el gozo y en el dolor y de amar la sobrevivencia, pero también de
arriesgarla.
Milton Terris (1987) define el concepto de salud como el producto positivo
de la interacción continua del hombre con su medio.
Para Pichón Riviere (1999) la salud remítenos a la idea de adaptación
activa, una adaptación del individuo a las posibles contingencias del
entorno. En este proceso constante de adaptación al medio sociocultural y
ecológico, el individuo coloca en evidencia todos sus recursos físicos,
psicológicos y sociales, a fin de ultrapasar con éxito los obstáculos.
Asimismo, diversos autores, tales como, Pineault & Daveluy4
(1992);
Saforcada5
(2001) y los informes realizados por los organismos
internacionales dedicados al cuidado de la salud (OMS, 1997; OPS, 2003)
2
(Dubos, R. 1976, p.134)
3
(Dubos, R. 1975, p. 303-306)
4
(Pineault, R. y Develuy, C. 1989, p.229-236)
5
(Saforcada, E. 2001)
5
han destacado la gran influencia que algunos factores tienen sobre la
salud: los estilos de vida, las costumbres y los recursos económicos en el
cuidado y preservación de la salud. El gran cambio de paradigma, surge
en el viraje del siglo XX cuando el concepto de salud-enfermedad pasa de
ser entendido como un “estado” para ser propuesto como un “proceso”.
1.1. Dificultades en torno a la plenitud del concepto en el
contexto de la realidad social
Como atrás vimos, el término “salud” puede sugerir distintas realidades
dependiendo de la época histórica, la cultura o civilización en la que nos
situemos y en función de los intérpretes y segmentos sociales que lo
empleen (López, 1998)6
. Así, cualquier que sea la aproximación al
concepto estará, por cierto, condicionado a nuestro universo cultural.7
Así, algunos intelectuales afirman que no es correcto referir la salud como
un estado, por la razón de que esto genera un falso presupuesto, por no
se tratar de un ideal alcanzable, permanente y acabado. Este desacuerdo
fue motivo del desarrollo de varias proposiciones hermenéuticas a fin de
comprender la definición de salud propuesta por la OMS en 1948. Las
primeras tentativas sistemáticas de formulación teórica del concepto de
salud surgieran en la década de 1970, partiendo de la teoría biomédica de
la enfermedad, para una concepción negativa de la salud. Las
características fundamentales que definen este modelo pueden resumirse
por ser un enfoque individual y arbitrario, centrado en la enfermedad.8
Este modelo descarta la dimensión social de la salud, no considerando los
determinantes sociales que condicionan la conducta de los individuos.
El concepto de que la salud es “un estado completo de bienestar físico,
mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o
enfermedades” es, aún hoy, objeto frecuente de críticas. Para algunos,
continua a ser un concepto utópico porque ese estado es inalcanzable.
Basándose en su definición de salud, la OMS en la XXX Asamblea (1978)
adoptó una estrategia universal “Salud para Todos”, con el fin de reducir
6
(López, y Rubio. 1998, p. 77-88)
7
(Guerreo y León, 2008, p.610-633)
8
(López Santos, 1998, 30)
6
las enfermedades que impiden las naciones en mantener una vida social
y económicamente productiva.
La estrategia fue definida en objetivos que fueron mejor trabajados en las
conferencias siguientes: Ottawa (1986); Adelaida (1988) y Sundswall
(1991) en que la salud se percibe, no como el objetivo, sino como la
fuente de riqueza de la vida cotidiana.
En este contexto, la Conferencia Internacional sobre Salud en atención
primaria de Alma-Ata (1978), ratificó la salud como un derecho humano
fundamental. Este derecho, de nuevo enfatizado en la Carta de Ottawa
(1986), reafirma que la promoción y protección de la salud es
indispensable para un desarrollo económico y social sostenido que
contribuya a mejorar la calidad de la vida y a alcanzar la paz mundial
“dado que el concepto de salud como bienestar transciende la idea de
formas de vida sanas, la promoción de la salud no concierne
exclusivamente al sector sanitario”.
La Carta es orientada a la prosecución del objetivo "Salud para Todos en
el año 2000"; como respuesta a una creciente demanda de una nueva
concepción de salud pública en el mundo, concepto que continuó a ser
trabajado en la Conferencia de Ginebra (OMS, 2004) que concluyó que “la
salud contribuye al proceso de crecimiento, pero también es resultado de
éste; la riqueza posibilita el acceso a la salud y la salud posibilita el
acceso a la riqueza.” 9
En la conferencia de 2005 (OMS, 2005), fue ratificado que todo el
ciudadano tiene derecho y el deber de participar individual y
colectivamente en la planificación y aplicación en su plan de atención a la
salud.
Sin embargo, en términos conceptuales, la definición de la OMS de que la
salud es “un estado completo de bienestar físico, mental y social, y no
solamente la ausencia de afecciones o enfermedades” no es consensual.
Entre los críticos, se encuentra V. Navarro (1998) identificando un
problema epistemológico, dando por establecido que si hay un consenso
universal sobre lo que significan los términos clave de la definición, esto
es, salud y bienestar, entonces se trata de una definición al margen de la
realidad histórica.
9
(OMS. 2004, p.3)
7
Afirma el autor, que la OMS con esta posición, de cierta forma, se estaría
a descartar de su responsabilidad en clarificar quién decide lo que es
bienestar y salud, evitando la controversia política que tales definiciones
suponen, al mismo tiempo que presume que la salud es un concepto
científico “que se aplica a todos los grupos sociales y a todos los períodos
históricos por igual”.10
Otro autor contrario al concepto idealista de la OMS es Milton Terris
(1980), cuestionando el sentido absoluto del concepto de bienestar que la
O.M.S. otorga a la salud y propone eliminar la palabra “completo” de la
definición. Terris considera que tanto en la salud como en la enfermedad
existen distintos grados, o sea, se puede estar enfermo o muy enfermo y
se puede estar sano o muy sano. Esta diferencia "gradual", determina la
existencia de dos aspectos de la salud/enfermedad; uno subjetivo y otro
objetivo. El aspecto subjetivo tiene que ver con los síntomas, la sensación
de malestar. El aspecto objetivo serán los indicadores de la capacidad de
funcionamiento del organismo. Terris propone así la definición: "un estado
de bienestar físico mental y social, con capacidad de funcionamiento y no
únicamente la ausencia de afecciones o enfermedades."
1.2. Un concepto objetivo y subjetivo
Parece ser imposible medir el nivel de salud de una población a partir de
este concepto de salud; por la razón de que las personas no permanecen
constantemente en un estado de bienestar. Así, la definición parece
carecer de objetividad al firmase en un concepto subjetivo que es la
percepción de bienestar.
Sin embargo, la innovación y el alcance de este concepto, es la salud
haber dejado de ser considerada estrictamente en el plan físico u
organicista pasando a envolver las dimensiones psicosociales, afectivo-
emocionales, ambientales y económicas. Como afirmaría Garcia Huete “la
salud es el estado de bienestar biológico, psicológico y social universal,
en equilibrio con el medio y de forma sostenida”11
.
10
(Navarro, V. 1998, p. 49)
11
(Benet, A y Llane, M. 2002)
8
Esta nueva visión nos remite a San Martín (1984) y a su reflexión acerca
de la salud como un constructo relativo que asienta, a la vez, en criterios
objetivos y subjetivos emergiendo como un estado de tolerancia y
compensación físico, psicológico, mental y social, fuera del cual, todo otro
estado es percibido por el individuo y por su grupo, como manifestación
de un estado mórbido - enfermedad - por oposición al estado de salud.
La enfermedad sería así percibida como un desequilibrio biológico, social
y ecológico, una falla de los mecanismos de adaptación del organismo y
una ausencia de reacción a estímulos exteriores a los que está expuesto,
situación provocadora de perturbación de la fisiología y anatomía del
sujeto.12
De esta forma, es siempre la capacidad de cada individuo para
superar la enfermedad y no la ausencia de ésta lo que caracterizaba la
salud.
Así, si por un lado, es fundamental buscar una comprensión de los
determinantes y condicionantes sociales del proceso salud-enfermedad,
evitando caer en la individualización y fragmentación biologicista, por otro,
haber cuidado para que tal proposición no sea aceptada como justificativa
para la normalización de los sujetos, transformándose en una especie de
biosociabilidad, asaz peligrosa, en que la prescripción de estilos de vida y
de conductas saludables conciban una sociedad homogénea y
indiferenciada.
En última instancia, recuérdese, que según la epistemología médica de
Canguilhem (1972),13
la capacidad de afirmar si el individuo está
saludable o enfermo pertenece al propio, mediante sus particularidades y
normas culturales. Así, la salud debe ser comprendida en sus múltiples
aspectos. Ella, jamás será reductible a cualquiera una de sus
dimensiones; sea la biológica, psicológica, individual, colectiva, objetiva o
subjetiva; sino percibida desde una perspectiva transdisciplinar.
Actualmente, la salud se ve como un proceso dinámico, responsable,
participativo y equilibrado, con la meta fijada en un estado ideal, es cierto,
pero a el cual solo podemos acercarnos, fomentando la mejoría de los
estilos de vida y de nuestro entorno social.
12
(Vega-Franco, L. 2002, p. 258-265)
13
Canguilhem, G. 1972, AIEU)
9
1.3. Un concepto dinámico
Briceño-León (2000)14
reflexiona en torno de la idea de “completo
bienestar” e introduce la noción de normalidad en la salud. En medicina
se suele utilizar la expresión “normal” como sinónimo de salud. No
obstante, Canguilhem (1980)15
considera que lo “normal” es un concepto
dinámico y polémico. La normalidad puede entenderse de dos maneras.
Por un lado, lo normal es aquello que es tal como debe ser; por otro lado,
lo normal es aquello que se encuentra en la generalidad de los individuos.
El concepto dinámico de salud incluye la dicotomía del continuo Salud-
Enfermedad que contraria la plenitud del concepto de salud de la O.M.S.
Aparte del status optimizado en este continuo hay otra realidad en el otro
extremo: la muerte como final irremediable. La realidad, es que en este
continuo, existe una zona neutra suponiendo así que la separación de la
salud y la enfermedad no es absoluta y que ambas percepciones no son
estáticas sino dinámicas; pudiendo identificarse en los sujetos, diferentes
niveles de salud y de enfermedad. Según esta teoría, la salud se podría
definir como: "la obtención del más alto nivel de bienestar físico mental y
social y de la capacidad de funcionamiento que permitan los factores
sociales en los que vive el individuo y la colectividad."16
Así, en función de
este concepto, actuando en la modificación de los factores sociales en los
que vive el individuo y la comunidad, se logrará mejorar la salud y la
calidad de vida de la población.
1.4. Un concepto que envuelve la Calidad de Vida
Aunque a menudo las investigaciones sobre Calidad de Vida carecen de
una definición formal, lo que dificulta la comparación y la recogida de
información de los varios estudios realizados, pueden deducirse diversas
definiciones que coinciden en reconocer la multidimensionalidad del
concepto tratándose así de una valoración subjetiva de la realidad
orgánica, sin que tampoco exista acuerdo con respecto a la especificidad
14
(Briceño-León. 2000, p. 16)
15
(Canguilhem, G. 1980, p. 91)
16
Generalitat de Catalunya (1985) Educació per a la Salut a l’Escola. Orientacions y Programes.
Dep. d’Ensenyament i Dep. de Sanitat i Seguretat Social.
10
de las dimensiones o dominios a considerar, el concepto de Calidad de
Vida está relacionado con la salud y hace parte integrante de la definición
de la salud en términos positivos, de bienestar y, al mismo tiempo, de
capacidad de funcionar, desde una perspectiva integral de cada individuo
implicando la consideración de las diferentes dimensiones que componen
este concepto. El concepto de Calidad de Vida es también un concepto
subjetivo, dependiente del nivel sociocultural, de la franja de edad y de las
aspiraciones personales del individuo. A pesar de no haber una única
definición para “Calidad de Vida”, algunas merecen destaque, como la de
OMS (2005) que define calidad de vida como: “La percepción que el
individuo tiene de su posición en la vida, dentro del contexto de su cultura
y en el sistema de valores en que vive y aún en relación a sus objetivos,
expectativas, padrones y preocupaciones.” Conforme a los elementos
constantes en la figura 1.
Figura 1. Dimensiones de la calidad de vida
Este es un concepto muy amplio que incorpora de una manera complexa
la salud física de un sujeto, su estado psicológico, su nivel de
Fuente: Revista de Enfermería. Albacete. Nº 15. Abril, 2002.
11
dependencia o autonomía, sus relaciones sociales, sus creencias y su
relación con las características ambientales (OMS, 1995).17
Robert A. Cummins, en una aproximación a la complementariedad de las
perspectivas, propone una definición, según la cual, la Calidad de Vida es
un “constructo universal definido objetiva y subjetivamente, en donde las
realidades objetivas comprenderían medidas culturalmente relevantes de
bienestar objetivo, y los influjos subjetivos comprenderían una satisfacción
con diferentes dimensiones consideradas por su importancia para el
individuo”18
.
Una otra aproximación, de satisfacción o bienestar como Calidad de Vida,
se apoya en la investigación americana sobre la salud mental. Aunque
utilice indicadores objetivos, esta perspectiva destaca el bienestar
subjetivo relacionado con la experiencia de los individuos acerca de sus
vidas, siendo el resultado final enfocado en las condiciones de vida y en
sus procesos de evaluación (Noll, 2002)19
.
La revisión bibliográfica de los estudios efectuados en la Psicología hasta
la primera mitad de Siglo XX, muestra que el foco de interés de esta
disciplina estuvo centrado en tres ejes fundamentales: el estudio del
malestar; los fenómenos psicopatológicos y el déficit.
A razón de esto, Ruut Veenhoven (1991)20
afirma que a nivel individual, la
psicología se ocupó de todo aquello que se relacionaba con la infelicidad
humana, el sufrimiento psíquico y el padecimiento, relegando para un
según plano, los efectos que el bienestar y lo social tienen sobre la
actividad psicológica de los individuos. El enfoque biopsicosocial, más
conforme a una perspectiva holística de la salud, amplió el concepto de
Calidad de Vida a un importante listado de factores: Calidad del medio
ambiente, entorno residencial, valores, relaciones y apoyo social,
relaciones familiares, situación laboral, situación económica, salud física y
mental, religión, espiritualidad, ocio, cultura, etc. Esta visión
multidimensional, es especialmente relevante para la comprensión de la
salud mental, en la última etapa del ciclo de vida de los sujetos, la vejez.
17
(The Whoqol Group, 1995)
18
(Cummins, A. 1997, p.7-12)
19
(Noll, H. 2002, p.47-87)
20
(Veenhoven, R. 1991, p.1-34)
12
2. La salud mental y sus implicaciones en las personas mayores
Encontramos varias dificultades para coincidir en una definición universal
de lo que es la “Salud Mental”. Tal como la definición general de salud, no
se alcanzar solo por la ausencia de enfermedad, así el estado de salud
mental no es evidente por la inexistencia de los trastornos demenciales.
Además, el concepto es difuso, porque en muchos casos, puede
denunciar un constructo cultural con sus múltiples comprensiones propias.
Un otro aspecto que parece importante a tener en cuenta en la búsqueda
de una definición capaz, es que, así como a finales del siglo pasado se
pensaba la enfermedad mental desde una perspectiva causal concreta
muy orientada a la lesión orgánica, con el pensamiento Freudiano y el
estudio de la etiología intima de la enfermedad mental, se torna evidente
que la salud mental no reporta únicamente al funcionamiento de las
estructuras cerebrales, sino también a otras variables como, el medio, las
experiencias concretas, las interacciones con otros sujetos y la historia de
cada uno.
Todas estas variables cuentan para entender el porqué del mayor o
menor equilibrio emocional en los individuos. La dificultad ahora está en
determinar lo que es la medida considerada ideal para llegar a
experimentar ese “equilibrio emocional”.
Generalmente, se ha asociado el envejecimiento a un estado de deterioro
y pérdida de capacidades físicas y mentales. Sin embargo, la evolución
tecnológica y en especial en la rama de la ciencia médica, ha
proporcionado claramente una mayor calidad de vida en los países
industrializados que provocó un cambio en la antigua cultura, hacia una
visión positiva del envejecimiento.
No es cierto que los avances médicos y científicos hayan logrado
extender la duración máxima de la vida humana. La edad máxima
conocida de los humanos es alrededor de los 115-120 años y este top, en
miles de años, no parece haber cambiado.
Lo que sí se logró fue que más personas llegasen a edades que antes
eran inaccesibles, por lo que, en los estudios demográficos es cada vez
más evidente un envejecimiento más prolongado, luego más global.
13
Por tanto, lo que se ha incrementado no es la duración de la vida humana,
sino la expectativa de vida.
Si analizarnos los datos de 2010 y los resultados de las proyecciones de
años sucesivos, hasta 2031, se observa que la población Española en su
conjunto tiende a envejecer. Esta tendencia se produce tanto en términos
absolutos como en términos relativos; es decir, que en 2031 habrá más
personas mayores de 65 años que en la actualidad (53% más), y, a pesar
de que la población total también se tendrá incrementado (alrededor de
un 13%), el porcentaje de mayores de 65 años sobre la población total
será muy superior al actual, pasando de un 17% en 2010 a un 23% en
2031 en toda España.21
El envejecimiento es cuantificable a través de tres variables demográficas
muy bien estudiadas: una disminución de efectivos en edades jóvenes
(caída de la natalidad) un mayor número de efectivos que entran en las
edades mayores (caída de la mortalidad) y también por el aumento de las
edades máximas a que llegan las personas.
A razón, de este aumento demográfico de la población mayor, la
investigación científica viene proporcionando muchos avances en esta
área, en especial, en la comprensión de los aspectos, capacidades y
alteraciones que, antes se desconocían, relacionadas con el
envejecimiento. Sin entrar en la descripción de las muchas teorías del
envejecimiento, cerca de 300 según Medvedev (1990),22
hoy en día,
constatamos que el concepto de envejecimiento se aparta de la idea, de
un periodo de la vida marcado fatalmente por la enfermedad, siendo
considerado un etapa en que se opera la pérdida natural de algunas
funciones características del ciclo de vida: pérdida de cabello,
menopausia/andropausia, menor agilidad, algunos fallos de memoria, etc.
En lo que respecta a una definición de lo que es la Salud Mental, la
descripción de la OMS parece ser una de las más bien conseguidas, al
declarar que la salud mental “es un estado de bienestar en el cual el
individuo se da cuenta de sus propias aptitudes, puede afrontar las
presiones normales de la vida, trabajar productiva y fructíferamente y es
capaz de hacer una contribución a su comunidad”.
21
(Informe I+D+i sobre Envejecimiento, 2010. Fundación General CSIC)
22
(Medvedev, ZA. 1990, p. 375-398)
14
En el sentido positivo del concepto, la salud mental es la base para el
bienestar y funcionamiento efectivo de un individuo y una comunidad.
Esta concepción medular de salud mental es consistente a una
interpretación amplia y variada en las diferentes culturas (OMS, 2001). 23
Así siendo, el bienestar físico, mental y social en los individuos, los
factores conductuales, personales y sociales pueden revelarse factores
de riesgo o potenciadores de un envejecimiento saludable.
De lo que se acopia de la revisión bibliográfica acerca del tema, el
envejecimiento es un proceso que no puede prevenirse pero sí intervenir
en la forma como se efectúa.
En general, la psicología comprende la salud mental como un estado
positivo y no la mera ausencia de trastornos mentales, o sea, una
condición relativamente perdurable en la cual la persona se encuentra
bien adaptada, siente gusto por la vida y consigue su autorrealización; de
cómo uno se siente frente a sí mismo, frente a los demás y como
responde a las demandas de la vida.
Según Guinsberg, (1996) citando a Pichon-Rivere, desde el punto de vista
analítico, la “Salud Mental” presentase como una adaptación activa a la
realidad indisociable del aprendizaje. “En el sujeto sano, en la medida que
aprehende el objeto y lo transforma, se modifica a sí mismo, entrando en
un interjuego dialéctico, en el que, la síntesis que resuelve su situación
dilemática se transforma en el punto inicial o tesis de otra antinomia, que
deberá ser resuelta en este continuo proceso en espiral.” 24
Para el autor,
por lo tanto, la Salud Mental consiste de un proceso en el cual se efectúa
una captación de la realidad a través del afrontamiento, manejo y solución
integradora de los conflictos.
En los últimos años de la década de los años 70 un grupo de
investigadores europeos (Baltes, Thomae)25
y norteamericanos (Schaie,
1991)26
, aun sin negar totalmente que el declive pueda ser la
característica definitoria del envejecimiento biológico, se manifestaran en
desacuerdo con los presupuestos del modelo unidireccional de declive,
23
(OMS. 2001, p. 12-16)
24
(Guinsberg, E. 1996, p. 263-2659
25
(Baltes, 1987, p.611)
26
(Schaie, K.W. & Willis, S.L. 1991)
15
pasando a considerar evolutivamente, las dimensiones psicológicas del
envejecimiento humano. Esta nueva corriente teórica, se ha denominado
de perspectiva del “life-span approach” o “Ciclo Vital”.
El objetivo fundamental de esta perspectiva, es reintegrar todas las
etapas del ciclo vital, en el estudio de la Psicología evolutiva,
construyendo así un modelo multidireccional de desarrollo-envejecimiento
en lo que se verifican pérdidas y ganancias en todo el proceso (Baltes,
1987). Desde esta perspectiva, se enfatiza la influencia que podría tener
sobre el envejecimiento, no solamente los factores vinculados a la edad,
sino también otros, relacionados con el entorno social e histórico en el
que se encuentra inmerso el individuo con sus experiencias vitales no
regulares. De esta manera, el envejecimiento aparece como un proceso
complejo y multidimensional, por lo que se hace necesario tener en
cuenta aspectos como:
Diferencias intraindividuales.
En que los procesos de cambio podrán no afectar
inevitablemente a todas las dimensiones del ser humano ni de
la misma forma. Lo que significa que, en cuanto algunas
dimensiones podrán sufrir declives o deterioros asociados a la
edad, otras podrán permanecer estables o incluso mejorar.
Diferencias interindividuales
Los procesos de cambio podrán evidenciarse diferentemente
en cada persona, como consecuencia de la configuración
concreta de las influencias antes mencionadas, así como de
la propia tentativa del individuo en adaptarse a los cambios.
Co-ocurrencia de pérdidas y ganancias
En consecuencia de los aspectos anteriormente señalados, el
envejecimiento como proceso evolutivo, manifiesta tanto
pérdidas como ganancias, no pudiendo ser reducido
exclusivamente a uno de los dos extremos.
Constatamos que este modelo descripto, aun sin negar la presencia de
pérdidas relacionadas al envejecimiento, resulta mucho más optimista que
el modelo de declive. Por una parte, se reconoce la presencia de ciertas
16
ganancias en algunas dimensiones incluso en los últimos años de su ciclo
vital, por otra, el sujeto se concibe como un organismo activo con
capacidad de adaptación y, en cierta medida, revelarse capaz de poder
compensar las pérdidas que experimenta, de manera a estar afectado lo
menos posible, en las actividades cotidianas (Kiegl, 1989)27
.
En la última década, tienen aparecido algunos estudios que han
enfatizado la tesis de los condicionantes que permiten envejecer de una
manera óptima, lo que se llegó a llamar de “successfil aging”;
“envejecimiento con éxito”. Baltes28
discurre que, dentro de este proceso
general de adaptación al cambio, los individuos que experimentan ese
“envejecimiento con éxito” utilizarían por lo menos tres estrategias a fin de
minimizar la amenaza de pérdidas que comporta el proceso. (Schultz,
1996)29
.
Selección
Esta estrategia consiste en centrarse en las habilidades o
dominios más relevantes o que aporten mayor satisfacción,
para continuar funcionando de una forma optimizada en ellos,
mismo que sacrifique algunas de las actividades o dominios
diferentes en los que se implica.
Optimización
Una forma de actuación en los dominios y trayectorias vitales
escogidas, gracias a la capacidad de aprendizaje (plasticidad)
que no se pierde con el envejecimiento.
Compensación
Una maniobra de recompensa de las habilidades
posiblemente perdidas, potenciando otras capacidades no
afectadas por el declive.
Descritos, de forma sintética los modelos y, partiendo de una distinción de
criterios, apenas para efectos académicos con el intuito de mejor
comprender el fenómeno de envejecimiento, en el ámbito biológico,
psicológico y sociológico, podríamos preguntarnos: qué tipo de cambios
27
( Kiegl, R. 1989, p. 247-256)
28
(Baltes, P. 1993, p. 580-594)
29
(Schultz y Heckhausen, 1996, p. 792-714)
17
podemos considerar definitorios del envejecimiento y hasta qué punto
esta percepción se ajusta a un modelo de pérdida unilateral o a una co-
ocurrencia de pérdidas y ganancias. El envejecimiento biológico tiene que
ver con los cambios resultantes del desgaste del organismo por el paso
del tiempo, y ocurre luego desde el periodo de crecimiento en la infancia y
pubertad, pasando por la adolescencia, para posteriormente dar lugar a
una etapa de estancamiento y progresiva disminución de las diferentes
capacidades corporales a medida que avanza la edad adulta. Esta
evidencia se manifiesta en cambios tales como el modo de andar, la
elasticidad de la piel, la acuidad visual y auditiva, modificaciones en las
facciones del rostro, la voz o el pelo. La edad física o biológica es para
Fernández-Ballesteros30
(2000), uno de los más evidentes indicadores de
la vejez. La sociedad tiene una imagen del aspecto físico de las personas
mayores, considerándolas como ancianas todas aquellas de su entorno
que se aproximen a dicho perfil.
En cuanto a la vejez psicológica, Fernández-Ballesteros (2000) confirma
que “es el resultado de un equilibrio entre estabilidad y cambio y, también,
entre crecimiento y declive”. Así, habría funciones que a medida que
aumenta la edad son potenciadas, tal como ocurre con la inteligencia
cristalizada, aquella que se refiere al conocimiento.
Kalish (1991)31
considera que el envejecimiento depende, en gran
medida, de los modelos del ciclo vital dominantes socialmente, los cuales
obedecen, a su vez, a la organización familiar, la estructura económica,
demográfica y política y a los sistemas de creencias compartidas.
3. Factores determinantes de la salud
Si percibimos la salud como un equilibrio homeostático del organismo
humano, podemos descubrir unos factores determinantes que son los que
mantienen o comprometen ese equilibrio. La alteración de alguno de ellos
puede provocar la aparición de la enfermedad, rompiendo ese equilibrio y
disminuyendo así la calidad de vida.
30
(Fernández-Ballesteros, R. 2000, p. 40)
31
(Kalish, R. 1991)
18
La OMS definió una serie de factores que implican riesgo para la salud,
de los que se extraen tres factores fundamentales que son la causa de
morbi-mortalidad en la sociedad occidental y que afectan de forma
sistemática a las personas mayores:
a) Alimentación inadecuada,
b) Exposición a situaciones de toxicidad
c) Estilos de vida no saludables
Alimentación inadecuada
Los problemas pueden llegar tanto por déficit como por exceso de los
nutrientes que ingiere el organismo: grasas, proteínas, hidratos de
carbono, minerales, etc.
Exposición a situaciones de toxicidad
Cuando se consumen productos perjudiciales voluntariamente, a nivel
individual, como es el caso del abuso de alcohol, nicotina u otras
sustancias toxicas; y la exposición involuntaria a los efectos de elementos
perjudiciales producidos por el propio desarrollo social, como la polución,
energías contaminantes, etc.
Estilos de vida no saludables
Van desde el estrés mantenido, al sedentarismo, pasando por el aumento
de trastornos emocionales, depresión, trastornos de ansiedad, entre otros.
