3. (14:32) Jesús y sus discí-
pulos llegaron al huerto
de Getsemaní (prensa del
olivo). Era una zona priva
da de muros bajos de pie
dra, entre olivos, que aun
existen en ese monte.
Era un lugar al cual Jesús y sus discípulos so
lían visitar con frecuencia, Judas también lo
conocía. Por eso pudo entregarlo.
(14:32-42) La Agonía de Jesús
4. (14:32-42) La Agonía de Jesús
Era tradición pasar la noche de Pascua oran-
do: “Esa es la noche del Señor, noche en que
los israelitas también deberán mantenerse en
vela generación tras generación” (Ex 12:42,
BLPH). Sabiendo lo que le aguardaba, Jesús
sintió gran necesidad de oración y comunión.
Él quería que sus discípulos estuvieran cerca
mientras oraba. Jesús les pide que esperen y
se aleja un poco a orar solo. ¿Por qué no les
pidió que oren con él? No lo sabremos.
5. (14:32-42) La Agonía de Jesús
(14:33) Dejando a 8 discípulos a la entrada, lle
vó al círculo íntimo al interior en Getsemaní.
Esperaba que sus discípulos le ayudaran.
Algunos dicen que Jesús
no necesitaba orar pues
era el Hijo de Dios. Mas
Jesús nos da ejemplo de
como orar. Sus discípu-
los le dijeron: “Señor en-
séñanos a orar”.
6. (14:32-42) La Agonía de Jesús
Pedro, Jacobo y Juan estaban más cerca de
Jesús. En la vida diaria, si uno decide estar
más cerca de Jesús, recibe críticas y burlas.
Todos quieren quedarse tibios y los que se
acercan a Jesús se convierten en blanco de
sus críticas. Al hombre natural las cosas de
Dios le parece locura.
Hoy es un precioso día y ustedes están acá
en la iglesia. ¿Saben lo que la gente piensa
de ustedes? ¡Que están locos!
7. (14:32-42) La Agonía de Jesús
Los mismos 3 discípulos, que una vez habían
sido testigos de su gloria ahora debían serlo
en su agonía.
La palabra griega ‘ektambeo’ traducida como
‘entristecerse’ también significa: aterrorizar-
se, espantarse.
Después de la transfiguración Marcos usa la
misma palabra para los discípulos; ellos es-
taban atónitos, anonadados, espantados al
ser testigos de la transfiguración de Jesús.
8. (14:32-42) La Agonía de Jesús
La palabra griega ‘ademoneo’ traducida como
‘angustiarse’ se usa para describir un profun-
do sentimiento de angustia, un estado de in-
tranquilidad insostenible e insufrible.
Es tan extraño ver a Jesús así. No estamos a-
costumbrados a verlo profundamente angus-
tiado, al grado más alto de estrés posible, y la
razón de esto era, por que en unas cuantas
horas Jesús iba a enfrentar la muerte, cargan
do con nuestra culpa en la cruz.
9. (14:32-42) La Agonía de Jesús
Existen personas que ante tanto dolor se de-
primen, al punto de creer que al quitarse la vi-
da solucionan todos sus problemas: ¡Error!
(14:34) Se añade otra pala
bra griega, ‘perilupus’, tra
ducida como ‘tristeza de
muerte’ (peri: que rodea,
intensivo; y lupus: dolor).
Significa: muy triste, con
dolor inaguantable.
10. (14:32-42) La Agonía de Jesús
Ver estos verbos griegos en la vida de Jesús
nos muestra la intensidad de lo vivido. Lucas
nos dice que tal era su sufrimiento que sudó
gotas de sangre mientras oraba. El nombre
clínico es ‘hematidrosis’, ocurre cuándo una
persona esta bajo tensión o estrés extremo.
El significado de la cruz y lo que implicaba
llevar el pecado de todo el mundo sobre sus
hombros, comenzó a descargarse, como un
peso indescriptible, sobre Jesús.
11. (14:32-42) La Agonía de Jesús
Marcos lo describe de manera contundente,
como si Jesús estuviese enfermo de muerte.
