Disciplinas espirituales en el Ministerio de Alabanza.pptx
Salm109 Corpus Christi 06 06 10
1. Ciclo C
El Cuerpo y Sangre de Cristo
6 de junio de 2010
Música de la Sinagoga Hebrea.
2. Gn 14, 18-20
Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios
Altísimo, le ofreció pan y vino, y lo bendijo diciendo:
Que el Dios Altísimo, que hizo el cielo y la tierra,
bendiga a Abrán.
Bendito sea el Dios Altísimo que te ha dado la
victoria sobre tus enemigos.
Y Abrán le dio el diezmo de todo.
Gruta prehistórica del Tabor donde se conmemora
el encuentro de Abraham con Melquisedec.
3. Salmo 109
“Tú eres sacerdote para siempre
igual que Melquisedec”
Oráculo del Señor a mi señor:
“Siéntate a mi derecha, hasta que convierta
a tus enemigos en estrado de tus pies”.
4. ”Tú eres sacerdote para siempre
igual que Melquisedec”
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro.
¡Domina en medio de tus enemigos!
5. “Tú eres sacerdote para siempre
igual que Melquisedec”
“Tuyo es el señorío
desde el día de tu nacimiento
en el santuario;
desde el seno de la aurora
te he engendrado como rocío”
6. “Tú eres sacerdote para siempre
igual que Melquisedec”
El Señor lo ha jurado
y no se retractará:
“Tú eres sacerdote para siempre
igual que Melquisedec”
7. 1C 11:23-26
Por lo que a mí toca, del Señor recibí la tradición que
os he transmitido, a saber, que Jesús, el Señor, la
noche en que iba a ser entregado, tomó pan y,
después de dar gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi
cuerpo entregado por vosotros; haced esto en
memoria mía».
Igualmente, después de cenar, tomó el cáliz y dijo:
«Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre;
cuantas veces bebáis de él, hacedlo en memoria
mía».
Así pues, siempre que coméis de este pan y bebéis de
este cáliz, anunciáis la muerte del Señor hasta que él
venga.
8. Aleluya Jn 6, 51
Yo soy el pan vivo bajado del cielo.
El que come de este pan vivirá siempre.
9. Lucas 9, 11b-17
Jesús los acogió y estuvo hablándoles del reino de Dios, y curando a
los que lo necesitaban. Cuando el día comenzó a declinar, se
acercaron los doce y le dijeron:
–Despide a la gente para que se vayan a las aldeas y caseríos del
contorno a buscar albergue y comida, porque aquí estamos en
despoblado.
Jesús les dijo:
–Dadles vosotros de comer.
Ellos le replicaron:
–No tenemos más que cinco panes y dos peces, a no ser que
vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esa gente.
Eran unos cinco mil hombres. Dijo entonces Jesús a sus discípulos:
Mandadles que se sienten por grupos de cincuenta.
Así lo hicieron y acomodaron a todos. Luego Jesús tomó los cinco
panes y los dos peces, levantó los ojos al cielo, pronunció la
bendición, los partió y se los iba dando a los discípulos para que los
distribuyeran entre la gente.
Comieron todos hasta quedar saciados, y de los trozos sobrantes
recogieron doce canastos.
Panes y peces, Magdala.