Además, es también importante subrayar el “Equilibrio Emocional” como
uno de los factores importantes para que el organismo alcance un nivel de
bienestar equilibrado. Las situaciones de estrés prolongado o de
depresión mayor producen efectos inmunosupresores, así como
alteraciones en diversos órganos del cuerpo. Del mismo modo, el hecho
de enfermar, dependiendo de la gravedad, implica desde luego,
alteraciones emocionales e incluso aislamiento o limitaciones sociales.
La vejez es una etapa de la vida en la que los acontecimientos, pérdida
de seres queridos, funciones motoras, intelectuales, autonomía y otras,
van influir sobremanera, en la percepción de bienestar y siempre se le
debe tener en cuenta, en el momento de intervenir sobre la salud.
19
Es evidente que cuando estos factores aparecen suelen generar
sentimientos de soledad, inseguridad e inutilidad, disminuyendo así el
bienestar de los individuos y afectando a sus motivaciones vitales, entre
ellas, el mantenimiento de su salud o la motivación para producir cambios
en los propios hábitos, a fin de mejorarla.
Aunque en un proceso fisiológico normal de envejecimiento la capacidad
de relación con el medio se mantenga, adaptándose a los parámetros de
edad, en un proceso patológico, por el contrario, esta capacidad se altera
a causa de la enfermedad. En este sentido, el grupo de personas
mayores presenta la tasa más elevada de padecimiento de enfermedades
crónicas.
En la mayor parte de los estudios sobre prevalencia de enfermedades en
la vejez, en el grupo de personas mayores de 65 años, alrededor de un
80%, tiene al menos, una enfermedad crónica y es frecuente la existencia
conjunta de dos o más enfermedades (comorbilidad). Las patologías
crónicas tienen importantes implicaciones, estando directamente
relacionadas no sólo a la mortalidad, sino también a la incapacidad y
deterioro de la Calidad de Vida.
El concepto de calidad de vida es complejo siendo un constructo de
definición operacional claramente difícil. Con todo, es posible establecer
un de sus rasgos esenciales: la multidimensionalidad.
La calidad de vida, tal como es la vida en sí misma, cuenta con múltiples
constituyentes. En este trabajo monográfico, consideramos que la calidad
de vida en la vejez, es un concepto multidimensional, condicionado al
contexto social e/o a ciertas circunstancias propias del individuo.
Esta cosmovisión está apoyada en los inúmeros estudios efectuados a
respecto que revelan múltiples indicadores de calidad de vida valuados en
sujetos mayores de 65 años que cuentan con distintas condiciones: viven
en su propio domicilio o en instituciones (públicas y privadas), presentan
distintas edades, pertenecen a distinto género y están adscritos a varias
posiciones sociales. La conclusión final es que durante la vejez la posición
social, la edad y el género son circunstancias más importantes que el vivir
20
en el propio domicilio o en una residencia, para la mayor parte de las
dimensiones de calidad de vida.32
La OMS (1994) define la “calidad de vida” como la percepción del
individuo sobre su enfoque en la vida dentro del contexto cultural y el
sistema de valores en que vive y con respecto a sus metas, expectativas,
normas y preocupaciones. Se ve en esta definición, su carácter
multidimensional y complejo incluyendo aspectos personales como la
salud, autonomía, independencia, satisfacción con la vida y aspectos
ambientales como las redes de apoyo y servicios sociales, entre otros.
Siendo que los principales acontecimientos de la vejez que influyen
negativamente en la percepción de bienestar, son la pérdida de los seres
queridos, el deterioro cognitivo y motor y la pérdida de autonomía.
3.1. Factores biológicos
El envejecimiento es un fenómeno multifactorial, que afecta todos los
niveles de organización biológica, desde las moléculas a los sistemas
fisiológicos. Este proceso afecta a casi todos los seres vivos. Solamente
en algunas especies, como los protozoarios unicelulares, no parece existir
un proceso de envejecimiento en el sentido de una senescencia
replicativa como en otros seres. En los seres humanos, este proceso no
fácilmente explicable, pues no se identifica simplemente con el pasar del
tiempo.
Así, es necesario distinguir entre edad cronológica y edad biológica. Los
estudios que se han realizado muestran que el momento en que la célula
ingresa al estado de senescencia no depende de un tiempo cronológico o
metabólico sino del número de divisiones celulares que han tenido lugar.
El envejecimiento es un proceso de grande variabilidad individual en esta
sucesión de cambios y parece haber un límite. Hayflick demostró en
laboratorio que una cultura de células humanas solo se puede dividir entre
40 y 60 veces, pasando a una fase de senescencia. En el proceso de
división celular, cada mitosis encurta ligeramente cada uno de los
telómeros en el DNA de las células. El encortamiento de los telómeros en
32
(Guzón, P. 2011, p. 2-3)
21
humanos eventualmente torna imposible la división celular, y este
envejecimiento de la populación celular parece correlacionarse con el
envejecimiento físico general del cuerpo humano (Hayflick, 1987).33
Con
una serie de experimentos llevados a cabo en células humanas, Fagagna
(2006) confirmó que cuando los telómeros son demasiado cortos, o se
encuentran dañados, se activa un sistema de emergencia específico
correspondiente a la ruptura irreversible del ADN, el ciclo se detiene y la
célula entra en la fase de envejecimiento.34
3.2. Factores ligados a la atención sanitaria
Las políticas de atención sanitaria han proporcionado una drástica
reducción de la mortalidad general e infantil y un aumento de la
esperanza de vida principalmente en los países industrializados, a lo largo
del siglo XX. Desde la primera Conferencia Internacional sobre Atención
Primaria de Salud en 1978, se dio prioridad a la llamada Declaración de
Alma Ata. Esta declaración supuso el punto de partida de las
orientaciones y estrategias a nivel mundial y en especial, en la región
Europea, fijando que la Atención Primaria se dirige hacia los principales
problemas sanitarios promoviendo la promoción de la salud, la prevención
de la enfermedad y la recuperación desde una acción multisectorial. De
acuerdo con este modelo, en la etapa inicial de esa transición la mayor
supervivencia de las personas mayores se asocia a enfermedades más
graves, especialmente enfermedades crónicas, que originan un aumento
de la prevalencia de la discapacidad. En una segunda etapa se produce
una compresión de la morbilidad (hipótesis introducida por Fries en 1980),
atribuible a una mejora de las condiciones de vida y de la atención
sanitaria.
Otros estudios apuntan que uno de los más nobles objetivos sanitarios en
nuestras sociedades es el mantenimiento de la autonomía de los
ciudadanos por tan largo tiempo cuanto lo posible, a través de programas
preventivos que sean capaces de controlar la morbilidad con prevalencia
en las enfermedades crónicas en estas edades, especialmente en
aquellas patologías frecuentemente asociadas a dependencia física.
33
(Hayflick, L. 1987, p. 15-30)
34
(Fagagna. F., et al. 2006, p. 1551-1558)
22
Como sustenta Puga (2005),35
la atención sanitaria prestada a los
ancianos, debe continuar a ser un sistema de protección de reconocida
eficacia a la dependencia, a fin de retrasar el mayor tiempo posible, esas
dependencias, o conseguir que sean mínimas.
3.3. Factores ligados al medio ambiente
Desde hace mucho que no sólo los aspectos biológicos y físicos, sino los
económicos, sociales y políticos fueran relacionados a la salud, sino que,
también el ambiente empezó a tenerse en cuenta, el elemento medio
ambiente, va a revelar otra faceta de la misma interacción, con una
estructura multidisciplinar donde se articulan salud, desarrollo económico,
desarrollo social y diversidad cultural. Lawton (1980), parte del principio
de que cada persona intenta lograr en cada etapa de su vida "el equilibrio
entre sus propias competencias y las presiones del medio ambiente".36
Por esta razón, es fundamental comprender que en la vejez, las
estrategias que se orienten a mejorar el medio ambiente de los individuos,
que contribuya a aceptar el proceso natural de envejecimiento y a
modificar actitudes que genere actividades con vista a mejorar la calidad
de vida y a recrearse, resultan eficaces para elevar el nivel de bienestar y
la adaptación vital. Como afirmó Capra (1992), el concepto de salud está
actualmente orientado a una visión holística del mundo, de ecología
profunda, basada en “una nueva comprensión científica de la vida en
todos los niveles de los sistemas vivientes”37
. Esta visión sistémica de la
vida adquiere especial importancia debido a que se considera que la
salud es el resultado de la interacción y adaptación entre los individuos y
el medio ambiente físico y social. En consecuencia de esta realidad,
recientemente, se añadió a la definición de salud, el concepto de calidad
de vida, abarcando todo este conjunto de factores
3.4. Factores ligados al estilo de vida
Hace años que se conocen los efectos inequívocos de factores
ambiéntales sobre los procesos de envejecimiento y sus enfermedades
asociadas, especialmente los relacionados con la alimentación y la
35
(Puga M. D. 2005, p. 227-230)
36
(Lawton, M.P. 1980)
37
(Capra, F. 1992, p. 25)
23
actividad física. Están recogidos en diversos informes de la OMS (WHO,
2004) y reflejan la culminación del enfoque ecológico de la salud iniciado
por Lalonde en 1974 y promovido por la OMS a partir de 1986 con el
programa Salud para todos en año 2000.
Este conocimiento no solo permitió establecer recomendaciones
nutricionales y de estilos de vida, sino también realizar programas de
intervención para reducir la mortalidad cardiovascular (OMS, 1986), con
buenos resultados en la prevención de la muerte prematura por
enfermedad cardiovascular y también en algunos tipos de cáncer (WHO,
1991); como (Puska, 199738
; Sulander, 200339
) permitieron, no solo añadir
años a la vida, sino añadir vida a los años. Además aumentan los
programas establecidos por las instituciones sanitarias que incluyen
medidas pro-activas para que los ancianos puedan promover su propia
calidad de vida (Kahana et al., 2003)40
.
La convicción de que el proceso de envejecimiento y muchas de las
enfermedades degenerativas y tumorales que le acompañan pueden
controlarse mediante “estilos de vida adecuados”, surge de tres fuentes
principales:
a) La experimentación animal,
b) La comparación de los procesos de envejecimiento,
c) De las incidencias de enfermedad degenerativa y tumoral asociadas a
la vejez en poblaciones que desarrollan sus ciclos vitales en diferentes
condiciones ecológicas (Bernis, 2003)41
.
En suma, hoy en día resulta que para conocer el estado de salud de las
personas, no nos fijamos solo en estudiar los determinantes relacionados
con su biología. Sino percibir el medio ambiente en que cada uno se
insiere, como también percibir el sistema de salud que le atiende y los
estilos de vida que caracterizan su comunidad y, por consiguiente, su
cultura (Dever, 1976)42
. Inclusive, la familia, las creencias religiosas, la
etnia y los pares, influyen en la formación de las creencias sobre la salud
38
(Puska, P. 1997, p. 206-211)
39
(Sulander, T., et al. 2003, p. 394-404)
40
(Kahana, E., et al. 2003, p. 255-183)
41
(Bernis, C. 2003, p. 257-539)
42
(Dever, A. 1976, p. 455-462)
24
y determinan la construcción de estilos de vida que influyen en la salud,
puesto que generan sus propias señas de identidad diferenciadoras de su
grupo social y de la cultura de la salud.
Según Anspaugh y col. (1994) 43
, los factores que determinan la salud
dependen alrededor de un total de 84% del propio individuo. La herencia
biológica influye la salud en 16%; el sistema sanitario en 10%; el medio
ambiente afecta la salud en 19%; y el estilo de vida en 53% conforme a la
figura 2.
Figura 2. Grafico de los cuatro factores que influyen en la salud
4. Trastornos mentales en los adultos mayores en su etapa de
envejecimiento
En la población mayor, las alteraciones mentales más frecuentes
relacionando el funcionamiento afectivo-emocional con el envejecimiento
son frecuentemente la depresión y la ansiedad y suelen manifestarse por
medio de trastornos somáticos tales como taquicardias, tensión muscular,
cefaleas, sudoración, sensación de ahogo, fatiga, trastornos del sueño,
digestivos, etc.
43
(Anspaugh, J.; Hamrick, H. & Rosato, D. 1994, p.2-15; 28-48)
Estilos de
vida
43%
Biologia
humana
27%
Ambiente
19%
Sistema
Sanitario
11%
Fuente: Anspaugh, J.; Hamrick, H. & Rosato, D. 1994
25
Para tenernos una mejor idea del cuadro sintomático del envejecimiento
patológico, vale la pena subrayar los cuatro trastornos más frecuentes
que afectan la población anciana autónoma y no institucionalizada:
a) Insomnio
b) Demencia (pérdida de memoria)
c) Ansiedad
d) Depresión
4.1. El Insomnio
La alternancia sueño-vigilia se produce de forma espontanea y cíclica a lo
largo de las 24 horas, siguiendo ritmos circadianos que permiten
mantener el equilibrio físico y psíquico del individuo. Es un ritmo
endógeno inducido por factores sociales, laborales, psicológicos y
culturales, y es imprescindible para la recuperación física y sobre todo
psíquica del individuo. El insomnio es un padecimiento que afecta en
algún momento la población en general y con alguna severidad las
personas mayores de edad. Es importante tener presente que el anciano
necesita menos horas de sueño, aunque no todos los autores están de
acuerdo, o puede despertarse por ejemplo, a causa de la nicturia. Muchos
pacientes invierten el ciclo nictameral y presentan insomnio por la noche
y, consecuentemente, aunque no siempre, somnolencia diurna.
Borkovec44
descubrió que el problema principal de las personas que
padece insomnio no es la excitación somática sino los pensamientos
intrusivos. Se trata de aprensivos crónicos que no pueden dejar de estar
preocupados, por más cansados que se encuentren. Lo único que parece
ser de ayuda para conciliar el sueño es el hecho de alejar su mente de las
preocupaciones, focalizándola, en su lugar, en sensaciones producidas
por el ejercicio de algún tipo de relajación. O sea, según el autor, se
puede interrumpir el círculo vicioso de la preocupación cambiando el foco
de la atención. Según el DSM IV-TR, el insomnio o hipersomnia con
frecuencia, puede ser uno de los criterios de diagnostico de episodio
depresivo mayor.
44
(Borkovec, T. 1994, p. 221)
26
4.2. La Demencia
Por otra parte, el síndrome de pérdida de memoria en el anciano se debe
en la mayoría de los casos a un síndrome de demencia, y especialmente
a una enfermedad neurodegenerativa, la Enfermedad de Alzheimer (EA).
La demencia es un síndrome psiquiátrico orgánico caracterizado por un
deterioro adquirido y persistente del funcionamiento intelectual con una
afectación de al menos tres de las siguientes áreas de actividad
intelectual: lenguaje, memoria, habilidades viso-espaciales, personalidad
o afectividad, y cognición, que incluye abstracción, cálculo, juicio, y
funciones ejecutivas. La prevalencia de síndrome demencial por encima
de los 65 años de edad se cifra en el 5%, con un aumento gradual
conforme la edad en creciendo que puede superar los 20% entre los
mayores de 85 años. Hay más de 60 enfermedades asociadas al
síndrome demencial, siendo las más frecuentes, por este orden, el
Alzheimer (EA) y la demencia vascular (DV). (tabla 1)
Tabla 1. Prevalencia de los trastornos psiquiátricos en el anciano.
Demencia 5,8%
Delirium 25% de los ancianos
hospitalizados
Depresión
Mayor
1-3%
Distimia 2%
Síntomas
depresivos
5-20%
Trastornos por
ansiedad
5%
Esquizofrenia 1%
Insomnio 10%
Alcoholismo 2-5%
Fuente: M. Martín, C.P. P. Menni
27
Para determinar la causa de la demencia, es necesaria una evaluación
clínica: examen somático y psiquiátrico, una entrevista con un familiar
cercano, bioquímica sanguínea, radiografía torácica, TAC o RMC, y
análisis del LCR en determinados casos. Dado que el EA tiene
típicamente un inicio insidioso, es de gran utilidad investigar y registrar la
forma de comienzo de los síntomas.
4.3. La Ansiedad
El término ansiedad, proviene del latían "anxietas", angustia o aflicción,
esa sensación de opresión precordial y epigástrica con un malestar que la
caracteriza. La angustia es una manifestación emocional caracterizada
por un temor a lo desconocido o a lo que amenaza. Este tipo de temor se
contrapone al miedo, que es un temor a algo concreto y definido, objeto o
situación.
En la angustia de la ansiedad el miedo es confuso y no identificable. La
ansiedad consiste así en un estado de malestar psicofísico caracterizado
por una sensación de inquietud, intranquilidad, inseguridad o desosiego
ante lo que se vivencia como una amenaza inminente pero de causa
indefinida. Hay dos tipos de ansiedad: la normal y la patológica. La
diferencia básica entre la ansiedad normal y la patológica, es que ésta
última se basa en una valoración irreal o destorcida de la amenaza.
Cuando la ansiedad es muy severa y aguda puede llegar a paralizar el
individuo, tomando proporciones de pánico.
En la literatura especializada podemos encontrar tantas definiciones del
concepto de “ansiedad” como autores:
Lazarus (1976) afirma que la ansiedad es un fenómeno que se da en
todas las personas y que, bajo condiciones normales, mejora el
rendimiento y la adaptación al medio social, laboral, o académico. Tiene la
importante función de movilizarnos frente a situaciones amenazantes o
preocupantes, de forma que hagamos lo necesario para evitar el riesgo,
neutralizarlo, asumirlo o afrontarlo adecuadamente.
Beck (1985) refiere que la ansiedad es la percepción del individuo a nivel
incorrecto, estando basada en falsas premisas. Kiriacou y Sutcliffe (1987)
identifícala como una respuesta del organismo con efectos negativos,
28
referido a la cólera, angustia y episodios depresivos, acompañados de
cambios fisiológicos potencialmente patógenos, descargas hormonales y
incremento de la tasa cardiaca.
Lang (2002) defínela como una respuesta emocional que da el sujeto ante
situaciones que percibe o interpreta como amenazas o peligros. Así, de
todo esto, podemos concluir que la ansiedad es un estado emocional
caracterizado por malestar, aprensión y preocupación excesiva
desencadenada por acontecimientos que el sujeto interpreta como
amenazantes o peligrosos, aunque en realidad no se puedan valorar
como tal. Esta manera de reaccionar de forma no adaptativa, hace que la
ansiedad sea nociva para la salud porque es excesiva y frecuente. La
ansiedad es probablemente la emoción universal más común y se
presenta a lo largo de toda la vida de los individuos (Tobal, 1990)45
.
Es por esta razón que la ansiedad, cuando patológica, es considerada
como un trastorno mental prevalente en la actualidad, ya que engloba una
serie de cuadros clínicos que comparten, como rasgo común
características que se manifiestan en múltiples disfunciones y desajustes
a nivel cognitivo, conductual, psicofisiológico. Estos factores son
experimentados en diferentes ambientes: en la familia, lo social o en el
ambiente laboral. Datos de la OMS, del año 2001, situaban en
aproximadamente 450 millones el número de personas afectadas en todo
el mundo, por este tipo de trastorno mental.
4.4. La Depresión
La depresión es una enfermedad mental común que se presenta con
síntomas de bajo ánimo, pérdida de interés o placer, energía disminuida,
sentimientos de culpa o baja autoestima, alteraciones del sueño o apetito,
y falta de concentración. A menudo, la depresión se presenta con
síntomas de ansiedad. Estos trastornos pueden volverse crónicos o
recurrentes y llevar a importantes fallas en las habilidades de un individuo
para llevar a cabo sus tareas diarias. En casos severos, puede llevar al
suicidio. Se pierden casi un millón de vidas al ano por suicidio, lo cual se
traduce como 3000 suicidios por día y según las estadísticas de OMS por
45
(Tobal, M. 1990, p. 270-274)
29
cada suicida, hay 20 o más que intentan poner termo a su vida (OMS,
2012) 46
.
Una de cada diez personas presentan depresión mayor y casi uno de
cada cinco ha tenido el trastorno durante su vida (prevalencia a un ano
10% y prevalencia a lo largo de la vida 17%) (Kessler et al 1994)47
. Para
el 2020 la depresión será la segunda causa de incapacidad a nivel
mundial (OMS, 2001) y para 2030 se cree que será la mayor responsable
de la tasa de enfermedad (OMS, 2008). La depresión en las etapas
posteriores de la vida afecta a cerca de 6 millones de adultos, pero
solamente el 10 % recibe tratamiento.
La depresión no es parte normal del envejecimiento, pero el 58 % de los
adultos en edad avanzada creen que sí lo es. Aun cuando la depresión
provoca la incapacidad para hombres y mujeres, la tasa de la depresión
es un 50% mayor en las mujeres (OMS 2008). De hecho, la depresión es
la principal causa de enfermedad para las mujeres tanto en países de alto
nivel de ingresos como en los de nivel medio o bajo. (OMS, 2008). Solo
en EEUU, los síntomas de depresión ocurren en aproximadamente el 15
% de los residentes de la comunidad que tienen más de 65 años. Las
tasas de depresión en las residencias de ancianos son hasta del 25 % en
algunas áreas. La tasa de suicidio en adultos de edad avanzada es un 50
% más alta que la del país entero. Hasta dos tercios de éstos se atribuyen
a la depresión no tratada o mal diagnosticada.
Con la crisis económica y la consecuente pérdida de empleos con la
degradación del rendimiento de las familias, va en aumento los últimos
números conocidos de esta enfermedad mental.
La depresión tiene costos socioeconómicos muy elevados. Los estudios
europeos han mostrado que la jubilación precoz explicaba 47% del costo
de la depresión, la licencia por enfermedad un 32% adicional, comparado
con solo un 3% de costo con los fármacos para el tratamiento de la
enfermedad (Sobocki et al, 2007).48
Se ha calculado que para el año
2030, una de cada tres personas en los países industrializados será
mayor de 60 años.
46
(OMS, World suicide prevention day 2012)
47
(Kessler, R., et al,1994, p. 8-19)
48
(Sobocki, P., et al. 2007, p. 146-152)
30
La mayor parte de los estudios consideran que hay dos fases en la
aparición de la depresión en los mayores: una en torno a los 70 años,
caracterizada por la estabilidad; y otra fase posterior en la que aumentan
las tendencias depresivas, que puede deberse a la expectativa de una
muerte inminente (Ruthhermund, 2003)49
. Por otro lado, Paul (2009)50
considera que la edad no es un predictor de la depresión, pero la soledad,
el aislamiento, los problemas de salud, las limitaciones provocadas por la
enfermedad, sí son factores de riesgo asociado a una positiva percepción
subjetiva de mala calidad de vida. Las dificultades económicas, una visión
negativa de la propia salud y el pesimismo, incluso el padecer problemas
cardíacos guardan una estrecha relación con la manifestación de esta
psicopatología en los mayores. El hecho de que el envejecimiento esté
asociado a un deterioro cognitivo y a la depresión debe tenerse en cuenta
para la prevención y el tratamiento de la depresión. Pues como vimos,
sabemos que la depresión puede llevar a tendencias suicidas; entre el 60
y el 90% de los mayores que intentan suicidarse presentan síntomas
depresivos. El adecuado funcionamiento del sistema afectivo-emocional y
motivacional es esencial para llegar a conseguir un envejecimiento
óptimo.
5. Factores significativos de la salud mental, asociados al
fenómeno del envejecimiento
En el proceso de envejecer, convergen varias circunstancias tales como
la disminución de las facultades físicas, mayor facilidad para enfermar,
padecimiento de enfermedades crónicas, disminución de los recursos
económicos, aislamiento, pérdida de seres queridos, etc., que pueden
potenciar la aparición de procesos psicopatológicos.
Este conjunto de situaciones, lleva a que el anciano se torne una persona
especialmente vulnerable, en que la edad contribuye para un importante
“factor de riesgo”, siendo el organismo anciano impelido a desarrolla un
considerable esfuerzo adaptativo51
.
El envejecimiento es un proceso fisiológico universal, que acontece en
todos los seres vivos, es inevitable e está influenciado por causas
49
((Ruthhermund, K. 2003, p. 80-90)
50
(Paul, C. 2009, p. 192-194.)
51
(Fisher y Noll, 1996)
31
externas, no obstante un innegable determinismo genético aún no
totalmente explicado. A medida que los años van pasando, se produce
una serie de cambios que irán influir en la capacidad funcional,
psicológica y social del anciano. Entre los factores que aparecen y
participan en el proceso de envejecimiento fisiológico, se destacan tres
grandes dimensiones: Biológicos: Funcionales y Psicosociales, que están
listados en la tabla 2.
Tabla 2. Factores asociados al proceso de envejecimiento.
Biológicos
– Aumento de la Vulnerabilidad a enfermar frente a
cualquier estímulo interno o externo que obligue a
poner en marcha las reservas orgánicas.
– Su reserva fisiológica es menor.
– Sus mecanismos de defensa son más limitados con
disminución de la capacidad de adaptación.
– Dificultad para delimitar los procesos relativos al
propio envejecimiento y los relacionados con procesos
patológicos.
– Padecen una mayor incidencia de enfermedades que
cursan a la vez y que evolucionan a la cronicidad.
– La manifestación de la enfermedad en muchos casos
es de forma atípica y solapada.
– La terapéutica es más compleja. Mayor requerimiento
de rehabilitación y readaptación. Variación en la
cinética de los fármacos. Patología múltiple.
Funcionales
– Variaciones motoras
– Modificaciones intelectuales y cognitivas
– Alteraciones Sensoriales
– Adaptación comportamental
Psicosociales
– Reajuste afectivo - emocional
– Jubilación - inactividad laboral
– Cambio del rol social - familiar
– Disminución de la participación
Fuente: Rev. Mult Gerontol 2002;12(1):19-25
32
Si bien que algunos estudios pongan en manifiesto que la vejez, en sí
misma, no constituye un factor de riesgo para la enfermedad mental, una
serie de factores asociados a la misma, si pueden ser los responsables de
un mayor riesgo de la población anciana venir a padecer de un trastorno
depresivo.52
“La salud mental de cada individuo es determinada por estos factores. Por
ejemplo, las presiones socioeconómicas persistentes constituyen un
riesgo bien conocido para la salud mental de las personas y las
comunidades. Las pruebas más evidentes están relacionadas con los
indicadores de la pobreza, y en particular con el bajo nivel educativo.
La mala salud mental se asocia así a los cambios sociales rápidos, a las
condiciones de trabajo estresantes, a la discriminación de género, a la
exclusión social, a los modos de vida poco saludables, a los riesgos de
violencia y mala salud física y las violaciones de los derechos humanos.
También hay factores de la personalidad y psicológicos específicos que
hacen que una persona sea más vulnerable a los trastornos mentales. Por
último, los trastornos mentales también tienen causas de carácter
biológico, dependientes, por ejemplo, de factores genéticos o de
desequilibrios bioquímicos cerebrales.” 53
También el crecimiento de la población anciana ha puesto de relieve los
problemas de salud relacionados con el envejecimiento, y entre ellos, los
trastornos psiquiátricos. La razón fundamental para ello se basa en la
elevada prevalencia de trastornos psiquiátricos entre los ancianos, con
cifras que oscilan entre el 15-20%, según los estudios y en las especiales
características que ofrece la enfermedad psíquica en el anciano.
Entre ellas, se pueden destacar algunas manifestaciones psicopatológicas
encubiertas con un envejecimiento normal, la comorbilidad con trastornos
somáticos y el valor de los factores psicosociales. Si es verdad que el
envejecimiento es un proceso fisiológico propio y común a los seres vivos
que durante mucho tiempo fue considerado como un proceso evolutivo
inalterable, en la actualidad hay evidencias de que este proceso resulta
52
(Robert, E., et al. 1997, p. 1384-90)
53
(OMS, 2010)
33
de la interacción de múltiplos factores endógenos y exógenos que
caracterizan la respuesta biológica adaptativa determinando así el papel
del envejecimiento como un fenómeno individual.
La variabilidad de esos factores endógenos y exógenos, en interacción
con la componente genética de cada individuo, pueden condicionar los
diferentes procesos de envejecimiento. No obstante, además de la
componente estrictamente biológica se debe considerar el proceso de
envejecimiento como un equilibrio dinámico entre los factores físicos,
