En este capítulo el apóstol Pablo nos va a ilustrar acerca de la forma en que deberíamos enfrentar los conflictos que surgen entre los propios creyentes y lo que deberíamos evitar hacer cuando surgen problemas de tipo legal; este tema en ocasiones se ha mal entendido y se ha enseñado que un creyente jamás debería acudir ante una autoridad a hacer valer sus derechos o a defender sus derechos ante las autoridades sin importar que los pierda. Lo anterior tiene una correlación que deriva de la falsa enseñanza o falsa perspectiva de que todos somos hijos de Dios y que no existe diferencia entre unos y otros porque según para Dios todos somos iguales...

1. Estudiantes de la Biblia
1ª. Corintios
Verso x Verso. Capítulo 6 (1ª Parte)
Por: Humberto Rendón Rojas
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Autor del comentario: Humberto Rendón Rojas
Transcripción: Humberto Rendón Rojas
Revisión: Esli Fabiola Reséndiz Domínguez
Capítulo 6 (1ª. Parte) Los santos juzgarán al mundo
En este capítulo el apóstol Pablo nos va a ilustrar acerca de la forma en que
deberíamos enfrentar los conflictos que surgen entre los propios creyentes y
lo que deberíamos evitar hacer cuando surgen problemas de tipo legal; este
tema en ocasiones se ha mal entendido y se ha enseñado que un creyente
jamás debería acudir ante una autoridad a hacer valer sus derechos o a
defender sus derechos ante las autoridades sin importar que los pierda. Lo
anterior tiene una correlación que deriva de la falsa enseñanza o falsa
perspectiva de que todos somos hijos de Dios y que no existe diferencia
entre unos y otros porque según para Dios todos somos iguales.
Sin embargo, lo cierto es que Dios siempre ha hecho diferencia entre los que
son de su pueblo y quienes no son de su pueblo, una circunstancia que la
biblia confirma desde Génesis hasta Apocalipsis, así es que por principio de
cuentas debemos comenzar por entender que quien hace esta diferencia es
Dios mismo en base a la decisión que toman las personas de formar parte de
su pueblo o no formar parte de su pueblo, lo cual se define mediante la
obediencia a su Palabra.
De manera que en esta ocasión Pablo no habla de los conflictos entre un
creyente y un incrédulo o gentil, pues en estos casos, el capítulo 13 de la
carta a los romanos es clara respecto a la posibilidad de acudir en juicio
cuando tengamos que defender nuestros derechos frente a un incrédulo, así
es que no hay contradicción en la disertación de Pablo.
Una vez que entendemos esta diferencia podremos entender mejor las
palabras de Pablo en este capítulo;

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1 Corintios 6.- 1 ¿Osa alguno de vosotros, cuando tiene algo contra otro, ir
a juicio delante de los injustos, y no delante de los santos?...
Recordemos que esta no es una carta abierta al público en general, es una
carta dirigida a la comunidad de creyentes en Corinto y por lo tanto
debemos enfocar nuestra atención en el hecho de que Pablo habla de
creyentes que pueden llegar a tener conflictos entre sí. Y por otro lado habla
de ir a juicio delante de los injustos y no delante de los santos.
Así es que lo siguiente que debemos hacer es determinar quiénes son los
injustos; en ese sentido el apóstol Pablo al hablar de ir a juicio ante los
injustos, es claro que se refiere a personas que están en la posición de
autoridad civil con facultades legales para dirimir controversias legales entre
los ciudadanos de manera general. Sin embargo, ¿Por qué Pablo les llama
injustos? Bueno, si ya establecimos la diferencia que hay personas que son
del pueblo de Dios y quienes no lo son, es claro que la condición de
“injustos” Pablo la atribuye a quienes, a pesar de ser autoridades,
magistrados, jueces, son personas que hacen cumplir las leyes civiles, pero
que en la mayoría de los casos ni siquiera conocen las leyes de Dios.
Recordemos que la condición de justos y santos bíblicamente hablado es una
referencia a personas que obedecen los mandamientos de Dios, por lo que
por deducción bíblica, quienes no viven gobernados por los mandamientos
de Dios son injustos, así es que, como vemos, el concepto de “injustos” no
necesariamente tiene que ver con personas que son malas, perversas, ni
nada de eso; esto es fundamental que lo entendamos pues como sabemos
Pablo mismo fue testigo de muchos gentiles que en realidad dieron mucho
mejor testimonio de ser mejores personas que muchos que se decían ser
“temerosos de Dios”, algo que hoy por supuesto sigue sucediendo.
Así es que el contexto en que se describe a los injustos en este primer
versículo es una referencia a las autoridades encargadas de ventilar los
juicios entre particulares y no a cualquier persona, por eso la hipótesis se
refiere a creyentes que van a juicio ante los injustos y no ante los santos.
Ahora bien, la hipótesis que plantea Pablo claramente refiere dos
posibilidades que tiene todo creyente, resolver un problema que tiene con
otro creyente ante los mismos de su fe o ir ante los gentiles y demandar a su