Veamos lo que dicen las distintas versiones:
“Horror y desmayo cayeron sobre mí” (NEB)
“Mi corazón está casi quebrantado” (Phillips)
“Está muy triste mi alma hasta la muerte” (BO).
“Me está invadiendo una tristeza de muerte” (LPH).
“Siento en mi alma una tristeza que me mata” (DHH).
“Mi alma está afligida, hasta el punto de la muerte” (BLA)
12. (14:32-42) La Agonía de Jesús
“Estoy muy triste, y siento que me voy a morir” (TLA).
“Tengo tanta angustia que siento que me muero” (NLB).
“Mi tristeza es tan grande que siento que me muero” (PDT)
“Es tal la angustia que me invade que me siento morir”
(NVI).
“Mi alma está destrozada de tanta tristeza, hasta el
punto de morir” (NTV).
La sombra de la cruz ya se había tendido so-
bre su camino, la veía ante Él, a pocas horas
de distancia. El costo era difícil de llevar.
13. (14:32-42) La Agonía de Jesús
(14:35) Jesús se alejó, y como acostumbraba
se postró en tierra y oró. Nos parece ver a Je-
sús tambaleándose, tropezando hasta caer …
Satanás vuelve con toda
su fuerza como el prínci-
pe de este mundo, para
vengarse de la derrota an
terior; y Jesús ve el costo
de su inmutable obedien-
cia: enfrentar la muerte.
14. (14:32-42) La Agonía de Jesús
… en el suelo, llorando en voz alta por la ago
nía de su alma.
Jesús enfrentó toda esta agonía como hom-
bre, sin hacer uso de su prerrogativa divina.
La petición de Jesús es una evidencia de su
humanidad, de su inalterable devoción a la
voluntad del Padre. Como hombre, retrocedía
horrorizado de la cruz y de la separación que
de Dios le traería. Sin embargo haría la volun-
tad de su Padre.
15. (14:32-42) La Agonía de Jesús
¿Qué quiere decir Jesús con: aparta de mí
“esta copa”? Ya había pedido poder pasar de
“aquella hora”. Representan el sufrimiento …
(14:36) Jesús lo llama Abba
Padre, y aunque literalmen-
te Abba significa padre, pa-
rece una redundancia. En
realidad el término Abba ha
bla de la ternura e intimidad
en la relación: papito, papi.
16. (14:32-42) La Agonía de Jesús
… físico, ustedes saben lo que era la crucifi-
xión, el dolor era tan intenso que no existían
palabras para describirlo. Se tuvo que inven-
tar una nueva palabra en castellano ‘excru-
ciante’ (que significa ‘de la cruz’) para descri-
bir la contundencia de semejante dolor.
Luego de esta oración Jesús enfrentaría los
azotes, tortura, burla e incluso la muerte sin
quejarse. Como cordero que iba al matadero,
Jesús enmudeció con estoicismo.
17. (14:32-42) La Agonía de Jesús
¿Has pensado alguna vez sobre la muerte?
¿Cómo desearías morir? La muerte va asocia
da al dolor que produce al ocurrir. Hay perso-
nas que le temen a la muerte. Los creyentes
no, no le tememos a la muerte. Los testimo-
nios de creyentes en sus lechos de muerte
son inspiradores. ¿Qué es lo que hace que la
muerte sea tan horrorosa? “¿Dónde está, oh
muerte, tu agujón? ¿Dónde, oh sepulcro tu
victoria?” (1 Cor 15:55).
18. (14:32-42) La Agonía de Jesús
La respuesta está en la misma Biblia: “Por-
que el pecado es el aguijón de la muerte” (1
Cor 15:56a).
Morir en tus pecados hace que la muerte sea
insufrible. Los creyentes descansamos en el
hecho que Jesús la enfrentó por nosotros,
por eso no le tememos a la muerte.
Jesús que no tuvo pecado llevaría sobre Él
los pecados de la humanidad, esta era la ho-
ra y la copa por la que Jesús oraba.