psíquicos e sociales. El envejecimiento bien sucedido presupone una
capacidad de respuesta adaptativa a los desafíos relacionados con el
avanzo de la edad.
A partir de una revisión teórica, se ha observado que el envejecimiento
saludable es un proceso multidimensional que envuelve los aspectos
físicos, sociales, cognitivos y emocionales (Baltes & Baltes, 1990; Aldwin,
1994; Baltes & Smith, 1995; Neri, 1997; Rowe & Kahn, 1998; Levenson,
Mauad, 1999; Aldwin & Cupertino, 2001)54
.
Hoy en día se estudia mucho el “envejecimiento con éxito” y a veces
parece ser que este tipo de ciclo vital es lo único posible. Sin embargo,
siendo el proceso de envejecimiento condicionado a muchos factores
distintivos, por tratarse de un proceso individual, existen variables que
entran en unos casos y en otros no. Con todo, Rowe y Kahn55
afirman que
para un individuo “envejecer con éxito” se deben identificar por lo menos
tres criterios:
a) Baja probabilidad de enfermar y de sufrir discapacidad por enfermedad;
b) Elevada capacidad física y cognitiva;
c) Un compromiso con la vida, manifestado en las relaciones
interpersonales y en una actividad productiva.
Estos autores, asumen que las personas que evitan comportamientos de
riesgo y adoptan comportamientos saludables pueden envejecer con
éxito. El modelo de Rowe y Kahn tiene la ventaja de ser operativo, pero
han sido criticados por aplicaren criterios externos, enfatizando
54
(Cupertino, A., et al. 2007, p. 81-86)
55
(Rowe & Kahn. 1997, p. 433-440)
34
comportamientos individuales y excluir a la mayoría de las personas
mayores que no cumplan estos criterios tan estrictos, pasados a un
margen de calificados como sujetos no-éxito en el proceso de
envejecimiento. A pesar de estos argumentos se mostraren validos
cuanto a la segregación social de los ancianos considerados “no-éxito”,
hay diversos factores comunes que si contribuyen para una mayor o
menor longevidad y calidad de vida en el proceso de envejecimiento.
5.1. Los factores conductuales
El declive de la funcionalidad motora asociado a la edad en general
acompaña el ciclo de vida del anciano y asienta en distintos factores
intrínsecos y extrínsecos. Estos cambios pueden estar genéticamente
determinados y pueden ser en simultaneo el resultado de alteraciones
metabólicas y/o esqueléticas tan comunes en las personas mayores.
Del mismo modo, la alteración del movimiento, puede tener también la
dificultad acrecida de los factores conductuales asociados al proceso de
envejecimiento. El declive en el ejercicio y en la actividad física y un estilo
de vida más sedentario son muchas veces la causa para la movilidad
reducida del anciano. Muchos, al hacerse mayores, caminan y se mueven
más lentamente, y cuando no está asociado a otros trastornos o
enfermedades, como la enfermedad de Parkinson (EP), se considera un
cuadro del síndrome de fragilidad física del envejecimiento.
Así, los factores conductuales pueden constituirse en factores de riesgo o
protección de la salud. La interrelación existente entre salud y conducta
en el anciano se ha tornado un objeto de estudio preferencial, así como la
comprensión del papel que juegan los factores psicosociales como
mediadores en esta relación, subrayando los aspectos de influencia de la
salud sobre el estado emocional del anciano, de cómo determinadas
enfermedades afectan la capacidad funcional de las personas mayores y
la pérdida de recursos cognitivos que puedan regular una enfermedad o
adoptar decisiones sobre la salud.
Como afirman Izal y Montorio (1999), “en la vejez una buena salud es
sinónimo de autonomía e implica la posibilidad de mantener una vida
35
independiente sobre la que se ejerza control”.56
Por eso existen factores
conductuales propios del individuo, creencias sobre su competencia,
preocupación en mantener las actividades de la vida diaria, ejecución de
conductas, y otros que, en este caso, están relacionados con el “apoyo-
eficacia” resultante de la interacción entre las acciones correspondientes
al apoyo social formal o informal que recibe el individuo y su nivel de auto-
eficacia.57
Pero hay dos factores conductuales fundamentales que intervienen en la
dependencia funcional de las personas mayores. Uno de ellos está
relacionado con el medio en que viven los mayores, en el cual la familia
les dispensa apoyo.
Al apoyarse en una imagen negativa y estereotipada de la vejez, estos
familiares, muchas veces, llevan a cabo conductas de sobreprotección
hacia el anciano prestando más ayuda que la necesaria, ya que, al no
existir oportunidades ambientales, por espacios exiguos y/o barreras
arquitectónicas, para que el individuo desarrolle sus capacidades o
recursos. Una inconveniente utilización de estos espacios habitacionales,
conlleva a corto o a medio plazo, a la pérdida de las habilidades que
permiten la competencia del anciano.
El segundo de estos factores tiene en cuenta las complejas relaciones
existentes entre el control percibido y la auto-eficacia del individuo, con
las expectativas de las personas que les rodean respecto a su capacidad
de eficacia y control.58
Controlo o afrontamiento (coping) sobretodo en
situaciones amenazadoras y estresantes que adelante profundizaremos.
5.2. Los factores psicosociales
Durante el proceso de envejecer, confluyen una serie de circunstancias
tales como disminución de facultades físicas, mayor facilidad para
enfermar, padecimiento de enfermedades crónicas, disminución de los
recursos económicos, aislamiento, pérdida de seres queridos, etc., que
pueden favorecer la aparición de procesos psicopatológicos. Con los años
56
(Montorio y Izal, 1999, p. 151-175)
57
(Lawton, M. 1989, en: Montorio, et al. 2002, p. 61-71)
58
(Kuypers, y Bengston. 1990, en: Montorio, et al., 2002, p. 69)
36
se van produciendo series de cambios que irán repercutiendo sobre la
capacidad funcional, psicológica y social del anciano. Si la interrelación
existente entre salud y conducta en el anciano se ha tornado un objeto de
estudio preferencial, igualmente la comprensión del papel que juegan los
factores psicosociales como mediadores en esta relación, subrayando los
aspectos de la influencia de la salud sobre el estado emocional del
anciano; de cómo determinadas enfermedades afectan a la capacidad
funcional de las personas mayores; y la pérdida de recursos cognitivos
que puedan regular una enfermedad o adoptar decisiones sobre la salud.
Simultáneamente se ha estudiado el efecto que tiene la conducta
personal en el proceso de envejecimiento, lo que se ha denominado estilo
de vida y su relación con la forma de envejecer, como atrás observamos.
Varios estudios concluyen que los estilos de vida pueden tener efectos
positivos o negativos para la salud, lo que llama a la atención para la
necesidad de implantar y evaluar programas de prevención y promoción
de la salud.
Las características generales del proceso envejecimiento (Bentosela y
Mustaca, 2005; Triadó y Villar, 2006),59
se pueden resumir en ser un
proceso continuo, progresivo, irreversible, heterogéneo, individual,
universal y con presencia de cambios físicos y psicosociales.
En las personas mayores, los factores psicosociales funcionan como
mediadores entre la salud y la conducta y de estos, y los aspectos que se
pueden considerar más relevantes en las personas mayores, es la salud y
el estado emocional, funcional y cognitivo. Por esta razón, los factores
que más intervienen para una mejor salud de la población anciana son el
control percibido, la auto-eficacia, las creencias sobre la enfermedad y las
estrategias de afrontamiento.
En paralelo, el apoyo social, la fuente de apoyo y el tipo de apoyo, tienen
un efecto positivo sobre el estado de la salud general y el bienestar de las
personas mayores protegiéndolos así de los efectos fisiológicos y
psicológicos producidos por sucesos estresantes y proveyéndole las
necesarias habilidades adaptativas.
59
(Triadó, C. y Villar, F. 2006)
37
Razón por la cual, estudios en esta área demuestran que a fin de se
obtener el desarrollo humano a lo largo del ciclo vital, la sociedad debe de
proveer oportunidades para que todos los individuos puedan alcanzar una
edad avanzada con habilidades a fin de saber adaptarse a los cambios,
con capacidades para seguir contribuyendo productivamente, con buena
salud y con una red de apoyo familiar y social capaz.
Una de las consecuencias del envejecimiento en el ámbito laboral es la
jubilación. Se trata de una nueva etapa de la vida para la cual muchas
personas no están adecuadamente preparadas y esa falta de preparación
y, en su caso, la adaptación, tienen repercusiones no deseadas ni mucho
menos, benéficas en la salud física y mental de los sujetos y en sus
relaciones sociales y familiares.
Desde la perspectiva social y profesional, la jubilación es la condición a la
que pueden acceder las personas que, en función de su edad, cesan
voluntaria o forzadamente su actividad profesional por cuenta ajena o por
cuenta propia. Cada sociedad establece el momento cronológico de la
vida de sus ciudadanos en que se va a producir la jubilación. Como norma
social, en la mayoría de los países de Europa, se considera que una
persona se jubila entre los 60-65 años, según el tipo de actividad le
estaba asignada. En España 16,2% da populación tiene más de 65 años.
Mensualmente, cerca de 36.000 personas sobrepasan este límite etario.
La esperanza de vida es de aproximadamente 74,4 años para los
hombres y 81,5 para las mujeres. La esperanza de vida para las personas
que atingen los 65 años es de 16 años para los hombres y de 19,8 para
las mujeres. España conoció una verdadera revolución en lo que se
refiere a la esperanza de vida, gracias a la mejoría de los cuidados
primarios de salud, proporcionados por el progreso de la ciencia médica e
a la mejoría de las condiciones de vida. 85% de la populación atinge
ahora la "ancianidad"60
(ver la tabla 3). La jubilación, a veces anticipada,
supone de forma automática, una disminución de los ingresos y un
aumento del aislamiento social, con todos los inconvenientes para la
salud mental que esta nueva situación genera.
60
(Barrera, C., et al. 2010, p. 20-25)
38
Lehr (1980) hace referencia a la teoría de la desvinculación refiriendo que
parece ser que la persona de edad avanzada desea ciertas formas de
aislamiento social y al lograrlo acaba por sentirse feliz y satisfecha.
Tabla 3.
Esperanza de vida en España
Año Hombres Mujeres
1970 69,6 75,0
1980 72,5 78,6
1990 73,4 80,5
2000 75,7 82,5
2007 76,9 83,5
Fuente: Sistema Nacional de Salud (España), 2007
Las pérdidas económicas y la pérdida de status por vía interrupción de la
vida laboral, tiene implicaciones más profundas en la calidad de vida del
anciano obligándole a un nuevo replanteamiento de la vida familiar, y con
la disponibilidad de más tiempo libre la necesidad de ocupar el abundante
ocio, la reducción, en la mayoría de los casos, del poder adquisitivo por
en general las pensiones ser de menor cuantía que los ingresos
habituales, instila el miedo de un futuro inmediato incierto provocando ese
aislamiento interior.
No obstante Lehr, en su reflexión, concluye que esta desvinculación es
transitoria y señala que se en una fase del ciclo de vida, es posible existir
una alta satisfacción que vaya unida a escasos contactos sociales, ella
aparece como forma de reacción a determinadas situaciones de
sobrecarga psicológica momentánea y una vez que finalice la adaptación
del sujeto a la nueva situación, se produce un buen ajuste observándose
así una renovada vinculación social, lo que indica que la cuestión de la
desvinculación social sólo sería temporal, no se extendiendo durante todo
el ciclo de vida de la vejez. Así la nueva etapa, supone la posibilidad de
39
dedicarse a actividades diferentes, de recuperar el tiempo a compartir con
el cónyuge y el resto de la familia, la perspectiva de hacer cosas que
siempre se han querido hacer y para las que antes no se encontraba la
oportunidad o el momento, de gestionar adecuadamente el tiempo libre y
el ocio, haciendo que éste sea creativo.
Pero, debido a los cambios de la composición demográfica, la futura
sustentabilidad de las condiciones de vida en la vejez no parece ser fácil.
“El envejecimiento de la población se acelera. Al irse jubilando la
generación de la explosión demográfica de los años 60, la población
activa de la UE empezará a disminuir a partir de 2013/2014. El número de
mayores de 60 años aumenta dos veces más rápido de lo que lo hacía
antes de 2007, es decir, en unos dos millones al año en vez de en un
millón anteriormente. La combinación de una menor población activa y
una mayor proporción de jubilados se traducirá en más tensiones en
nuestros sistemas de bienestar.”61
En este momento, debemos estar
alerta para intervenir en todos aquellos aspectos que estén a nuestro
alcance con el objetivo de evitar crisis, depresiones, estrés y situaciones
de tristeza, de soledad y en general, de abandono de la población
anciana. En las conclusiones relativas a los cambios asociados al
envejecimiento físico y psicológico, Izal y Montorio62
enfatizan que los
factores personales y psicosociales también actúan como mediadores en
la relación conducta-salud, de ahí que merecen que se les presten
especial atención. El control percibido; la auto-eficacia; las creencias
sobre la enfermedad y las estrategias de afrontamiento, son factores
psicosociales internos o que dependen de la propia persona, así como el
apoyo social como factor externo importante, contribuyen para una mejor
salud en la edad avanzada.
5.3. Los factores afectivo-emocionales
Según Labouvie-Vief y DeVoe (1991)63
, en el envejecimiento se produce
una integración del mundo afectivo y de las habilidades cognitivas. Uno
de los señales de realización en la etapa final de la vida, es percibir que,
61
(Boletín de la Comisión Europea. 2010, p.6)
62
(Izal y Montorio, 1999)
63
(Labouvie, V. 1991, p. 172-194)
40
mediante un proceso integrador, las emociones intervienen en el
desempeño cognitivo posibilitando soluciones mucho más eficaces en el
afrontamiento y resolución de los problemas de la vida cotidiana. En la
etapa de la ancianidad, se observa un mejor manejo de las emociones
reflejado a través de un lenguaje emocional más complejo, así como se
produce una mayor diferenciación de las emociones. La propuesta de
Erikson, (1997)64
para la integridad de la teoría psíco-emocional, supone
un mejor controlo emocional. Erikson introduce el concepto de que a lo
largo del ciclo vital se van atravesando una serie de conflictos que se
deben ir solucionando. El último de estos conflictos que uno atraviesa, es
la vejez, o sea, la resolución entre la integridad versus la desesperación.
Conseguir la integridad implica la aceptación de su propio ciclo de vida
con el estilo de vida que se emprendió en la experiencia vital, así como
las variables históricas que lo conforman. La aceptación de esta etapa
conlleva la aceptación de la muerte no como algo trágico sino con
tranquilidad y con un sentimiento que transciende lo material y al proprio
yo.
En la literatura gerontológica, es señalada la relación objetiva entre las
emociones positivas, la salud y la longevidad, lo que demuestra que la
presencia o ausencia de emociones positivas o negativas influye y es
determinante para la salud física y mental y para la longevidad (Danner y
cols., 2003)65
.
Según Triadó y Villar (2006)66
existen criterios objetivos y subjetivos que
determinan el grado de bienestar de una persona, que no pueden ser
analizados separadamente; entre esos objetivos, encontramos la mayoría
de los indicadores de salud física, del estado cognitivo y de las
actividades que el sujeto es capaz de poner en marcha.
Entre los de carácter subjetivo, que implican la opinión y los valores de
cada persona, se destacan los que hacen referencia a la experiencia
personal y los aspectos emocionales, como por ejemplo, el sentido de
control personal o el concepto de felicidad.
64
Erikson, J. 1997)
65
(Danner, D.D., y cols. 2003, p. 804-813)
66
(Triadó, C. y Villar, F. 2006, p. 23-62)
41
Por medio de los estudios disponibles, se puede considerar que frente al
proceso de envejecimiento, la evitación conductual y cognitiva debería
valorarse como una estrategia activa y adaptativa. El afrontamiento no
debería confundirse con el dominio sobre el entorno. En muchas
situaciones, como en el caso del envejecimiento, las estrategias
caracterizadas por la aceptación y la resignación resultan las más
adecuadas y son de éxito, en el sentido de que permiten una adaptación a
la realidad y se orientan al aumento de la calidad de vida del sujeto. En la
mayoría de los casos, muchas ocurrencias de crisis no se pueden
dominar y, en tales condiciones, el afrontamiento eficaz debería incluir
estrategias que permitan al individuo tolerar y aceptar aquello que no
puede dominar. Según Barros Lazaeta (1994)67
la resolución de las
situaciones problema y limitaciones en la vejez implica enfrentarlas,
dándoles un significado que las transforme en aceptables.
5.3.1. La personalidad
Son muchas, según las corrientes de las escuelas de psicología, las
definiciones para el concepto de “personalidad”. En general, los
estudiosos de la personalidad están de acuerdo en establecer alguna
relación entre el perfil subjetivo de cada individuo y el medio ambiente. Es
también admitido como válido que la personalidad identifica los sistemas
psicofísicos de los individuos que determinan su conducta, pensamiento y
su ajuste propio al medio. Estos elementos, en un principio, permanecen
estables a lo largo de todo el ciclo vital y su combinación, permite
identificar cada individuo y predecir su comportamiento a pesar de las
ocurrencias que puedan surgir durante el envejecimiento. (Cattell, 1950;
Costa y McCrae, 1986; Eysenck, 1990)68
.
A la personalidad cabe un papel primordial en la identidad del individuo
cuando realiza una construcción unificada que da sentido a su pasado,
presente y futuro.
Esta construcción está formada por los deseos vitales de futuro y
reorganización más o menos coherente de la historia pasada de cada
individuo. Así, la personalidad tiene un contenido individual en función de
67
(Barros Lazaeta, C. 1994, p. 57-66)
68
(Eysenck, J. 1990, p. 245-261)
42
la edad, nivel socioeconómico, contexto y estereotipos sociales. Es
manifiesto, tenga la edad que tenga, esta interacción entre el entorno en
que la persona desarrolla su comportamiento y en el que se expresa en
función de sus motivaciones, necesidades, afectos y intereses que se
manifiestan en la personalidad, por medio de aspectos cognitivos,
afectivos y operativos sean ellos genéticos o adquiridos.
En lo que concierne a la influencia que la personalidad pueda tener en la
forma de envejecer, hay varias teorías propuestas por diversos
investigadores. San Martín (1997)69
, desarrolló la teoría sobre la relación
entre los estilos de vida y formas de envejecimiento. El autor considera
que la forma de envejecer depende de la interacción entre estilos de vida,
grado de inteligencia, sucesos y temas vitales. Un primero tema vital es la
vinculación social y tiene como fundamento las relaciones sociales; otro
tema vital es la vinculación a actividades y tiene como fundamento el
aprovechamiento del tiempo; y un tercero tema vital hace la vinculación al
aspecto físico y su fundamento es la preocupación por el cuerpo.
Sheldon, Ryan, Rawsthorne & Illardi,70
identifican cinco factores que se
supone, componen la personalidad:
1) neuroticismo
2) extraversión
3) cordialidad
4) responsabilidad
5) apertura a la experiencia
Tabla 4.
69
(San Martín, Hernán. 1997)
70
(Sheldon, K. M.; Ryan, R. M.; Rawsthorne, L. J. & Illardi, B. 1997, p.1380-1393)
43
Cuando se trata de estudios que comparan grupos de edades distintas, se
ha encontrado que son los factores de Neuroticismo, Extraversión y
Apertura a la experiencia los que distinguen descensos en el grupo de
los individuos adultos mayores, en comparación con los sujetos más
jóvenes. No obstante, estos cambios no son comunes a todos los
aspectos que componen el factor. O sea, la estructura de personalidad
manifestada por los cinco factores es indiscutible, una vez que se ha
mostrado consistente a lo largo de diferentes métodos de evaluación. Es
conocida la relación que se establece entre determinados factores de
personalidad y aspectos como las emociones o los afectos. Por
consiguiente, el neuroticismo se asocia a afectos negativos y la
extraversión a los afectos positivos.
En estudios llevados a cabo en EE.UU. por Reichard Livson y Peterson
(1962)71
, en un universo de población adulta mayor, de los 55 a los 88
años, la mitad de ellos jubilados, indica que los encuestados que se
acercaban a la jubilación se mostraban particularmente ansiosos, dando
muestras de desprecio por sí mismos, al percibir ese tiempo de inevitable
cambio de roles y estilo de vida. Estos autores identificaran una tipología
de cinco personalidades y formas de vivir el envejecimiento que van de
mayor a menor adaptación a este ciclo vital:
1) Envejecimiento maduro o integrado
Sujeto maduro, que tiene una visión realista de la vida, realizado y
psicológicamente equilibrado, emocionalmente positivo en la
apreciación de la vida; constructivo; sólido; integrado; sin
preocupación en envejecer; luego con mucha capacidad de
adaptación.
2) Envejecimiento pasivo
Propio de una personalidad pasiva; que no quiere comprometerse;
acomodado; de personalidad retraída; desvinculado, que procura
no buscar compromisos.
3) Envejecimiento blindado o defensivo-activo
Corresponde a una persona dinámica, aunque con personalidad
defensiva; rígida; individualista; que se busca estrategias para
protegerse de la ansiedad por el envejecimiento; discretamente
adaptable y feliz con sus actividades.
71
(Reichard, S., y cols. 1962)
44
4) Envejecimiento colérico
Sujeto que se muestra descontento; con una baja tolerancia a la
frustración ante las circunstancias que se pueden producir con el
envejecimiento; se considera fracasado, de lo cual culpa
amargamente a la sociedad y a sus familiares, lo que hace que
responda con hostilidad a los demás.
5) Auto-agresivo
Se refiere a un individuo que no muestra conformidad consigo
mismo; desconsolado; frustrado; deprimido; amargado y
culpabilizado de cómo cursa la vida.
Reichard y cols., observaran también que la personalidad de estos
individuos se había desarrollado mucho antes de la edad avanzada, lo
que supone que los tipos de personalidad, no son el resultado de ser
mayor de edad, en cuanto tal, sino provienen del capital conductual
adquirido en los anteriores ciclos vitales. Siendo el neuroticismo y la
extraversión las dos dimensiones más significativas pues son ellas que se
relacionan con muchos de los trastornos de personalidad.
Hay un sentimiento generalizado de que los hombres mayores jubilados,
solos o con su pareja dependiente, asumen funciones “impropias” de su
rol masculino, tales como, realizar la compra cotidiana y ayudar o hacerse
cargo de las tareas domesticas que coinciden con el cese de la actividad
laboral, se siente frustrado y inadaptado. Si el sujeto no ha desarrollado y
cultivado valores alternativos con vista al vacío creado por el abandono al
trabajo, si que puede llegar a caer en un proceso de degradación
existencial marcado por la pasividad y hipocondría, lo cual le fuerza a
caracterizar el estereotipo negativo de viejo, con toda la carga negativa
que eso conlleva72
. Otra teoría psicosocial sobre el envejecimiento es la
Teoría de la desvinculación de Neugarten, Havighurst y Tobin (1961)73
,
dice que el proceso social de retirada del sujeto mayor a la vida activa, no
hace más que prepararle para la muerte, desvinculándole de las varias
estructuras sociales (la pareja, la familia, el grupo, la sociedad).
Así, considerase que el modo de llevar el proceso de envejecimiento
depende de la experiencia de anteriores adaptaciones a las situaciones
de la vida y de la personalidad.
72
(Mercader, F. 1992, p. 30-32)
73
(Neugarten, L., Havighurst, J. y Tobin, S. 1961, p. 134-43)
45
Por oposición, Havighurst y Albrecht (1953) citados por Motte Celia y cols.
(2002),74
recuerdan que la teoría de la actividad, por ellos formulada, es la
teoría psicosocial más antigua y coloca la siguiente hipótesis: “La
realización de un elevado número de roles sociales o interpersonales
correlaciona de forma significativa, con un elevado nivel de adaptación y
satisfacción vital percibido por la persona mayor”. Según esta teoría, el
individuo alcanza un envejecimiento satisfactorio cuando descubre y
realiza nuevos roles o continua en actividad con los que anteriormente
venia a desempeñar (Atchley, 1980).75
A fin de contrastar esta hipótesis, los autores aplicaran un cuestionario en
una muestra de cien individuos seleccionados de una universo de 670 con
65 años o más y, los resultados del estudio presentaran una correlación
positiva entre el número de actividades realizadas y la adaptación sentida
por los individuos. Así, concluyeran que las personas mayores que se
mantienen más activas experimentan un envejecimiento con mayor
adaptación e bienestar.
Por otro lado, Schulze y Weise (1986)76
en su estudio sobre la relación
entre personalidad y adaptación al ambiente, plantean dos actitudes de
intervención: por un lado, considera que el sujeto puede adoptar una
actitud de control primario, es decir, puede modificar las realidades
externas manteniendo así consistente el “yo”; y por otro lado, puede
adoptar una actitud de control secundario, con la que cambia el “yo” para
ajustarse a las realidades externas. En general, los individuos de edad por
haber pérdida sus funciones de influencia son forzados a ceder el control
primario, pero suelen mantener el secundario.
Thomae (1970)77
, en conformidad al enfoque cognitivista, defendió que el
modo de percepción al cambio con la edad, determina el comportamiento
del individuo, sumándole aún, que dicha percepción está mediatizada por
los intereses, las preocupaciones, las exigencias y las expectativas de su
persona.
74
(Motte Celia, Alexis.M., y Moñoz Tortosa, J. 2002)
75
(Atchley, R.C. 1980)
76
(Schulze y Weise. 1986, Modulo didáctico, p.12-13)
77
(Thomae, H. 1970, p. 13, 1-16)
46
Así, la adaptación a la vejez es condicionada al equilibrio entre la
cognición, la percepción y la motivación de cada individuo. Liébana (1993)
hace observaciones específicos en relación a esta teoría alegando:
“aunque el ambiente sea común y genérico, cada persona hace
interpretación personal del mismo, percibiéndolo de uno u otro modo;
cada individuo varía en la forma en que cree que puede controlar el
ambiente, incluso, a veces, suponiendo que lo controla sin ser realmente
así.”78
De todo esto, se puede concluir que las personas que mejor se adaptan al
envejecimiento son las que confían más en sus capacidades, de manera
que los mayores de edad, al aumentar la confianza en sí mismos y en sus
posibilidades, buscando metas realistas, mejoran su autoestima,
aumentan su nivel de actividad y tienden menos al desequilibrio afectivo-
emocional que en general se manifiesta en forma de depresión o
ansiedad. Por fin, Woods y Britton (1985)79
añade que, generalmente, la
edad no tiene una relación estrecha con los rasgos de la personalidad,
por lo cual, el envejecimiento no tiene por qué afectar a aquella, salvo si
se verifica alguna patología psicológica. Al contrario, una actividad
emocional equilibrada es la condición esencial para un envejecimiento
saludable.
5.3.2. Las Emociones
Tradicionalmente la psicología de la emoción se ha preocupado
prioritariamente por los procesos patológicos negativos, como la ansiedad
o la depresión, logrando un cuerpo de conocimientos que ha permitido el
desarrollo de nuevas terapias para estos trastornos. No son muchos los
textos sobre las emociones en el proceso de envejecimiento. Sin
embargo, en la ciencia psicológica, hay una buena cantidad de trabajos
explicativos acerca de las emociones, (Garcia Rodriguez y Ellgring,
2004)80
sean los que estudian la asociación entre cognición y emoción o
el desarrollo del pensamiento post-formal, contrariando las teorías
piagetianas de el desarrollo cognoscitivo cesa con la edad adulta, al cual
se suma una nueva perspectiva, propuesta por Laura Garstensen,
(2001)81
con su Teoría de la Selectividad Socioemocional, (TSS)
78
(Liébana, A. 1993, Modulo didáctico, p.12-13)
79
(Woods, R., and Britton, P. 1985)
80
(García Rodríguez, B. y Ellgring, H. 2004)
81
(Carstensen, L. L., et al. 2000)
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores
Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores

