Texto del catálogo de la exposición de construcciones fotográficas "Arribando a la concreción I", en la que me planteo navegar libremente por diversos grados de concreción figurativa, pero sin alcanzarla de modo absoluto.
Ver los documentos: vídeo de presentación, imágenes de las obras, fichas técnicas y títulos en inglés, alemán y español en: https://luisjferreira.es/1-obra-plastica-exposiciones/17-arribando-a-la-concrecion/
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Arribando a la concreción. Texto de catálogo
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“ARRIBANDO A LA CONCRECIÓN I”
“Arribando a la concreción I” es el epígrafe de esta muestra expositiva en la que
presento una primera parte de construcciones fotográficas, cuarenta en total, cuya
característica fundamental es ofrecer contenidos plásticos suficientemente concretos,
figurativos o realistas, es decir, en un grado suficiente como para que por lo general
puedan ser perfectamente reconocibles dichos contenidos; por consiguiente, en ella
evito la concreción extrema a la par que doy cabida a formas de abstracción en
diversas reducidas medidas.
En Abril de 2007 inicié una aventura plástica, presentada metafóricamente como
de navegación, con la primera obra (“A. a. 1”) del proyecto expositivo “Arribando a la
abstracción”, prosiguió en Marzo de 2015 con el trabajo de apertura (“E. a. c. 1”) de
“Entre la abstracción y la concreción”, y se ha reabierto en Septiembre de 2019 con la
creación inaugural (“A. c. 1”) de la presente propuesta “Arribando a la concreción”. El
plan, concebido como trilogía, ha consistido en bogar libre y plácidamente, variando
las direcciones y los ritmos, por aguas territoriales de la abstracción y de la concreción
haciéndolo en tres etapas o viajes, de modo que en el primer periplo naval timoneé por
la abstracción vislumbrando algo la concreción; en el segundo estuve bogando por los
mares de ambas formas expresivas; y en este tercero y último lo hago por las de la
concreción atisbando cierta abstracción, como vienen a indicar los títulos de las
exposiciones.
Este conjunto de tres presentaciones responde a una unidad que se fundamenta
en el contínuum que se puede establecer entre la abstracción y la concreción como
manifestaciones plásticas, continuidad que va desde un extremo al otro -o del otro al
uno- sin llegar a alcanzarlos en términos absolutos, puesto que son posiciones ideales
e inalcanzables realmente y porque mi interés se ha centrado en el viaje en sí mismo,
es decir, en navegar por el gusto de hacerlo sin concluirlo y, por lo tanto, en no llegar a
puertos donde las travesías finalizaran. Este contínuum que se mantiene a través de
los tres periplos abordados, se preserva en cada uno de ellos con mayor o menor
grado de abstracción y de concreción, y es esta coyuntura la que ha conformado la
temática de cada parte de la trilogía, motivos de exposición que verdaderamente
constituyen recursos metodológicos de presentación de las obras.
Conviene tener presente que la definición de concreción es demasiado amplia,
ambigua y engañosa, como sucede con la de abstracción; desde luego se puede
aplicar al terreno de las artes plásticas pero, como es lógico, no deja de alumbrar
confusión. Sabido es que a la luz del diccionario las definiciones de concretar que
encontramos en él se pueden aplicar perfectamente al arte abstracto, y las de abstraer
al concreto; además, en los ambientes artísticos se ha creado en torno a estas
cuestiones una atmósfera de patente ambigüedad e imprecisión, que ha generado un
inevitable desconcierto. A parte de las matizaciones que requieran estas afirmaciones,
lo que sí se puede concluir con claridad es que esos conceptos, aparentemente
dicotómicos, vienen a ser coincidentes en diferentes aspectos, y que la
intercambiabilidad de términos se ocasiona porque en todo proceso de concreción
plástica se produce abstracción y en los de abstracción se provoca concreción, y
porque en todo producto u obra ambas realidades coexisten armónicamente en la
proporción que sea, no excluyendo nunca la presencia de una a la otra. Esta curiosa
situación es precisamente la que me he propuesto evidenciar a lo largo de este
recorrido que se ha sucedido desde la abstracción a la concreción, como venía a
comentar anteriormente, y que clausuro ahora acercándome a esta última orilla.
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A su vez, me parece de interés hacer referencia a una serie de conceptos que
están relacionados, también en el plano plástico, al que nos ocupa de concreción,
como el de configuración y figuración, pues configurar es con-figura y figurar-con (dar
determinada forma o figura a algo) y lo figurativo asimismo está asociado a lo formal,
como lo no figurativo a lo informal. Pero, a la vez, la noción de concreción guarda
conexiones con la de realismo, entendido como expresión ilusionista, ya que al intentar
el autor/a plástico realista representar la realidad lo que hace es generar la ilusión de
ella, y una ilusión supone figurar-se algo imaginándoselo en su ausencia; contraria-
mente desfigurar es distorsionar, perder verismo, realismo o parecido con la realidad.
Así, pues, los términos concreción, figuración y realismo están relacionados a pesar de
que no sean exactamente lo mismo; de hecho, en ocasiones se usan indistintamente
en la literatura de las artes plásticas. En este sentido, las obras que presento
quedarían englobadas dentro de la concreción figurativa -o de la figuración concreta- y
del concepto amplio de realismo, moviéndose en el ámbito de la representación,
aunque no pretenda representar propiamente realidades concretas sino presentar
unas nuevas inexistentes en la realidad puesto que no son copias de ella.
