El documento contrasta la política épica y la política lírica. La política épica se centra en héroes y relatos heroicos totalizadores, mientras que la política lírica se basa en las personas comunes y sus experiencias cotidianas. La política lírica busca generar consenso a través del debate constructivo e inclusivo, en lugar de la confrontación propia de la política épica. El documento argumenta que la política necesita adoptar un enfoque más lírico y menos épico para ser más democrática y participativa.