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Ninosarte
1. EL NIÑO EN LA HISTORIA DEL ARTE Los niños que no lo son Los reyes de la casa Juegos de niños Los niños aprenden con facilidad Este es mi hijo Así lo ven ellos Grupo CREHA www.artecreha.com
2. JUEGOS DE NIÑOS Auguste Renoir, Niño con juguetes , 1895-96 Los niños tienen en el juego su razón de ser. Con ellos aprenden a relacionarse, a conocer el mundo y los mecanismos que lo rigen. El juego infantil es un universo de seres fantásticos capaz de anular la realidad más opresiva. Al principio, con la madre como testigo y cómplice. Después con otros niños. En el juego lo social siempre estuvo presente hasta la devoradora llegada de los actuales juegos de monitor y mando a distancia.
3. JUEGOS DE NIÑOS Pieter Bruegel, Juegos de niños , 1560 Para los niños el juego es todo su mundo. Lo hermoso sería que todo el mundo fuera un juego de niños.
4. JUEGOS DE NIÑOS Francisco de Goya, Gigantillas , 1776 Los juegos tradicionales utilizan el propio cuerpo como el objeto fundamental del juego. El cuerpo se transforma, crece, se hace invisible… Sólo la imaginación pone el límite y la imaginación de un niño no tiene fronteras.
5. JUEGOS DE NIÑOS Ramón Acín, La feria La feria es la quintaesencia de los juegos y de los recuerdos infantiles. De improviso, en el parque o en el destartalado solar de la esquina, aparecen máquinas maravillosas, llenas de colores, que llenarán de magia las cálidas tardes de verano. La luz, el color, el movimiento y el ruido forman una vorágine irresistible. La feria es el territorio de la fantasía: el tobogán gigante, el carrusel, la noria, los autos de choque y el circo, llenan de ilusión los ojos de los niños.
6. JUEGOS DE NIÑOS Joaquín Sorolla, Niños en la playa Pero los niños no necesitan nada para jugar y disfrutar. Ni juguetes, ni norias. Sólo su cuerpo, la luz, la naturaleza y otros niños. En estos casos, el niño y la naturaleza se unen en una sola realidad y la armonía de formas y colores es completa.
7. LOS NIÑOS APRENDEN CON FACILIDAD Pieter de Hooch, Mujer con niño preparándose para ir al colegio , h. 1661-63 El tema de la educación infantil no ha sido apenas tratado por los grandes artistas. Cuando existía la posibilidad de la educación, el colegio formaba parte de la vida cotidiana. No era, por lo tanto, un tema digno de la gran pintura. La única excepción significativa es la de los Países Bajos. La burguesía protestante gustaba de ver reflejados en los cuadros motivos y escenas de la vida diaria.
8. LOS NIÑOS APRENDEN CON FACILIDAD Manuel García Hispaleto, Una lección , 1888 Durante el siglo XIX muchos niños de las clases pudientes recibían toda o buena parte de su educación fuera del colegio. Eran habituales las institutrices que ejercían la labor de educadoras. La educación era básicamente memorística y libresca. “ Tomar la lección” era a la vez una escena de la vida familiar y del mundo de la educación.
9. LOS NIÑOS APRENDEN CON FACILIDAD Ignacio Pizano, La lección de memoria , 1898 Abrir el libro, leer, tratar de retener, desviar la vista del libro y repetir lo leído de memoria. No hay otra manera de aprenderse las cosas. Los jóvenes estudiantes llevan capa y un uniforme casi militar. Aún son niños pero ya parecen hombres. Sólo la delicadeza de rasgos les delata. Mañana habrá clase y deberá repetir, siempre de memoria, la lección aprendida. Hay que estudiar para ser un hombre de provecho el día de mañana.
10. LOS NIÑOS APRENDEN CON FACILIDAD Domingo Muñoz, La amiga , 1901 En el caso de las niñas una parte esencial de su formación se basaba en el aprendizaje de las labores del hogar. Se trataba de convertirlas en perfectas amas de casa. Las escuelas de costura eran toda una institución escolar. En ellas, como resulta inevitable, las relaciones sociales eran tan importantes como los conocimientos.