More Related Content

What's hot

Reflexiones acerca del concepto de Salud Pública
Reflexiones acerca del concepto de Salud PúblicaReflexiones acerca del concepto de Salud Pública
Reflexiones acerca del concepto de Salud PúblicaMariano Fischer
 
El hombre como ser biopsicosocial
El hombre como ser biopsicosocialEl hombre como ser biopsicosocial
El hombre como ser biopsicosocialDiego Flores López
 
LA GERONTOLOGIA SOCIAL HISTORIA CONCEPTOS Y APLICACIONES
LA GERONTOLOGIA SOCIAL HISTORIA CONCEPTOS Y APLICACIONESLA GERONTOLOGIA SOCIAL HISTORIA CONCEPTOS Y APLICACIONES
LA GERONTOLOGIA SOCIAL HISTORIA CONCEPTOS Y APLICACIONESSistemadeEstudiosMed
 
La salud y sus determinantes sociales
La salud y sus determinantes socialesLa salud y sus determinantes sociales
La salud y sus determinantes socialeserika
 
CALIDAD DE VIDA RELACIONADA CON LA SALUD
CALIDAD DE VIDA RELACIONADA CON LA SALUDCALIDAD DE VIDA RELACIONADA CON LA SALUD
CALIDAD DE VIDA RELACIONADA CON LA SALUDCIPA1Renf-1234
 
Salud, enfermedad y cultura: Tema 7B
Salud, enfermedad y cultura: Tema 7BSalud, enfermedad y cultura: Tema 7B
Salud, enfermedad y cultura: Tema 7Bfresquet
 
La antropología médica filosófica
La antropología médica filosóficaLa antropología médica filosófica
La antropología médica filosóficaLeo Rocano Rojas
 
El bienestar psicológico: una aproximación a su conceptualización y desarrollo
El bienestar psicológico: una aproximación a su conceptualización y desarrolloEl bienestar psicológico: una aproximación a su conceptualización y desarrollo
El bienestar psicológico: una aproximación a su conceptualización y desarrolloAmalia Cánovas Rodríguez
 
Trabajo equipo 4 word
Trabajo equipo 4 word Trabajo equipo 4 word
Trabajo equipo 4 word César López
 
Pae presentacion lunes 18 11 2013
Pae presentacion lunes 18 11 2013Pae presentacion lunes 18 11 2013
Pae presentacion lunes 18 11 2013Ivonne Aucapiña
 
Primera clase - Sociología de la salud
Primera clase - Sociología de la saludPrimera clase - Sociología de la salud
Primera clase - Sociología de la saludJorge Pacheco
 
Psicologia de la salud
Psicologia de  la saludPsicologia de  la salud
Psicologia de la saludKata Mancilla
 
ANTROPOLOGIA MEDICA Modelo prágmatico
ANTROPOLOGIA MEDICA Modelo prágmaticoANTROPOLOGIA MEDICA Modelo prágmatico
ANTROPOLOGIA MEDICA Modelo prágmaticoDiego Pincay
 
Salud enfermedad como proceso social
Salud enfermedad como proceso socialSalud enfermedad como proceso social
Salud enfermedad como proceso socialAradalt
 
Enfermeria en la salud mental
Enfermeria en la salud mentalEnfermeria en la salud mental
Enfermeria en la salud mentalAiko Hayato
 
Proceso salud-enfermedad
Proceso salud-enfermedadProceso salud-enfermedad
Proceso salud-enfermedadYERILIN PEBA
 
HISTORIA NATURAL DE LA ENFERMEDAD
HISTORIA NATURAL DE LA ENFERMEDADHISTORIA NATURAL DE LA ENFERMEDAD
HISTORIA NATURAL DE LA ENFERMEDADdramtzgallegos
 

What's hot (20)

Reflexiones acerca del concepto de Salud Pública
Reflexiones acerca del concepto de Salud PúblicaReflexiones acerca del concepto de Salud Pública
Reflexiones acerca del concepto de Salud Pública
 
El hombre como ser biopsicosocial
El hombre como ser biopsicosocialEl hombre como ser biopsicosocial
El hombre como ser biopsicosocial
 
LA GERONTOLOGIA SOCIAL HISTORIA CONCEPTOS Y APLICACIONES
LA GERONTOLOGIA SOCIAL HISTORIA CONCEPTOS Y APLICACIONESLA GERONTOLOGIA SOCIAL HISTORIA CONCEPTOS Y APLICACIONES
LA GERONTOLOGIA SOCIAL HISTORIA CONCEPTOS Y APLICACIONES
 
La salud y sus determinantes sociales
La salud y sus determinantes socialesLa salud y sus determinantes sociales
La salud y sus determinantes sociales
 
CALIDAD DE VIDA RELACIONADA CON LA SALUD
CALIDAD DE VIDA RELACIONADA CON LA SALUDCALIDAD DE VIDA RELACIONADA CON LA SALUD
CALIDAD DE VIDA RELACIONADA CON LA SALUD
 
Salud- enfermedad
Salud- enfermedadSalud- enfermedad
Salud- enfermedad
 
Salud, enfermedad y cultura: Tema 7B
Salud, enfermedad y cultura: Tema 7BSalud, enfermedad y cultura: Tema 7B
Salud, enfermedad y cultura: Tema 7B
 
La antropología médica filosófica
La antropología médica filosóficaLa antropología médica filosófica
La antropología médica filosófica
 
El bienestar psicológico: una aproximación a su conceptualización y desarrollo
El bienestar psicológico: una aproximación a su conceptualización y desarrolloEl bienestar psicológico: una aproximación a su conceptualización y desarrollo
El bienestar psicológico: una aproximación a su conceptualización y desarrollo
 
Trabajo equipo 4 word
Trabajo equipo 4 word Trabajo equipo 4 word
Trabajo equipo 4 word
 
Pae presentacion lunes 18 11 2013
Pae presentacion lunes 18 11 2013Pae presentacion lunes 18 11 2013
Pae presentacion lunes 18 11 2013
 
Primera clase - Sociología de la salud
Primera clase - Sociología de la saludPrimera clase - Sociología de la salud
Primera clase - Sociología de la salud
 
Proyecto
Proyecto Proyecto
Proyecto
 
Psicologia de la salud
Psicologia de  la saludPsicologia de  la salud
Psicologia de la salud
 
Adulto mayor
Adulto mayorAdulto mayor
Adulto mayor
 
ANTROPOLOGIA MEDICA Modelo prágmatico
ANTROPOLOGIA MEDICA Modelo prágmaticoANTROPOLOGIA MEDICA Modelo prágmatico
ANTROPOLOGIA MEDICA Modelo prágmatico
 
Salud enfermedad como proceso social
Salud enfermedad como proceso socialSalud enfermedad como proceso social
Salud enfermedad como proceso social
 
Enfermeria en la salud mental
Enfermeria en la salud mentalEnfermeria en la salud mental
Enfermeria en la salud mental
 
Proceso salud-enfermedad
Proceso salud-enfermedadProceso salud-enfermedad
Proceso salud-enfermedad
 
HISTORIA NATURAL DE LA ENFERMEDAD
HISTORIA NATURAL DE LA ENFERMEDADHISTORIA NATURAL DE LA ENFERMEDAD
HISTORIA NATURAL DE LA ENFERMEDAD
 

Viewers also liked

Reflexões acerca da observância do sábado
Reflexões acerca da observância do sábadoReflexões acerca da observância do sábado
Reflexões acerca da observância do sábadoSidónio Lança
 
Historia de la Cruz Roja
Historia de la Cruz RojaHistoria de la Cruz Roja
Historia de la Cruz RojaCarmenMdlR
 
Potafolio de computacion
Potafolio de computacionPotafolio de computacion
Potafolio de computacionunic-ruiz
 
Lavado de manos 3
Lavado de manos 3Lavado de manos 3
Lavado de manos 3Carmen Vio
 
Estadistica 3er torneo navideño 2012
Estadistica 3er torneo navideño 2012Estadistica 3er torneo navideño 2012
Estadistica 3er torneo navideño 2012Juan Lopez
 
Lavado de manos 3
Lavado de manos 3Lavado de manos 3
Lavado de manos 3Carmen Vio
 
Servidor de-correos
Servidor de-correosServidor de-correos
Servidor de-correospcarchi
 
Evaluacion del aprendizaje
Evaluacion del aprendizajeEvaluacion del aprendizaje
Evaluacion del aprendizajelemaker
 
Articulo sobre giles deluze
Articulo sobre giles deluzeArticulo sobre giles deluze
Articulo sobre giles deluzepsicoplastic
 
Pwp Préstecs ICO Badalona
Pwp Préstecs ICO Badalona Pwp Préstecs ICO Badalona
Pwp Préstecs ICO Badalona AuditoriaBDN
 
Función Buscar V
Función Buscar VFunción Buscar V
Función Buscar VUTPL
 
Post Questionnaire Graphs
Post Questionnaire GraphsPost Questionnaire Graphs
Post Questionnaire Graphspaige edwards
 
Las plantas-y-los-animales-1196697322271569-3.pptx libro
Las plantas-y-los-animales-1196697322271569-3.pptx libroLas plantas-y-los-animales-1196697322271569-3.pptx libro
Las plantas-y-los-animales-1196697322271569-3.pptx libroOlga Carranza Lopez
 
Taller cuatro curso TICE Diplomado Kairós USS
Taller cuatro curso TICE Diplomado Kairós USSTaller cuatro curso TICE Diplomado Kairós USS
Taller cuatro curso TICE Diplomado Kairós USSXimena Sagurie
 
Sistemas operativos
Sistemas operativosSistemas operativos
Sistemas operativospcarchi
 
enfermedades cardiovasculares
enfermedades cardiovascularesenfermedades cardiovasculares
enfermedades cardiovascularesCarmen Vio
 

Viewers also liked (20)

Reflexões acerca da observância do sábado
Reflexões acerca da observância do sábadoReflexões acerca da observância do sábado
Reflexões acerca da observância do sábado
 
Sonido
SonidoSonido
Sonido
 
Historia de la Cruz Roja
Historia de la Cruz RojaHistoria de la Cruz Roja
Historia de la Cruz Roja
 
Potafolio de computacion
Potafolio de computacionPotafolio de computacion
Potafolio de computacion
 
Lavado de manos 3
Lavado de manos 3Lavado de manos 3
Lavado de manos 3
 
Estadistica 3er torneo navideño 2012
Estadistica 3er torneo navideño 2012Estadistica 3er torneo navideño 2012
Estadistica 3er torneo navideño 2012
 
Lavado de manos 3
Lavado de manos 3Lavado de manos 3
Lavado de manos 3
 
Servidor de-correos
Servidor de-correosServidor de-correos
Servidor de-correos
 
Evaluacion del aprendizaje
Evaluacion del aprendizajeEvaluacion del aprendizaje
Evaluacion del aprendizaje
 
Presentacion Eskapate.cl
Presentacion Eskapate.clPresentacion Eskapate.cl
Presentacion Eskapate.cl
 
Articulo sobre giles deluze
Articulo sobre giles deluzeArticulo sobre giles deluze
Articulo sobre giles deluze
 
Pwp Préstecs ICO Badalona
Pwp Préstecs ICO Badalona Pwp Préstecs ICO Badalona
Pwp Préstecs ICO Badalona
 
Función Buscar V
Función Buscar VFunción Buscar V
Función Buscar V
 
Post Questionnaire Graphs
Post Questionnaire GraphsPost Questionnaire Graphs
Post Questionnaire Graphs
 
Las plantas-y-los-animales-1196697322271569-3.pptx libro
Las plantas-y-los-animales-1196697322271569-3.pptx libroLas plantas-y-los-animales-1196697322271569-3.pptx libro
Las plantas-y-los-animales-1196697322271569-3.pptx libro
 
Taller cuatro curso TICE Diplomado Kairós USS
Taller cuatro curso TICE Diplomado Kairós USSTaller cuatro curso TICE Diplomado Kairós USS
Taller cuatro curso TICE Diplomado Kairós USS
 
Backdropsource
Backdropsource Backdropsource
Backdropsource
 
Focatec2011
Focatec2011Focatec2011
Focatec2011
 
Sistemas operativos
Sistemas operativosSistemas operativos
Sistemas operativos
 
enfermedades cardiovasculares
enfermedades cardiovascularesenfermedades cardiovasculares
enfermedades cardiovasculares
 

Similar to Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores

Modelos en Gerontopsicología
Modelos en GerontopsicologíaModelos en Gerontopsicología
Modelos en GerontopsicologíaDhanapaez
 
Estilo de vida saludable puntos de vista para una opción actual y necesaria
Estilo de vida saludable puntos de vista para una opción actual y necesariaEstilo de vida saludable puntos de vista para una opción actual y necesaria
Estilo de vida saludable puntos de vista para una opción actual y necesariaIE "27 de Diciembre" - Lambayeque
 
Presentación resumen de haro
Presentación resumen de haroPresentación resumen de haro
Presentación resumen de haroadriananill
 
Modelos en gerontopsicologia
Modelos en gerontopsicologiaModelos en gerontopsicologia
Modelos en gerontopsicologiaFrankGomez01
 
Psicologia ambiental.encrucijada entre la calidad de vida y la educacion ambi...
Psicologia ambiental.encrucijada entre la calidad de vida y la educacion ambi...Psicologia ambiental.encrucijada entre la calidad de vida y la educacion ambi...
Psicologia ambiental.encrucijada entre la calidad de vida y la educacion ambi...Caro Baez
 
Article Salud Mental Psicologia (2)
Article   Salud Mental Psicologia (2)Article   Salud Mental Psicologia (2)
Article Salud Mental Psicologia (2)stonelufmnrkxhn
 
Promocion de lasalud
Promocion de lasaludPromocion de lasalud
Promocion de lasaludcarobio73
 
Ensayo Concepto Adulto salud
Ensayo Concepto Adulto saludEnsayo Concepto Adulto salud
Ensayo Concepto Adulto saludCorina Ortega
 
Nutricion en adolescente
Nutricion en adolescenteNutricion en adolescente
Nutricion en adolescenteLoco Kass
 
Dialnet-PromocionDeLosEstilosDeVidaSaludables-4611602.pdf
Dialnet-PromocionDeLosEstilosDeVidaSaludables-4611602.pdfDialnet-PromocionDeLosEstilosDeVidaSaludables-4611602.pdf
Dialnet-PromocionDeLosEstilosDeVidaSaludables-4611602.pdfElenaTume
 
3222931 nora s. velasquez r. tarea 1 puntos 1 al 4 psicologia del adulto act...
3222931 nora s. velasquez r. tarea 1  puntos 1 al 4 psicologia del adulto act...3222931 nora s. velasquez r. tarea 1  puntos 1 al 4 psicologia del adulto act...
3222931 nora s. velasquez r. tarea 1 puntos 1 al 4 psicologia del adulto act...NORAVELASQUEZ6
 
Cortese elisa psicologia medica salud mental - tema 1 (segundo parcial)
Cortese elisa   psicologia medica salud mental - tema 1 (segundo parcial)Cortese elisa   psicologia medica salud mental - tema 1 (segundo parcial)
Cortese elisa psicologia medica salud mental - tema 1 (segundo parcial)Luis Rodriguez
 

Similar to Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores (20)

Los factores de riesgo en el proceso salud
Los factores de riesgo en el proceso saludLos factores de riesgo en el proceso salud
Los factores de riesgo en el proceso salud
 
Modelos en Gerontopsicología
Modelos en GerontopsicologíaModelos en Gerontopsicología
Modelos en Gerontopsicología
 
Estilo de vida saludable puntos de vista para una opción actual y necesaria
Estilo de vida saludable puntos de vista para una opción actual y necesariaEstilo de vida saludable puntos de vista para una opción actual y necesaria
Estilo de vida saludable puntos de vista para una opción actual y necesaria
 
Sociología de la Salud
Sociología de la SaludSociología de la Salud
Sociología de la Salud
 
Presentación resumen de haro
Presentación resumen de haroPresentación resumen de haro
Presentación resumen de haro
 
Modelos en gerontopsicologia
Modelos en gerontopsicologiaModelos en gerontopsicologia
Modelos en gerontopsicologia
 
SALUD Y SOCIEDAD cls. 1.pptx
SALUD Y SOCIEDAD cls. 1.pptxSALUD Y SOCIEDAD cls. 1.pptx
SALUD Y SOCIEDAD cls. 1.pptx
 
Anexo I
Anexo IAnexo I
Anexo I
 
Presentacion angel saldivia
Presentacion angel saldiviaPresentacion angel saldivia
Presentacion angel saldivia
 
Psicologia ambiental.encrucijada entre la calidad de vida y la educacion ambi...
Psicologia ambiental.encrucijada entre la calidad de vida y la educacion ambi...Psicologia ambiental.encrucijada entre la calidad de vida y la educacion ambi...
Psicologia ambiental.encrucijada entre la calidad de vida y la educacion ambi...
 
