1 Corintios 5.- 11 Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis… El punto central de la exhortación de Pablo es la hipocresía, porque claramente expone la terrible condición de quien se dice creyente y en consecuencia se dice “hermano” por cuanto que se supone que profesa la fe en el Hijo de Dios, pero que en realidad su testimonio de vida resulta ser una hipocresía, una mentira y en ese sentido, dichas personas llegan a ser consideradas peor que un gentil, pues un gentil aún no conoce a Dios, pero el que se congrega o pertenece a algún grupo o congregación, se entiende que ya conoce a Dios, lo que nos dice incluso que podríamos estar frente a personas que son apóstatas; 1 Corintios 5.- 12 Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro?... Por supuesto, la enseñanza consiste en no juzgar a quienes aún no reciben lo que tú y yo hemos recibido, pues, en verdad eso sería totalmente injusto. Así que sí debemos juzgar, pero de ninguna manera a quien no conoce a Dios, sino a quienes dicen creer en Dios pero que andan en pecado; 1 Corintios 5.- 13 Porque a los que están fuera, Dios juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros. Y esta es pues, la justificación para expulsar a aquel pecador que no había procedido con arrepentimiento, sino que continuaba en su pecado. En la misericordia y en la justicia, la balanza perfecta del carácter de Dios el Señor juzgará a los de afuera, es decir, a los del mundo, a quienes no son parte del Israel de Dios, eso es una potestad exclusiva de Él, de manera que cuando juzgamos a un gentil, pretendemos ocupar el lugar de Dios, así que no lo hagamos porque solo en la potestad divina se encuentra el juicio perfecto…

1. Estudiantes de la Biblia
1ª. Corintios
Verso x Verso. Capítulo 5
Por: Humberto Rendón Rojas
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Autor del comentario: Humberto Rendón Rojas
Transcripción: Humberto Rendón Rojas
Revisión: Esli Fabiola Reséndiz Domínguez
Capítulo 5 La santidad en la congregación del Israel de Dios
El apóstol Pablo después de haber abordado el tema relacionado con la
actitud que algunos de la comunidad de corinto estaban adoptando respecto
a sentir que en realidad ya no necesitaban de maestros ni de quien les había
engendrado en el Mesías Yeshúa como una referencia al ministerio que se
había enfocado en los primeros pasos como creyentes en esta comunidad y
en un tono que raya en el sarcasmo pero con profundo dolor Pablo les hace
ver a los corintios que su vanagloria les estaba haciendo inconscientes de la
verdadera condición en que se encontraban.
En este capítulo entendemos la razón por la que Pablo expone la condición
que guardan los siervos fieles al Señor frente a quienes se sienten con la
autoridad para juzgar a aquellos siervos que son fieles a la Palabra del Señor,
lo cual es la evidencia de que dichas personas sin darse cuenta están
envanecidos y eso, es precisamente lo que en este capítulo Pablo pasa a
exponer, porque hablando de la congregación en general, les hace ver que
lejos de enfocarse en juzgar el servicio que se les estaba dando por parte de
los siervos, debían ocuparse en atender los asuntos que en la congregación se
estaban gestando como el verdadero fruto de la condición espiritual y moral
y que aun así, los corintios se jactaban y se envanecían unos con otros y es por
ello que en el capítulo anterior Pablo concluye preguntando a la congregación
si querían que viniera a verlos con vara o con espíritu de mansedumbre;
1 Corintios 5.- 1 De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación…
La palabra “fornicación” en el griego es la palabra “πορνεία porneía” que se
traduce como prostitución, adulterio, incesto, de forma general tiene que ver
con cualquier tipo de relación sexual ilegal, indebida o inmoral; en el sentido
espiritual esta palabra se traduce como “idolatría”. Derivado de este concepto
y de la dualidad de su significado, dicho pecado se identifica con una debilidad
de carácter específica de la persona, pues en ambos sentidos del concepto de

