La Cuaresma se presenta como un tiempo para liberarse de todo lo que nos aleja de Dios y del prójimo a través de la oración, el ayuno, la limosna y la penitencia. Estas prácticas deben ir acompañadas de una vida de justicia, compasión y amor para agradar a Dios, quien rechaza el culto vacío y los sacrificios sin caridad. La finalidad de la Cuaresma es acercarnos más a Dios y enamorarnos de Él y de los demás.