Article Salud Mental Psicologia (2)
Article   Salud Mental Psicologia (2)Article   Salud Mental Psicologia (2)
Article Salud Mental Psicologia (2)
 
Promocion de lasalud
Promocion de lasaludPromocion de lasalud
Promocion de lasalud
 
La adultez
La adultezLa adultez
La adultez
 
La Adultez
La AdultezLa Adultez
La Adultez
 
Ensayo Concepto Adulto salud
Ensayo Concepto Adulto saludEnsayo Concepto Adulto salud
Ensayo Concepto Adulto salud
 
Nutricion en adolescente
Nutricion en adolescenteNutricion en adolescente
Nutricion en adolescente
 
Dialnet-PromocionDeLosEstilosDeVidaSaludables-4611602.pdf
Dialnet-PromocionDeLosEstilosDeVidaSaludables-4611602.pdfDialnet-PromocionDeLosEstilosDeVidaSaludables-4611602.pdf
Dialnet-PromocionDeLosEstilosDeVidaSaludables-4611602.pdf
 
3222931 nora s. velasquez r. tarea 1 puntos 1 al 4 psicologia del adulto act...
3222931 nora s. velasquez r. tarea 1  puntos 1 al 4 psicologia del adulto act...3222931 nora s. velasquez r. tarea 1  puntos 1 al 4 psicologia del adulto act...
3222931 nora s. velasquez r. tarea 1 puntos 1 al 4 psicologia del adulto act...
 
Concepto salud enfermedad.
Concepto salud enfermedad.Concepto salud enfermedad.
Concepto salud enfermedad.
 
Cortese elisa psicologia medica salud mental - tema 1 (segundo parcial)
Cortese elisa   psicologia medica salud mental - tema 1 (segundo parcial)Cortese elisa   psicologia medica salud mental - tema 1 (segundo parcial)
Cortese elisa psicologia medica salud mental - tema 1 (segundo parcial)
 

Recently uploaded

Expresiones comportamentales de la sexualidad.ppt
Expresiones comportamentales de la sexualidad.pptExpresiones comportamentales de la sexualidad.ppt
Expresiones comportamentales de la sexualidad.pptJuanAlbertoGutierrez11
 
Examen fisico del Recien nacido Peru.pptx
Examen fisico del Recien nacido Peru.pptxExamen fisico del Recien nacido Peru.pptx
Examen fisico del Recien nacido Peru.pptxBrandonMendivilEscan
 
PREECLAMPSIA.pptx clave azul en gestantes
PREECLAMPSIA.pptx clave azul en gestantesPREECLAMPSIA.pptx clave azul en gestantes
PREECLAMPSIA.pptx clave azul en gestantesLuzIreneBancesGuevar
 
Indicaciones y contraindicaciones de la sonda vesical y sonda nasogastrica.pptx
Indicaciones y contraindicaciones de la sonda vesical y sonda nasogastrica.pptxIndicaciones y contraindicaciones de la sonda vesical y sonda nasogastrica.pptx
Indicaciones y contraindicaciones de la sonda vesical y sonda nasogastrica.pptx Estefa RM9
 
PROYECTO 3 4 5 AÑOS del nivel inicial
PROYECTO    3 4 5 AÑOS del nivel inicialPROYECTO    3 4 5 AÑOS del nivel inicial
PROYECTO 3 4 5 AÑOS del nivel inicialArtemisaReateguiCaro
 
PARASITOSIS INTESTINAL en Pediatría, Enfermería y Familiar II
PARASITOSIS INTESTINAL en Pediatría, Enfermería y Familiar IIPARASITOSIS INTESTINAL en Pediatría, Enfermería y Familiar II
PARASITOSIS INTESTINAL en Pediatría, Enfermería y Familiar IIgeraldinagutierrez81
 

Recently uploaded (6)

Expresiones comportamentales de la sexualidad.ppt
Expresiones comportamentales de la sexualidad.pptExpresiones comportamentales de la sexualidad.ppt
Expresiones comportamentales de la sexualidad.ppt
 
Examen fisico del Recien nacido Peru.pptx
Examen fisico del Recien nacido Peru.pptxExamen fisico del Recien nacido Peru.pptx
Examen fisico del Recien nacido Peru.pptx
 
PREECLAMPSIA.pptx clave azul en gestantes
PREECLAMPSIA.pptx clave azul en gestantesPREECLAMPSIA.pptx clave azul en gestantes
PREECLAMPSIA.pptx clave azul en gestantes
 
Indicaciones y contraindicaciones de la sonda vesical y sonda nasogastrica.pptx
Indicaciones y contraindicaciones de la sonda vesical y sonda nasogastrica.pptxIndicaciones y contraindicaciones de la sonda vesical y sonda nasogastrica.pptx
Indicaciones y contraindicaciones de la sonda vesical y sonda nasogastrica.pptx
 
PROYECTO 3 4 5 AÑOS del nivel inicial
PROYECTO    3 4 5 AÑOS del nivel inicialPROYECTO    3 4 5 AÑOS del nivel inicial
PROYECTO 3 4 5 AÑOS del nivel inicial
 
PARASITOSIS INTESTINAL en Pediatría, Enfermería y Familiar II
PARASITOSIS INTESTINAL en Pediatría, Enfermería y Familiar IIPARASITOSIS INTESTINAL en Pediatría, Enfermería y Familiar II
PARASITOSIS INTESTINAL en Pediatría, Enfermería y Familiar II
 

