Exposición de construcciones fotográficas (2ª parte) en la que me propongo bogar libremente entre la abstracción y la concreción, alternando en cada obra en diversas medidas ambas formas expresivas. Texto del catálogo de la exposición.
Ver exposición: https://luisjferreira.es/1-obra-plastica-exposiciones/13-entre-la-abstraccion-y-la-concrecion/
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Entre la abstracción y la concreción II. Texto de catálogo
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“ENTRE LA ABSTRACCIÓN Y LA CONCRECIÓN II”
“Entre la abstracción y la concreción II” presenta un conjunto de construcciones
fotográficas efectuadas mediante recursos digitales empleando fundamentalmente
fotografías propias, del mismo modo que otras exposiciones previas. Lo específico de
esta nueva muestra es que los productos ofrecidos son el resultado de un navegar
libre y plácido por las aguas comunes de la abstracción y la concreción, alejado
consecuentemente de las orillas del inmenso mar de esas formas expresivas y
realizando desplazamientos en las distintas direcciones.
El proyecto expositivo está concebido en dos partes, siendo ésta la segunda, y
acoge cada una la misma cantidad de obras: cuarenta, aunque cada unidad producida
cuenta con diversas versiones que ofrecen distintos tipos de variantes. Estas
características son coincidentes con las observadas en otro anterior, ya ejecutado,
denominado “Arribando a la abstracción I-II” (2009 y 20012) y, precisamente, de él
deriva el actual. Si en aquel proyecto pretendía bogar autónomamente por diversos
grados de abstracción sin que la nave llegara al puerto, sin alcanzar la abstracción en
términos absolutos, y evidenciando algún vestigio de concreción, en “Entre la
abstracción y la concreción” persigo igualmente un navegar soberano aunque
alternando en diversas medidas abstracción y concreción, de modo que unos trabajos
muestren más evidencias de una que de otra y otros dejen entrever una cierta
equivalencia de ambas. Es decir, aquí se produce un cambio de rumbo que dirige la
embarcación hacia la concreción, sin pretender arribar a ella, sin llegar a recalar en su
orilla, por lo que los largos desplazamientos se producen entre ambos extremos y
navegando en alta mar alejados de ellos, donde las aguas son profundas;
circunstancia que impide echar el ancla y fondear, así como correr el riesgo de varar,
coyunturas que inmovilizarían el barco y detendrían el viaje, cuando el propósito es
sencillamente la experiencia de la travesía en sí misma. Este planteamiento de viaje
náutico (entendido como “arte” de navegar y asociado metafóricamente a mi actividad
plástica) iniciado cerca de la abstracción con “Arribando a la abstracción I-II”, que
continuó con “Entre la abstracción y la concreción I” y que aquí prosigue con su
segunda parte, desembocará de forma natural en “Arribando a la concreción I-II”,
quedando así, en su día, cerrando este largo y fascinante periplo.
Se da la eventualidad de que la construcción fotográfica con la que inicié este
proyecto, “E. a. c. 1”, estuvo concebida con la denominación de “A. a. 81” como la
primera de una tercera parte de “Arribando a la abstracción”; sin embargo, una vez
concluida, decidí cambiar el planteamiento plástico por el plan actual con el deseo de
practicar otro tipo de aventura. Como desvela el subtítulo que la acompaña, “Zarpando
de la abstracción”, alude a la salida del puerto de la abstracción para, tomando la
dirección deseada, navegar ya en el resto de las obras entre ella y la concreción.