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hermano en la fe para resolver ante los gentiles lo que debería resolverse
entre los creyentes, como dice el dicho, “los trapos sucios se lavan en casa”.
Sin embargo la posibilidad de que los creyentes acudan ante los propios
hermanos en la fe para resolver controversias implica a su vez la posibilidad
de que existan hermanos con la autoridad moral y espiritual y con sabiduría
en el conocimiento de la Palabra de Dios para poder resolver conflictos entre
los creyentes y para ello es fundamental que dichas personas conozcan la ley
de Dios, pues como lo hemos analizado en nuestros estudios de la Torah, la
ley que fue dada a Moisés provee un vasto conocimiento acerca de la forma
en que se deben dirimir las controversias entre los del pueblo, recordemos
que incluso hubo un momento en que Jetro el suegro de Moisés le dio el
buen consejo a Moisés para que se auxiliara de varones sabios y entendidos
para poder impartir justicia entre los del pueblo de Israel;
• Éxodo 18.- 13 Aconteció que al día siguiente se sentó Moisés a juzgar
al pueblo; y el pueblo estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta
la tarde. 14 Viendo el suegro de Moisés todo lo que él hacía con el
pueblo, dijo: ¿Qué es esto que haces tú con el pueblo? ¿Por qué te
sientas tú solo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana
hasta la tarde? 15 Y Moisés respondió a su suegro: Porque el pueblo
viene a mí para consultar a Dios. 16 Cuando tienen asuntos, vienen a
mí; y yo juzgo entre el uno y el otro, y declaro las ordenanzas de Dios y
sus leyes. 17 Entonces el suegro de Moisés le dijo: No está bien lo que
haces. 18 Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo que está
contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás
hacerlo tú solo. 19 Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios estará
contigo. Está tú por el pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos
a Dios. 20 Y enseña a ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales el
camino por donde deben andar, y lo que han de hacer. 21 Además
escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de
Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el
pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez. 22
Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo; y todo asunto grave lo traerán
a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. Así aliviarás la carga de
sobre ti, y la llevarán ellos contigo. 23 Si esto hicieres, y Dios te lo
mandare, tú podrás sostenerte, y también todo este pueblo irá en paz
a su lugar…

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El pasaje anterior nos expone claramente la hipótesis de la que habla Pablo
acerca de la forma en que deberían los creyentes resolver sus controversias,
sabiendo que el contexto del que hablamos es el mismo, conflicto entre
creyentes o personas de la misma fe, para lo cual es necesario que los
creyentes cuenten con personas con las características de justicia ya
mencionadas, es decir, la referencia que hace Pablo a los santos;
1 Corintios 6.- 2 ¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el
mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy
pequeñas? 3 ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más
las cosas de esta vida?...
El libro de la revelación de Jesucristo conocido como el Apocalipsis refiere el
juicio del que está hablando el apóstol Pablo;
• Apocalipsis 20.- 4 Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que
recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por
causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no
habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la
marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo
mil años. 5 Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se
cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección. 6 Bienaventurado
y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda
muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de
Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años…
Tanto los hombres como los ángeles están sujetos a este juicio, y más
adelante dice el texto que tanto la tierra como el cielo intentan huir de la
presencia de Aquel que está en el trono para juzgar. De manera que esto nos
conecta con una promesa que Yeshúa le hizo a Pedro acerca de juzgar en el
reino;
• Mateo 19.- 27 Entonces respondiendo Pedro, le dijo: He aquí, nosotros
lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos? 28
Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo
del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis

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seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce
tribus de Israel. 29 Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o
hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre,
recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. 30 Pero muchos
primeros serán postreros, y postreros, primeros…
• Apocalipsis 5.- 6 Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro
seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero
como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los
siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra. 7 Y vino, y tomó el
libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono. 8 Y
cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los
veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían
arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los
santos; 9 y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar
el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre
nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;
10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos
sobre la tierra…
Por otro lado, En cuanto a por qué los ángeles serían juzgados, recordemos
que existen los ángeles caídos que sirven a satanás, de manera que la forma
en que vamos a juzgarles será por nuestro testimonio de fidelidad a Dios,
una fidelidad que ellos no supieron guardar.
Es claro que la perspectiva divina que debe tener todo creyente se encuentra
vinculada al reino de Dios y en consecuencia al reinado del Mesías con quien
reinaremos los hijos de Dios, por ello Pablo minimiza cualquier conflicto que
pudieran tener los creyentes entre sí, sabiendo que estamos siendo
preparados para ser parte de un mismo reino y ello requiere de aprender a
resolver cualquier asunto al interior del reino;
• 1 Pedro 2.- 9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación
santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de
aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; 10 vosotros que
en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios;

