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Análisis de: " Filósofo en meditación", Rembrandt
1. UNIVERSIDAD DE CIENCIAS Y ARTES DE CHIAPAS
ARTES VISUALES
HISTORIA DEL ARTE BARROCO Y NEOCLÁSICO
ANÁLISIS DE LA OBRA “FILÓSOFO EN MEDITACIÓN”
(1632), DE REMBRANDT
POR: KARINA MONTSERRAT PÁEZ BONIFAZ
25 DE NOVIEMBRE 2022
2. PRE-ICONOGRAFÍA:
La paleta de colores utilizada es corta, ya que se conforma de un empastado de pintura
blanca para la estructuración de la fuente de luz junto al amarillo ocre predominantemente
en las zonas claras, marrones y negros para las zonas oscuras. La presencia de los verdes
puede ser el resultado de la mezcla del amarillo ocre junto a las distintas variabilidades
de marrones. Deductivamente, mencionaré que los oscuros dan el ambiente y los claros
la forma.
La obra en óleo sobre el panel de madera de roble, con las dimensiones de 28cm x 34cm,
permite realizar la composición dinámica, tiene un movimiento envolvente gracias a las
variaciones de amarillo ocre en la mayor parte del panel, pero el espacio a la izquierda
solo pintado con marrones y negros le dan asimetría, algo que Rembrandt aprovechaba
en sus obras de escena de género para aportarles movimiento. De pinceladas fluidas, al
servicio de la ilusión que enriquecen más al movimiento; la pieza cuenta con 4 planos que
se van diferenciando gracias al juego de iluminación. Las fuentes de luz con distintas
intensidades se posicionan contrariamente (izquierda y derecha) en línea diagonal.
Existe la presencia de un esquema compositivo en forma de S y centrada en uno de los
elementos, el cual, también tiene un volumen y profundidad importante para la obra e
invita a visualizar los detalles de la parte superior e inferior de la misma;
predominantemente se hallan figuras circulares. Es importante señalar que también dos
3. de los elementos centrales se direccionan forma contraria entre ellos (izquierda y
derecha), lo que nos lleva a un balance visual de izquierda a derecha
ICONOGRAFÍA:
En los últimos de su etapa temprana artística (entre 1620 a 1630), y a su llegada a
Ámsterdam en 1631, de lo que sería el inicio su etapa más prestigiada como artista,
Rembrandt Harmenszoon van Rijn, originario de Leiben, Países Bajos realizó una serie
de obras en distintas técnicas. Con una notoria inspiración en la técnica de los trabajos
hechos por su amigo Jan Lieven con el que pudo haber compartido taller, Rembrandt
produjo grabados en aguafuerte, dibujos y óleos que retrataban a hombres de edad
avanzada, sentados, con un libro entre las manos, con sus rostros pensativos. Algunos
otros eran bustos en los que posaban cabizbajos, lo que quizás dé a entender lo derrotados
que están por el peso de los años. En 1632, pinta lo que sería una obra con los elementos
y conceptos ya mencionados anteriormente: “Filósofo en meditación”.
Empezando con el salón, podemos apreciar que está estructurado por evidentemente
ladrillos y pilares de madera, con un piso seccionado compuesto de piedras y madera. Es
una casa modesta y algo deteriorada, que podría indicar que esto no fue una petición de
algún acaudalado burgués, y tal vez es más una escena que el artista hizo con el único fin
de ser él mismo, como muchos expertos en Arte lo describen.
En el lado superior izquierdo del panel, se halla a un anciano de larga barba sentado con
el cuerpo ligeramente direccionado a su derecha con las manos ocupadas por una pipa,
sin embargo, la cabeza se direcciona para dar frente al espectador. El hombre está con la
cabeza inclinada posiblemente con los ojos cerrados con una expresión un tanto serena,
divagando en sus pensamientos, mientras está en la espera de la mujer de la derecha, para
lo que puede ser la hora de la merienda.
En la misma sección que el hombre se ubica una ventana solo abierta de un lado, con el
propósito de que la estela de humo expulsada de la pipa de tabaco que aguarda en las
manos de aquel hombre se desplace al exterior de la casa. La iluminación de la ventana
abierta favorece en la definición de las formas de los elementos y en las zonas oscuras
encontramos el ambiente, lo que se ve plasmado en mucho del arte de este gran artista en
los siguientes años. Debajo de la misma ventana se encuentra una mesa cubierta de una
tela de verde olivo, sobre ella se ubican objetos que son un poco difíciles de identificar
ya que la calidad digital no es muy buena, pero haciendo un intento sobrehumano para mi
vista, pegado a la pared que da a la espalda del anciano, podemos observar lo que puede
ser una pequeña vasija de metal y un pequeño trapo de un verde más oscuro.
Las escaleras de caracol situada en el centro del salón, impulsa al espectador ver a las
direcciones superiores e inferiores de la escena y apreciar los detalles de la infraestructura,
el techo y el piso. La escalera es un elemento de gran peso visual que en años posteriores
le daría uno de los muchos nombres que recibió la obra, ya que, como un dato interesante
en el siglo XVIII esta pasó por alrededor de 7 dueños, según datos del Museo de Louvre,
Francia, donde reside actualmente la obra.
