Texto del catálogo de la exposición de construcciones fotográficas titulada: "Paradojas germinadas. Tanzania medio propicio". Ver los documentos: vídeo de presentación, imágenes de las obras, fichas técnicas, títulos en inglés, alemán y español, libro editado de la exposición y reportaje fotográfico en: https://luisjferreira.es/1-obra-plastica-exposiciones/17-paradojas-germinadas-tanzania-medio-propicio/
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Paradojas germinadas. Tanzania, medio propicio. Texto de catálogo
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“PARADOJAS GERMINADAS. TANZANIA, MEDIO PROPICIO”
Después de haber concluido una trilogía de exposiciones de obras construidas con
material fotográfico obtenido en tres significativos viajes por Myanmar, por Perú y por
Argentina y Chile, con los títulos de: “Reproduciendo/Recreando Myanmar”, “Reprodu-
ciendo/Recreando Perú” y “Reproduciendo/Recreando Argentina y Chile”, respectiva-
mente, abordo ahora otra muestra con creaciones efectuadas a partir de una selección
de las instantáneas tomadas en un periplo por Tanzania (la continental y la insular o
Zanzíbar), que he denominado “Paradojas germinadas. Tanzania, medio propicio”.
En esta ocasión ya no se trata de reproducir aspectos de un país con fotografías y de
recrearlos de diversos modos mediante construcciones fotográficas, estrategia que
compartían esas muestras previas, sino de generar singulares paradojas visuales con
talante desenfadado y jocoso, como temática unificadora, recurriendo igualmente a
construcciones digitales ejecutadas con capturas fotográficas.
Centrándonos en el tema de la exposición, es oportuno partir en este preámbulo del
concepto de paradoja, esa expresión o comportamiento que parece contrario a lo que
nos dicta la lógica o el sentido común. En consonancia con dicha noción, cabe conside-
rar que estas obras son paradojas tanto en cuanto son expresiones en imágenes
aconvencionales que plantean diferentes tipos y grados de contradicciones, situándose
manifiestamente fuera de la lógica y de la opinión común de lo que se toma por
coherente; como esperable consecuencia, alteran las pautas habituales de percepción
y pensamiento forzando a abandonar -o al menos a poner en entredicho- lo acostumbra-
do, lo admitido y lo establecido. No obstante, el propósito de la paradoja no es meramen-
te mantenerse en el plano de la contradicción, contrasentido o absurdo manifestado,
sino trascenderlo produciendo un nuevo sentido.
Estimo que estas paradojas están germinadas porque, utilizando como símil la
germinación en el mundo vegetal, han seguido un proceso progresivo, han brotado de
la conjunción de una serie de materiales fotográficos hasta transformarse en obras
plásticas autónomas, con la concurrencia de unas condiciones favorecedoras imprescin-
dibles, como las que se han producido en la experiencia del viaje por Tanzania. Esas
circunstancias idóneas para la germinación han sido las que han hecho de ese país un
medio propicio, no el que los comportamientos ilógicos, absurdos o contradictorios
fueran más evidentes en ese territorio que en otros, como pudiera pensarse; precisa-
mente el hecho de que entre los tanzanos operen otras lógicas diferentes de las
occidentales, aunque también compartan algunas con nosotros, da pie a relativizar la
aplicación del concepto de coherencia y sensatez, lo que se supedita a la lógica y lo que
no. Pero como la semilla germinada que se convierte en incipiente planta para luego
intentar proseguir su desarrollo hasta convertirse en planta adulta, encarnando entonces
la propia germinación una expectativa de futuro, que podría continuar abierta con la
génesis de nuevas generaciones, estas paradojas visuales, ya germinadas, tendrían la
posibilidad de arribar a su adultez y cumplir sus esperanzas de posteridad siempre y
cuando contaran con interlocutores/as que volvieran a hacerlas germinar a su modo.
