RESUMEN: EXPLICA LAS CARACTERÍSTICAS DE LA RENOVACIÓN ESCULTÓRICA EMPRENDIDA POR RODIN.
1. EXPLICA LAS CARACTERÍSTICAS DE LA RENOVACIÓN ESCULTÓRICA EMPRENDIDA POR RODIN
Auguste Rodin cambió radicalmente la historia de
la escultura occidental. Como decían en su época,
“fue él quien devolvió la vida a la escultura”,
siendo considerado como “el padre de la
escultura moderna”, al romper con los cánones
académicos y el tradicional concepto de estatua
monumento, abriendo los caminos de la escultura
a nuevas formas expresivas.
De carácter básicamente autodidacta, se formó en
cierto modo en el academicismo derivado del
neoclasicismo y romanticismo, pero tras un viaje a
Italia, estudió la obra de Donatello, Verrocchio y
Miguel Ángel, quien le sorprendió por su
terribilitá, su capacidad de captar la fuerza
interior y por el non finito, el aspecto no acabado
de varias de sus obras: «A Miguel Ángel le debo el
haberme librado del academicismo, de él aprendí
reglas diametralmente opuestas a las que me
habían enseñado, y eso significó para mí una
liberación.»
De Miguel Ángel aprendió que la escultura no
consiste solo en la búsqueda de la belleza ideal,
como exigía el academicismo, ni tampoco en una
simple mímesis de la realidad, sino que la
escultura debía reflejar ante todo un estado
interior y para ello Rodin utilizó todos los
recursos plásticos disponibles (luz, textura,
volumen, modelado, formas…) de modo un modo
expresivo, libre y sin sometimiento a reglas
académicas.
Si bien su obra sigue tomando como referencia el
mundo exterior, especialmente, el cuerpo
humano, por el que sintió una auténtica
fascinación, Rodin consideraba que la escultura
no debía estar sometida a la mera reproducción
realista del mundo exterior o de la naturaleza,
sino que debía expresar una intensidad vital, un
estado interior lleno de fuerza y expresión. De
este modo, es el propio escultor el que recrea
libremente una nueva realidad, que es la obra de
arte, con libertad tanto de las reglas académicas
como de la fidelidad a la naturaleza. Lo
importante es que la escultura transmita una
fuerza interior, unos estados de ánimo, y no su
sometimiento a reglas estrictas.
Frente a la tradicional esclavitud de la escultura
por representar objetivamente la realidad o
idealizarla (como venía ocurriendo en la tradición
artística), el naturalismo de las figuras de Rodin
es un naturalismo animado por una intensa vida
interior. El artista no es un esclavo del modelo y
de la realidad, sino que, por medio de su
imaginación, crea una realidad totalmente nueva
a los ojos del mundo, capaz de transmitir
intensas emociones y expresiones, reflejando la
psicología, los sentimientos, las pasiones, los
dilemas del ser humano…. convirtiendo sus
figuras en símbolos intemporales sobre la
humanidad, como ha ocurrido con tantas de sus
obras como “El pensador” o “El beso”, ambas
procedentes de su gran obra “La puertas del
infierno”, basada en la “Divina Comedia” de Dante.
Un recurso expresivo fundamental para
transmitir esa fuerza interior es su magnífico
tratamiento de la anatomía humana, como
ocurre en “El Pensador”: parece que cada uno de
sus músculos está crispado, en tensión, haciendo
el esfuerzo de pensar. El tratamiento de la
anatomía le va servir para mostrar una gran
fuerza espiritual: “Siempre ha tratado de expresar
los sentimientos internos a través de la tensión
muscular.”
Para incrementar esa fuerza expresiva, Rodin llegó
a deformar las formas, a exagerarlas o a
simplificarlas, como en su famoso “Monumento a
Balzac”, que algunos consideraron como “un feto
o una larva informe” o en “El hijo pródigo”, del
que dijo: “He subrayado el relieve de los músculos
que expresan desesperación… Exageré la tensión
de los tendones para enfatizar el carácter
suplicante de la oración…”
El propio tratamiento de los temas por Rodin es
muy diferente del tradicional, como por ejemplo
muestran:
Su “Monumento a Balzac”, en el que frente a
la fidelidad mimética al retrato del autor,
destaca su arrebatador ímpetu creador,
renunciando al naturalismo mimético y a la
belleza.