Una mejor compreensión del cuadro de salud mental en adultos mayores

  • 1. i Trabajo final de Máster en: SALUD MENTAL Itinerario Clínica Social Los conflictos individuales y sociales en el mundo contemporáneo Programa del Instituto de Altos Estudios Universitarios y Universidad de León (2012) Sidónio Inverno Lança CONTRIBUCIONES PARA UNA MEJOR COMPRENSIÓN DEL CUADRO DE SALUD MENTAL EN LOS ADULTOS MAYORES, EN SU PROCESO DE ENVEJECIMIENTO
  • 2. ii Cuando la salud está ausente, la sabiduría no puede revelarse, el arte no se manifiesta, la fuerza no lucha, el bienestar es inútil y la inteligencia no tiene aplicación. Herófilo de Cos (382-322 a. C.)
  • 3. iii Agradecimientos: Las gracias a todos los profesores y tutores que a lo largo de este periodo me apoyaran de forma profesional y amable. Agradezco igualmente a los técnicos de la biblioteca de la Universidad de Aveiro – Portugal, especialmente a Cecilia que, me apoyó en la pesquisa bibliográfica y en la búsqueda y selección de los artículos científicos que utilicé para este trabajo. También a los más de trescientos parroquianos de mis comunidades que comprendieran la necesidad que tuve de me aislar un poco más, en este último período de estudios, dejando de asistirles con más presencia, como me gustaría. A mi colega Carlos que cubrió algunas de estas ausencias. A todos los que me incentivaran, a mis hijos Rubén y Miriam, pero en especial a Sila, mi esposa, por su grande apoyo y a quien no he dedicado todo el tiempo que merece. A la administración de UPASD por su incentivo y, por fin, no que sea menos importante, muy por el contrario, a mi Dios que me tiene dado la vida y salud permitiéndome esta oportunidad para aumentar mis conocimientos a fin de mejor cumplir mi ministerio junto de mis semejantes que experimentan conflictos individuales y sociales en la sociedad de nuestro tiempo. A Él sea dada toda la Gloria!
  • 4. iv Introducción (pág.) 1. Evolución histórica del concepto de Salud y la OMS ...... 3 1.1. Dificultades en torno a la plenitud del concepto en el contexto de la realidad social 1.2. Un concepto objetivo y subjetivo 1.3. Un concepto dinámico 1.4. Un concepto que envuelve la Calidad de Vida 2. La salud mental y sus implicaciones en las personas mayores …… 12 3. Factores determinantes de la salud …… 17 3.1. Factores biológicos 3.2. Factores ligados a la atención sanitaria 3.3. Factores ligados al medio ambiente 3.4. Factores ligados al estilo de vida 4. Trastornos mentales en los adultos mayores en su etapa de envejecimiento …… 24 4.1. El Insomnio 4.2. La Demencia 4.3. La Ansiedad 4.4. La Depresión
  • 5. v 5. Factores significativos de la salud mental, asociados al fenómeno del envejecimiento …… 30 5.1. Los factores conductuales 5.2. Los factores psicosociales 5.3. Los factores afectivo-emocionales 5.3.1. La personalidad 5.3.2. Las Emociones 6. Para un envejecimiento saludable …… 48 6.1. El ajuste afectivo-emocional frente a la crisis vital del envejecimiento 6.2. La base neurobiológica del estrés y las estrategias de afrontamiento y adaptación en la ancianidad 6.3. La espiritualidad y la religiosidad en el proceso de envejecimiento y sus efectos en la Salud Mental 6.4. Practicas de promoción de la salud en los adultos mayores Conclusión y consideraciones finales …… 66 Bibliografía …… 69
  • 6. vi
  • 7. vii Palabras-clave: salud; envejecimiento; ciclo vital; estrategias; afrontamiento; estrés; espiritualidad;
  • 8. 1 Introducción El envejecimiento es la realidad biológica más incuestionable que afecta a todos los seres vivos y, desde luego una evidencia que, nosotros humanos, enfrentamos en el ciclo vital de nuestra vida. La razón de esta inevitabilidad, sus causas y remedios han sido objeto de interés desde que la especie humana tomó consciencia de su degeneración y lo limitado de su existencia. Desde los tiempos remotos se encuentran descripciones de pociones y ungüentos cuyo objetivo era retrasar el proceso de envejecimiento. La búsqueda de la fuente de la eterna juventud o los mitos sobre la inmortalidad han dado lugar a páginas inmemoriales en la historia de la literatura universal. A pesar del interés por el estudio del fenómeno del envejecimiento, el mundo científico, aún hoy, no domina en la totalidad el conocimiento del mecanismo interno porqué se envejece. Sí que se han identificado mecanismos y factores que influyen este proceso vital. Todos los estudios coinciden en afirmar que existe una base genética sobre la que actúan distintos agentes externos que, van desde el estilo de vida hasta las más variadas patologías, que acortan o aceleran el envejecimiento. Por medio del continuo desarrollo de las tecnologías médicas, nuestro siglo, se muestra una época en que se verifica un aumento de la longevidad humana. Sin embargo, el aumento de los años de vida no significa necesariamente, mejor calidad de vida. Es verdad que vivimos más años y la tecnología nos provee una cierta calidad de vida, pero por otro lado, el mercado de trabajo limita, cada vez más, la edad activa a unos límites sucesivamente más tempranos provocando, en muchos casos, el sentimiento de inutilidad y de desagregación social, con todos los inconvenientes que esto acarrea a la salud mental de las personas. Paralelamente, entre estas personas, muchas veces desesperanzadas, cada vez más temprano en su ciclo de vida, ocurre el “abandono” por sus progenitores, en residencias por ser considerados ‘viejos’. No admira pues, que estos sujetos sean acometidos por dificultades en aceptar su proceso de envejecimiento, siendo acometidos de sentimientos
  • 9. 2 de soledad surgiendo así, en creciendo, patologías como la depresión, bipolaridad u otras del foro psicológico, llevando a que el porcentaje de consultas atendidas por los profesionales de atención primaria, en el ámbito de la salud mental, acompañe esta tendencia de subida. En varios estudios científicos existen indicios consistentes de la asociación entre calidad de vida y envejecimiento. Una buena gestión de las emociones como mecanismo adaptativo, que prepara el organismo a la acción, la motivación así como en el relacionamiento social, influye desde luego, las actitudes y los valores. Tal como la experiencia afectiva se revela un aspecto central de la personalidad, interviniendo en el funcionamiento cognitivo y en los procesos de valoración, es importante el papel de las formas de afrontamiento a acontecimientos difíciles, especialmente los derivados de la edad avanzada. De importancia también, es la actividad afectivo-emocional, considerada como el bienestar subjetivo, que valora emotiva y cognitivamente la propia vida. Siendo la salud una preocupación de la vejez como factor de bienestar y calidad de vida de la población mayor y, a pesar de la OMS definir la salud como un concepto de “completo bienestar físico, mental y social del individuo y no solamente la ausencia de enfermedades”, noción que transciende el concepto meramente orgánico y incluye los aspectos psicosociales; sin embargo, el sentido de ‘total bienestar’ en la vejez es difícil de alcanzar principalmente cuando, precisamente, lo enfocamos desde el prisma holístico o integral. Así, este trabajo de pesquisa monográfica tiene por objetivo una aproximación a esta dificultad en la definición de salud, especialmente en los mayores de edad y ensayar respuestas a las siguientes cuestiones: ¿Qué factores interfieren positivamente o negativamente en la búsqueda del equilibrio integrado de la salud en las personas mayores? ¿Qué tipo de recursos utilizan las personas mayores que manifiestan, en su etapa de envejecimiento, un bienestar subjetivo? ¿Cómo conseguir un envejecimiento saludable, satisfactorio y adaptado?
  • 10. 3 1. Evolución histórica del concepto de Salud y la OMS A fin de no tornar este apartado exhaustivo, vamos delimitar nuestro recorrido histórico sobre el tema, apenas a la síntesis de los conceptos de salud a partir del siglo XX. El concepto se fue modificando a lo largo de distintos momentos en la historia de la humanidad. La primera mitad del siglo XX queda marcada por una visión biologisista de la salud asociada a la noción de enfermedad. En ese entonces, la salud se definía en oposición a su contrario negativo; como una ausencia de enfermedad, a pesar de que esa, ni siempre se revele una premisa totalmente verdadera pues hay que considerar también los criterios subjetivos del concepto.1 Sin embargo, con los avances del conocimiento y la transdisciplinariedad científica, a partir de la segunda mitad del siglo, fueran una contribución decisiva para el reencuentro de las ciencias sociales con las ciencias de la salud, pasándose a considerar también los factores de carácter socio-ambiental relacionados a la etiología de las enfermedades y al concepto de salud, dando lugar a una nueva definición: el modelo biopsicosocial. Perkins (1938), definió la salud como “un estado de relativo equilibrio de la forma y función corporal, que resulta del ajuste dinámico del organismo ante las fuerzas que tienden a alterarlo. Sigerist (1941) afirmó que “salud no es simplemente la ausencia de enfermedad, es algo positivo, una actitud optimista y la aceptación alegre de las responsabilidades que la vida impone al individuo”. Esta definición, tal vez haya inspirado Andrija Sampar para el constructo social de salud que en 1946 fue adoptado por la OMS (Organización Mundial de Salud). OMS (1946) postula que la salud es “un estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de enfermedad”. Con todo, en un recorrido histórico del concepto de salud, se confirma que esta definición fue ampliamente criticada por diversos autores. R. Dubos (1959) definió la salud, desde una perspectiva sociológica, como el estado de adaptación al medio y la capacidad de funcionar en las mejores condiciones en ese medio. 1 (Canguilhem. 1980, p.50-63)
  • 11. 4 Más tarde, en 19752 Dubos, añade a la interpretación del concepto de salud un sentido ecológico, considerando que la vida implica la interacción y a la vez la integración de dos ecosistemas: el medio interno y el medio externo. Cualquier factor que rompa el equilibrio entre estos dos sistemas ecológicos podrá ser una causa de enfermedad. Finalmente en 1987 el biólogo afirma que, en substancia, la dimensión real de la salud es la habilidad del individuo para funcionar de manera aceptable para sí mismo y para el grupo al cual pertenece. Esta es una aproximación al concepto de la dimensión individual y social de la salud.3 Con Leavell & Clark (1965) emerge la teoría de la Multicausalidad, postulando que todas las enfermedades tienen muchas causas pero que solo se conocen por separado. Laframboise (1973) identificó cuatro elementos en su modelo: el medio ambiente, los estilos de vida, la biología humana, y el sistema organizado de atención a la salud. El gran avance de esta propuesta fue el reconocimiento del sistema de salud como un factor que incide en la salud de los individuos. Ivan Illich (1976) comprende que la salud es la capacidad de sentirse vivo en el gozo y en el dolor y de amar la sobrevivencia, pero también de arriesgarla. Milton Terris (1987) define el concepto de salud como el producto positivo de la interacción continua del hombre con su medio. Para Pichón Riviere (1999) la salud remítenos a la idea de adaptación activa, una adaptación del individuo a las posibles contingencias del entorno. En este proceso constante de adaptación al medio sociocultural y ecológico, el individuo coloca en evidencia todos sus recursos físicos, psicológicos y sociales, a fin de ultrapasar con éxito los obstáculos. Asimismo, diversos autores, tales como, Pineault & Daveluy4 (1992); Saforcada5 (2001) y los informes realizados por los organismos internacionales dedicados al cuidado de la salud (OMS, 1997; OPS, 2003) 2 (Dubos, R. 1976, p.134) 3 (Dubos, R. 1975, p. 303-306) 4 (Pineault, R. y Develuy, C. 1989, p.229-236) 5 (Saforcada, E. 2001)
  • 12. 5 han destacado la gran influencia que algunos factores tienen sobre la salud: los estilos de vida, las costumbres y los recursos económicos en el cuidado y preservación de la salud. El gran cambio de paradigma, surge en el viraje del siglo XX cuando el concepto de salud-enfermedad pasa de ser entendido como un “estado” para ser propuesto como un “proceso”. 1.1. Dificultades en torno a la plenitud del concepto en el contexto de la realidad social Como atrás vimos, el término “salud” puede sugerir distintas realidades dependiendo de la época histórica, la cultura o civilización en la que nos situemos y en función de los intérpretes y segmentos sociales que lo empleen (López, 1998)6 . Así, cualquier que sea la aproximación al concepto estará, por cierto, condicionado a nuestro universo cultural.7 Así, algunos intelectuales afirman que no es correcto referir la salud como un estado, por la razón de que esto genera un falso presupuesto, por no se tratar de un ideal alcanzable, permanente y acabado. Este desacuerdo fue motivo del desarrollo de varias proposiciones hermenéuticas a fin de comprender la definición de salud propuesta por la OMS en 1948. Las primeras tentativas sistemáticas de formulación teórica del concepto de salud surgieran en la década de 1970, partiendo de la teoría biomédica de la enfermedad, para una concepción negativa de la salud. Las características fundamentales que definen este modelo pueden resumirse por ser un enfoque individual y arbitrario, centrado en la enfermedad.8 Este modelo descarta la dimensión social de la salud, no considerando los determinantes sociales que condicionan la conducta de los individuos. El concepto de que la salud es “un estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades” es, aún hoy, objeto frecuente de críticas. Para algunos, continua a ser un concepto utópico porque ese estado es inalcanzable. Basándose en su definición de salud, la OMS en la XXX Asamblea (1978) adoptó una estrategia universal “Salud para Todos”, con el fin de reducir 6 (López, y Rubio. 1998, p. 77-88) 7 (Guerreo y León, 2008, p.610-633) 8 (López Santos, 1998, 30)
  • 13. 6 las enfermedades que impiden las naciones en mantener una vida social y económicamente productiva. La estrategia fue definida en objetivos que fueron mejor trabajados en las conferencias siguientes: Ottawa (1986); Adelaida (1988) y Sundswall (1991) en que la salud se percibe, no como el objetivo, sino como la fuente de riqueza de la vida cotidiana. En este contexto, la Conferencia Internacional sobre Salud en atención primaria de Alma-Ata (1978), ratificó la salud como un derecho humano fundamental. Este derecho, de nuevo enfatizado en la Carta de Ottawa (1986), reafirma que la promoción y protección de la salud es indispensable para un desarrollo económico y social sostenido que contribuya a mejorar la calidad de la vida y a alcanzar la paz mundial “dado que el concepto de salud como bienestar transciende la idea de formas de vida sanas, la promoción de la salud no concierne exclusivamente al sector sanitario”. La Carta es orientada a la prosecución del objetivo "Salud para Todos en el año 2000"; como respuesta a una creciente demanda de una nueva concepción de salud pública en el mundo, concepto que continuó a ser trabajado en la Conferencia de Ginebra (OMS, 2004) que concluyó que “la salud contribuye al proceso de crecimiento, pero también es resultado de éste; la riqueza posibilita el acceso a la salud y la salud posibilita el acceso a la riqueza.” 9 En la conferencia de 2005 (OMS, 2005), fue ratificado que todo el ciudadano tiene derecho y el deber de participar individual y colectivamente en la planificación y aplicación en su plan de atención a la salud. Sin embargo, en términos conceptuales, la definición de la OMS de que la salud es “un estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades” no es consensual. Entre los críticos, se encuentra V. Navarro (1998) identificando un problema epistemológico, dando por establecido que si hay un consenso universal sobre lo que significan los términos clave de la definición, esto es, salud y bienestar, entonces se trata de una definición al margen de la realidad histórica. 9 (OMS. 2004, p.3)
  • 14. 7 Afirma el autor, que la OMS con esta posición, de cierta forma, se estaría a descartar de su responsabilidad en clarificar quién decide lo que es bienestar y salud, evitando la controversia política que tales definiciones suponen, al mismo tiempo que presume que la salud es un concepto científico “que se aplica a todos los grupos sociales y a todos los períodos históricos por igual”.10 Otro autor contrario al concepto idealista de la OMS es Milton Terris (1980), cuestionando el sentido absoluto del concepto de bienestar que la O.M.S. otorga a la salud y propone eliminar la palabra “completo” de la definición. Terris considera que tanto en la salud como en la enfermedad existen distintos grados, o sea, se puede estar enfermo o muy enfermo y se puede estar sano o muy sano. Esta diferencia "gradual", determina la existencia de dos aspectos de la salud/enfermedad; uno subjetivo y otro objetivo. El aspecto subjetivo tiene que ver con los síntomas, la sensación de malestar. El aspecto objetivo serán los indicadores de la capacidad de funcionamiento del organismo. Terris propone así la definición: "un estado de bienestar físico mental y social, con capacidad de funcionamiento y no únicamente la ausencia de afecciones o enfermedades." 1.2. Un concepto objetivo y subjetivo Parece ser imposible medir el nivel de salud de una población a partir de este concepto de salud; por la razón de que las personas no permanecen constantemente en un estado de bienestar. Así, la definición parece carecer de objetividad al firmase en un concepto subjetivo que es la percepción de bienestar. Sin embargo, la innovación y el alcance de este concepto, es la salud haber dejado de ser considerada estrictamente en el plan físico u organicista pasando a envolver las dimensiones psicosociales, afectivo- emocionales, ambientales y económicas. Como afirmaría Garcia Huete “la salud es el estado de bienestar biológico, psicológico y social universal, en equilibrio con el medio y de forma sostenida”11 . 10 (Navarro, V. 1998, p. 49) 11 (Benet, A y Llane, M. 2002)
  • 15. 8 Esta nueva visión nos remite a San Martín (1984) y a su reflexión acerca de la salud como un constructo relativo que asienta, a la vez, en criterios objetivos y subjetivos emergiendo como un estado de tolerancia y compensación físico, psicológico, mental y social, fuera del cual, todo otro estado es percibido por el individuo y por su grupo, como manifestación de un estado mórbido - enfermedad - por oposición al estado de salud. La enfermedad sería así percibida como un desequilibrio biológico, social y ecológico, una falla de los mecanismos de adaptación del organismo y una ausencia de reacción a estímulos exteriores a los que está expuesto, situación provocadora de perturbación de la fisiología y anatomía del sujeto.12 De esta forma, es siempre la capacidad de cada individuo para superar la enfermedad y no la ausencia de ésta lo que caracterizaba la salud. Así, si por un lado, es fundamental buscar una comprensión de los determinantes y condicionantes sociales del proceso salud-enfermedad, evitando caer en la individualización y fragmentación biologicista, por otro, haber cuidado para que tal proposición no sea aceptada como justificativa para la normalización de los sujetos, transformándose en una especie de biosociabilidad, asaz peligrosa, en que la prescripción de estilos de vida y de conductas saludables conciban una sociedad homogénea y indiferenciada. En última instancia, recuérdese, que según la epistemología médica de Canguilhem (1972),13 la capacidad de afirmar si el individuo está saludable o enfermo pertenece al propio, mediante sus particularidades y normas culturales. Así, la salud debe ser comprendida en sus múltiples aspectos. Ella, jamás será reductible a cualquiera una de sus dimensiones; sea la biológica, psicológica, individual, colectiva, objetiva o subjetiva; sino percibida desde una perspectiva transdisciplinar. Actualmente, la salud se ve como un proceso dinámico, responsable, participativo y equilibrado, con la meta fijada en un estado ideal, es cierto, pero a el cual solo podemos acercarnos, fomentando la mejoría de los estilos de vida y de nuestro entorno social. 12 (Vega-Franco, L. 2002, p. 258-265) 13 Canguilhem, G. 1972, AIEU)
  • 16. 9 1.3. Un concepto dinámico Briceño-León (2000)14 reflexiona en torno de la idea de “completo bienestar” e introduce la noción de normalidad en la salud. En medicina se suele utilizar la expresión “normal” como sinónimo de salud. No obstante, Canguilhem (1980)15 considera que lo “normal” es un concepto dinámico y polémico. La normalidad puede entenderse de dos maneras. Por un lado, lo normal es aquello que es tal como debe ser; por otro lado, lo normal es aquello que se encuentra en la generalidad de los individuos. El concepto dinámico de salud incluye la dicotomía del continuo Salud- Enfermedad que contraria la plenitud del concepto de salud de la O.M.S. Aparte del status optimizado en este continuo hay otra realidad en el otro extremo: la muerte como final irremediable. La realidad, es que en este continuo, existe una zona neutra suponiendo así que la separación de la salud y la enfermedad no es absoluta y que ambas percepciones no son estáticas sino dinámicas; pudiendo identificarse en los sujetos, diferentes niveles de salud y de enfermedad. Según esta teoría, la salud se podría definir como: "la obtención del más alto nivel de bienestar físico mental y social y de la capacidad de funcionamiento que permitan los factores sociales en los que vive el individuo y la colectividad."16 Así, en función de este concepto, actuando en la modificación de los factores sociales en los que vive el individuo y la comunidad, se logrará mejorar la salud y la calidad de vida de la población. 1.4. Un concepto que envuelve la Calidad de Vida Aunque a menudo las investigaciones sobre Calidad de Vida carecen de una definición formal, lo que dificulta la comparación y la recogida de información de los varios estudios realizados, pueden deducirse diversas definiciones que coinciden en reconocer la multidimensionalidad del concepto tratándose así de una valoración subjetiva de la realidad orgánica, sin que tampoco exista acuerdo con respecto a la especificidad 14 (Briceño-León. 2000, p. 16) 15 (Canguilhem, G. 1980, p. 91) 16 Generalitat de Catalunya (1985) Educació per a la Salut a l’Escola. Orientacions y Programes. Dep. d’Ensenyament i Dep. de Sanitat i Seguretat Social.
  • 17. 10 de las dimensiones o dominios a considerar, el concepto de Calidad de Vida está relacionado con la salud y hace parte integrante de la definición de la salud en términos positivos, de bienestar y, al mismo tiempo, de capacidad de funcionar, desde una perspectiva integral de cada individuo implicando la consideración de las diferentes dimensiones que componen este concepto. El concepto de Calidad de Vida es también un concepto subjetivo, dependiente del nivel sociocultural, de la franja de edad y de las aspiraciones personales del individuo. A pesar de no haber una única definición para “Calidad de Vida”, algunas merecen destaque, como la de OMS (2005) que define calidad de vida como: “La percepción que el individuo tiene de su posición en la vida, dentro del contexto de su cultura y en el sistema de valores en que vive y aún en relación a sus objetivos, expectativas, padrones y preocupaciones.” Conforme a los elementos constantes en la figura 1. Figura 1. Dimensiones de la calidad de vida Este es un concepto muy amplio que incorpora de una manera complexa la salud física de un sujeto, su estado psicológico, su nivel de Fuente: Revista de Enfermería. Albacete. Nº 15. Abril, 2002.
  • 18. 11 dependencia o autonomía, sus relaciones sociales, sus creencias y su relación con las características ambientales (OMS, 1995).17 Robert A. Cummins, en una aproximación a la complementariedad de las perspectivas, propone una definición, según la cual, la Calidad de Vida es un “constructo universal definido objetiva y subjetivamente, en donde las realidades objetivas comprenderían medidas culturalmente relevantes de bienestar objetivo, y los influjos subjetivos comprenderían una satisfacción con diferentes dimensiones consideradas por su importancia para el individuo”18 . Una otra aproximación, de satisfacción o bienestar como Calidad de Vida, se apoya en la investigación americana sobre la salud mental. Aunque utilice indicadores objetivos, esta perspectiva destaca el bienestar subjetivo relacionado con la experiencia de los individuos acerca de sus vidas, siendo el resultado final enfocado en las condiciones de vida y en sus procesos de evaluación (Noll, 2002)19 . La revisión bibliográfica de los estudios efectuados en la Psicología hasta la primera mitad de Siglo XX, muestra que el foco de interés de esta disciplina estuvo centrado en tres ejes fundamentales: el estudio del malestar; los fenómenos psicopatológicos y el déficit. A razón de esto, Ruut Veenhoven (1991)20 afirma que a nivel individual, la psicología se ocupó de todo aquello que se relacionaba con la infelicidad humana, el sufrimiento psíquico y el padecimiento, relegando para un según plano, los efectos que el bienestar y lo social tienen sobre la actividad psicológica de los individuos. El enfoque biopsicosocial, más conforme a una perspectiva holística de la salud, amplió el concepto de Calidad de Vida a un importante listado de factores: Calidad del medio ambiente, entorno residencial, valores, relaciones y apoyo social, relaciones familiares, situación laboral, situación económica, salud física y mental, religión, espiritualidad, ocio, cultura, etc. Esta visión multidimensional, es especialmente relevante para la comprensión de la salud mental, en la última etapa del ciclo de vida de los sujetos, la vejez. 17 (The Whoqol Group, 1995) 18 (Cummins, A. 1997, p.7-12) 19 (Noll, H. 2002, p.47-87) 20 (Veenhoven, R. 1991, p.1-34)
  • 19. 12 2. La salud mental y sus implicaciones en las personas mayores Encontramos varias dificultades para coincidir en una definición universal de lo que es la “Salud Mental”. Tal como la definición general de salud, no se alcanzar solo por la ausencia de enfermedad, así el estado de salud mental no es evidente por la inexistencia de los trastornos demenciales. Además, el concepto es difuso, porque en muchos casos, puede denunciar un constructo cultural con sus múltiples comprensiones propias. Un otro aspecto que parece importante a tener en cuenta en la búsqueda de una definición capaz, es que, así como a finales del siglo pasado se pensaba la enfermedad mental desde una perspectiva causal concreta muy orientada a la lesión orgánica, con el pensamiento Freudiano y el estudio de la etiología intima de la enfermedad mental, se torna evidente que la salud mental no reporta únicamente al funcionamiento de las estructuras cerebrales, sino también a otras variables como, el medio, las experiencias concretas, las interacciones con otros sujetos y la historia de cada uno. Todas estas variables cuentan para entender el porqué del mayor o menor equilibrio emocional en los individuos. La dificultad ahora está en determinar lo que es la medida considerada ideal para llegar a experimentar ese “equilibrio emocional”. Generalmente, se ha asociado el envejecimiento a un estado de deterioro y pérdida de capacidades físicas y mentales. Sin embargo, la evolución tecnológica y en especial en la rama de la ciencia médica, ha proporcionado claramente una mayor calidad de vida en los países industrializados que provocó un cambio en la antigua cultura, hacia una visión positiva del envejecimiento. No es cierto que los avances médicos y científicos hayan logrado extender la duración máxima de la vida humana. La edad máxima conocida de los humanos es alrededor de los 115-120 años y este top, en miles de años, no parece haber cambiado. Lo que sí se logró fue que más personas llegasen a edades que antes eran inaccesibles, por lo que, en los estudios demográficos es cada vez más evidente un envejecimiento más prolongado, luego más global.
  • 20. 13 Por tanto, lo que se ha incrementado no es la duración de la vida humana, sino la expectativa de vida. Si analizarnos los datos de 2010 y los resultados de las proyecciones de años sucesivos, hasta 2031, se observa que la población Española en su conjunto tiende a envejecer. Esta tendencia se produce tanto en términos absolutos como en términos relativos; es decir, que en 2031 habrá más personas mayores de 65 años que en la actualidad (53% más), y, a pesar de que la población total también se tendrá incrementado (alrededor de un 13%), el porcentaje de mayores de 65 años sobre la población total será muy superior al actual, pasando de un 17% en 2010 a un 23% en 2031 en toda España.21 El envejecimiento es cuantificable a través de tres variables demográficas muy bien estudiadas: una disminución de efectivos en edades jóvenes (caída de la natalidad) un mayor número de efectivos que entran en las edades mayores (caída de la mortalidad) y también por el aumento de las edades máximas a que llegan las personas. A razón, de este aumento demográfico de la población mayor, la investigación científica viene proporcionando muchos avances en esta área, en especial, en la comprensión de los aspectos, capacidades y alteraciones que, antes se desconocían, relacionadas con el envejecimiento. Sin entrar en la descripción de las muchas teorías del envejecimiento, cerca de 300 según Medvedev (1990),22 hoy en día, constatamos que el concepto de envejecimiento se aparta de la idea, de un periodo de la vida marcado fatalmente por la enfermedad, siendo considerado un etapa en que se opera la pérdida natural de algunas funciones características del ciclo de vida: pérdida de cabello, menopausia/andropausia, menor agilidad, algunos fallos de memoria, etc. En lo que respecta a una definición de lo que es la Salud Mental, la descripción de la OMS parece ser una de las más bien conseguidas, al declarar que la salud mental “es un estado de bienestar en el cual el individuo se da cuenta de sus propias aptitudes, puede afrontar las presiones normales de la vida, trabajar productiva y fructíferamente y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”. 21 (Informe I+D+i sobre Envejecimiento, 2010. Fundación General CSIC) 22 (Medvedev, ZA. 1990, p. 375-398)
  • 21. 14 En el sentido positivo del concepto, la salud mental es la base para el bienestar y funcionamiento efectivo de un individuo y una comunidad. Esta concepción medular de salud mental es consistente a una interpretación amplia y variada en las diferentes culturas (OMS, 2001). 23 Así siendo, el bienestar físico, mental y social en los individuos, los factores conductuales, personales y sociales pueden revelarse factores de riesgo o potenciadores de un envejecimiento saludable. De lo que se acopia de la revisión bibliográfica acerca del tema, el envejecimiento es un proceso que no puede prevenirse pero sí intervenir en la forma como se efectúa. En general, la psicología comprende la salud mental como un estado positivo y no la mera ausencia de trastornos mentales, o sea, una condición relativamente perdurable en la cual la persona se encuentra bien adaptada, siente gusto por la vida y consigue su autorrealización; de cómo uno se siente frente a sí mismo, frente a los demás y como responde a las demandas de la vida. Según Guinsberg, (1996) citando a Pichon-Rivere, desde el punto de vista analítico, la “Salud Mental” presentase como una adaptación activa a la realidad indisociable del aprendizaje. “En el sujeto sano, en la medida que aprehende el objeto y lo transforma, se modifica a sí mismo, entrando en un interjuego dialéctico, en el que, la síntesis que resuelve su situación dilemática se transforma en el punto inicial o tesis de otra antinomia, que deberá ser resuelta en este continuo proceso en espiral.” 24 Para el autor, por lo tanto, la Salud Mental consiste de un proceso en el cual se efectúa una captación de la realidad a través del afrontamiento, manejo y solución integradora de los conflictos. En los últimos años de la década de los años 70 un grupo de investigadores europeos (Baltes, Thomae)25 y norteamericanos (Schaie, 1991)26 , aun sin negar totalmente que el declive pueda ser la característica definitoria del envejecimiento biológico, se manifestaran en desacuerdo con los presupuestos del modelo unidireccional de declive, 23 (OMS. 2001, p. 12-16) 24 (Guinsberg, E. 1996, p. 263-2659 25 (Baltes, 1987, p.611) 26 (Schaie, K.W. & Willis, S.L. 1991)
