La conversación sobre reflexiones en torno a la justicia y sus dimensiones en distintos territorios concretos, como Guatemala, Colombia y México (lugar donde vive Amandine hace cinco años) en un contexto de posguerra, entendiendo que la tortura sexual había sido parte de la estrategia genocida que implementó el ejército, en contraste con el silencio y la dificultad que había de escuchar los relatos de las mujeres pese a las evidencias que existían.

1. JUSTICIA PARA TODAS
AMANDINE FULCHIRON Y NOVIEMBRE FEMINISTA
10 de septiembre de 2019

2. Justicia para todas. Amandine Fulchiron y Noviembre Feminista.
Resumen: La conversación trató sobre reflexiones en torno a la justicia y sus dimensiones en distintos territorios concretos, como
Guatemala, Colombia y México (lugar donde vive Amandine hace cinco años) en un contexto de posguerra, entendiendo que la tortura
sexual había sido parte de la estrategia genocida que implementó el ejército, en contraste con el silencio y la dificultad que había de
escuchar los relatos de las mujeres pese a las evidencias que existían.
Temas fundamentales que se trataron en la conversación:
1. LA JUSTICIA ES INJUSTA.
2. ¿PARA QUÉ LA JUSTICIA?
3. DIÁLOGOS Y PREGUNTAS DEL PÚBLICO.

3. 1.- LA JUSTICIA ES INJUSTA:
Altos niveles de impunidad para crímenes de violencia sexual, cercanos al 99 por ciento en Guatemala y Colombia, ya sea en tiempos de
“paz” o de guerra. Las mujeres no tenemos acceso a los tribunales, y cuándo tenemos acceso a ellos somos juzgadas nosotras producto del
patriarcado. Es decir que somos declaradas culpables por “provocar” a nuestro agresor, o por “exponernos”, recayendo la responsabilidad
del delito en nosotras. Amandine hace una invitación al movimiento feminista a pensar en por qué seguimos insistiendo y llamando a que se
realicen denuncias en los tribunales tradicionales de justicia, sabiendo que es problemático y victimizante para las mujeres agredidas. Pese
a todas las legislaciones internacionales de protección a las mujeres hay más crímenes y más crueldad que nunca. No hay fuerza de ley.
Lo anterior es respecto a los casos de impunidad pero ¿qué pasa cuándo las mujeres tenemos acceso a una sentencia condenatoria a
nuestros agresores? Amandine trabajó este tema con dos grupos de mujeres, uno en Guatemala y otro en Colombia, intentando dilucidar
qué significaba realmente para ellas esta sentencia y reflexionando también en ¿qué es la justicia en casos de violencia sexual? En primer
lugar se pregunta ¿cambia la estigmatización luego de la sentencia? Al menos en estos grupos de mujeres, no. Al regresar a sus
comunidades seguían estigmatizadas como putas o provocadoras y con la sentencia eso no cambiaba. Sus anhelos de justicia no
quedaban resueltos. Una de las mujeres aseguraba que la justicia no es que su agresor vaya a la cárcel, sino que “también haya algo para
mí, él va a la cárcel y yo quedo con mi dolor y mi vergüenza”. La Justicia no repara, y su reparación normalmente es económica, lo que
fomenta la idea de que vendemos el culo por la sentencia. La reparación debe pensarse fuera de lo económico, al menos en temas de
violación sexual, porque solo aumenta la estigmatización.
Dentro de la justicia injustica, otro tema que aparece es el silenciamiento: la importancia de los espacios de escucha. Entender que la
mediación que existe para nombrar la violación sexual no puede ser el tribunal. Para que sea reconocido como crimen sexual no sirve de
nada que solo lo diga el tribunal, tiene que hacer un poder colectivo de mujeres que afirmen y que den su apoyo a las declaraciones y
corroboren que eso ha ocurrido. Las que pueden hablar públicamente de lo que ha sucedido, son las que han abierto los espacios para que
otras mujeres se reconozcan también como víctimas.