“Arribando a la concreción” en esta primera parte, y previsiblemente también en la
segunda que integrará igualmente otras cuarenta obras, ofrece unos trabajos cuyas
imágenes están en diversas medidas cercanas a la concreción, tanto por el proce-
dimiento de génesis empleado puesto que están construidas con fotografías tomadas
de realidades concretas, como por los resultados logrados y mostrados, dado que en
todas ellas se pueden identificar en buen grado las materialidades de procedencia.
Pero son así mismo concreciones porque todo proceso de ejecución -o de creación
plástica- es un devenir de concreción, de modo que toda obra a medida que se va
realizando se va configurando o concretando, y ella misma -el producto- es una
peculiar concreción. Ocurre, además, que estas concreciones construidas tienen cierto
carácter de provisionalidad, pues la mayoría conocen otras versiones o variaciones no
mostradas -otras posibilidades de conclusión y de concreción- que admiten ser
retomadas en cualquier momento y proseguir otros recorridos; por otra parte, al
hacerse aquí públicas las concreciones seleccionadas, queda a la voluntad del
potencial observador/a efectuar su propias concreciones.
Desde el punto de vista técnico, este tipo de trabajos son de naturaleza fotográfica
por su procedencia, pero encierran cierta hibridación situándose entre la fotografía y la
pintura; me sirvo de la fotografía para su creación como materia prima y tienen
apariencia pictórica al seguir el modelo de la pintura, mas ni son fotografías aunque
algunas puedan parecerlo, ni son pinturas a pesar de que todas las imágenes podrían
pintarse perfectamente. Estas construcciones fotográficas de talante pictórico parten
de instantáneas de realidades encontradas con contenidos bien explícitos, que poste-
riormente selecciono de mi archivo para los trabajos que tengo proyectados, y con
ellas opero digitalmente de diversos modos en distintas fases. Indudablemente lo que
uno se encuentra está supeditado a lo que visita, al lugar donde uno se encuentra y a
lo que ha suscitado interés y percibe en él, de modo que encontramos aquello en lo
que reparamos. En su ejecución están implicadas cuantiosísimas tomas fotográficas,
cuyo número empleado por obra, el contenido y la procedencia de cada una está
detallado en las fichas técnicas que acompañan a la exposición.
La temática general de un buen número de obras es el meta-arte (el arte dentro del
arte o el arte sobre el arte), aquello que resulta cuando el arte se constituye en objeto
de sí mismo y al hacerlo desenmascara honestamente su propia condición de ficción
de lo real; aunque se pueden apreciar otros asuntos más específicos de naturaleza
diversa referidos a espacios (interiores -cerrados o abiertos-, exteriores -paisajísticos o
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aéreos- o propiamente plásticos de primer plano), a personas (a veces con presencia
de maniquíes y de esculturas), a objetos, mobiliario, vehículos, animales y a vegetales;
también a las abstracciones, si bien con carácter secundario. Para la titulación de las
obras he recurrido, al igual que en las otras dos exposiciones de la trilogía, a las
iniciales del verbo y del sustantivo que se integran en la denominación de la muestra
(A. c. de Arribando a la concreción), seguidas de un número identificativo que las
dispone por orden de realización; sin embargo, todas ellas cuentan con un subtítulo
normalmente enunciativo que añade algún contenido narrativo; por lo tanto, estas
creaciones son más referenciales y de significado más preciso o concreto, como su
estilo de concreción figurativa, que las de las muestras precedentes.
Como vengo manifestando, una de las peculiaridades de este proyecto expositivo
es el ofrecimiento de diversidad, testimoniada en la pluralidad de capturas espontáne-
as de que me he servido, en las múltiples temáticas que atiendo, en la variedad de
contenidos narrativos que trato y en el amplio continuum en el que se sitúan las
diferentes creaciones; es más, se constata igualmente en la variedad cromática, en la
de procedimientos de intervención digital, de formatos… y de resultados plásticos en
último término. La diversidad, que no deja de ser una característica habitual en mi
trabajo plástico, supone mayor riqueza que la antitética homogeneidad a la par que
una superior complejidad, situación ésta que lejos de entrañar algo problemático y
rechazable puede implicar un desafío y resultar estimulante su abordaje; precisamente
esa apreciable cualidad puede permitir que lo nuevo, siempre diferente, germine, y no
solamente en el terreno plástico.
Estas construcciones efectuadas digitalmente con fotografías, que han seguido un
proceso de paulatina concreción del que sus productos finales son concreciones y que
formalmente arriban a la concreción, están a expensas de que los posibles observado-
res/as, interlocutores/as de estas formas expresivas, realicen sus concreciones
particulares consistentes en: sensibilizarse, percibir, interpretar, reflexionar, valorar…
Verdaderamente estas son obras bastante personales, pero al disponer de unos
contenidos narrativos no restrictivos pueden permitir interpretaciones de igual modo
personales y libres. Desde luego que en una sociedad de inflación visual y de cierta
anestesia no es fácil conectar con potenciales interlocutores/as; aun así, me he
propuesto intentar aportar imágenes que puedan contar con algún atractivo y que sean
susceptibles de estimular, confiando en encontrar espectadores/as que se sumen a mi
aventura de bogar, en su caso por las imágenes, con plena libertad y con la suficiente
creatividad.
El Sauzal, Agosto de 2022
Luis J. Ferreira Calvo