  • 22. 15 pasando a considerar evolutivamente, las dimensiones psicológicas del envejecimiento humano. Esta nueva corriente teórica, se ha denominado de perspectiva del “life-span approach” o “Ciclo Vital”. El objetivo fundamental de esta perspectiva, es reintegrar todas las etapas del ciclo vital, en el estudio de la Psicología evolutiva, construyendo así un modelo multidireccional de desarrollo-envejecimiento en lo que se verifican pérdidas y ganancias en todo el proceso (Baltes, 1987). Desde esta perspectiva, se enfatiza la influencia que podría tener sobre el envejecimiento, no solamente los factores vinculados a la edad, sino también otros, relacionados con el entorno social e histórico en el que se encuentra inmerso el individuo con sus experiencias vitales no regulares. De esta manera, el envejecimiento aparece como un proceso complejo y multidimensional, por lo que se hace necesario tener en cuenta aspectos como: Diferencias intraindividuales. En que los procesos de cambio podrán no afectar inevitablemente a todas las dimensiones del ser humano ni de la misma forma. Lo que significa que, en cuanto algunas dimensiones podrán sufrir declives o deterioros asociados a la edad, otras podrán permanecer estables o incluso mejorar. Diferencias interindividuales Los procesos de cambio podrán evidenciarse diferentemente en cada persona, como consecuencia de la configuración concreta de las influencias antes mencionadas, así como de la propia tentativa del individuo en adaptarse a los cambios. Co-ocurrencia de pérdidas y ganancias En consecuencia de los aspectos anteriormente señalados, el envejecimiento como proceso evolutivo, manifiesta tanto pérdidas como ganancias, no pudiendo ser reducido exclusivamente a uno de los dos extremos. Constatamos que este modelo descripto, aun sin negar la presencia de pérdidas relacionadas al envejecimiento, resulta mucho más optimista que el modelo de declive. Por una parte, se reconoce la presencia de ciertas
  • 23. 16 ganancias en algunas dimensiones incluso en los últimos años de su ciclo vital, por otra, el sujeto se concibe como un organismo activo con capacidad de adaptación y, en cierta medida, revelarse capaz de poder compensar las pérdidas que experimenta, de manera a estar afectado lo menos posible, en las actividades cotidianas (Kiegl, 1989)27 . En la última década, tienen aparecido algunos estudios que han enfatizado la tesis de los condicionantes que permiten envejecer de una manera óptima, lo que se llegó a llamar de “successfil aging”; “envejecimiento con éxito”. Baltes28 discurre que, dentro de este proceso general de adaptación al cambio, los individuos que experimentan ese “envejecimiento con éxito” utilizarían por lo menos tres estrategias a fin de minimizar la amenaza de pérdidas que comporta el proceso. (Schultz, 1996)29 . Selección Esta estrategia consiste en centrarse en las habilidades o dominios más relevantes o que aporten mayor satisfacción, para continuar funcionando de una forma optimizada en ellos, mismo que sacrifique algunas de las actividades o dominios diferentes en los que se implica. Optimización Una forma de actuación en los dominios y trayectorias vitales escogidas, gracias a la capacidad de aprendizaje (plasticidad) que no se pierde con el envejecimiento. Compensación Una maniobra de recompensa de las habilidades posiblemente perdidas, potenciando otras capacidades no afectadas por el declive. Descritos, de forma sintética los modelos y, partiendo de una distinción de criterios, apenas para efectos académicos con el intuito de mejor comprender el fenómeno de envejecimiento, en el ámbito biológico, psicológico y sociológico, podríamos preguntarnos: qué tipo de cambios 27 ( Kiegl, R. 1989, p. 247-256) 28 (Baltes, P. 1993, p. 580-594) 29 (Schultz y Heckhausen, 1996, p. 792-714)
  • 24. 17 podemos considerar definitorios del envejecimiento y hasta qué punto esta percepción se ajusta a un modelo de pérdida unilateral o a una co- ocurrencia de pérdidas y ganancias. El envejecimiento biológico tiene que ver con los cambios resultantes del desgaste del organismo por el paso del tiempo, y ocurre luego desde el periodo de crecimiento en la infancia y pubertad, pasando por la adolescencia, para posteriormente dar lugar a una etapa de estancamiento y progresiva disminución de las diferentes capacidades corporales a medida que avanza la edad adulta. Esta evidencia se manifiesta en cambios tales como el modo de andar, la elasticidad de la piel, la acuidad visual y auditiva, modificaciones en las facciones del rostro, la voz o el pelo. La edad física o biológica es para Fernández-Ballesteros30 (2000), uno de los más evidentes indicadores de la vejez. La sociedad tiene una imagen del aspecto físico de las personas mayores, considerándolas como ancianas todas aquellas de su entorno que se aproximen a dicho perfil. En cuanto a la vejez psicológica, Fernández-Ballesteros (2000) confirma que “es el resultado de un equilibrio entre estabilidad y cambio y, también, entre crecimiento y declive”. Así, habría funciones que a medida que aumenta la edad son potenciadas, tal como ocurre con la inteligencia cristalizada, aquella que se refiere al conocimiento. Kalish (1991)31 considera que el envejecimiento depende, en gran medida, de los modelos del ciclo vital dominantes socialmente, los cuales obedecen, a su vez, a la organización familiar, la estructura económica, demográfica y política y a los sistemas de creencias compartidas. 3. Factores determinantes de la salud Si percibimos la salud como un equilibrio homeostático del organismo humano, podemos descubrir unos factores determinantes que son los que mantienen o comprometen ese equilibrio. La alteración de alguno de ellos puede provocar la aparición de la enfermedad, rompiendo ese equilibrio y disminuyendo así la calidad de vida. 30 (Fernández-Ballesteros, R. 2000, p. 40) 31 (Kalish, R. 1991)
  • 25. 18 La OMS definió una serie de factores que implican riesgo para la salud, de los que se extraen tres factores fundamentales que son la causa de morbi-mortalidad en la sociedad occidental y que afectan de forma sistemática a las personas mayores: a) Alimentación inadecuada, b) Exposición a situaciones de toxicidad c) Estilos de vida no saludables Alimentación inadecuada Los problemas pueden llegar tanto por déficit como por exceso de los nutrientes que ingiere el organismo: grasas, proteínas, hidratos de carbono, minerales, etc. Exposición a situaciones de toxicidad Cuando se consumen productos perjudiciales voluntariamente, a nivel individual, como es el caso del abuso de alcohol, nicotina u otras sustancias toxicas; y la exposición involuntaria a los efectos de elementos perjudiciales producidos por el propio desarrollo social, como la polución, energías contaminantes, etc. Estilos de vida no saludables Van desde el estrés mantenido, al sedentarismo, pasando por el aumento de trastornos emocionales, depresión, trastornos de ansiedad, entre otros. Además, es también importante subrayar el “Equilibrio Emocional” como uno de los factores importantes para que el organismo alcance un nivel de bienestar equilibrado. Las situaciones de estrés prolongado o de depresión mayor producen efectos inmunosupresores, así como alteraciones en diversos órganos del cuerpo. Del mismo modo, el hecho de enfermar, dependiendo de la gravedad, implica desde luego, alteraciones emocionales e incluso aislamiento o limitaciones sociales. La vejez es una etapa de la vida en la que los acontecimientos, pérdida de seres queridos, funciones motoras, intelectuales, autonomía y otras, van influir sobremanera, en la percepción de bienestar y siempre se le debe tener en cuenta, en el momento de intervenir sobre la salud.
  • 26. 19 Es evidente que cuando estos factores aparecen suelen generar sentimientos de soledad, inseguridad e inutilidad, disminuyendo así el bienestar de los individuos y afectando a sus motivaciones vitales, entre ellas, el mantenimiento de su salud o la motivación para producir cambios en los propios hábitos, a fin de mejorarla. Aunque en un proceso fisiológico normal de envejecimiento la capacidad de relación con el medio se mantenga, adaptándose a los parámetros de edad, en un proceso patológico, por el contrario, esta capacidad se altera a causa de la enfermedad. En este sentido, el grupo de personas mayores presenta la tasa más elevada de padecimiento de enfermedades crónicas. En la mayor parte de los estudios sobre prevalencia de enfermedades en la vejez, en el grupo de personas mayores de 65 años, alrededor de un 80%, tiene al menos, una enfermedad crónica y es frecuente la existencia conjunta de dos o más enfermedades (comorbilidad). Las patologías crónicas tienen importantes implicaciones, estando directamente relacionadas no sólo a la mortalidad, sino también a la incapacidad y deterioro de la Calidad de Vida. El concepto de calidad de vida es complejo siendo un constructo de definición operacional claramente difícil. Con todo, es posible establecer un de sus rasgos esenciales: la multidimensionalidad. La calidad de vida, tal como es la vida en sí misma, cuenta con múltiples constituyentes. En este trabajo monográfico, consideramos que la calidad de vida en la vejez, es un concepto multidimensional, condicionado al contexto social e/o a ciertas circunstancias propias del individuo. Esta cosmovisión está apoyada en los inúmeros estudios efectuados a respecto que revelan múltiples indicadores de calidad de vida valuados en sujetos mayores de 65 años que cuentan con distintas condiciones: viven en su propio domicilio o en instituciones (públicas y privadas), presentan distintas edades, pertenecen a distinto género y están adscritos a varias posiciones sociales. La conclusión final es que durante la vejez la posición social, la edad y el género son circunstancias más importantes que el vivir
  • 27. 20 en el propio domicilio o en una residencia, para la mayor parte de las dimensiones de calidad de vida.32 La OMS (1994) define la “calidad de vida” como la percepción del individuo sobre su enfoque en la vida dentro del contexto cultural y el sistema de valores en que vive y con respecto a sus metas, expectativas, normas y preocupaciones. Se ve en esta definición, su carácter multidimensional y complejo incluyendo aspectos personales como la salud, autonomía, independencia, satisfacción con la vida y aspectos ambientales como las redes de apoyo y servicios sociales, entre otros. Siendo que los principales acontecimientos de la vejez que influyen negativamente en la percepción de bienestar, son la pérdida de los seres queridos, el deterioro cognitivo y motor y la pérdida de autonomía. 3.1. Factores biológicos El envejecimiento es un fenómeno multifactorial, que afecta todos los niveles de organización biológica, desde las moléculas a los sistemas fisiológicos. Este proceso afecta a casi todos los seres vivos. Solamente en algunas especies, como los protozoarios unicelulares, no parece existir un proceso de envejecimiento en el sentido de una senescencia replicativa como en otros seres. En los seres humanos, este proceso no fácilmente explicable, pues no se identifica simplemente con el pasar del tiempo. Así, es necesario distinguir entre edad cronológica y edad biológica. Los estudios que se han realizado muestran que el momento en que la célula ingresa al estado de senescencia no depende de un tiempo cronológico o metabólico sino del número de divisiones celulares que han tenido lugar. El envejecimiento es un proceso de grande variabilidad individual en esta sucesión de cambios y parece haber un límite. Hayflick demostró en laboratorio que una cultura de células humanas solo se puede dividir entre 40 y 60 veces, pasando a una fase de senescencia. En el proceso de división celular, cada mitosis encurta ligeramente cada uno de los telómeros en el DNA de las células. El encortamiento de los telómeros en 32 (Guzón, P. 2011, p. 2-3)
  • 28. 21 humanos eventualmente torna imposible la división celular, y este envejecimiento de la populación celular parece correlacionarse con el envejecimiento físico general del cuerpo humano (Hayflick, 1987).33 Con una serie de experimentos llevados a cabo en células humanas, Fagagna (2006) confirmó que cuando los telómeros son demasiado cortos, o se encuentran dañados, se activa un sistema de emergencia específico correspondiente a la ruptura irreversible del ADN, el ciclo se detiene y la célula entra en la fase de envejecimiento.34 3.2. Factores ligados a la atención sanitaria Las políticas de atención sanitaria han proporcionado una drástica reducción de la mortalidad general e infantil y un aumento de la esperanza de vida principalmente en los países industrializados, a lo largo del siglo XX. Desde la primera Conferencia Internacional sobre Atención Primaria de Salud en 1978, se dio prioridad a la llamada Declaración de Alma Ata. Esta declaración supuso el punto de partida de las orientaciones y estrategias a nivel mundial y en especial, en la región Europea, fijando que la Atención Primaria se dirige hacia los principales problemas sanitarios promoviendo la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad y la recuperación desde una acción multisectorial. De acuerdo con este modelo, en la etapa inicial de esa transición la mayor supervivencia de las personas mayores se asocia a enfermedades más graves, especialmente enfermedades crónicas, que originan un aumento de la prevalencia de la discapacidad. En una segunda etapa se produce una compresión de la morbilidad (hipótesis introducida por Fries en 1980), atribuible a una mejora de las condiciones de vida y de la atención sanitaria. Otros estudios apuntan que uno de los más nobles objetivos sanitarios en nuestras sociedades es el mantenimiento de la autonomía de los ciudadanos por tan largo tiempo cuanto lo posible, a través de programas preventivos que sean capaces de controlar la morbilidad con prevalencia en las enfermedades crónicas en estas edades, especialmente en aquellas patologías frecuentemente asociadas a dependencia física. 33 (Hayflick, L. 1987, p. 15-30) 34 (Fagagna. F., et al. 2006, p. 1551-1558)
  • 29. 22 Como sustenta Puga (2005),35 la atención sanitaria prestada a los ancianos, debe continuar a ser un sistema de protección de reconocida eficacia a la dependencia, a fin de retrasar el mayor tiempo posible, esas dependencias, o conseguir que sean mínimas. 3.3. Factores ligados al medio ambiente Desde hace mucho que no sólo los aspectos biológicos y físicos, sino los económicos, sociales y políticos fueran relacionados a la salud, sino que, también el ambiente empezó a tenerse en cuenta, el elemento medio ambiente, va a revelar otra faceta de la misma interacción, con una estructura multidisciplinar donde se articulan salud, desarrollo económico, desarrollo social y diversidad cultural. Lawton (1980), parte del principio de que cada persona intenta lograr en cada etapa de su vida "el equilibrio entre sus propias competencias y las presiones del medio ambiente".36 Por esta razón, es fundamental comprender que en la vejez, las estrategias que se orienten a mejorar el medio ambiente de los individuos, que contribuya a aceptar el proceso natural de envejecimiento y a modificar actitudes que genere actividades con vista a mejorar la calidad de vida y a recrearse, resultan eficaces para elevar el nivel de bienestar y la adaptación vital. Como afirmó Capra (1992), el concepto de salud está actualmente orientado a una visión holística del mundo, de ecología profunda, basada en “una nueva comprensión científica de la vida en todos los niveles de los sistemas vivientes”37 . Esta visión sistémica de la vida adquiere especial importancia debido a que se considera que la salud es el resultado de la interacción y adaptación entre los individuos y el medio ambiente físico y social. En consecuencia de esta realidad, recientemente, se añadió a la definición de salud, el concepto de calidad de vida, abarcando todo este conjunto de factores 3.4. Factores ligados al estilo de vida Hace años que se conocen los efectos inequívocos de factores ambiéntales sobre los procesos de envejecimiento y sus enfermedades asociadas, especialmente los relacionados con la alimentación y la 35 (Puga M. D. 2005, p. 227-230) 36 (Lawton, M.P. 1980) 37 (Capra, F. 1992, p. 25)
  • 30. 23 actividad física. Están recogidos en diversos informes de la OMS (WHO, 2004) y reflejan la culminación del enfoque ecológico de la salud iniciado por Lalonde en 1974 y promovido por la OMS a partir de 1986 con el programa Salud para todos en año 2000. Este conocimiento no solo permitió establecer recomendaciones nutricionales y de estilos de vida, sino también realizar programas de intervención para reducir la mortalidad cardiovascular (OMS, 1986), con buenos resultados en la prevención de la muerte prematura por enfermedad cardiovascular y también en algunos tipos de cáncer (WHO, 1991); como (Puska, 199738 ; Sulander, 200339 ) permitieron, no solo añadir años a la vida, sino añadir vida a los años. Además aumentan los programas establecidos por las instituciones sanitarias que incluyen medidas pro-activas para que los ancianos puedan promover su propia calidad de vida (Kahana et al., 2003)40 . La convicción de que el proceso de envejecimiento y muchas de las enfermedades degenerativas y tumorales que le acompañan pueden controlarse mediante “estilos de vida adecuados”, surge de tres fuentes principales: a) La experimentación animal, b) La comparación de los procesos de envejecimiento, c) De las incidencias de enfermedad degenerativa y tumoral asociadas a la vejez en poblaciones que desarrollan sus ciclos vitales en diferentes condiciones ecológicas (Bernis, 2003)41 . En suma, hoy en día resulta que para conocer el estado de salud de las personas, no nos fijamos solo en estudiar los determinantes relacionados con su biología. Sino percibir el medio ambiente en que cada uno se insiere, como también percibir el sistema de salud que le atiende y los estilos de vida que caracterizan su comunidad y, por consiguiente, su cultura (Dever, 1976)42 . Inclusive, la familia, las creencias religiosas, la etnia y los pares, influyen en la formación de las creencias sobre la salud 38 (Puska, P. 1997, p. 206-211) 39 (Sulander, T., et al. 2003, p. 394-404) 40 (Kahana, E., et al. 2003, p. 255-183) 41 (Bernis, C. 2003, p. 257-539) 42 (Dever, A. 1976, p. 455-462)
  • 31. 24 y determinan la construcción de estilos de vida que influyen en la salud, puesto que generan sus propias señas de identidad diferenciadoras de su grupo social y de la cultura de la salud. Según Anspaugh y col. (1994) 43 , los factores que determinan la salud dependen alrededor de un total de 84% del propio individuo. La herencia biológica influye la salud en 16%; el sistema sanitario en 10%; el medio ambiente afecta la salud en 19%; y el estilo de vida en 53% conforme a la figura 2. Figura 2. Grafico de los cuatro factores que influyen en la salud 4. Trastornos mentales en los adultos mayores en su etapa de envejecimiento En la población mayor, las alteraciones mentales más frecuentes relacionando el funcionamiento afectivo-emocional con el envejecimiento son frecuentemente la depresión y la ansiedad y suelen manifestarse por medio de trastornos somáticos tales como taquicardias, tensión muscular, cefaleas, sudoración, sensación de ahogo, fatiga, trastornos del sueño, digestivos, etc. 43 (Anspaugh, J.; Hamrick, H. & Rosato, D. 1994, p.2-15; 28-48) Estilos de vida 43% Biologia humana 27% Ambiente 19% Sistema Sanitario 11% Fuente: Anspaugh, J.; Hamrick, H. & Rosato, D. 1994
  • 32. 25 Para tenernos una mejor idea del cuadro sintomático del envejecimiento patológico, vale la pena subrayar los cuatro trastornos más frecuentes que afectan la población anciana autónoma y no institucionalizada: a) Insomnio b) Demencia (pérdida de memoria) c) Ansiedad d) Depresión 4.1. El Insomnio La alternancia sueño-vigilia se produce de forma espontanea y cíclica a lo largo de las 24 horas, siguiendo ritmos circadianos que permiten mantener el equilibrio físico y psíquico del individuo. Es un ritmo endógeno inducido por factores sociales, laborales, psicológicos y culturales, y es imprescindible para la recuperación física y sobre todo psíquica del individuo. El insomnio es un padecimiento que afecta en algún momento la población en general y con alguna severidad las personas mayores de edad. Es importante tener presente que el anciano necesita menos horas de sueño, aunque no todos los autores están de acuerdo, o puede despertarse por ejemplo, a causa de la nicturia. Muchos pacientes invierten el ciclo nictameral y presentan insomnio por la noche y, consecuentemente, aunque no siempre, somnolencia diurna. Borkovec44 descubrió que el problema principal de las personas que padece insomnio no es la excitación somática sino los pensamientos intrusivos. Se trata de aprensivos crónicos que no pueden dejar de estar preocupados, por más cansados que se encuentren. Lo único que parece ser de ayuda para conciliar el sueño es el hecho de alejar su mente de las preocupaciones, focalizándola, en su lugar, en sensaciones producidas por el ejercicio de algún tipo de relajación. O sea, según el autor, se puede interrumpir el círculo vicioso de la preocupación cambiando el foco de la atención. Según el DSM IV-TR, el insomnio o hipersomnia con frecuencia, puede ser uno de los criterios de diagnostico de episodio depresivo mayor. 44 (Borkovec, T. 1994, p. 221)
  • 33. 26 4.2. La Demencia Por otra parte, el síndrome de pérdida de memoria en el anciano se debe en la mayoría de los casos a un síndrome de demencia, y especialmente a una enfermedad neurodegenerativa, la Enfermedad de Alzheimer (EA). La demencia es un síndrome psiquiátrico orgánico caracterizado por un deterioro adquirido y persistente del funcionamiento intelectual con una afectación de al menos tres de las siguientes áreas de actividad intelectual: lenguaje, memoria, habilidades viso-espaciales, personalidad o afectividad, y cognición, que incluye abstracción, cálculo, juicio, y funciones ejecutivas. La prevalencia de síndrome demencial por encima de los 65 años de edad se cifra en el 5%, con un aumento gradual conforme la edad en creciendo que puede superar los 20% entre los mayores de 85 años. Hay más de 60 enfermedades asociadas al síndrome demencial, siendo las más frecuentes, por este orden, el Alzheimer (EA) y la demencia vascular (DV). (tabla 1) Tabla 1. Prevalencia de los trastornos psiquiátricos en el anciano. Demencia 5,8% Delirium 25% de los ancianos hospitalizados Depresión Mayor 1-3% Distimia 2% Síntomas depresivos 5-20% Trastornos por ansiedad 5% Esquizofrenia 1% Insomnio 10% Alcoholismo 2-5% Fuente: M. Martín, C.P. P. Menni
  • 34. 27 Para determinar la causa de la demencia, es necesaria una evaluación clínica: examen somático y psiquiátrico, una entrevista con un familiar cercano, bioquímica sanguínea, radiografía torácica, TAC o RMC, y análisis del LCR en determinados casos. Dado que el EA tiene típicamente un inicio insidioso, es de gran utilidad investigar y registrar la forma de comienzo de los síntomas. 4.3. La Ansiedad El término ansiedad, proviene del latían "anxietas", angustia o aflicción, esa sensación de opresión precordial y epigástrica con un malestar que la caracteriza. La angustia es una manifestación emocional caracterizada por un temor a lo desconocido o a lo que amenaza. Este tipo de temor se contrapone al miedo, que es un temor a algo concreto y definido, objeto o situación. En la angustia de la ansiedad el miedo es confuso y no identificable. La ansiedad consiste así en un estado de malestar psicofísico caracterizado por una sensación de inquietud, intranquilidad, inseguridad o desosiego ante lo que se vivencia como una amenaza inminente pero de causa indefinida. Hay dos tipos de ansiedad: la normal y la patológica. La diferencia básica entre la ansiedad normal y la patológica, es que ésta última se basa en una valoración irreal o destorcida de la amenaza. Cuando la ansiedad es muy severa y aguda puede llegar a paralizar el individuo, tomando proporciones de pánico. En la literatura especializada podemos encontrar tantas definiciones del concepto de “ansiedad” como autores: Lazarus (1976) afirma que la ansiedad es un fenómeno que se da en todas las personas y que, bajo condiciones normales, mejora el rendimiento y la adaptación al medio social, laboral, o académico. Tiene la importante función de movilizarnos frente a situaciones amenazantes o preocupantes, de forma que hagamos lo necesario para evitar el riesgo, neutralizarlo, asumirlo o afrontarlo adecuadamente. Beck (1985) refiere que la ansiedad es la percepción del individuo a nivel incorrecto, estando basada en falsas premisas. Kiriacou y Sutcliffe (1987) identifícala como una respuesta del organismo con efectos negativos,
  • 35. 28 referido a la cólera, angustia y episodios depresivos, acompañados de cambios fisiológicos potencialmente patógenos, descargas hormonales y incremento de la tasa cardiaca. Lang (2002) defínela como una respuesta emocional que da el sujeto ante situaciones que percibe o interpreta como amenazas o peligros. Así, de todo esto, podemos concluir que la ansiedad es un estado emocional caracterizado por malestar, aprensión y preocupación excesiva desencadenada por acontecimientos que el sujeto interpreta como amenazantes o peligrosos, aunque en realidad no se puedan valorar como tal. Esta manera de reaccionar de forma no adaptativa, hace que la ansiedad sea nociva para la salud porque es excesiva y frecuente. La ansiedad es probablemente la emoción universal más común y se presenta a lo largo de toda la vida de los individuos (Tobal, 1990)45 . Es por esta razón que la ansiedad, cuando patológica, es considerada como un trastorno mental prevalente en la actualidad, ya que engloba una serie de cuadros clínicos que comparten, como rasgo común características que se manifiestan en múltiples disfunciones y desajustes a nivel cognitivo, conductual, psicofisiológico. Estos factores son experimentados en diferentes ambientes: en la familia, lo social o en el ambiente laboral. Datos de la OMS, del año 2001, situaban en aproximadamente 450 millones el número de personas afectadas en todo el mundo, por este tipo de trastorno mental. 4.4. La Depresión La depresión es una enfermedad mental común que se presenta con síntomas de bajo ánimo, pérdida de interés o placer, energía disminuida, sentimientos de culpa o baja autoestima, alteraciones del sueño o apetito, y falta de concentración. A menudo, la depresión se presenta con síntomas de ansiedad. Estos trastornos pueden volverse crónicos o recurrentes y llevar a importantes fallas en las habilidades de un individuo para llevar a cabo sus tareas diarias. En casos severos, puede llevar al suicidio. Se pierden casi un millón de vidas al ano por suicidio, lo cual se traduce como 3000 suicidios por día y según las estadísticas de OMS por 45 (Tobal, M. 1990, p. 270-274)
  • 36. 29 cada suicida, hay 20 o más que intentan poner termo a su vida (OMS, 2012) 46 . Una de cada diez personas presentan depresión mayor y casi uno de cada cinco ha tenido el trastorno durante su vida (prevalencia a un ano 10% y prevalencia a lo largo de la vida 17%) (Kessler et al 1994)47 . Para el 2020 la depresión será la segunda causa de incapacidad a nivel mundial (OMS, 2001) y para 2030 se cree que será la mayor responsable de la tasa de enfermedad (OMS, 2008). La depresión en las etapas posteriores de la vida afecta a cerca de 6 millones de adultos, pero solamente el 10 % recibe tratamiento. La depresión no es parte normal del envejecimiento, pero el 58 % de los adultos en edad avanzada creen que sí lo es. Aun cuando la depresión provoca la incapacidad para hombres y mujeres, la tasa de la depresión es un 50% mayor en las mujeres (OMS 2008). De hecho, la depresión es la principal causa de enfermedad para las mujeres tanto en países de alto nivel de ingresos como en los de nivel medio o bajo. (OMS, 2008). Solo en EEUU, los síntomas de depresión ocurren en aproximadamente el 15 % de los residentes de la comunidad que tienen más de 65 años. Las tasas de depresión en las residencias de ancianos son hasta del 25 % en algunas áreas. La tasa de suicidio en adultos de edad avanzada es un 50 % más alta que la del país entero. Hasta dos tercios de éstos se atribuyen a la depresión no tratada o mal diagnosticada. Con la crisis económica y la consecuente pérdida de empleos con la degradación del rendimiento de las familias, va en aumento los últimos números conocidos de esta enfermedad mental. La depresión tiene costos socioeconómicos muy elevados. Los estudios europeos han mostrado que la jubilación precoz explicaba 47% del costo de la depresión, la licencia por enfermedad un 32% adicional, comparado con solo un 3% de costo con los fármacos para el tratamiento de la enfermedad (Sobocki et al, 2007).48 Se ha calculado que para el año 2030, una de cada tres personas en los países industrializados será mayor de 60 años. 46 (OMS, World suicide prevention day 2012) 47 (Kessler, R., et al,1994, p. 8-19) 48 (Sobocki, P., et al. 2007, p. 146-152)
  • 37. 30 La mayor parte de los estudios consideran que hay dos fases en la aparición de la depresión en los mayores: una en torno a los 70 años, caracterizada por la estabilidad; y otra fase posterior en la que aumentan las tendencias depresivas, que puede deberse a la expectativa de una muerte inminente (Ruthhermund, 2003)49 . Por otro lado, Paul (2009)50 considera que la edad no es un predictor de la depresión, pero la soledad, el aislamiento, los problemas de salud, las limitaciones provocadas por la enfermedad, sí son factores de riesgo asociado a una positiva percepción subjetiva de mala calidad de vida. Las dificultades económicas, una visión negativa de la propia salud y el pesimismo, incluso el padecer problemas cardíacos guardan una estrecha relación con la manifestación de esta psicopatología en los mayores. El hecho de que el envejecimiento esté asociado a un deterioro cognitivo y a la depresión debe tenerse en cuenta para la prevención y el tratamiento de la depresión. Pues como vimos, sabemos que la depresión puede llevar a tendencias suicidas; entre el 60 y el 90% de los mayores que intentan suicidarse presentan síntomas depresivos. El adecuado funcionamiento del sistema afectivo-emocional y motivacional es esencial para llegar a conseguir un envejecimiento óptimo. 5. Factores significativos de la salud mental, asociados al fenómeno del envejecimiento En el proceso de envejecer, convergen varias circunstancias tales como la disminución de las facultades físicas, mayor facilidad para enfermar, padecimiento de enfermedades crónicas, disminución de los recursos económicos, aislamiento, pérdida de seres queridos, etc., que pueden potenciar la aparición de procesos psicopatológicos. Este conjunto de situaciones, lleva a que el anciano se torne una persona especialmente vulnerable, en que la edad contribuye para un importante “factor de riesgo”, siendo el organismo anciano impelido a desarrolla un considerable esfuerzo adaptativo51 . El envejecimiento es un proceso fisiológico universal, que acontece en todos los seres vivos, es inevitable e está influenciado por causas 49 ((Ruthhermund, K. 2003, p. 80-90) 50 (Paul, C. 2009, p. 192-194.) 51 (Fisher y Noll, 1996)