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fornicación, la esencia de esa actitud se encuentra relacionada con la
infidelidad, dicho de otra manera, la imposibilidad de conservar el principio
de lealtad tanto a las leyes morales como a los principios espirituales.
En este sentido podemos identificar al pecado de fornicación como una clara
debilidad en el carácter de las personas, esa misma debilidad les impide tomar
la decisión de ser honestos con las demás personas y eso les lleva a tener una
vida oculta o una doble vida, aunque en el caso de la congregación de Corinto,
aquella debilidad en realidad estaba siendo solapada por los mismos
integrantes de la comunidad, lo cual a su vez involucraba a todos los que
sabían de ese pecado en dicha debilidad de carácter.
Es así como Pablo mismo más adelante explica el principio que consiste en que
un poco de levadura leuda toda la masa, pues en este caso la debilidad de una
sola persona expuso la debilidad en muchos que por no querer problemas se
abstenían de hablar del tema;
1 Corintios 5.- 1… y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles;
tanto que alguno tiene la mujer de su padre…
Al mencionar a los gentiles, Pablo está hablando de personas que no conocen
a Dios y que, sin embargo, ese tipo de fornicación aún entre los gentiles no se
practicaba al describir que uno de los congregantes estaba teniendo
relaciones con su madrastra (la mujer de su padre). Este asunto era del
conocimiento público y al afirmarlo Pablo, significa que tenía evidencia
suficiente para hacer tal señalamiento.
Es aquí donde muchos creyentes caen en el error de preferir callar para no
meterse en problemas y se escudan en las palabras de Yeshúa para decir que
no debemos juzgar para que no seamos juzgados, sin embargo, el contexto
correcto de las palabras de Yeshúa son en el sentido de no juzgar a otros con
juicio de condenación, por un lado y por otro lado, para no ser juzgados con
el mismo juicio con que juzgamos.
Sin embargo, Pablo más adelante nos va a explicar que sí debemos juzgar, pero
es necesario saber a quiénes juzgamos y en qué circunstancias se encuentran
a quienes sí debemos juzgar y por otro lado nos dice a quiénes no debemos
juzgar;

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1 Corintios 5.- 2 Y vosotros estáis envanecidos…
Y aquí la palabra “envanecidos” en el griego es la palabra “φυσιόω fusióo” que
se traduce como “estar muy inflado, orgulloso, altanero”. Pablo muy a
propósito expone la actitud en que se encontraban los corintios para ubicarlos
en la penosa realidad en que se encontraban sintiéndose ejemplo de muchos,
teniendo disensiones acerca de quién seguían unos y otros, juzgando el
ministerio de los siervos que en verdad eran fieles, mientras que ellos mismos
se encontraban en una condición terrible respecto de lo que verdaderamente
era más importante, la pureza, cuidar de la santidad de la congregación,
señalar el pecado a tiempo sin temor, pero prefirieron hacerse de la vista larga
y fingieron que todo estaba bien.
Lo anterior nos deja ver lo que sucede con quienes buscando mayormente el
conocimiento, aprendizaje, etc. Acerca de temas de la biblia, son capaces de
ignorar los acontecimientos más importantes como en su momento Yeshúa lo
señaló, veamos un ejemplo:
• Mateo 23.- 23 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque
diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de
la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin
dejar de hacer aquello. 24 ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito, y
tragáis el camello! 25 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!
porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis
llenos de robo y de injusticia. 26 ¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de
dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio. 27
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes
a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran
hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda
inmundicia. 28 Así también vosotros por fuera, a la verdad, os mostráis
justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e
iniquidad…
¿Es necesario que como creyente te conviertas en un excelente estudiante?
Claro que sí es importante, ¿Es necesario que dediques tiempo para el estudio
de las escrituras y que cada día conozcas mejor la ley de Dios? Claro que sí es