Las paradojas ahora presentadas en 30 imágenes construidas sirviéndome de 263
tomas de realidades tanzanas, intentan modestamente poner en entredicho nuestra
realidad, adoptando como asunto plástico, pues, lo ilógico, lo absurdo y las contradic-
ciones de ella, pero lo procuran valiéndose cabalmente de la creación de diferentes
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situaciones ilógicas, absurdas y contradictorias; y lo pretenden ejecutar lúdicamente con
algunas dosis de arbitrariedad, gracia y tono burlón, las cuales no dejan de ser manifes-
taciones propias de esa misma realidad. El procedimiento que pongo en juego consiste
en suscitar en el espectador sorpresa, extrañeza, incluso desconcierto cuando se coloca
ante las imágenes, para que dude de su habitual forma perceptiva e interpretativa, así
como de su propia lógica y la aparque aunque sea por un momento. Se trata de
imágenes muy particulares, o poco convencionales, que presentan algún tipo de
problematización, precisamente para enfrentar al posible interlocutor/a a situaciones
incomprensibles trastocando su acostumbrada percepción, con el propósito de tratar de
conmoverle y de estimular su capacidad reflexiva, que le haga titubear sobre el estado
de las cosas (sobre si son como creemos o nos dicen que son, o si siendo como son no
sería preferible que fueran de otro/s modo/s) y le permita acceder a otras posibilidades
lógicas o a lógicas por él/ella inexploradas, inhabilitadas tendenciosamente por nuestro
“racional”, “lógico” y “ordenado” mundo.
Puede sostenerse que la paradoja es inherente a la actividad artística -o plástica
como considero la mía-, tanto a su dimensión práctica o ejecutiva como a los productos
que genera, al permitir encarar y resolver paradojas al tiempo que expresarlas y
evidenciarlas, estando presentes en ella de múltiples maneras; por consiguiente, estas
imágenes que aquí muestro encierran contradicciones ya solventadas propias del
trabajo creativo mismo y, además por decisión propia, lo paradójico constituye su
contenido propiamente plástico y narrativo. Y es que las artes plásticas, aparte de
incorporar la contradicción y la dialéctica de contrarios como uno de los impulsores
básicos de la actividad creativa (esas artes son síntesis de contrarios y al tratarse de un
ámbito creativo pueden rentabilizar las paradojas y sacarles fértil provecho), suelen
afrontar lo evidente, aquello que nos parece indiscutible precisamente porque lo vemos,
cuando en realidad todo es cuestionable. Justamente esto es lo que nos posibilita la
paradoja, pues al confrontar elementos conocidos saliéndonos de la esperada lógica
usual cuestiona lo que habitualmente no se somete a duda, generando razón de ser
sorpresivamente desde la sinrazón.
En consonancia con lo expresado, el planteamiento plástico que he adoptado
supone pensar que las capturas fotográficas que he realizado en Tanzania, aunque
testimonien fragmentos de realidades concretas, admiten la posibilidad de ser concebi-
das en contextos totalmente diferentes desacostumbrados, lo que entraña abordar una
práctica creativa de resistencia a lo familiar o convencional y de apertura a nuevas vías
de representación. El recurso metodológico empleado se fundamenta sencillamente en
negarse a quedarse en el plano de la simple percepción de las imágenes ofrecidas por
el dispositivo fotográfico, en cuestionar su cometido originario y en liberar de ellas
posibilidades insospechadas; es decir, en quebrar las relaciones de sumisión que nos
ligan por costumbre a las imágenes y que logran que la cotidianidad, aunque pueda
contener su riqueza, perviva monótonamente.
No es nada arriesgado asegurar que el carácter paradójico de estas imágenes que
ofrezco salta a la vista con gran facilidad, sin embargo, a pesar de que el comportamien-
to paradójico sea sobradamente reiterado en nuestra forma de vivir, tanto en lo particular
como en lo general, nos falta llamativamente lucidez para darnos cuenta de las
paradojas que son propias de cada cual y de las que nos rodean. No deja de ser
sorprendente por paradójico que la sociedad incite y afiance nuestros comportamientos
contradictorios y los suyos propios, al tiempo que engañosamente nos prevenga de
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ellos; las contradicciones son señaladas como algo desmerecedor que hay que evitar, a
la vez que son decididamente mantenidas. Sucede que están tan instaladas en nuestras
vidas que quizá sea inevitable tener que convivir con ellas mientras se intentan resolver,
o encajarlas en la medida en que no se puedan solucionar.
