Existe una estética de la dictadura chilena, que si bien es autóctona en sus expresiones, siguió parámetros característicos de la monumentalidad y otros referentes del arte fascista, a la vez que negó otras manifestaciones. Este libro nos devela esos aspectos no siempre evidentes ni intencionados. Un tema casi no tratado en el arte, tampoco en Chile, pero tratado por fin por los más idóneos entendidos en la materia.