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importante también, pero jamás debes olvidar lo más importante de tu fe, que
es, la congruencia en tu vida con lo que dices creer.
Los corintios al igual que los judíos a quienes reclamó Yeshúa por su hipocresía
se encontraban en la misma circunstancia de hipocresía, totalmente
envanecidos cuando en lugar de tener dicha actitud de altivez, debieron haber
lamentado lo que estaba pasando con aquella persona y en su caso hacer algo
al respecto como a continuación se los va a decir Pablo;
1 Corintios 5.- 2… ¿No debierais más bien haberos lamentado, para que fuese
quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción?...
Es obvio que para tomar una determinación de esta naturaleza es necesario
tener autoridad moral frente a quien debía ser reprendido y notemos que aquí
Pablo no está hablando de una simple reprensión al pecador, sino que ya está
hablando de una expulsión, lo que nos indica la gravedad de la situación;
1 Corintios 5.- 3 Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en
espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho…
Tuvo que ser necesario que Pablo tomara la autoridad para juzgar a aquel
fornicario porque nadie en la congregación lo quiso hacer, sin embargo,
notemos que Pablo en realidad va a citar la autoridad de Yeshúa, la autoridad
del Mesías para emitir una resolución en torno a ese asunto.
Entonces tiene sentido cuando podemos advertir que Pablo emite el juicio,
pero lo hace en el Nombre de Yeshúa el Mesías, pues lo que le permitió a Pablo
emitir dicho juicio en la autoridad del Mesías, fue ciertamente su fidelidad al
Hijo de Dios, luego entonces, cualquiera que falle como lo hicieron todos en
la comunidad de Corinto, no pueden hacer lo mismo con el sentido de
responsabilidad debido.
Hoy en día hacer esa expresión se vuelto tan sin sentido en muchas personas
que ni siquiera comprenden el peso de las palabras cuando dicen: En el
Nombre de Jesús. Pablo fue capaz de hacerlo porque como lo expresó en el
capítulo anterior, a Él no le podía juzgar tribunal humano por cuanto que su
testimonio era fiel y su ministerio apegado a la voluntad de Yeshúa;

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1 Corintios 5.- 4 En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros
y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, 5 el tal sea entregado
a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en
el día del Señor Jesús…
La expresión del poder de nuestro Señor Yeshúa el Mesías es una referencia
al concepto griego de la palabra “δύναμις dúnamis” que se traduce
literalmente como “un poder milagroso, potestad o potencia”, esto quiere
decir que Pablo se refirió al poder sobrenatural que en Yeshúa obra para bien
en el cuerpo del Mesías que es su iglesia, en el mismo sentido en que hace
referencia a su espíritu presente en la congregación.
Así es que cuando comprendemos la expresión de Pablo en su justa medida
en el ámbito espiritual tal cual él lo expresó, podemos entender mejor la razón
por la que resuelve entregar a aquel pecador a satanás, pero observemos que
el objetivo de entregar al pecador a satanás es la destrucción de la carne. Esto
significa que debemos enfocarnos a entender por qué razón Pablo habla de la
destrucción de la carne pues no habla de la destrucción de la persona, puesto
que enseguida confirma que la destrucción de la carne debe cumplir un
propósito para el bien de dicha persona y este propósito es que el espíritu de
la persona sea salvo en el día del Señor, es decir, que el espíritu de la persona
sea salvo para la vida eterna y no perezca la condenación eterna.
En el capítulo 8 de la carta a los romanos el apóstol Pablo nos habla de la
diferencia que existe entre las personas que viven en la carne y quienes viven
en el espíritu y establece las características de uno y otro;
• Romanos 8.- 1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están
en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al
Espíritu… 6 Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse
del Espíritu es vida y paz. 7 Por cuanto los designios de la carne son
enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco
pueden; 8 y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. 9
Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el
Espíritu de Dios mora en vosotros…
Esto nos permite entender mejor la expresión de Pablo que se aprecia muy
fuerte pero que sin embargo, es el tema de toda la predicación de Yeshúa, ya