11. LOS NIÑOS APRENDEN CON FACILIDAD José Jiménez Aranda, Pequeños naturalistas , 1903 Pero donde los niños aprendían más no era en el colegio. La vida pasa todos los días por la calle y allí la esperaban ellos. Con sus pequeños colegas observaban, analizaban, se relacionaban y comprendían los mecanismos de la existencia. Ellos inventaron la experiencia como método de aprendizaje.
12. LOS NIÑOS QUE NO LO SON Virgen románica Los niños no siempre son tratados por el mundo del Arte como tales niños. A veces los niños no son niños, son reyes o dioses o adultos en miniatura. Durante buena parte de la Edad Media, no se entendía a Cristo niño como niño, sino como Dios y, por lo tanto, se tenía que representar sin mostrar sus rasgos infantiles: no podía llorar, ni jugar, ni relacionarse con la Virgen. El Cristo niño de las figuras románicas bendice con gesto serio al creyente, mientras que su madre permanece ausente de la escena, como un simple trono digno de la figura de Dios.
13. LOS NIÑOS QUE NO LO SON Rafael Sanzio, Madona Sixtina Los ángeles suelen adoptar forma de niños. También son niños que no lo son. Conservan toda su dulzura e ingenuidad, pero no son niños. Sin embargo, los ángeles fueron los primeros en ganar en el mundo del Arte el territorio de la infancia. Los ángeles con la impunidad que les da su condición, fueron los primeros en jugar y hacer travesuras en el rígido mundo de la pintura.
14. LOS NIÑOS QUE NO LO SON Gobert, Luis XV Y es que las apariencias engañan, creemos estar ante un niño y vemos a un dios o a dos pequeños ángeles. Pero tampoco los niños reales se muestran siempre como niños. Los futuros reyes deben aparecer ante sus súbditos con la seriedad y la compostura que se espera de su alta condición. Incluso se juega con su condición de género. Durante siglos, a los príncipes se les representó como niñas, con todo el aparatoso repertorio de la vestimenta de la época. Fue un convencionalismo que duró hasta entrado el siglo XX.
15. LOS NIÑOS QUE NO LO SON Bartolomé Murillo, Niños comiendo fruta Por desgracia, los niños a veces dejan de serlo demasiado rápidamente por la realidad que les rodea. Y la realidad no los convierte ni en dioses, ni en ángeles, ni en príncipes. Aún en edad muy temprana, los niños pierden toda su inocencia y pasan a ser pícaros y truhanes que deben utilizar todos sus recursos para sobrevivir. Incluso tratados con la dulzura de pintores como Murillo, estos niños nos dejan la pena instalada en el corazón.
16. LOS REYES DE LA CASA Fernando Botero, Familia. Ellos son los reyes de la casa. En la familia los niños no tienen rival. Son los grandes protagonistas. No hay familia sin niños (y, a veces, sin perro) si queremos que la iconografía esté completa. Los niños no sólo son la alegría de sus padres. También son su vivo retrato y serán su pervivencia el día de mañana. En ocasiones son, en exceso, su vivo retrato. Hay que ver el orgullo con el que los progenitores los muestran al pintor y al observador ¡Están para comérselos!
17. LOS REYES DE LA CASA Lamberto Alonso, El primer pantalón , 1897 Los reyes de la casa comparten territorio con la madre con la que establecen un vínculo absoluto. Las escenas domésticas nos dejan constancia de las costumbres, como ese primer pantalón que empieza a marcar el final de la infancia, hasta los objetos cotidianos: caballos de cartón, tronas, máquinas de coser, cocinas económicas… El mundo infantil está hecho de objetos, colores, texturas y tactos que no nos abandonarán nunca.
18. LOS REYES DE LA CASA Tarbell, Madre e hijo en una barca , 1892 . Y los niños salen del hogar… Pero lo hacen siempre bajo el suave abrazo de su madre que les muestra el mundo a la vez que les protege de él. La luz y los colores les sorprenden. Todo les llama la atención. Sus ojos se abren con un ansia desbordante de curiosidad.
