2. En la ladera del monte Sinaí, Dios convocó a Moisés para dictarle las leyes que iba a imponer a su pueblo. Se trataba de los diez mandamientos, diez leyes básicas de obligado cumplimiento para todo el pueblo israelita. Esas leyes fueron también observadas por los creyentes católicos durante siglos.
3. Estas eran las diez normas: 1. Amarás a Dios sobre todas las cosas. 2. No tomarás el Nombre de Dios en vano. 3. Santificarás las fiestas. 4. Honrarás a tu padre y a tu madre. 5. No matarás. 6. No cometerás actos impuros. 7. No robarás. 8. No dirás falso testimonio ni mentirás. 9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros. 10. No codiciarás los bienes ajenos. Pero estas normas parecen haber cambiado mucho en el mundo actual. De hecho, hemos solicitado una actualización y esta vez Moisés nos ha pasado un CD con un powerpoint. ¡Los tiempos han cambiado!
5. II No tomarás el nombre de las cosas en vano. Creemos que la nueva redacción de este mandamiento se debe a la crencia general de los chavales de que “Blasfemia” es una enfermedad de la sangre, y a la creencia de los adultos de que la etiqueta es más importante que el producto. Principio clave de la corrección política, que no consigue sin embargo modificar la realidad sino desgastar las palabras. Un viejo sigue siéndolo aunque se le denomine “anciano”, luego “persona de la tercera edad”, ahora “persona mayor”. ¿Qué pasa” ¿será que lo que no está bien visto es la vejez? Feo decir “inválido”, inventamos “minusválido”, ahora “discapacitado”... ¿Y “negro”? No, no, “persona de color” (ya mismo “afrosevillano”) . No tomemos el nombre de las cosas en vano. Es más importante que las cosas, fijate.
6. III Santificarás las fiestas Eso sigue vigente: irás al fútbol; O te comprarás un apartamento en la playa y te las pasarás en atascos.