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que siempre que hablaba de tener vida, siempre fue en referencia a la vida
eterna.
Así es que el hecho de entregar a un pecador a satanás en este caso tenía que
ver con expulsarlo de la comunidad de creyentes, pero con el propósito no de
olvidarse de aquella persona, sino de buscar que regrese con arrepentimiento
y fortalecido en la fe, de la misma manera en que Pedro fue zarandeado por
satanás a través de la negación del Hijo de Dios;
• Lucas 22.- 31 Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os
ha pedido para zarandearos como a trigo; 32 pero yo he rogado por ti,
que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos. 33 El
le dijo: Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino
también a la muerte. 34 Y él le dijo: Pedro, te digo que el gallo no cantará
hoy antes que tú niegues tres veces que me conoces…
Si observamos con detenimiento, vemos que Yeshúa le anunció a Pedro esta
prueba tan difícil asegurándole que estaría orando para que su fe no falte,
para que su fidelidad al Señor no falte. Eso es exactamente lo que los corintios
debieron hacer después de haber expulsado a aquel pecador, pues si Pablo
estaba más preocupado por el alma de esa persona, el propósito de este juicio
no era olvidarse de él sino de esperar su restauración.
Y finalmente la referencia que hizo Pablo respecto al día del Señor, es en
relación al día en que todos seremos juzgados por el Señor y el deseo de Pablo
era que el alma de esta persona fuera salva, salva para vida eterna.
Y enseguida Pablo les hace ver el error en que habían incurrido los corintios al
minimizar la circunstancia en que se encontraba la congregación mientras que
por otro lado se jactaban de una condición espiritual que en realidad no
tenían. Es aquí donde confirmamos una vez más que el mucho conocimiento
sin la coherencia en nuestra condición espiritual solo es la manifestación de
religiosidad;
1 Corintios 5.- 6 No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de
levadura leuda toda la masa?...

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La levadura bíblicamente tiene el simbolismo de pecado y en este caso, Pablo
expone esta alegoría para expresar lo que el pecado puede hacer en el cuerpo
del Mesías. En otros casos la levadura también tiene el simbolismo de la
falsedad, la hipocresía y la religiosidad; Yeshúa hablando de este simbolismo
refirió a la falsa enseñanza como levadura que no edifica al espíritu y que
como creyentes debemos apartarnos de dicha doctrina;
• Mateo 16.- 5 Llegando sus discípulos al otro lado, se habían olvidado de
traer pan. 6 Y Jesús les dijo: Mirad, guardaos de la levadura de los
fariseos y de los saduceos. 7 Ellos pensaban dentro de sí, diciendo: Esto
dice porque no trajimos pan. 8 Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué
pensáis dentro de vosotros, hombres de poca fe, que no tenéis pan? 9
¿No entendéis aún, ni os acordáis de los cinco panes entre cinco mil
hombres, y cuántas cestas recogisteis? 10 ¿Ni de los siete panes entre
cuatro mil, y cuántas canastas recogisteis? 11 ¿Cómo es que no
entendéis que no fue por el pan que os dije que os guardaseis de la
levadura de los fariseos y de los saduceos? 12 Entonces entendieron que
no les había dicho que se guardasen de la levadura del pan, sino de la
doctrina de los fariseos y de los saduceos…
Y a continuación Pablo lleva a un nivel mucho muy alto la tolerancia al pecado,
al grado incluso de menospreciar el sacrificio de Yeshúa;
1 Corintios 5.- 7 Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva
masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue
sacrificada por nosotros. 8 Así que celebremos la fiesta, no con la vieja
levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin
levadura, de sinceridad y de verdad…
Resulta que esta exhortación del apóstol Pablo acerca de no envanecerse
minimizando y consintiendo el pecado entre los creyentes Pablo la relaciona
con la justificación para celebrar la pascua, lo que significa que cualquiera que
celebre la pascua sabiendo que en su vida hay levadura y que es consciente
de ello, en realidad lo hace con levadura de malicia y de maldad en su corazón,
por eso Pablo exhorta a celebrar la pascua, nuestra libertad, nuestra
redención que es Yeshúa pero siendo conscientes de que solo seremos
aceptos delante del Padre si la celebramos con panes sin levadura, con
sinceridad y verdad en nuestras vidas.