4. Respecto a la culpa: esta va asociada a la estigmatización, el silenciamiento, ya que todo esto genera culpa y eso no puede ser
reparado por la justicia y los tribunales, se necesitan otros procesos de separación y de reparación.
Al mismo tiempo, la justicia tradicional no garantiza que existan las conductas sociales de no repetición. Se necesita sanción de los
crímenes, sí, pero que se individualice la sanción no da cuenta de que las violaciones son crímenes de lesa humanidad. Esto llevaría
a desarticular las ideas de que las mujeres somos accesibles para los hombres cuando ellos quieran.
Otra reflexión necesaria es pensar sobre la cárcel, entendida como un espacio en el que no hay transformación ni reinserción,
muchos de los presos son reincidentes. La transformación que se busca no pasa por la cárcel y la cárcel no permite poner un límite
MATERIAL y SIMBÓLICO otros agresores, ya que la ley no se aplica automáticamente.
¿PARA QUÉ LA JUSTICIA?
¿Qué podemos hacer? ¿Cómo construir caminos que para nosotras sean considerados como justicia y no usar solo las herramientas
del amo como dice Audre Lorde? Importante reflexionar que, las herramientas de la justicia son herramientas patriarcales. Ellos
definen la ley, y cómo se aplica.
En este sentido, es importante pensar en que nosotras debemos hacer nuevos pactos, para dar contenido a la justicia que
necesitamos y anhelamos. Es importante también que estos modelos NO vengan de otros, que además son los que se apropian de
nuestros cuerpos, a través del terror del miedo, de la culpa y de todas las consecuencias que tienen las violaciones sexuales en
nuestras vidas. Entonces el paso principal, es empezar a pensar la justicia desde lo que nosotras anhelamos.

5. Según lo que ha vivido Amandine, su experiencia y su observación, lo que muchas mujeres consideran como justicia es:
- RESPECTO A NUESTRAS VIDAS: QUE HAYA ALGUIEN PARA MI Todos los movimientos como “yo te creo” y los colectivos
feministas, son centrales para lo que consideramos como justicia. Tener un grupo que nos cree, que nos apoya y, al mismo tiempo, el
grupo con el que pudimos elaborar y contar la experiencia nos pasó. Al final la justicia ESTÁ en ese grupo de mujeres, con relaciones
basadas en la escucha, reconocimiento mutuo, habitar el cuerpo… la justicia también es corporal y emocional. La violación es
corporal y el territorio que ha sido invadido fue EL CUERPO.
El tratarnos con ternura también ha sido muy destacado en grupos de mujeres. El hecho de que otra nos escuche y nos trate bien, nos
permite sanar nuestro cuerpo y reemplazar los recuerdos violentos. El grupo como, espacio de justicia, y la posibilidad de revivir por
dentro.
- RESPECTO A LOS AGRESORES ¿QUÉ PASA CON ELLOS? Esta es otra dimensión de la justicia. Otra dimensión es que la
vergüenza cambia de bando y eso también es justicia. La justicia consistiría también en que el agresor cargue con la responsabilidad
social de lo que significa ser un violador y agresor sexual y que por lo tanto cargue con la vergüenza de eso a nivel social también. Si
la vergüenza está asumida, normalmente permitiría transformar y crear condiciones que haga cambiar y asumir a los agresores. En la
cárcel normalmente no tienen ninguna conciencia ni vergüenza de lo que han hecho, incluso allí dentro lo reivindican. No hay
vergüenza social, no existe presión. La sociedad los valida y los legitima a ellos y a su voz.
Esto sería posible a nivel de comunidades y con un anclaje territorial. Ya que son las comunidades, las familias, los vecinos las
vecinas quienes tienen que enfrentarse con el hecho y eso funciona como una presión colectiva. Se les devuelve el miedo a los
agresores. A nivel urbano habría que pensarlo en términos de barrios, porque un problema es el anonimato.

6. Esto implica acuerparse, poner el cuerpo, pero a nivel colectivo esto también puede implicar represalias muy violentas, tenemos que
tener procesos sólidos de organización entre nosotras. No hay justicia posible sin pacto ENTRE NOSOTRAS. VALIDARNOS,
RECONOCERNOS. RECONOCER LA VOZ DE QUIEN ESTÁ NOMBRANDO LO QUE SUCEDE. Esto sigue siendo un reto para el
feminismo. La misoginia es profunda, las relaciones de poder también, y hasta que no lo tenemos como algo político y vital de
abordar, no podremos tener colectividades mucho más fuertes y a largo plazo.
- RESPECTO A LO SOCIAL ¿CÓMO NOS INVOLUCRAMOS PARA QUE NO SE REPITA? Esta dimensión es a nivel social, ¿cómo
nos involucramos para que nunca nos más nos vuelva a suceder? Esto no encuentra una respuesta en la cárcel. La cárcel no
representa ninguna sanción real para los agresiones, incluso es el tabú que permite que ellos reafirmen su poder. No responde a
estas necesidades.
Ocupar el espacio público es vital, pero no necesariamente desde la voz del reclamo, sino de la voz de la AFIRMACIÓN. No
estamos pidiendo validación, ni esperando que el tribunal diga que tenemos la verdad, la verdad la tenemos y la afirmamos. No
estamos pidiendo permiso ni que nadie nos valide. Hay que afirmar la verdad desde la legitimidad, lo que ha logrado crear
condiciones de cambio a nivel de representación social. Y como el contexto ahí nos influye. Y también mostrarse y tomar su lugar.
Nombrar desde la voz y experiencia propia. Esto requiere, a la condición de la justicia. Encontrar la forma de legitimar y autorizar la
voz que habla. Tener fuerza de ley. Validarnos entre nosotras, La coyuntura actual nos requiere algo mucho más masivo. Ese es el
reto. Parece difícil pero sería suicida pensar que es imposible.