A menudo tenemos la tendencia a percibir las distintas realidades de un modo
estándar, común a la mayoría y acrítico, sin percatarnos de los contrasentidos que
albergan, y presuponer además que lo hacemos con objetividad. Estas tres decenas de
obras se caracterizan principalmente por evidenciar diferentes incoherencias que
causan perplejidad, al brindar alguna anómala rareza que identifica a la paradoja, y por
pretender ser una elocuente metáfora de lo que acontece en nuestra paradójica
cotidianidad; es decir, con estas variadas imágenes desencajo realidades a base de
perturbarlas, con el fin de que consigamos trasladar su chocante contenido al plano de
nuestra realidad vital y así poder reparar en los desencajes y desquiciamientos en ella
instalados con perfecta normalidad. El natural desconcierto que ocasionan, aderezado
con algo de humor y ludismo para suavizarlo, pero también contradictoriamente con una
pizca de ironía para punzarlo, es propio de la misma naturaleza de la paradoja, es lo que
cabe esperar de ella.
Pero la paradoja no se detiene en este carácter señalado, dado que al trastocar la
realidad y desquiciarla entraña inevitablemente una transgresión de la misma así como
una trasformación. Ni que decir tiene que esta es también una de las misiones del arte,
a parte de las ya mencionadas de enfrentarse a las paradojas y vehicularlas y de atender
a lo visible, pues acoge la transgresión en distintos ámbitos y de diversas maneras como
una de sus misiones; lo hace -o lo puede hacer- contraviniendo la normalidad -y la
norma- y esbozando otras formas de pensamiento propias y cuestionadoras. Es por ello
que estas llamativas paradojas visuales materializan un particular modo de transgresión
y, consecuentemente, de disidencia, pudiendo contribuir a generar sospecha sobre la
veracidad de lo que tomamos como verdades absolutas, certezas irrefutables o incon-
testables realidades, cuando, por otra parte, suelen venirnos de algún modo impuestas.
Ahora bien, es menester tener en cuenta que el cuestionamiento de realidades,
certezas, dictados, etc. tiene un sustento en la existencia de variados puntos de vista; y
es notorio que cualquier asunto admite diferentes ópticas en función de diversas
circunstancias, lo mismo objetos concretos situados en el espacio que comportamientos
individuales o sociales, por lo tanto su percepción no será la misma cuando se tiene
desde un punto de mira u otro. Pero así como somos bastante conscientes de que los
objetos no se ven igual estando en distintas posiciones o mirándolos desde diferentes
lugares, solemos carecer de esa conciencia cuando se trata de otro tipo de realidades
inmateriales como las comportamentales, por la sencilla razón de que suelen verse -y
pensarse- desde una óptica o punto de vita fijo considerado el valido o correcto, de
manera que podemos confundir fácilmente la realidad con lo que se ve parcialmente de
ella, deformándola inevitablemente, como es propio de un pensamiento unidimensional
y rígido, necesariamente acrítico. Es menester añadir que en toda cultura ese punto -o
puntos- de mira inflexible es impuesto por ella y pretendidamente mantenido, viendo por
lo general las cosas como esa cultura establezca que las veamos.
Evidentemente estas paradojas imaginadas se salen del punto de vista convencio-
nal, demasiado fijo y rígido, y abren otras perspectivas aparentemente disparatadas o
ilógicas pero aliviantemente flexibles y no constrictoras. Mas ese abandono de la
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normatividad y de la normalidad de la realidad aparente es un planteamiento previo a
estas ejecuciones, siendo lo que me incita a capturar fotográficamente detalles de
existencia material, descontextualizarlos de ella y recontextualizarlos libre e imaginativa-
mente en la construcción de otras realidades bien distintas significadas por su ser
paradójico; mundos originales no pertenecientes verdaderamente al nuestro, pero que
pretenden conectar con las permanentes contradicciones que sí nos pertenecen y
acompañan, tanto en lo individual como en los diferentes niveles de colectividad; y al
hacerlo consiguen que las imágenes propuestas, evidentemente ausentes de la
realidad, pertenezcan propiamente a ella por el vínculo común de lo contradictorio e
ilógico. Obviamente, este peculiar modo de transgresión y disidencia, que renuncia a
plasmar visiones normalizadas, no es explícitamente denunciante, aunque al otorgar
una imagen a lo que no la tiene plasmando paradojas y perseguir el establecimiento de
conexiones con nuestras paradojas vitales, introduce una especie de requerimiento
sobre lo que considero desmerecedor y animo a su resolución, convencido de que puede
darle a nuestra experiencia elementos para intentar cambiar algo de nuestra forma
habitual de percibir y enmendar lo que quepa de lo paradójico.