  • 38. 31 externas, no obstante un innegable determinismo genético aún no totalmente explicado. A medida que los años van pasando, se produce una serie de cambios que irán influir en la capacidad funcional, psicológica y social del anciano. Entre los factores que aparecen y participan en el proceso de envejecimiento fisiológico, se destacan tres grandes dimensiones: Biológicos: Funcionales y Psicosociales, que están listados en la tabla 2. Tabla 2. Factores asociados al proceso de envejecimiento. Biológicos – Aumento de la Vulnerabilidad a enfermar frente a cualquier estímulo interno o externo que obligue a poner en marcha las reservas orgánicas. – Su reserva fisiológica es menor. – Sus mecanismos de defensa son más limitados con disminución de la capacidad de adaptación. – Dificultad para delimitar los procesos relativos al propio envejecimiento y los relacionados con procesos patológicos. – Padecen una mayor incidencia de enfermedades que cursan a la vez y que evolucionan a la cronicidad. – La manifestación de la enfermedad en muchos casos es de forma atípica y solapada. – La terapéutica es más compleja. Mayor requerimiento de rehabilitación y readaptación. Variación en la cinética de los fármacos. Patología múltiple. Funcionales – Variaciones motoras – Modificaciones intelectuales y cognitivas – Alteraciones Sensoriales – Adaptación comportamental Psicosociales – Reajuste afectivo - emocional – Jubilación - inactividad laboral – Cambio del rol social - familiar – Disminución de la participación Fuente: Rev. Mult Gerontol 2002;12(1):19-25
  • 39. 32 Si bien que algunos estudios pongan en manifiesto que la vejez, en sí misma, no constituye un factor de riesgo para la enfermedad mental, una serie de factores asociados a la misma, si pueden ser los responsables de un mayor riesgo de la población anciana venir a padecer de un trastorno depresivo.52 “La salud mental de cada individuo es determinada por estos factores. Por ejemplo, las presiones socioeconómicas persistentes constituyen un riesgo bien conocido para la salud mental de las personas y las comunidades. Las pruebas más evidentes están relacionadas con los indicadores de la pobreza, y en particular con el bajo nivel educativo. La mala salud mental se asocia así a los cambios sociales rápidos, a las condiciones de trabajo estresantes, a la discriminación de género, a la exclusión social, a los modos de vida poco saludables, a los riesgos de violencia y mala salud física y las violaciones de los derechos humanos. También hay factores de la personalidad y psicológicos específicos que hacen que una persona sea más vulnerable a los trastornos mentales. Por último, los trastornos mentales también tienen causas de carácter biológico, dependientes, por ejemplo, de factores genéticos o de desequilibrios bioquímicos cerebrales.” 53 También el crecimiento de la población anciana ha puesto de relieve los problemas de salud relacionados con el envejecimiento, y entre ellos, los trastornos psiquiátricos. La razón fundamental para ello se basa en la elevada prevalencia de trastornos psiquiátricos entre los ancianos, con cifras que oscilan entre el 15-20%, según los estudios y en las especiales características que ofrece la enfermedad psíquica en el anciano. Entre ellas, se pueden destacar algunas manifestaciones psicopatológicas encubiertas con un envejecimiento normal, la comorbilidad con trastornos somáticos y el valor de los factores psicosociales. Si es verdad que el envejecimiento es un proceso fisiológico propio y común a los seres vivos que durante mucho tiempo fue considerado como un proceso evolutivo inalterable, en la actualidad hay evidencias de que este proceso resulta 52 (Robert, E., et al. 1997, p. 1384-90) 53 (OMS, 2010)
  • 40. 33 de la interacción de múltiplos factores endógenos y exógenos que caracterizan la respuesta biológica adaptativa determinando así el papel del envejecimiento como un fenómeno individual. La variabilidad de esos factores endógenos y exógenos, en interacción con la componente genética de cada individuo, pueden condicionar los diferentes procesos de envejecimiento. No obstante, además de la componente estrictamente biológica se debe considerar el proceso de envejecimiento como un equilibrio dinámico entre los factores físicos, psíquicos e sociales. El envejecimiento bien sucedido presupone una capacidad de respuesta adaptativa a los desafíos relacionados con el avanzo de la edad. A partir de una revisión teórica, se ha observado que el envejecimiento saludable es un proceso multidimensional que envuelve los aspectos físicos, sociales, cognitivos y emocionales (Baltes & Baltes, 1990; Aldwin, 1994; Baltes & Smith, 1995; Neri, 1997; Rowe & Kahn, 1998; Levenson, Mauad, 1999; Aldwin & Cupertino, 2001)54 . Hoy en día se estudia mucho el “envejecimiento con éxito” y a veces parece ser que este tipo de ciclo vital es lo único posible. Sin embargo, siendo el proceso de envejecimiento condicionado a muchos factores distintivos, por tratarse de un proceso individual, existen variables que entran en unos casos y en otros no. Con todo, Rowe y Kahn55 afirman que para un individuo “envejecer con éxito” se deben identificar por lo menos tres criterios: a) Baja probabilidad de enfermar y de sufrir discapacidad por enfermedad; b) Elevada capacidad física y cognitiva; c) Un compromiso con la vida, manifestado en las relaciones interpersonales y en una actividad productiva. Estos autores, asumen que las personas que evitan comportamientos de riesgo y adoptan comportamientos saludables pueden envejecer con éxito. El modelo de Rowe y Kahn tiene la ventaja de ser operativo, pero han sido criticados por aplicaren criterios externos, enfatizando 54 (Cupertino, A., et al. 2007, p. 81-86) 55 (Rowe & Kahn. 1997, p. 433-440)
  • 41. 34 comportamientos individuales y excluir a la mayoría de las personas mayores que no cumplan estos criterios tan estrictos, pasados a un margen de calificados como sujetos no-éxito en el proceso de envejecimiento. A pesar de estos argumentos se mostraren validos cuanto a la segregación social de los ancianos considerados “no-éxito”, hay diversos factores comunes que si contribuyen para una mayor o menor longevidad y calidad de vida en el proceso de envejecimiento. 5.1. Los factores conductuales El declive de la funcionalidad motora asociado a la edad en general acompaña el ciclo de vida del anciano y asienta en distintos factores intrínsecos y extrínsecos. Estos cambios pueden estar genéticamente determinados y pueden ser en simultaneo el resultado de alteraciones metabólicas y/o esqueléticas tan comunes en las personas mayores. Del mismo modo, la alteración del movimiento, puede tener también la dificultad acrecida de los factores conductuales asociados al proceso de envejecimiento. El declive en el ejercicio y en la actividad física y un estilo de vida más sedentario son muchas veces la causa para la movilidad reducida del anciano. Muchos, al hacerse mayores, caminan y se mueven más lentamente, y cuando no está asociado a otros trastornos o enfermedades, como la enfermedad de Parkinson (EP), se considera un cuadro del síndrome de fragilidad física del envejecimiento. Así, los factores conductuales pueden constituirse en factores de riesgo o protección de la salud. La interrelación existente entre salud y conducta en el anciano se ha tornado un objeto de estudio preferencial, así como la comprensión del papel que juegan los factores psicosociales como mediadores en esta relación, subrayando los aspectos de influencia de la salud sobre el estado emocional del anciano, de cómo determinadas enfermedades afectan la capacidad funcional de las personas mayores y la pérdida de recursos cognitivos que puedan regular una enfermedad o adoptar decisiones sobre la salud. Como afirman Izal y Montorio (1999), “en la vejez una buena salud es sinónimo de autonomía e implica la posibilidad de mantener una vida
  • 42. 35 independiente sobre la que se ejerza control”.56 Por eso existen factores conductuales propios del individuo, creencias sobre su competencia, preocupación en mantener las actividades de la vida diaria, ejecución de conductas, y otros que, en este caso, están relacionados con el “apoyo- eficacia” resultante de la interacción entre las acciones correspondientes al apoyo social formal o informal que recibe el individuo y su nivel de auto- eficacia.57 Pero hay dos factores conductuales fundamentales que intervienen en la dependencia funcional de las personas mayores. Uno de ellos está relacionado con el medio en que viven los mayores, en el cual la familia les dispensa apoyo. Al apoyarse en una imagen negativa y estereotipada de la vejez, estos familiares, muchas veces, llevan a cabo conductas de sobreprotección hacia el anciano prestando más ayuda que la necesaria, ya que, al no existir oportunidades ambientales, por espacios exiguos y/o barreras arquitectónicas, para que el individuo desarrolle sus capacidades o recursos. Una inconveniente utilización de estos espacios habitacionales, conlleva a corto o a medio plazo, a la pérdida de las habilidades que permiten la competencia del anciano. El segundo de estos factores tiene en cuenta las complejas relaciones existentes entre el control percibido y la auto-eficacia del individuo, con las expectativas de las personas que les rodean respecto a su capacidad de eficacia y control.58 Controlo o afrontamiento (coping) sobretodo en situaciones amenazadoras y estresantes que adelante profundizaremos. 5.2. Los factores psicosociales Durante el proceso de envejecer, confluyen una serie de circunstancias tales como disminución de facultades físicas, mayor facilidad para enfermar, padecimiento de enfermedades crónicas, disminución de los recursos económicos, aislamiento, pérdida de seres queridos, etc., que pueden favorecer la aparición de procesos psicopatológicos. Con los años 56 (Montorio y Izal, 1999, p. 151-175) 57 (Lawton, M. 1989, en: Montorio, et al. 2002, p. 61-71) 58 (Kuypers, y Bengston. 1990, en: Montorio, et al., 2002, p. 69)
  • 43. 36 se van produciendo series de cambios que irán repercutiendo sobre la capacidad funcional, psicológica y social del anciano. Si la interrelación existente entre salud y conducta en el anciano se ha tornado un objeto de estudio preferencial, igualmente la comprensión del papel que juegan los factores psicosociales como mediadores en esta relación, subrayando los aspectos de la influencia de la salud sobre el estado emocional del anciano; de cómo determinadas enfermedades afectan a la capacidad funcional de las personas mayores; y la pérdida de recursos cognitivos que puedan regular una enfermedad o adoptar decisiones sobre la salud. Simultáneamente se ha estudiado el efecto que tiene la conducta personal en el proceso de envejecimiento, lo que se ha denominado estilo de vida y su relación con la forma de envejecer, como atrás observamos. Varios estudios concluyen que los estilos de vida pueden tener efectos positivos o negativos para la salud, lo que llama a la atención para la necesidad de implantar y evaluar programas de prevención y promoción de la salud. Las características generales del proceso envejecimiento (Bentosela y Mustaca, 2005; Triadó y Villar, 2006),59 se pueden resumir en ser un proceso continuo, progresivo, irreversible, heterogéneo, individual, universal y con presencia de cambios físicos y psicosociales. En las personas mayores, los factores psicosociales funcionan como mediadores entre la salud y la conducta y de estos, y los aspectos que se pueden considerar más relevantes en las personas mayores, es la salud y el estado emocional, funcional y cognitivo. Por esta razón, los factores que más intervienen para una mejor salud de la población anciana son el control percibido, la auto-eficacia, las creencias sobre la enfermedad y las estrategias de afrontamiento. En paralelo, el apoyo social, la fuente de apoyo y el tipo de apoyo, tienen un efecto positivo sobre el estado de la salud general y el bienestar de las personas mayores protegiéndolos así de los efectos fisiológicos y psicológicos producidos por sucesos estresantes y proveyéndole las necesarias habilidades adaptativas. 59 (Triadó, C. y Villar, F. 2006)
  • 44. 37 Razón por la cual, estudios en esta área demuestran que a fin de se obtener el desarrollo humano a lo largo del ciclo vital, la sociedad debe de proveer oportunidades para que todos los individuos puedan alcanzar una edad avanzada con habilidades a fin de saber adaptarse a los cambios, con capacidades para seguir contribuyendo productivamente, con buena salud y con una red de apoyo familiar y social capaz. Una de las consecuencias del envejecimiento en el ámbito laboral es la jubilación. Se trata de una nueva etapa de la vida para la cual muchas personas no están adecuadamente preparadas y esa falta de preparación y, en su caso, la adaptación, tienen repercusiones no deseadas ni mucho menos, benéficas en la salud física y mental de los sujetos y en sus relaciones sociales y familiares. Desde la perspectiva social y profesional, la jubilación es la condición a la que pueden acceder las personas que, en función de su edad, cesan voluntaria o forzadamente su actividad profesional por cuenta ajena o por cuenta propia. Cada sociedad establece el momento cronológico de la vida de sus ciudadanos en que se va a producir la jubilación. Como norma social, en la mayoría de los países de Europa, se considera que una persona se jubila entre los 60-65 años, según el tipo de actividad le estaba asignada. En España 16,2% da populación tiene más de 65 años. Mensualmente, cerca de 36.000 personas sobrepasan este límite etario. La esperanza de vida es de aproximadamente 74,4 años para los hombres y 81,5 para las mujeres. La esperanza de vida para las personas que atingen los 65 años es de 16 años para los hombres y de 19,8 para las mujeres. España conoció una verdadera revolución en lo que se refiere a la esperanza de vida, gracias a la mejoría de los cuidados primarios de salud, proporcionados por el progreso de la ciencia médica e a la mejoría de las condiciones de vida. 85% de la populación atinge ahora la "ancianidad"60 (ver la tabla 3). La jubilación, a veces anticipada, supone de forma automática, una disminución de los ingresos y un aumento del aislamiento social, con todos los inconvenientes para la salud mental que esta nueva situación genera. 60 (Barrera, C., et al. 2010, p. 20-25)
  • 45. 38 Lehr (1980) hace referencia a la teoría de la desvinculación refiriendo que parece ser que la persona de edad avanzada desea ciertas formas de aislamiento social y al lograrlo acaba por sentirse feliz y satisfecha. Tabla 3. Esperanza de vida en España Año Hombres Mujeres 1970 69,6 75,0 1980 72,5 78,6 1990 73,4 80,5 2000 75,7 82,5 2007 76,9 83,5 Fuente: Sistema Nacional de Salud (España), 2007 Las pérdidas económicas y la pérdida de status por vía interrupción de la vida laboral, tiene implicaciones más profundas en la calidad de vida del anciano obligándole a un nuevo replanteamiento de la vida familiar, y con la disponibilidad de más tiempo libre la necesidad de ocupar el abundante ocio, la reducción, en la mayoría de los casos, del poder adquisitivo por en general las pensiones ser de menor cuantía que los ingresos habituales, instila el miedo de un futuro inmediato incierto provocando ese aislamiento interior. No obstante Lehr, en su reflexión, concluye que esta desvinculación es transitoria y señala que se en una fase del ciclo de vida, es posible existir una alta satisfacción que vaya unida a escasos contactos sociales, ella aparece como forma de reacción a determinadas situaciones de sobrecarga psicológica momentánea y una vez que finalice la adaptación del sujeto a la nueva situación, se produce un buen ajuste observándose así una renovada vinculación social, lo que indica que la cuestión de la desvinculación social sólo sería temporal, no se extendiendo durante todo el ciclo de vida de la vejez. Así la nueva etapa, supone la posibilidad de
  • 46. 39 dedicarse a actividades diferentes, de recuperar el tiempo a compartir con el cónyuge y el resto de la familia, la perspectiva de hacer cosas que siempre se han querido hacer y para las que antes no se encontraba la oportunidad o el momento, de gestionar adecuadamente el tiempo libre y el ocio, haciendo que éste sea creativo. Pero, debido a los cambios de la composición demográfica, la futura sustentabilidad de las condiciones de vida en la vejez no parece ser fácil. “El envejecimiento de la población se acelera. Al irse jubilando la generación de la explosión demográfica de los años 60, la población activa de la UE empezará a disminuir a partir de 2013/2014. El número de mayores de 60 años aumenta dos veces más rápido de lo que lo hacía antes de 2007, es decir, en unos dos millones al año en vez de en un millón anteriormente. La combinación de una menor población activa y una mayor proporción de jubilados se traducirá en más tensiones en nuestros sistemas de bienestar.”61 En este momento, debemos estar alerta para intervenir en todos aquellos aspectos que estén a nuestro alcance con el objetivo de evitar crisis, depresiones, estrés y situaciones de tristeza, de soledad y en general, de abandono de la población anciana. En las conclusiones relativas a los cambios asociados al envejecimiento físico y psicológico, Izal y Montorio62 enfatizan que los factores personales y psicosociales también actúan como mediadores en la relación conducta-salud, de ahí que merecen que se les presten especial atención. El control percibido; la auto-eficacia; las creencias sobre la enfermedad y las estrategias de afrontamiento, son factores psicosociales internos o que dependen de la propia persona, así como el apoyo social como factor externo importante, contribuyen para una mejor salud en la edad avanzada. 5.3. Los factores afectivo-emocionales Según Labouvie-Vief y DeVoe (1991)63 , en el envejecimiento se produce una integración del mundo afectivo y de las habilidades cognitivas. Uno de los señales de realización en la etapa final de la vida, es percibir que, 61 (Boletín de la Comisión Europea. 2010, p.6) 62 (Izal y Montorio, 1999) 63 (Labouvie, V. 1991, p. 172-194)
  • 47. 40 mediante un proceso integrador, las emociones intervienen en el desempeño cognitivo posibilitando soluciones mucho más eficaces en el afrontamiento y resolución de los problemas de la vida cotidiana. En la etapa de la ancianidad, se observa un mejor manejo de las emociones reflejado a través de un lenguaje emocional más complejo, así como se produce una mayor diferenciación de las emociones. La propuesta de Erikson, (1997)64 para la integridad de la teoría psíco-emocional, supone un mejor controlo emocional. Erikson introduce el concepto de que a lo largo del ciclo vital se van atravesando una serie de conflictos que se deben ir solucionando. El último de estos conflictos que uno atraviesa, es la vejez, o sea, la resolución entre la integridad versus la desesperación. Conseguir la integridad implica la aceptación de su propio ciclo de vida con el estilo de vida que se emprendió en la experiencia vital, así como las variables históricas que lo conforman. La aceptación de esta etapa conlleva la aceptación de la muerte no como algo trágico sino con tranquilidad y con un sentimiento que transciende lo material y al proprio yo. En la literatura gerontológica, es señalada la relación objetiva entre las emociones positivas, la salud y la longevidad, lo que demuestra que la presencia o ausencia de emociones positivas o negativas influye y es determinante para la salud física y mental y para la longevidad (Danner y cols., 2003)65 . Según Triadó y Villar (2006)66 existen criterios objetivos y subjetivos que determinan el grado de bienestar de una persona, que no pueden ser analizados separadamente; entre esos objetivos, encontramos la mayoría de los indicadores de salud física, del estado cognitivo y de las actividades que el sujeto es capaz de poner en marcha. Entre los de carácter subjetivo, que implican la opinión y los valores de cada persona, se destacan los que hacen referencia a la experiencia personal y los aspectos emocionales, como por ejemplo, el sentido de control personal o el concepto de felicidad. 64 Erikson, J. 1997) 65 (Danner, D.D., y cols. 2003, p. 804-813) 66 (Triadó, C. y Villar, F. 2006, p. 23-62)
  • 48. 41 Por medio de los estudios disponibles, se puede considerar que frente al proceso de envejecimiento, la evitación conductual y cognitiva debería valorarse como una estrategia activa y adaptativa. El afrontamiento no debería confundirse con el dominio sobre el entorno. En muchas situaciones, como en el caso del envejecimiento, las estrategias caracterizadas por la aceptación y la resignación resultan las más adecuadas y son de éxito, en el sentido de que permiten una adaptación a la realidad y se orientan al aumento de la calidad de vida del sujeto. En la mayoría de los casos, muchas ocurrencias de crisis no se pueden dominar y, en tales condiciones, el afrontamiento eficaz debería incluir estrategias que permitan al individuo tolerar y aceptar aquello que no puede dominar. Según Barros Lazaeta (1994)67 la resolución de las situaciones problema y limitaciones en la vejez implica enfrentarlas, dándoles un significado que las transforme en aceptables. 5.3.1. La personalidad Son muchas, según las corrientes de las escuelas de psicología, las definiciones para el concepto de “personalidad”. En general, los estudiosos de la personalidad están de acuerdo en establecer alguna relación entre el perfil subjetivo de cada individuo y el medio ambiente. Es también admitido como válido que la personalidad identifica los sistemas psicofísicos de los individuos que determinan su conducta, pensamiento y su ajuste propio al medio. Estos elementos, en un principio, permanecen estables a lo largo de todo el ciclo vital y su combinación, permite identificar cada individuo y predecir su comportamiento a pesar de las ocurrencias que puedan surgir durante el envejecimiento. (Cattell, 1950; Costa y McCrae, 1986; Eysenck, 1990)68 . A la personalidad cabe un papel primordial en la identidad del individuo cuando realiza una construcción unificada que da sentido a su pasado, presente y futuro. Esta construcción está formada por los deseos vitales de futuro y reorganización más o menos coherente de la historia pasada de cada individuo. Así, la personalidad tiene un contenido individual en función de 67 (Barros Lazaeta, C. 1994, p. 57-66) 68 (Eysenck, J. 1990, p. 245-261)
  • 49. 42 la edad, nivel socioeconómico, contexto y estereotipos sociales. Es manifiesto, tenga la edad que tenga, esta interacción entre el entorno en que la persona desarrolla su comportamiento y en el que se expresa en función de sus motivaciones, necesidades, afectos y intereses que se manifiestan en la personalidad, por medio de aspectos cognitivos, afectivos y operativos sean ellos genéticos o adquiridos. En lo que concierne a la influencia que la personalidad pueda tener en la forma de envejecer, hay varias teorías propuestas por diversos investigadores. San Martín (1997)69 , desarrolló la teoría sobre la relación entre los estilos de vida y formas de envejecimiento. El autor considera que la forma de envejecer depende de la interacción entre estilos de vida, grado de inteligencia, sucesos y temas vitales. Un primero tema vital es la vinculación social y tiene como fundamento las relaciones sociales; otro tema vital es la vinculación a actividades y tiene como fundamento el aprovechamiento del tiempo; y un tercero tema vital hace la vinculación al aspecto físico y su fundamento es la preocupación por el cuerpo. Sheldon, Ryan, Rawsthorne & Illardi,70 identifican cinco factores que se supone, componen la personalidad: 1) neuroticismo 2) extraversión 3) cordialidad 4) responsabilidad 5) apertura a la experiencia Tabla 4. 69 (San Martín, Hernán. 1997) 70 (Sheldon, K. M.; Ryan, R. M.; Rawsthorne, L. J. & Illardi, B. 1997, p.1380-1393)
  • 50. 43 Cuando se trata de estudios que comparan grupos de edades distintas, se ha encontrado que son los factores de Neuroticismo, Extraversión y Apertura a la experiencia los que distinguen descensos en el grupo de los individuos adultos mayores, en comparación con los sujetos más jóvenes. No obstante, estos cambios no son comunes a todos los aspectos que componen el factor. O sea, la estructura de personalidad manifestada por los cinco factores es indiscutible, una vez que se ha mostrado consistente a lo largo de diferentes métodos de evaluación. Es conocida la relación que se establece entre determinados factores de personalidad y aspectos como las emociones o los afectos. Por consiguiente, el neuroticismo se asocia a afectos negativos y la extraversión a los afectos positivos. En estudios llevados a cabo en EE.UU. por Reichard Livson y Peterson (1962)71 , en un universo de población adulta mayor, de los 55 a los 88 años, la mitad de ellos jubilados, indica que los encuestados que se acercaban a la jubilación se mostraban particularmente ansiosos, dando muestras de desprecio por sí mismos, al percibir ese tiempo de inevitable cambio de roles y estilo de vida. Estos autores identificaran una tipología de cinco personalidades y formas de vivir el envejecimiento que van de mayor a menor adaptación a este ciclo vital: 1) Envejecimiento maduro o integrado Sujeto maduro, que tiene una visión realista de la vida, realizado y psicológicamente equilibrado, emocionalmente positivo en la apreciación de la vida; constructivo; sólido; integrado; sin preocupación en envejecer; luego con mucha capacidad de adaptación. 2) Envejecimiento pasivo Propio de una personalidad pasiva; que no quiere comprometerse; acomodado; de personalidad retraída; desvinculado, que procura no buscar compromisos. 3) Envejecimiento blindado o defensivo-activo Corresponde a una persona dinámica, aunque con personalidad defensiva; rígida; individualista; que se busca estrategias para protegerse de la ansiedad por el envejecimiento; discretamente adaptable y feliz con sus actividades. 71 (Reichard, S., y cols. 1962)
  • 51. 44 4) Envejecimiento colérico Sujeto que se muestra descontento; con una baja tolerancia a la frustración ante las circunstancias que se pueden producir con el envejecimiento; se considera fracasado, de lo cual culpa amargamente a la sociedad y a sus familiares, lo que hace que responda con hostilidad a los demás. 5) Auto-agresivo Se refiere a un individuo que no muestra conformidad consigo mismo; desconsolado; frustrado; deprimido; amargado y culpabilizado de cómo cursa la vida. Reichard y cols., observaran también que la personalidad de estos individuos se había desarrollado mucho antes de la edad avanzada, lo que supone que los tipos de personalidad, no son el resultado de ser mayor de edad, en cuanto tal, sino provienen del capital conductual adquirido en los anteriores ciclos vitales. Siendo el neuroticismo y la extraversión las dos dimensiones más significativas pues son ellas que se relacionan con muchos de los trastornos de personalidad. Hay un sentimiento generalizado de que los hombres mayores jubilados, solos o con su pareja dependiente, asumen funciones “impropias” de su rol masculino, tales como, realizar la compra cotidiana y ayudar o hacerse cargo de las tareas domesticas que coinciden con el cese de la actividad laboral, se siente frustrado y inadaptado. Si el sujeto no ha desarrollado y cultivado valores alternativos con vista al vacío creado por el abandono al trabajo, si que puede llegar a caer en un proceso de degradación existencial marcado por la pasividad y hipocondría, lo cual le fuerza a caracterizar el estereotipo negativo de viejo, con toda la carga negativa que eso conlleva72 . Otra teoría psicosocial sobre el envejecimiento es la Teoría de la desvinculación de Neugarten, Havighurst y Tobin (1961)73 , dice que el proceso social de retirada del sujeto mayor a la vida activa, no hace más que prepararle para la muerte, desvinculándole de las varias estructuras sociales (la pareja, la familia, el grupo, la sociedad). Así, considerase que el modo de llevar el proceso de envejecimiento depende de la experiencia de anteriores adaptaciones a las situaciones de la vida y de la personalidad. 72 (Mercader, F. 1992, p. 30-32) 73 (Neugarten, L., Havighurst, J. y Tobin, S. 1961, p. 134-43)
  • 52. 45 Por oposición, Havighurst y Albrecht (1953) citados por Motte Celia y cols. (2002),74 recuerdan que la teoría de la actividad, por ellos formulada, es la teoría psicosocial más antigua y coloca la siguiente hipótesis: “La realización de un elevado número de roles sociales o interpersonales correlaciona de forma significativa, con un elevado nivel de adaptación y satisfacción vital percibido por la persona mayor”. Según esta teoría, el individuo alcanza un envejecimiento satisfactorio cuando descubre y realiza nuevos roles o continua en actividad con los que anteriormente venia a desempeñar (Atchley, 1980).75 A fin de contrastar esta hipótesis, los autores aplicaran un cuestionario en una muestra de cien individuos seleccionados de una universo de 670 con 65 años o más y, los resultados del estudio presentaran una correlación positiva entre el número de actividades realizadas y la adaptación sentida por los individuos. Así, concluyeran que las personas mayores que se mantienen más activas experimentan un envejecimiento con mayor adaptación e bienestar. Por otro lado, Schulze y Weise (1986)76 en su estudio sobre la relación entre personalidad y adaptación al ambiente, plantean dos actitudes de intervención: por un lado, considera que el sujeto puede adoptar una actitud de control primario, es decir, puede modificar las realidades externas manteniendo así consistente el “yo”; y por otro lado, puede adoptar una actitud de control secundario, con la que cambia el “yo” para ajustarse a las realidades externas. En general, los individuos de edad por haber pérdida sus funciones de influencia son forzados a ceder el control primario, pero suelen mantener el secundario. Thomae (1970)77 , en conformidad al enfoque cognitivista, defendió que el modo de percepción al cambio con la edad, determina el comportamiento del individuo, sumándole aún, que dicha percepción está mediatizada por los intereses, las preocupaciones, las exigencias y las expectativas de su persona. 74 (Motte Celia, Alexis.M., y Moñoz Tortosa, J. 2002) 75 (Atchley, R.C. 1980) 76 (Schulze y Weise. 1986, Modulo didáctico, p.12-13) 77 (Thomae, H. 1970, p. 13, 1-16)
  • 53. 46 Así, la adaptación a la vejez es condicionada al equilibrio entre la cognición, la percepción y la motivación de cada individuo. Liébana (1993) hace observaciones específicos en relación a esta teoría alegando: “aunque el ambiente sea común y genérico, cada persona hace interpretación personal del mismo, percibiéndolo de uno u otro modo; cada individuo varía en la forma en que cree que puede controlar el ambiente, incluso, a veces, suponiendo que lo controla sin ser realmente así.”78 De todo esto, se puede concluir que las personas que mejor se adaptan al envejecimiento son las que confían más en sus capacidades, de manera que los mayores de edad, al aumentar la confianza en sí mismos y en sus posibilidades, buscando metas realistas, mejoran su autoestima, aumentan su nivel de actividad y tienden menos al desequilibrio afectivo- emocional que en general se manifiesta en forma de depresión o ansiedad. Por fin, Woods y Britton (1985)79 añade que, generalmente, la edad no tiene una relación estrecha con los rasgos de la personalidad, por lo cual, el envejecimiento no tiene por qué afectar a aquella, salvo si se verifica alguna patología psicológica. Al contrario, una actividad emocional equilibrada es la condición esencial para un envejecimiento saludable. 5.3.2. Las Emociones Tradicionalmente la psicología de la emoción se ha preocupado prioritariamente por los procesos patológicos negativos, como la ansiedad o la depresión, logrando un cuerpo de conocimientos que ha permitido el desarrollo de nuevas terapias para estos trastornos. No son muchos los textos sobre las emociones en el proceso de envejecimiento. Sin embargo, en la ciencia psicológica, hay una buena cantidad de trabajos explicativos acerca de las emociones, (Garcia Rodriguez y Ellgring, 2004)80 sean los que estudian la asociación entre cognición y emoción o el desarrollo del pensamiento post-formal, contrariando las teorías piagetianas de el desarrollo cognoscitivo cesa con la edad adulta, al cual se suma una nueva perspectiva, propuesta por Laura Garstensen, (2001)81 con su Teoría de la Selectividad Socioemocional, (TSS) 78 (Liébana, A. 1993, Modulo didáctico, p.12-13) 79 (Woods, R., and Britton, P. 1985) 80 (García Rodríguez, B. y Ellgring, H. 2004) 81 (Carstensen, L. L., et al. 2000)