“Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.” (2 Corintios 11:13-14)
3. La razón fundamental por la que no se deben dar diezmos a la iglesia adventista es porque ésta no cuenta con la
autorización de Dios para recibir diezmos. La autoridad de Dios para administrar sus ordenanzas se llama
sacerdocio. Esa autoridad desapareció de la tierra después de la muerte de los apóstoles; durante la apostasía.
El sacerdocio Levítico, o de Aarón, era la autoridad que administraba la ley de Moisés. Después de la Resurrección
de Cristo, el sacerdocio de Aarón fue reemplazado por el sacerdocio de Melquisedec, y éste el que administraba la
Ley del Evangelio:
“Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué
necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese
llamado según el orden de Aarón? Pues cambiado el sacerdocio, necesario es que se cambie también la ley.
(Hebreos 7:11-12)
De acuerdo con las escrituras, sólo los sacerdotes de estos dos órdenes (Aarónico o Levítico y de Melquisedec)
recibían los diezmos:
“Porque este Melquisedec, rey de Salem, SACERDOTE DEL DIOS ALTÍSIMO, que salió a recibir a Abraham
que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, A QUIEN ASIMISMO DIO ABRAHAM LOS DIEZMOS DE
TODO; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz”
(Hebreos 7:1-2)
“Ciertamente LOS QUE DE ENTRE LOS HIJOS DE LEVÍ RECIBEN EL SACERDOCIO, tienen mandamiento de
tomar del pueblo LOS DIEZMOS según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque estos también hayan salido
de los lomos de Abraham.” (Hebreos 7:5)
4. La Autoridad de Dios, el Sacerdocio, sólo puede venir de arriba. El sacerdocio
de Melquisedec, que reemplazó al sacerdocio de Aarón, lo confirió Jesucristo a
sus apóstoles.
Si damos por sentado que hubo una apostasía de la iglesia, luego de la muerte
de los apóstoles, entonces, ese sacerdocio (o autoridad de Dios) también
desapareció.
5. Si la Iglesia Adventista es la restauración de la iglesia de Jesucristo, tal como ésta era
antes de la apostasía, entonces sus líderes principales debieron haber recibido ese
sacerdocio de personajes celestiales; de Jesucristo mismo o de alguno de los
apóstoles o sacerdotes resucitados que lo tuvieron el pasado.
Es decir, una escena como esta:
Esto nunca se produjo. Esta escena jamás ha ocurrido. Ni Ellen G. White, ni ninguno de los
líderes fundadores de la iglesia Adventista del Séptimo Día, recibieron jamás la autoridad
de Dios para administrar los diezmos.
Por ende, lo único que hace usted, al pagar diezmos a la Iglesia Adventista, es enriquecer a unos
pocos.
6. Ejemplo, en Argentina, de que la cabeza de la Iglesia Adventista es una
mafia (véase: https://www.infobae.com/sociedad/2017/02/22/iglesia-adventista-renunciaron-los-
pastores-procesados-por-un-millonario-contrabando/
7. Días atrás en un video de Youtube, el pastor Carlos Gill Krug, presidente de la Iglesia Adventista en el
país, trató de ser un caudillo para los fieles de los 1055 templos inscriptos en su unión. "Es difícil, hermanos,
describir el dolor de tantos de ustedes", dijo el pastor, "al ver a su iglesia sometida al oprobio de los medios
de comunicación". Para Gill Krug, verse en el diario era por lo menos incómodo. Las declaraciones no eran
para menos: los adventistas, quizás el mayor culto protestante de la Argentina, atravesaban el mayor
escándalo de su historia en el país.
Gill Krug acababa de ser procesado con un embargo de dos millones de pesos por el doctor Adrián
González Charvay, juez federal de Campana, tras una investigación de la división Delitos Federales de la
PFA. No estuvo solo. Junto a él cayó toda la cúpula de la Iglesia en Argentina, comercialmente constituida
ante la AFIP como la Asociación de los Adventistas del Séptimo Día, que el pastor presidía. Carlos Daniel
Giménez Graf, tesorero de la Asociación y Roberto Osvaldo Giaccarini, director de ADRA, la asociación
de ayuda humanitaria del culto, así como apoderado de la Asociación, integraron la lista de procesados;
también Jorge de Sousa Matías, vicerrector de la Universidad Adventista del Plata, perteneciente al culto.
El delito del que se los acusa: contrabando, con una maniobra multimillonaria.