19. (14:32-42) La Agonía de Jesús
Jesús era consciente que el pecado afectaba
la relación con su Padre santo y puro. Dios
abomina el pecado y sin santidad nadie verá
a Dios. Jesús llevaría los pecados de toda la
humanidad. Jesús sabe como el pecado arrui
na nuestras vidas y vuelve perversos nues-
tros corazones. Es triste escuchar la excusa
que dan hombres y mujeres cuando abando-
nan sus hogares, a sus cónyuges e hijos: “Yo
merezco ser feliz”.
20. (14:32-42) La Agonía de Jesús
O cuando persisten en vivir en pecado e in-
tentan convencerse de que todo esta bien,
¡No, no está bien! ¡No, no te irá bien! ¡Estas
atrapado en tu ceguera espiritual y el pecado
se enseñoreo de ti! Déjame decirte lo que te
depara la vida y el alto precio que pagará tu
alma: te ira muy mal, terminarás destruyendo
a los que más amas y arruinarás tu vida.
Al ver Jesús toda la tragedia del pecado y el
daño que hacía, clamó a Dios: Aparta de …
21. (14:32-42) La Agonía de Jesús
… mi esta copa, aparta de mi esta hora.
Al identificarse con los pecadores, Jesús era
el objeto de la ira de Dios sobre el pecado. “Al
que no cometió ningún pecado, por noso-
tros Dios lo hizo pecado, para que en él no-
sotros fuéramos hechos justicia de Dios” (2
Cor 5:21).
Ahora estaba orando a Aquel para quien to-
das las cosas son posibles, no quería enfren-
tar aquella copa: “mas no como yo quiero …
22. (14:32-42) La Agonía de Jesús
… sino como Tú lo quieres”. Jesús acepta lo
que Dios tiene para Él.
Al final uno es más fuerte si acepta la copa
que Dios le tiene, que si se niega a tomarla.
La sumisión a la voluntad de Dios es la razón
de una vida llena del Espíritu.
(14:37) La soledad de Jesús nunca fue más
punzante que cuando se volvió a Pedro y a
los demás y los halló durmiendo. Sólo pocas
horas antes les había dicho: “Por lo tanto …
23. (14:32-42) La Agonía de Jesús
… velen a fin de que no
los halle durmiendo” (Mr
13:35-36).
Su reproche va a Pedro a
quien ahora lo llamaba
Simón. Ya no era la pie-
dra en quien Jesús podía
apoyarse en aquel momento. Es la única vez
que lo llama así, desde que le cambió el nom-
bre. Ya no era estable, seguro ni confiable.
24. (14:32-42) La Agonía de Jesús
(14:38) Habían participa-
do de una cena pascual
abundante, son cerca de
las 11 pm, el cuerpo los
empuja a dormir, a pesar
de que el espíritu estaba
dispuesto.
Los discípulos nuevamente eran exhortados
a velar y orar, un ejercicio necesario y efecti-
vo en momentos difíciles.
25. (14:32-42) La Agonía de Jesús
¿Eres consciente de lo débil que es tu car-
ne? Yo sí se cuan débil es mi carne y no con-
fío en ella en lo más mínimo. Servir al Señor
me ha sostenido a no sucumbir.
Nuestro corazón es descrito en la Biblia co-
mo perverso (Jer 17:9), por favor, jamás le di-
gas a una persona que siga su corazón, cree-
rá que merece ser feliz y tomará decisiones
difíciles, que afectará y hará mucho daño a
quienes estén cerca de ella.
26. (14:32-42) La Agonía de Jesús
Que importante es la oración, y el servicio de
oración es el menos atendido, el espíritu está
dispuesto mas la carne es débil. Cambiare-
mos el formato del servicio de oración para el
próximo año.
La carne está conectada a este mundo y no
desea disponerse para las cosas espiritua-
les. Por eso es que Jesús tenía la necesidad
de orar y mucho más en esta ocasión especí-
fica.
27. (14:32-42) La Agonía de Jesús
Acá es donde se halla la verdadera batalla: la
carne vs. el espíritu.
Una vez que te sometes al espíritu y a la
voluntad de Dios, la lucha termina.
Jesús salió y enfrentó sin titubear lo que Dios
tenía preparado para Él.