19. LOS REYES DE LA CASA Carlos Verger, Pelusa , 1901 Lo peor de ser el rey de la casa es que un día llega un nuevo rey y te quita el trono. El nuevo rey de la casa ocupa el lugar que tú ocupabas: los brazos de tu madre. Desde fuera contemplas la escena. Algo te corre por dentro…
20. LOS REYES DE LA CASA Elizabeth Bouguereau, En el bosque , 1889 Pero todo pasa, incluidos los celos. El nuevo rey de la casa tendrá pronto en sus hermanos mayores un aliado incondicional. Un paso intermedio entre la seguridad del hogar y el mundo exterior. Con cuidado, mimo y la protección del hermano mayor, el rey de la casa de asoma, asombrado, al paisaje y sus secretos.
21. ESTE ES MI HIJO Pablo Picasso, Pablo arlequín ¿Puede haber algún niño más guapo, inteligente y simpático que nuestro niño? Decididamente, no. Cuando los artistas, incluso los que practican una estética más arriesgada, avanzada y vanguardistas, retratan a sus hijos, toda nuestra visión de la infancia queda reflejada en el cuadro. Los gestos, la mirada y la ternura de la piel que sólo los padres y las madres reconocen en su totalidad en los hijos, se nos muestran en todo su esplendor.
22. ESTE ES MI HIJO Diego Velázquez, Adoración de los Reyes , 1619 La tendencia de los artistas por retratar a sus hijos ha superado todas las barreras. Aunque sea niña puede representar a un niño, aunque sea nuestro hijo, puede representar a la figura de Cristo. Como si de un belén viviente de cualquiera de nuestros pueblos se tratase, Velázquez representó a su hija María como Niño Jesús en su cuadro de la Adoración de los Reyes . El orgullo del pintor como padre es, en casos como éste, absoluto.
23. ESTE ES MI HIJO Francisco de Goya, Mariano Goya , 1815 En ocasiones no hace falta ninguna excusa, ni convertir a nuestro hijo en la encarnación de ninguna figura de escenas religiosas. Su propia existencia es suficiente para convertirlo en protagonista de un cuadro. Aislado, sobre un fondo neutro y con mínimos objetos que compongan la escena. Incluso en etapas difíciles de nuestra existencia, cuando han fallado todos los valores en los que creíamos, nuestros hijos nos mantienen vivos.
24. ESTE ES MI HIJO Mariano Fortnuy, Los hijos del artista Los hijos son el último refugio. Cuando un artista tiene toda la fama, el dinero y el prestigio, y quiere pintar la felicidad pinta a sus hijos. Mariano Fortuny, el pintor más famoso de Europa en su momento, pintó de esta manera la felicidad: sus dos hijos descansando en el diván de su salón japonés, envueltos en la atmósfera luminosa de su palacio romano.
25. ASÍ LO VEN ELLOS Los niños no ven el Arte como lo ven los adultos. No es sólo que en su manera de representar las imágenes utilicen códigos o modos de expresión distintos. Los niños ven la realidad con otros ojos y el Arte también. Mientras los adultos nos fijamos en elementos como la deformación física, los niños son más sensibles a los detalles (como las manzanas voladoras) y a valores como la protección maternal hacía ellos mismos.
26. ASÍ LO VEN ELLOS En su visión de las imágenes artísticas, los niños dan un protagonismo esencial a cada una de los elementos de la composición. Así, mientras que los adultos entendemos la imagen como un todo en el que niños y perro se recortan sobre el paisaje como un único volumen, los niños individualizan a cada uno de los niños y al perro, a la vez que el paisaje gana en presencia. No está detrás de las figuras sino que se coloca sobre ellos. Las figuras son tan importantes que se vuelve hacia el espectador con el que establecen una relación amistosa, abriendo sus brazos.
27. ASÍ LO VEN ELLOS Los niños se ven reflejados a sí mismos en los niños de los cuadros. Su felicidad se refleja en las amplias sonrisas, en los gestos confiados y en el color. En este caso, nada más es importante. Sólo la propia figura infantil. La gran protagonista.
28. LO QUE NUNCA DEBIMOS VER Los niños sufriendo. Los niños bajo los bombardeos. Los niños muertos en brazos de sus madres. Los gritos ahogados. La vida truncada. Lo que nunca debimos ver. Lo que nunca debemos olvidar. Lo que el Arte no debería reflejar nunca más.