8. El caso estalló en julio último en la terminal Zárate de la Aduana. Dos contenedores provenientes de Estados
Unidos con mercadería marcada como "donación" eran el problema. El remitente era, precisamente, la
asociación ADRA y estaban destinadas a la Universidad Adventista en Entre Ríos. En las cajas "se advirtió la
existencia de insumos hospitalarios con vencimiento operado y/o en mal estado; distintos productos sin sus
respectivos envoltorios; desechos clínicos resultantes de la atención médica prestada en hospitales,
desechos de medicamentos y productos farmacéuticos", detalla un documento en la causa.
Sin embargo, entre jeringas, en cajas mal embaladas, se encontró un mal quizás mayor: 14,8 millones de pesos
en artículos electrónicos de alta gama sin declarar. La lista incluyó seis televisores Samsung Smart, trece
computadoras HP, cinco televisores Sony Bravia 74.5, cámaras de video HD, iPads, iPhones, computadoras
iMac, un grupo electrógeno, potencias para auto, una impresora 3D y una consola de sonido profesional
Yamaha QLS valuada en 30 mil dólares fueron parte de la lista.
Una despachante de Aduana también fue procesada. De Sousa Matías, señalado como el responsable de
recolectar donaciones en Estados Unidos para el culto en Argentina y el aparente cabecilla de la operación de
contrabando, fue intervenido telefónicamente y sus mails fueron capturados. "Pastor, ¿no habrá algún político
influyente con el que se pueda hablar?", le dijo un fiel del culto después del hallazgo de los
contenedores. "Buena idea", respondió el hombre: "Estamos viendo lo del político influyente".
9. En el video de Youtube, Gill Krug aseguró que "esta situación no nos representa" en "los valores que tenemos ni
en los principios que enseñamos" y afirmó que "vamos a apelar esta medida porque hay omisiones y
exageraciones". Finalmente, felicitó a los fieles que se mantuvieron en silencio y, como pastor, instó a todos a
rezar. Los comentarios al videos no fueron precisamente plegarias: el repudio y las críticas de la congregación
fueron casi unánimes. Para los adventistas, que sus líderes estuviesen cuestionados en la Justicia era una virtual
deshonra. Lo cierto es que Gill Krug, Giménez, Giaccarini y De Sousa Matías no duraron en sus cargos.
En el día de hoy, según confirmaron voces oficiales de la Iglesia a Infobae mediante un comunicado, los cuatro
jefes procesados ofrecieron sus renuncias, las cuales fueron aceptadas. "La Iglesia Adventista exige de sus
líderes desempeñarse con dedicación exclusiva a sus responsabilidades sin ningún tipo de cuestionamientos
sobre su accionar. Por lo cual estas decisiones permitirán que los mencionados atiendan todos los
requerimientos de la Justicia", aseguró el comunicado.
Por lo pronto, el culto tiene un nuevo presidente: el pastor Darío Caviglione. Sin embargo, el caso no es una
historia cerrada puertas adentro. La operación adventista es más que 1055 iglesias. Con un pasivo bancario
reciente de más de 200 millones de pesos, incluye negocios como la cerealera Granix, además de clínicas,
sanatorios y centros de "vida sana" para tratar adicciones, tabaquismo, estrés y sobrepeso. El enojo de la
feligresía se reduce a un punto básico: qué hicieron los jefes de la Iglesia con la plata de sus diezmos.
10. Los embargos millonarios impuestos a Gill Krug, Zaccarini y otros no son el único problema. En el juzgado de González
Charvay también tramita un legajo de aseguramiento de bienes que asciende a 280 millones de pesos. Para
cubrirlo, la Iglesia ofreció bienes, presuntamente, entre ellos la planta principal de Granix.
Al llegar las primeras órdenes de detención y los pedidos de exención de prisión, González Charvay dictó severas
cauciones, fianzas que según fuentes de la investigación fueron de dos millones de pesos para cada jefe
adventista imputado. Todas fueron pagadas de inmediato: el 30 de septiembre del año pasado se depositaron
ocho millones de pesos en ela sucursal Campana del Banco Nación. Así, los líderes del culto siguieron en libertad.
¿Las cauciones se pagaron con plata propia de los imputados, más allá de la caja adventista? Gill Krug, según su
información previsional, es empleado de una sola firma que paga sus aportes y obra social: la Iglesia Adventista
misma.
Una voz de peso dentro del culto asevera: "Cuando estalló el caso, hubo mucha confusión, porque no había una
comunicación clara por parte de la Iglesia. Pero cuando Infobae dio a conocer el procesamiento, el fiasco fue total y
terminó por generar una gran corriente de opinión a nivel nacional (dentro de las propias iglesias locales) a favor
del apartamiento de la dirigencia".
La justicia del Estado, por su parte, tiene su acusación resuelta. El juez González Charvay considera, en sus
cálculos, que la instrucción de la causa está virtualmente cerrada. La elevación a juicio de los ahora ex jefes
adventistas es solo cuestión de tiempo.