“Los burgueses de Calais”, un grupo
escultórico de carácter histórico en el que, en
vez mostrar el tradicional componente
heroico, intentó reflejar las pasiones y los
dramas humanos a través de cada uno de los
2. personajes representados y de sus diferentes
actitudes ante el destino y la muerte.
Prescindió del tradicional pedestal elevado en
el que se asentaban las esculturas, para
acercarlas al espectador.
En otras ocasiones llegó a prescindir
directamente del tema, valorando la propia
capacidad expresiva del fragmento, omitiendo
conscientemente partes de la escultura
(probablemente por influencia de los restos de
estatuas clásicas), y realizando ensamblajes,
reaprovechando muchas de sus obras en nuevas
composiciones, que a veces convertía en nuevas
esculturas y otras veces llegaba a combinar con
otras en nuevas creaciones. En estas obras se
muestra como un autor totalmente moderno, que
tan solo valora los propios aspectos del lenguaje
plástico escultórico y no su relación con tema o
motivo alguno.
En su tratamiento de la superficie escultórica
también fue revolucionario. Frente al habitual
acabado uniforme y pulido de la escultura
tradicional, Rodin concedió gran importancia al
modelado de las superficies mediante la luz,
multiplicando los ángulos y los planos en las
superficies, moldeando el barro con las manos (y
trasladando ese efecto luego a otros materiales
“nobles”), consiguiendo efectos rugosos, de
aspecto inacabado, vibrante, con grandes
contrastes lumínicos. De este modo, las formas
casi se esfuman a través de la vibración de la luz
en los múltiples planos de la superficie
escultórica, por lo que algunos han calificado su
obra como “impresionista”. De este modo,
resaltaba el contenido emocional de la obra y así
podía impactar al espectador. Sus figuras tienen
un aspecto sinuoso, sin límites claros, siendo la luz
la que contribuye a su indefinición, haciendo que
la forma se funda con la materia prima de la que
procede.
Otro aspecto innovador de su obra es el uso del
“inacabado” (influencia de Miguel Ángel),
dejando conscientemente inconclusas algunas
partes de la escultura, de modo que las figuras
parecen surgir de la propia materia escultórica,
acentuando su fuerza expresiva, como ocurre en
“El beso”, en la que la pasión parece surgir de la
materia bruta como una fuerza vital colosal que
envuelve a los amantes y los arrastra a una unión
plena, en la que sus cuerpos y sus almas se funden
en el acto del amor
También se interesó de modo especial por
reflejar el movimiento en la escultura, incluso de
un modo casi simultáneo, a través del tratamiento
de múltiples planos y luces en sus esculturas: “Lo
que debe hacer el escultor es recomponer el
desarrollo del movimiento integrando las diversas
secuencias del mismo en la escultura y
representando simultáneamente los distintos
momentos de la acción.”
Otra de las innovaciones de Rodin fue la
consideración del espectador como un agente
activo en la recreación de la propia obra artística,
algo que le convierte en un precursor de los
escultores contemporáneos. Tanto su visión
circular de la escultura, que obliga al espectador
a rodearla para captar cada uno de los múltiples
puntos de vista que presentan sus obras, como el
uso consciente del “non finito” o el empleo del
fragmento, abren determinados interrogantes al
espectador, que le invitan a adoptar una actitud
activa en el proceso de reconstrucción e
interpretación de la obra artística.
Rodin rompió con la escultura tradicional,
valorando los valores propios de la escultura (la
masa, el volumen, el espacio, las superficies y
texturas, los efectos de la luz) y su expresividad
por encima de cualquier convencionalismo. Su
obra, que ha sido calificada como impresionista,
simbolista o expresionista, abre el camino a las
nuevas vías expresivas de la escultura moderna,
de la que se le considera precursor por:
• Recuperación de los valores propiamente
escultóricos: el espacio, el volumen, el
modelado, las texturas, la luz, las formas…
• Liberación de la escultura del concepto
tradicional de mímesis.
• Disolución de las formas.
• Incorporación de la luz mediante su
tratamiento de planos y superficies.
• Visión múltiple de la escultura.
• Expresividad, no limitada por la imitación
de la realidad.
• Incorporación del espectador a la obra
escultórica.