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De manera que es esta la forma en que el pan sin levadura en nuestras mesas
en cada conmemoración de la pascua representa nuestras vidas delante del
Padre, como sacrificio vivo santo y verdadero que es justificado solo por el
sacrificio de Yeshúa, el pan que vino del cielo lleno de verdad;
1 Corintios 5.- 9 Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios…
Es decir, que no socialices con fornicarios, no socialices con quienes gozan en
su debilidad de carácter para vivir conforme a la carne, los cuales no pueden
agradar a Dios, sin embargo, Pablo no se refiere a todos los fornicarios o a
todos los pecadores, Pablo no habló de no juntarnos, no de socializar con
todos los pecadores, sino específicamente con determinados pecadores que,
ante Dios, en verdad resultan ser peores que los gentiles por su grado de
hipocresía;
1 Corintios 5.- 10 no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con
los avaros, o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería
necesario salir del mundo…
Por supuesto que Pablo no enseñó a cortar relaciones con quienes aún no
conocen a Dios y que en consecuencia viven en pecado y conste que habla de
ladrones, fornicarios, etc. Ese no es el punto de Pablo, sino que incluso dice
que ya les había escrito explicándoles con qué tipo de personas no se juntaran
y se refirió a los que se dicen hermanos en la fe pero que en sus vidas no hay
coherencia con la fe que dicen profesar;
1 Corintios 5.- 11 Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que,
llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o
borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis…
El punto central de la exhortación de Pablo es la hipocresía, porque
claramente expone la terrible condición de quien se dice creyente y en
consecuencia se dice “hermano” por cuanto que se supone que profesa la fe
en el Hijo de Dios, pero que en realidad su testimonio de vida resulta ser una
hipocresía, una mentira y en ese sentido, dichas personas llegan a ser
consideradas peor que un gentil, pues un gentil aún no conoce a Dios, pero el
que se congrega o pertenece a algún grupo o congregación, se entiende que

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ya conoce a Dios, lo que nos dice incluso que podríamos estar frente a
personas que son apóstatas;
1 Corintios 5.- 12 Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están
fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro?...
Por supuesto, la enseñanza consiste en no juzgar a quienes aún no reciben lo
que tú y yo hemos recibido, pues, en verdad eso sería totalmente injusto. Así
que sí debemos juzgar, pero de ninguna manera a quien no conoce a Dios,
sino a quienes dicen creer en Dios pero que andan en pecado;
1 Corintios 5.- 13 Porque a los que están fuera, Dios juzgará. Quitad, pues, a
ese perverso de entre vosotros.
Y esta es pues, la justificación para expulsar a aquel pecador que no
había procedido con arrepentimiento, sino que continuaba en su
pecado. En la misericordia y en la justicia, la balanza perfecta del
carácter de Dios el Señor juzgará a los de afuera, es decir, a los del
mundo, a quienes no son parte del Israel de Dios, eso es una potestad
exclusiva de Él, de manera que cuando juzgamos a un gentil,
pretendemos ocupar el lugar de Dios, así que no lo hagamos porque
solo en la potestad divina se encuentra el juicio perfecto…
… Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley
también perecerán; y todos los que bajo la ley han
pecado, por la ley serán juzgados; porque no son los
oidores de la ley los justos ante Dios, sino los
hacedores de la ley serán justificados. Porque cuando
los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza
lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son
ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley
escrita en sus corazones, dando testimonio su
conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus
razonamientos, en el día en que Dios juzgará por
Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi
evangelio…
Romanos 2:12-16