Las viviendas egipcias antiguas generalmente tenían una planta rectangular con patios interiores y exteriores. Las casas más grandes tenían dos plantas, donde la familia vivía arriba y los sirvientes y animales abajo. Algunas casas tenían azoteas planas accesibles por escaleras desde los patios, que se usaban como terrazas. La distribución de las habitaciones era similar a la de hoy, con salas de recepción y comedor grandes y múltiples habitaciones pequeñas.