7. 3.- DIÁLOGOS Y PREGUNTAS DEL PÚBLICO
Patsillí interviene hablando del caso de Barcelona, tomando la idea de los grupos y colectivos como una primera vía de acceso a la
justicia y destacando que desde ahí se han estado explorando otras vías para tener otras respuestas, para probablemente llegar a
una justicia más justicia. Al mismo tiempo se indica que son en grupos de profunda afinidad política, en los que ha habido situaciones
de violencia machistas por decirlo en general, y eso es doloroso y también todo lo que se genera a partir de eso.
Lo individual y lo colectivo también es muy importante ya que por un lado están las necesidades/deseos que expresa una mujer
agredida y lo que pueden expresar y necesitar otras mujeres de estos entornos, que sienten que la agresión de la otra también les
afecta. Ahí se necesitarían intervenciones para esas mujeres.
Se generan tensiones dentro de los propios movimientos, porque hay cuestionamientos y fracturas con las medidas que se adoptan,
que no van por el sistema de justicia penal, sino que son más bien vetos, generar espacios seguros, etc. Surgen los mismos
cuestionamientos del sistema de justicia, pero a pequeña escala y con personas afines. Se ha llegado incluso a amenazar con recurrir
al sistema de justicia contra las personas que denuncian.
Por su parte, Teo nos invita a pensar en qué comunidad somos, y cómo nos relacionamos desde ahí, y el papel de las redes sociales
en lo que se define en qué es y que no es violencia y cómo esto tiene efectos a nivel de comunidad. A la vez se hace un llamado a
pensar procesos que puedan salir de la autorreferencialidad, que vayan más allá de lo que nos ocurre a nosotras y a nuestras cuatro
amigas.

8. LO INDIVIDUAL Y LO COLECTIVO.
Amandine habla de su experiencia en comunidades, asegurando que al tratarse de territorios muy concretos se han podido observar
ver las evoluciones de estos procesos.
A la vez, esto le ha permitido ver el límite corporal, real y simbólico. Respecto a la reparación, este trabajo fue durante muchos años el
dedicarse espacio juntas, a tejer, a sanar, a desarticular la vergüenza y la culpa. Eso es parte del proceso y hay que seguir pensando
más en procesos y menos en coyuntura. La rabia da ganas de actuar en el momento pero hay que pensar en términos de
consolidación de la red y del tejido. Eso implica elegirnos, elegir la consolidación primero antes que exponernos públicamente, ya que
la exposición pública sin tener solidez colectiva nos mata, nos destruye, nos rompe. Lo que buscamos no es que haya una sola
voz, pero que la voz que contrarreste lo patriarcal y colonial sea una voz sólida y que no se pueda destruir, que no nos destruyan con
una sola represalia. La organización requiere tiempo y paciencia y no es a través del Facebook, es corporal, las redes nos sirven para
otras cosas y no para poner límite a la violencia, el límite es corporal.
LAS ACCIONES.
Solo se hace lo que la compañera agredida decida. Jamás se hace una cosa en contra de su voluntad. El consenso es fundamental,
aunque tome tres años en vez de una semana. También es importante el manejo de la rabia.
Hay una nueva estrategia de los agresores y es que nos amenazan con la misma ley a su favor, del tipo de injurias y calumnias. A
esto no hay que darle importancia. La sanación va por otro lado.

9. También es importante como acción, tomar la voz para la presión política. Dejar de darle tanto peso a lo jurídico, solo verlo como una
estrategia más, pero que no sea lo más central. ¿Cómo combinar? Hay que pactar, ser variadas, ser cómplices entre nosotras. Que el
objetivo sea lo más importante LO QUE LA COMPAÑERA QUIERE, NO LO QUE NOSOTRAS QUERAMOS.
VÍNCULO CON EL AGRESOR:
¿Qué pasa cuando hay vínculo con el agresor? ¿Cuándo toda la comunidad quiere tomar acciones que la compañera no quiere porque
sabemos que nosotras podemos ser agredidas?
Las reflexiones sobre este tema son trabajar juntas la agresión, dejar tiempo a que la compañera pueda trabajarse y dejar a la compañera
que decante e ir llegando a acuerdo pasos por paso. El punto central es que la compañera se recupere. Y a partir de ahí llegar a acciones
juntas. En el caso de que haya vínculo con el agresor, es importante que este tome conciencia y si a partir de esto entiende lo que ha
sucedido, de manera honesta, pues puede reparar, pero justamente la sanación no está en eso. No vamos a esperar a que nos digan
perdón para poder hacer nuestro proceso… todo esto además debe ser voluntario con una actitud de transformación real. El cambio toma
años, toma tiempo. ¿Pido perdón y puedo reincorporarme a la comunidad? NO, haz tu trabajo. Nosotras ya lo hacemos bastante. Si el
cambio el real, se va a dar el retejer.
LA AUTORIDAD
¿Qué pasa con la autoridad? La autoridad no te la puedes hacer sola, sino que en el grupo con el que tu trabajas y con el que te reconoces,
así construyes tu legitimidad. Debe existir un reconocimiento mutuo autorizado a nivel público, lo que permite cambiar las reglas del juego,
ya que a nivel público las reglas están puestas por el patriarcado. Entonces, ¿cómo construimos esa autoridad para nosotras? ¿Cómo
construir un poder propio que no necesite de una validación masculina, ni una autoridad patriarcal para existir ni para legitimar lo que
decimos? Esto se hace en colectivo, con un grupo de mujeres, es consciente, que se trabajó y se valida. Valida su experiencia y su voz, esa
es la reparación y la autoridad. La autoridad política es un TRABAJO FUERTÍSIMO PERSONAL EN COLECTIVIDAD. Entender de donde
viene la misoginia, desarticularla y ver desde donde viene esta articulación, públicamente reconocernos.