El término ‘tentación’ (en griego pairamos)
usado aquí tiene la connotación de tentar o
probar a alguien con el fin de destruirlo.
28. (14:32-42) La Agonía de Jesús
(14:39-40) Jesús se ale
jó a la distancia de “un
tiro de piedra” (Lc 22:41)
y oró por 2da vez como
antes. Buscando comu
nión con ellos, los ha-
lló durmiendo.
Están tan dormidos
que al responder sólo
balbucean.
29. (14:32-42) La Agonía de Jesús
En esta segunda oportunidad en la que Jesús
ora, ya no se le ve tan cargado como en la vez
anterior.
Se le ve a Jesús fortalecido. Tal como dice
Isaías: “Pero los que esperan en el Señor ten
drán nuevas fuerzas; levantarán alas como
las águilas; correrán, y no se cansarán; cami
narán, y no se fatigarán” (Is 40: 31).
Jesús está listo ahora para enfrentar el tercer
asalto en oración.
30. (14:32-42) La Agonía de Jesús
(14:41) Ora una 3ra vez,
volvió con el alma des
cansada anunciando
que su hora había lle-
gado. “¿Todavía duer-
men? ¿Todavía des-
cansando? ¿No se dan
cuenta que el fin está
cerca? La hora ha
venido.
31. (14:32-42) La Agonía de Jesús
Jesús nunca fue tomado por sorpresa, estu-
vo preparado, ya no mandó a los discípulos
que velaran. Podían dormir y descansar; es
más, debían hacerlo, pues había llegado la
hora en que el Hijo iba a ser entregado.
Tal como en la tentación, después de los tres
asaltos el Tentador le había dejado en el de-
sierto; ahora después del triple conflicto en
oración en el huerto, el enemigo, estaba
derrotado. Jesús, había salido triunfante.
32. (14:32-42) La Agonía de Jesús
(14:42) “Será desprecia-
do y desechado … el
hombre más sufrido, el
más experimentado en el
sufrimiento… Será me-
nospreciado. ¡No lo apre
ciaremos!” (Is 53:3).
Qué tristes son estas palabras: “Se acerca el
que me entrega”.
33. Conclusión
La oración de Jesús en Getsemaní contiene
verdades que los exégetas más sabios no lle-
gan a descifrar. En su superficie hay verdades
de suma importancia.
Jesús sintió intensamente la carga del peca-
do del mundo. Era el indecible peso de nues-
tros pecados, y Él estaba siendo hecho maldi
ción por nosotros. Aquel que no conoció peca
do llevaría nuestra culpabilidad. Esa fue la ra-
zón de su profunda tristeza.
34. Conclusión
Independientemente de lo que digan los de-
más nunca juegues con el pecado. El daño
que hace es proporcional a la intensa oración
con la que Jesús oró en Getsemaní para lle-
varlo en tu lugar.
Jesús nos enseña sobre lo importante que es
orar en tiempo de aflicción. Derramar nues-
tros corazones y desahogarnos ante el trono
de gracia nos hará bien. El autor de Hebreos
lo describe así: “Cuando Cristo vivía en este…
35. Conclusión
… mundo, con gran clamor y lágrimas ofre-
ció ruegos y súplicas al que lo podía librar de
la muerte, y fue escuchado por su temor reve
rente” (Heb 5:7). El Señor nos da un ejemplo
sobre sumisión a la voluntad de Dios. Acep-
tar lo que Dios nos envía; no desear nada si-
no lo que Él apruebe para nosotros, incluso
el dolor al alivio, si Dios lo envía; no conocer
más voluntad que la suya; este es el más ele-
vado nivel de vida al que podemos aspirar.
36. Conclusión
¡Nada nos hace más daño en la vida que ir por
nuestro propio camino, sin tener en cuenta a
Dios!
Hemos entendido como este tiempo de ora-
ción empoderó a Jesús para soportar lo inso-
portable y para cargar lo inimaginable.
La agonía en el Huerto de Getsemaní fue ne-
cesaria, Jesús cargó con tu pecado y si quie-
res hoy puedes entregarle tu vida. ¡Ven y
recibe a Jesús!