4. En puestas de escena revisadas con anterioridad Rembrandt deja ver que hay más allá del
salón que está pisando, plasmando corredores en sus fondos, ventanas que dejan ver un
paisaje exterior o puertas misteriosas como la hallada bajo de las escaleras.
En la sección inferior de la derecha, podemos encontrar a la mujer que pareciera es un
tanto más joven que el hombre sentado en su opuesto, profundizando más, la podemos
ver sentada en un banco mientras aviva las llamas y acomoda la leña. Lo interesante es
que no hay grandes detalles en el rostro, pero Rembrandt se destacaba por investigar y
profundizar en el alma para capturar las emociones humanas, por esto en la mujer se
denota una expresión cansada o indiferente en su actividad. Detrás de la dama, podemos
encontrar la cocina modesta con contadas ollas de hierro y utensilios, acomodados en una
repisa a lado de las escaleras.
Esta es una obra poco habitual para Rembrandt, porque él solía complementar sus
composiciones con objetos y prendas complejas, dignas para retratar a los burgueses de
la alta y media clase de Ámsterdam. En cambio, en la pintura analizada se ven objetos
solo utilitarios, sin lujos, las prendas usadas por estas dos personas son un indicativo
irrefutable (para mí) que se tratan de personas de la clase baja.
ICONOLOGÍA
De primera instancia, quiero señalar la desigualdad de niveles en los que se hallan ambas
personas, el hombre por su parte en una zona superior del espacio con un protagonismo
visual porque está entre los elementos más llamativos, la ventana y las escaleras, delante
de la misteriosa y pequeña puerta, solo concentrado en sus pensamientos, mientras la
mujer se encuentra en la parte inferior, sin mucho protagonismo, en lo que yo puedo
simplificar como el estándar de la mujer de clase baja en una sociedad machista de aquel
momento. La habitación por sí sola carece de objetos y resalta el abandono en toda
infraestructura, lo que se traduce en un vacío emocional y un deterioro físico o emocional
de ambas personas debido a los años ya vividos; aunque ambos personajes están en una
misma escena, se siente una gran soledad en el ambiente, porque no están interactuando
entre sí, solo coexisten y cada uno tiene su mundo, tal vez el motivo principal sea porque
puede que no sea un matrimonio, sino padre e hija.
La obra puede tener un significado del bien y el mal, porque de un lado tenemos la luz
del día cruzando la ventana, bañando a un hombre sereno, sabio por el significado que
muchos contextos de la historia lo adjudican a esa característica. En cambio, la fuente de
luz de la mujer es una llamarada, simbólicamente esta puede significar el sufrir un castigo
por una falta o culpa, lo que puede develar más a que la mujer está cansada de ese bucle.
Las escaleras de caracol refuerzan esta conceptualización porque dan un gran misterio al
desconocer qué hay en la planta alta, tal como la incógnita de qué hay en el cielo,
precisamente la ascensión de la escalera se sitúa sobre el lado anciano (el bien, el cielo)
puede alegorizar dicha pregunta y el descenso está más del lado de la segunda
protagonista de esta historia, se contempla más al infierno.
La forma envolvente de la luz y la sombra en todo el complejo da un guiño también al
yin y yang, los conceptos usados en el taoísmo para representar la dualidad que atribuye
todo lo que existe en el universo, en esta filosofía el yin es femenino (la dama posando),
5. la tierra (ella está situada en un piso de piedras), la pasividad (su indiferencia), la
oscuridad (su entorno rebosa de negros y marrones) y la absorción. Mientras que el yang
es el principio masculino (el anciano), el cielo (la parte superior de las escaleras), la luz
y la penetración (la ventana abierta) y la actividad. Personalmente este significado podría
no ser tan equivocado debido a que Rembrandt era un coleccionista de arte de varias
naciones, y el disfrutaba de la religión como una fuente de historias para sus obras, no
como un pilar importante de su vida.
Por último, personalmente me he puesto en duda de si el término de filósofo en el nombre
de la obra es correcto, porque en esa época tan clasista, los profesionistas liberales
pertenecían a la clase media.
Referencias
Museo de Louvre. (2022). Base de datos “la colección de Rembrandt”. Revisado en
Noviembre 2022, en:
https://collections.louvre.fr/recherche?page=5&sort=date&q=Rembrandt%2C+Harmens
z+van+Rijn
Taller de Artes Plásticas. (2021). Fuente audiovisual. Documental: “The great artists:
Rembrandt”. Evidencia visual revisada, Noviembre 2022. En:
https://youtu.be/urgub6_brHw
Porque de tu Arte a Miarte. (2022). Material de Audio (podcast). “E27: De todo a nada:
Rembrandt”. Revisado en Noviembre 2022, En:
https://open.spotify.com/episode/3AnXR3JuaOO1Kgv1iHVyyJ?si=q-
Ak2qf4TWupUlDzVLeYaw&utm_source=copy-link