10. LA COLONIZACIÓN
¿Cómo buscar formas de justicia que no respondan a la matriz occidental de pensamiento? ¿Se puede crear la justicia fuera de esto?
Las comunidades lo hacen. Por otro lado, como ejercer presión al agresión, cuando la comunidad tiene liderazgos patriarcales muy
definidos y marcados.
Para lograr lo anterior es fundamental trabajar desde la comunidad, pero desde las mujeres de la comunidad, por eso se habla del
pacto social entre mujeres, es lo básico para poder negociar las condiciones de vida y existencias para nosotras. Se dice mucho si la
justicia Maya es mejor que la del Estado, y se podría respetar esta cosmovisión, pero eso también puede ser un discurso dicho por
intereses patriarcales. Lo importante es que cada territorio encuentre su forma y su mecanismo, con una fuerza colectiva. La práctica
de comunidad es parte de lo que se apuesta y ha dado las bases para generar mecanismos sólidos.
La valorización de las propias compañeras pasó por sanar recuperando sus mecanismo ancestrales, lo que a ellas les enseñaron,
integrando todo lo que les daba fuerza, los saberes de la cosmovisión maya, ancestral, planta, fuego, todo eso funcionó para volver a
recuperar la fuerza. El trabajo fue en grupos no mixtos y durante años de trabajo. Esta justicia que estamos proponiendo NO ES
MIXTA, aunque sí ocupa espacios mixtos, pero parte de un grupo no mixto. Lo llaman la LEY DE MUJERES, no es que no
intervengas en el espacio público pero tu fuerza es NO MIXTA. Todo lo convocas desde la no mixticidad. Es irreverente y transgresor,
ellas se constituyen como autoridades colectivamente.
LA COMUNIDAD
La comunidad es muy importante porque te da la condición, porque es un territorio concreto, pero a la vez nos podemos inspirar en
otros territorios, aunque no tengamos esa práctica de comunidad. En ella radica la importancia de no dejar a nadie NUNCA SOLA y a
la vez de darnos el espacio para legitimar y sacar lo sentimos. Tener miedo, no jugar a ser la heroína. Reconocer el temor y desde ahí
accionar. Así es como la justicia se hace en comunidad, ya que justicia es que haya alguien para ti.

11. La toma de consciencia solo pasa por la experiencia y así también se van desarticulando aquellos discursos esencialistas. Esto nos
habla de revalorar y de mirar todos los saberes. Y de recuperar saberes que los hombres tienen. Lo Maya nos pueden enseñar mucho
desde su cosmovisión pero que las mujeres tienen, no hay que hacer una recuperación desde desde lo patriarcal.
LA RABIA
Es importante tomar las emociones como algo político. Las hemos dejado de lado para intentar huir del estigma de que las mujeres
somos unas emocionales débiles e histéricas y justamente son las emociones las que nos dan la pauta de cómo vamos a funcionar y
a partir de ahí definir acciones. La rabia hay que expresarla y hay que ver espacios entre nosotras para descargarla, eso hay que
hacerlo. Ahora, como la expresar hacia afuera, ese es el tema. Para transmitir un mensaje a nivel social, tienes que encontrar el
mecanismo, ya que con nuestra enorme rabia podemos incluso alegar a muchas mujeres cuando no es lo que queremos, aunque
también es válido expresarla públicamente. Esta gestión de la rabia es necesaria gestionarla y accionarla desde lo que se busca:
descargar, activar políticamente, informar, etc. Para lo último, necesitamos trabajarnos la rabia antes.
Barcelona. 10 de Septiembre de 2019.