Esta prolongada travesía sigue este rumbo naturalmente porque desde la
perspectiva de la planificación de los proyectos he decidido hacer ese recorrido; no
obstante, verdaderamente eso es así desde el punto de vista finalista, no desde el
procedimental o metodológico. Cabe matizar, como puede comprobarse, que en los
resultados finales -en cada obra- los diferentes elementos figurativos, de concreción,
emergen de la abstracción; sin embargo, en sus procesos de ejecución parto de
concreciones (fotografías efectuadas a realidades concretas -de detalles o de
totalidades-) para posteriormente construir las abstracciones que presentan; además,
es conveniente desvelar que en dichos desarrollos técnicos alterno constantemente
procesos mentales de un tipo y de otro; por consiguiente, he planificado un viaje de la
abstracción a la concreción (en el presente materializado entrambas) que las construc-
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ciones fotográficas aquí presentadas muestran, mas sus procesos de confección, que
normalmente permanecen ocultos, siguen otras pautas.
Queda por mencionar aún una conexión más con otro proyecto concluido también,
el titulado “Enigmas. Entre la concreción y la abstracción” (2009), en el que reunía
esculturas en relieves, esculturas exentas y construcciones fotográficas que asimismo
transitaban entre un extremo y otro sin llegar a tocarlos; pero mientras las obras
escultóricas se aproximaban más a la abstracción, las construidas con fotografías lo
hacían a la figuración o concreción, sirviéndose exclusivamente de no colores (blanco,
negro y gamas de grises). En esta ocasión, solamente de trabajos realizados con
fotografías con pleno cromatismo y sin apenas brisas enigmáticas, he procurado que
en todas las obras queden en mayor o menor grado vestigios de concreción (que
puedan producirse reconocimientos de las realidades fotografiadas), al tiempo que
claros rastros de abstracción (de ausencia de referencias a realidades concretas),
cubriendo esa extensísima y ambigua zona, de nadie y de todos, que queda fuera de
las aguas territoriales, donde se yuxtaponen unas aguas y otras, donde confluyen y se
intercambian, y donde coexisten armónicamente en su lecho geológico albergando
diversidad de vida.
En los presentes trabajos, como en los del trayecto recorrido anteriormente, bá-
sicamente reparo en los aspectos configurativos puramente plásticos: los formales -y
no formales- y los cromáticos; no obstante, le he dado alguna entrada a los
propiamente semánticos, como consecuencia de que la concreción se haya hecho
más notoria. Esta peculiaridad se desvela en las fichas técnicas detalladas de las tres
obras que cuentan con subtítulo (expresión de contenido significativo en sí misma) y
que disponen de tutoriales explicativos de sus procesos de realización, aunque
ciertamente se puede intuir en otras; aun así algunas obras, como las de “Arribando a
la abstracción”, carecen de propósito comunicativo -que no de intención expresiva- y
prescinden voluntariamente de contenidos narrativos y, por consiguiente, de
significación. De todas formas, he mantenido la metodología de titulación de aquellas
construcciones renunciando a la literalidad y recurriendo a siglas, que aluden al
nombre de la muestra y a un número identificativo.
La travesía que he emprendido tiene un marcado carácter de aventura solitaria en
la que equipado con brújula y manejando el timón voy orientando y dirigiendo la nave
por donde voy decidiendo sobre la marcha, y en la que me alimento de los peces que
capturo (las fotografías como materia prima) y de los inesperados hallazgos con que
me encuentro (los descubrimientos que surgen de la experimentación plástica). Se
trata, pues, de un viaje de aventura cuyos resultados son inevitablemente inciertos,
que necesariamente entraña placer y esfuerzo o trabajo. Naturalmente, la experiencia
vivida es estrictamente personal, sin embargo, el hecho de ser difundida permite que
otras personas puedan participar de ella y vivenciarla a su modo haciéndola suya; de
manera que la singladura material que el explorador realiza se transforma en imagina-
tiva en quien conecta con ella, con sus obras. Confío en que estas muestras de mi
aventurero viaje sean capaces de estimular lo suficiente como para que sus
potenciales observadores se sientan motivados y puedan entregarse libremente al
disfrute estético de ellas e, incluso, a materializar sus propias creaciones.
El Sauzal, Noviembre de 2019
Luis J. Ferreira Calvo