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que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora
habéis alcanzado misericordia…
Estamos siendo parte de este gran reino de sacerdotes y gente santa y
Yeshúa es quien está restaurando aquel reino que se perdió, así que lo
menos que podemos hacer es coadyuvar a que las diferencias entre los del
pueblo se resuelvan como en el tiempo de Moisés;
1 Corintios 6.- 4 Si, pues, tenéis juicios sobre cosas de esta vida, ¿ponéis
para juzgar a los que son de menor estima en la iglesia? 5 Para
avergonzaros lo digo. ¿Pues qué, no hay entre vosotros sabio, ni aun uno,
que pueda juzgar entre sus hermanos, 6 sino que el hermano con el
hermano pleitea en juicio, y esto ante los incrédulos?...
Aquí el apóstol Pablo plantea la razón por la que los creyentes se ven en la
necesidad de acudir ante las autoridades civiles (gentiles, incrédulos) para
dirimir sus controversias y es que los responsables de las congregaciones
ponen a personas indoctos en el conocimiento de la ley de Moisés para
atender este tipo de asuntos, por ello Pablo les reitera que se los decía para
avergonzarlos, porque como lo mencionamos en estudio anterior, en el caso
específico de la comunidad de Corinto, los que supuestamente se sentían
sabios y conocedores de la Palabra de Dios estaban descuidando lo más
importante en la congregación, hablando de la santidad de los creyentes.
De la misma manera, hoy en día en las congregaciones o grupos bíblicos, la
atención de los problemas entre los creyentes debería ser un asunto
prioritario, tal y como lo fue para Moisés que, a pesar de la gran carga de
trabajo que esto representaba, jamás dejó la atención de los conflictos entre
los de la comunidad a personas que no tuvieran los atributos de carácter
necesarios para dicha labor que como vimos en el tiempo de Moisés fue muy
importante.
De manera que el hecho de que los creyentes tengan que acudir ante los
tribunales o autoridades civiles de su localidad para resolver sus conflictos en
verdad representa una vergüenza, porque eso muestra la falta de madurez
espiritual que aún hay entre los creyentes, porque entre los temerosos de
Dios, ante la evidencia de la ley de Dios, jamás debe prevalecer la actitud de
desobediencia o desacato por parte de los creyentes en conflicto, así es que

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no hay excusa para no someterse a la voluntad de Dios a través de uno que
conociendo la ley, se disponga a orientar y a juzgar entre las cosas más
pequeñas como conflictos entre los hermanos.
Y a continuación Pablo se dirige a los creyentes que se encuentran en
problemas y que aún no adquieren la madurez en el espíritu para menguar,
para decidir por sí mismos si serán parte de aquellos que juzgarán al mundo
o si serán parte de quienes no estarán en el reino de los cielos;
1 Corintios 6.- 7 Así que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis
pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por
qué no sufrís más bien el ser defraudados?...
Pablo va en acenso y en este momento cuestiona acerca de la capacidad de
un creyente respecto a sufrir el agravio de parte de algún creyente como uno
de los atributos que adquieren quienes, por el uso constante y habitual de la
sensibilidad espiritual, madura y muchas veces puede llegar a tener la
capacidad de menospreciar las cosas de este mundo, cual persona madura
en la fe.
Hablando de quienes son incapaces de soportar el agravio y de quienes no
pueden aún soportarlo, el autor de la carta a los hebreos haciendo
referencia a esta diferencia de personas en relación a la madurez o
inmadurez, expresó lo siguiente:
• Hebreos 5.- 13 Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la
palabra de justicia, porque es niño; 14 pero el alimento sólido es para
los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los
sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal…
Ese discernimiento del bien y del mal nos permite tomar las mejores
decisiones y, en consecuencia, mantenernos alineados a la voluntad del
Creador, seguros de que, si sufrimos agravio de quien se diga nuestro
hermano y éste nos ha defraudado, entonces a su tiempo Dios juzgará y si
sufrimos el agravio recibiremos recompensa, mientras que aquel
defraudador no entrará en el reino de los cielos;

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1 Corintios 6.- 8 Pero vosotros cometéis el agravio, y defraudáis, y esto a los
hermanos. 9 ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No
erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados,
ni los que se echan con varones, 10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los
borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de
Dios…
Esto está tremendo, porque lo que se infiere del discurso de Pablo es que si
se está hablando de conflictos entre creyentes, entre quienes dirimen alguna
controversia, en la forma en que la resuelven se define quiénes heredarán el
reino de Dios y quienes serán desechados del reino al afirmar que los
injustos (aclarando que no habla de gentiles sino de los que se dicen
creyentes) los tales no heredarán el reino de Dios, hablando de los injustos
como aquellos que se dicen hermanos pero que no se someten a la ley de
Dios…