Aunque como propósito plástico sea perfectamente válida la creación fantástica de
algo absurdo o inverosímil por ilógico, y aunque me pueda recrear en ello, no es
realmente mi objetivo al producir estas obras, sino más bien, como he venido
manifestando, servirme de lo disparatado o desencajante como medio para llamar la
atención y advertir de lo ilógico de nuestro mundo, planteando otras lógicas alternativas
cuestionantes, siempre relativas y suscitadoras de la duda frente al carácter absoluto de
la establecida. El desafío de la lógica poniendo incongruentemente la realidad escogida
patas arriba mediante la manipulación fotográfica, viene a parodiar, pues, la incongruen-
cia del sistema que nos acoge al tiempo que nos utiliza y margina como a simples
objetos de usar y tirar, su inherente desorden presentado paradójicamente como orden
indiscutible, y la manipulación de la que se vale para que parezca que las cosas están
debidamente colocadas patas abajo. Estas singulares construcciones fotográficas
emplean elementos reconocibles de la realidad con naturalidad, transmutándola mágica-
mente con limpieza y claridad introducen la sorpresa, y mediante la absurdidad señalan
lo absurdo de nosotros mismos y de nuestro “estructurado” contexto cercano y lejano,
invitándonos a discurrir; disponen a placer de las apariencias proponiendo lúdicamente
otra lógica que contradice la formal en uso, con la intención de visibilizar lo que suele
mantenerse bastante invisible y con el paradójico deseo de encontrar el sentido mismo
en la falta de sentido.
Para concluir esta presentación, me parece pertinente referirme a que a lo largo del
tiempo los artistas han tratado de suprimir separaciones artificiosas entre el mundo
exterior y el suyo interior, entre lo real y lo irreal, entre coherencias y contradicciones,
entre lógicas e ilógicas o entre racionalidades e irracionalidades, entre lo cotidiano y lo
inconcebible... y hacer valer los segundos términos de cada par, especialmente desde
el comienzo del pasado siglo y finales del anterior. Imaginativa y creativamente múltiples
autores/as perseguían activar la imaginación y el pensamiento crítico, visibilizando
inconformistamente lo desconocido, lo insólito, lo singular, lo impensable... Es concreta-
mente en este contexto donde evidentemente se sitúan estas paradojas construidas,
que no dejan de ser un recurso expresivo que se desmarca de la literalidad acompañada
de un sentido claro y preciso, para abogar por la sorpresa, la complejidad y la ambigüe-
dad que dejan los significados abiertos, aunque insinúen algunos concretos mediante el
uso de la parodia; y que, además, intentan espolear al espectador/a. Este aguijonear al
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interlocutor/a de la obra parte inicialmente de la captación de su atención mediante lo
inaudito y desacostumbrado mostrado en cada imagen, a través de aquello que es
inesperado por su excepcionalidad, y que por ello desencaja y altera su receptividad y
sus expectativas de conocimiento; sin embargo, confía en que si continúa seducido por
ella quizá pueda desconectar su pensamiento ordinario convergente, al menos
momentáneamente, y sustituirlo por otro nuevo de tipo divergente que probablemente
consiga ampliar y enriquecer su punto de vista. Esta confianza es exactamente lo que
me ha alentado a brindar estos estímulos plásticos, al margen del alcance que puedan
llegar a tener.
Tullinge, Abril de 2023
Nota: Texto perteneciente al catálogo de la exposición, resumen del escrito para la
publicación del libro de la misma.