Es la historia de un cocodrilo con mucho ingenio e imaginación que siempre busca hacer cosas nuevas y diferentes, y como sucede en los seres humanos hay a quienes no les gusta ser copiados, pero resulta que de alguna manera por ser diferentes son admirados, una historia que lleva a los alumnos a reflexionar sobre la importancia de compartir, de convivir y también de disfrutar de vez en cuando de hacer cosas solo. A este divertido cocodrilo le gustaba nadar en su laguna solo, resbalarse en lagunas barrosas, flotar en el río sobre troncos, tomar el sol, pero el problema para cocodrilo era que sus compañeros cocodrilos todo el tiempo lo seguían para copiar lo que él hacía, cocodrilo estaba harto y se preguntaba constantemente porque no lo dejaban de copiar, él no quería compartir su espacio, cuando todos llegaban no podía nadar en la laguna, resbalarse o moverse por donde él quería, pero los demás se defendían diciendo que el lugar era de todos y no tenían por qué irse. Hasta que un día por fin cocodrilo regreso a su laguna sin que los otros lo siguieran, sintió la laguna tan grande porque no había nadie, y entonces sintió frío y se acordó que antes estaba tibia con todo el montón de cocodrilos roncando por ahí, ahora estaba sola y de pronto. sorpresa para él, los otros cocodrilos se escondían detrás de los árboles y de inmediato salieron para hacerle compañía, cocodrilo se sintió tan feliz que comprendió que no es tan malo compartir, aunque estuvieran un poco apretados, aunque de vez en cuando le gustaba escaparse.