Susana Franco, investigadora de Orkestra, aborda el DAFO de la competitividad partiendo del Informe de Competitividad del País Vasco 2019. En el artículo de opinión escrito para la Guía de Innovación de Estrategia Empresarial e Innobasque, señala aquellos aspectos a trabajar desde el punto de vista de resiliencia y colaboración a fin de poder hacer frente a los retos futuros.
Colaboración y resiliencia ante el nuevo contexto competitivo
1. nuevos modelos de organización, nuevos procesos de produc-
ción y en la optimización del negocio, buscando fórmulas de
participación de las personas.
Porque las personas y su talento son el eje vertebral de toda es-
trategia de innovación que se precie, claves en el proceso de cam-
bio. Sin embargo, se habla ya un déficit importante de talento y de
una competencia a nivel mundial por atraerlo y retenerlo. Las ac-
tuaciones que se lleven a cabo en Euskadi en materia de educa-
ción y de formación (incluyendo la educación STEAM a edades
tempranas) deberán ser complementadas con actuaciones para
retener el talento y atraer al que se ha ido o al que está fuera, cre-
ando entornos empresariales y sociales estables. Porque según se
denuncia reiteradamente desde las asociaciones de empresarios
vascos, en este momento faltan personas en número y con la califi-
cación suficiente para abordar el proceso de transformación. En
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El Diagnóstico de Competitividad 2019 nos di-
buja una Euskadi con fortalezas en lo que res-
pecta a los inputs en innovación, es decir, gas-
to y personal de I+D. En el caso de los outputs,
también es significativo que el 17% de las gran-
des empresas comercialicen productos nuevos
para el mercado, frente al 6,5% de la media
europea. Estas empresas muestran también
mejores ratios de cooperación en innovación
situándose en un 52% frente al 38% de la me-
dia europea. En el caso de las pequeñas em-
presas prima la innovación tecnológica de pro-
ceso y la concienciación de la necesidad de
innovar está ampliamente desarrollado.
Sin embargo, pese a los avances de los últi-
mos años, la debilidad, o asignatura pendien-
te, de Euskadi sigue siendo la innovación no
tecnológica. En especial aquella que hace re-
ferencia a la organizativa y de marketing. Es-
ta flaqueza es más aguda además en el caso
de las pymes, aunque programas como Tkgu-
ne, Hazinnova, o los grupos de trabajo sobre
nuevos modelos de negocio creados en la
mayoría de los grupos de pilotaje de la RIS3
vasca o el impulso a los servicios avanzados
a empresas impulsados por la estrategia RIS3
de Bilbao, han ayudado a avanzar en paralelo
a las tradicionales formas de innovación ba-
sadas en I+D, en otras formas de innovación
más ‘soft’ y dirigidas a las pymes. Para poder
mejorar y avanzar en el fortalecimiento de
nuestros indicadores en este ámbito es esen-
cial continuar promoviendo programas como
los mencionados.
No obstante, también es preciso aprovechar el
potencial que presenta nuestro territorio des-
de el punto de vista del capital humano. Los
datos recogidos en el informe de Orkestra
muestran que Euskadi cuenta con altos niveles
de cualificación de personas. Sin embargo, se-
ñala que, en gran parte de los casos, el empleo
al que acceden no es acorde a su nivel de titu-
lación. Lo que podría verse como una posible
amenaza, desde el punto de vista de la frustra-
ción y el desaprovechamiento de las capacida-
des reales del trabajador, es preciso abordarlo
como una oportunidad de cara a contribuir a
la competitividad del territorio, ya que indica
que contamos con recursos que pueden ofre-
cer un mayor aporte a las empresas.
Los indicadores de competitividad analizados
nos muestran que nuestros resultados econó-
micos y sociales son bastante positivos. El PIB
per cápita aumentó un 3,6% en 2018, y es supe-
rior a la media de las regiones europeas. Nues-
tras empresas han mostrado capacidad de
competir en términos de productividad y cos-
tes. Además, han conseguido reducir su endeu-
damiento y fortalecer sus fondos propios.
La situación se presenta propicia para pre-
pararnos ante las tendencias que se aveci-
nan, o, mejor dicho, ya están aquí como: la
transformación digital, el cambio climático o
el envejecimiento de la población. Hay que
aprovechar, por tanto, las ventajas que pre-
senta nuestra actual coyuntura económica y
social, con empresas saneadas, datos positi-
vos en los indicadores de competitividad y
un capital humano altamente preparado.
Con todo ello tenemos los mimbres adecua-
dos de cara a trabajar para superar los retos
que tenemos entre manos.
Esta labor, no obstante, no es algo que se pue-
da hacer de manera individual, desde la empre-
sa, la universidad o las instituciones. La colabo-
ración es más que nunca necesaria: Para que
las universidades puedan adaptar, por ejemplo,
su currículum académico o promover progra-
mas de formación dual; para que las empresas
puedan absorber ese capital humano altamen-
te cualificado e impulsar programas orientados
a formar a esas personas a fin de adaptarlas a
los requerimientos del puesto de trabajo; para
que las personas altamente cualificadas pue-
dan tener la capacidad y la sensibilidad de que
la formación continua de por vida es necesaria,
independientemente de su cualificación; para
que las instituciones públicas continúen apo-
yando a las empresas tanto en lo que respecta
al avance en innovación o internacionalización,
como en relación a la promoción de programas
y ayudas orientadas a formar a estos trabaja-
dores o potenciales empleados.
En un mundo cada vez más cambiante, el nue-
vo paradigma económico y social requiere de
personas, instituciones, universidades y em-
presas resilientes. La necesidad de adaptarse
precisa de un cambio de mentalidad, pero
también de una estrecha colaboración y una
gobernanza articulada. Sólo así, continuare-
mos garantizando el bienestar de Euskadi.
COLABORACIÓN Y
RESILIENCIA ANTE EL NUEVO
CONTEXTO COMPETITIVO
Susana Franco
Investigadora de Orkestra
LA GRAN AMENAZA QUE PLANTEAN LA
DIGITALIZACIÓN Y AUTOMATIZACIÓN ES
LA SUPERVIVENCIA DE ALGUNOS EMPLEOS
Y LA CALIDAD DE LOS MISMOS