La actividad física regular aumenta la resistencia y la energía. Te sentirás más en forma y capaz de afrontar las actividades diarias con mayor facilidad. Además, mejora la calidad de vida al permitirte participar en actividades sociales y recreativas con más comodidad. El ejercicio libera endorfinas, sustancias químicas que generan sensaciones de bienestar y reducen el estrés y la ansiedad. También puede mejorar la calidad del sueño y ayudar a combatir la depresión. El ejercicio aeróbico, como correr, nadar o andar en bicicleta, fortalece el corazón y los pulmones. Esto reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares al mejorar la circulación sanguínea, disminuir la presión arterial y reducir los niveles de colesterol LDL (colesterol "malo"). El ejercicio regular quema calorías y ayuda a mantener un peso saludable. También aumenta la masa muscular, lo que acelera el metabolismo y facilita la pérdida de peso y la prevención de la obesidad. El entrenamiento de resistencia, como levantar pesas, fortalece los músculos y los huesos. Esto es especialmente importante para mantener la densidad ósea y prevenir la osteoporosis en la edad adulta.