3. 1. Ciclos calendáricos
Los antiguos mayas registraban el paso del tiempo
mediante varios ciclos calendáricos distintos,
agrupando días en grandes periodos basándose
en consideraciones astronómicas y de otra índole.
Servían para señalar eventos históricos
como el nacimiento o la entronización
de un gobernante, y para la
programación de prácticas rituales.
4. Como base del calendario
maya estaba un sistema
numérico vigesimal para
estructurar muchos de sus
ciclos. Para números menos
al 20, los mayas
precolombinos usaron una
notación quinaria basada en
tres símbolos: una concha o
una flor para el cero; un
punto para el número 1 y una
barra para la cifra 5.
Ocasionalmente se
combinaba un glifo especial
para el número 20 con barras
y puntos para representar los
números 21 a 39. No
obstante, la mayoría de las
veces los mayas usaron una
notación por posición,
esencialmente vigesimal,
para los números mayores de
19. También había variantes
de cabeza para los números
del cero al 20.
5. El ciclo calendárico maya más parecido al calendario
gregoriano occidental fue el haab de 365 días. Estaba
divido en 18 meses, cada uno integrado por 20 días (pop,
uo, zip, zotz, zec, xul, yaxkin, mol, chen, yax, zac, ceh, mac,
kankin, muan, pax, kayab y kumku) más un mes
complementario de 5 días (uayeb), que también eran
conocidos como “los días sin nombre” o “los días
perdidos” en varias lenguas mayas. Los días de los meses
de 20 días estaban numerados en función del tiempo
transcurrido del cero al 19.
Metafóricamente se hacía referencia al primer día del mes
como “el asiento” del mes. El haab es una cercana
aproximación a lo que llamamos el año trópico, el año de
las estaciones, el periodo de aproximadamente 365 un
cuarto días que transcurren entre un equinoccio de
primavera y el siguiente.
A diferencia del calendario gregoriano, no realizaba la
corrección del año bisiesto para solucionar la imprecisión
de un cuarto de día por año.
6. La arquitectura del periodo
Clásico demuestra que los
mayas estaban interesados en
reconocer esos eventos del
año trópico, los solsticios y los
equinoccios.
En Uaxacatún y varios sitios
arqueológicos de dicho periodo los
inmuebles del llamado Grupo E están
alineados de modo que, desde un punto
determinado de observación, el Sol
surge directamente sobre el eje central
de un edificio en los equinoccios y sobre
las orillas laterales u otros elementos
arquitectónicos en los días de solsticio.
En el observatorio de Chichén
Itzá, denominado El Caracol,
varios alineamientos
arquitectónicos están
relacionados con la posición
del Sol al atardecer en los días
de equinoccio y en el solsticio
de verano.
7. Si bien el haab era el
más útil para
especificar los eventos
que tendrían lugar en
un año solar, no era el
más adecuado para
registrar eventos
históricos ocurridos a
través de grandes
periodos temporales.
Por esta razón, los
mayas inventaron un
calendario Era, también
conocido como Cuenta
Larga, que cubrió un
periodo de 5125 años y
que comprendió toda
la historia escrita maya.
La base de este
calendario fue el tun de
360 días, unidad
vigesimal dividida en
18 uinales, cada uno
con 20 días. Veinte
tunes se agrupaban en
una unidad llamada
katún y veinte de estos
formaban la unidad
llamada baktun.
Una Era estaba
compuesta de 13
baktunes, sistema que
también estaba basado
en un estricto
reconocimiento
vigesimal del tiempo.
La actual Era maya
comenzó el 11 de
agosto de 3114 a.C. y
terminará el 21 de
diciembre de 2012 (día
que ocurre el solsticio
de invierno).
8. Otro ciclo calendárico importante para los mayas precolombinos y otros pueblos de Mesoamérica
fue el calendario adivinatorio o ritual de 260 días, también conocido como cuenta de los días o
tzolkin.
Estaba compuesto de dos ciclos menores: uno de 20 días dispuestos en un orden fijo (que
funcionaban como “semanas”) y una secuencia de números del 1 al 13 que servían como
coeficiente de los días.
La permutación de eso dos ciclos, 20x13, significaba que un día determinado y su coeficiente no
podía repetirse hasta haber transcurrido 260 días. Aunque no se sabe por qué escogieron un ciclo
ritual de 260 días, una hipótesis sugiere que los quichés registran 262 días como el periodo de
gestación humana al cual redujeron en dos días porque concordaba mejor con el sistema numérico
vigesimal.
Otra hipótesis se relaciona con la astronomía. Si se le resta 260 a 365 días, los otros 105 días
representan el tiempo que el sol tarda en desplazarse desde su primer pasaje cenital al segundo a
la latitud promedio de Copán.
9. La Rueda Calendárica es el
resultado de la combinación
entre haab de 365 días y del
tzolkin de 260 unidades.
Las fechas históricas generalmente están
expresadas en términos de
permutaciones de la Rueda Calendárica
en los monumentos del Clásico.
Esta combinación de días coeficientes y meses no se repetirá
sino después de haber transcurrido 52 años (haabs).
Las combinaciones de la Rueda Calendárica frecuentemente eran acompañadas
con las fechas de la Cuenta Larga en las inscripciones monumentales,
produciendo así prolongadas expresiones.
Esta notación permitía que los eventos históricos o mitológicos fueran fechados de manera única en
un ciclo mucho más largo que aquel de la Era maya de 5125 años, prolongándose varios cientos de
miles de años hacia el pasado o hacia el futuro.
10. 1.1 Astronomía
El cambiante escenario celeste
nocturno la Luna, Venus y los otros
planetas visibles, las estrellas y la
Vía Láctea, sirvió de base para
elaborar otros ciclos para medir el
paso del tiempo.
Así, el llamado almanaque zodiacal
del Códice París documenta que
los mayas agrupan esas estrellas
en 13 constelaciones en donde la
única coincidencia con el zodiaco
occidental es la constelación
alacrán-escorpión.
El almanaque zodiacal maya divide
el año de la secuencia estelar
(365,2564 días) en 13 unidades,
cada una de 28 días.
Existen representaciones de los
animales del zodiaco (que
simbolizan constelaciones) que se
encuentran en las pinturas de
Bonampak, en el Anexo de Las
Monjas en Chichen Itzá y en el
Trono de la Inscripciones del
Palacio del Gobernador, en Uxmal.
11. Otro tipo de ciclo basado
en la periocidad lunar fue
desarrollado para predecir
cuándo ocurrirían los
eclipses lunares y solares,
los cuales tienen lugar a
intervalos promedio de
173,31 días (medio año de
eclipse).
Los cambios en la forma y ubicación de la Luna permitieron elaborar otra
manera de medir el tiempo. Para registrar los ciclos lunares, los mayas
debían partir de su notación vigesimal porque la duración de un mes
lunar (29,53059 días) no se conmensura fácilmente con las divisiones del
haab, del tzolkin o de la Cuenta Larga.
12. De todos los planetas, Venus parece haber sido al que prestaron mayor importancia estos pueblos.
La frecuente presencia de este planeta en la iconografía seguramente refleja su gran relevancia en
las prácticas rituales y en la mitología maya.
Entre su primer periodo de visibilidad tras la conjunción inferior y su última visibilidad antes de la
conjunción superior, Venus puede observarse como la llamada estrella matutina, levantándose
antes del amanecer y desapareciendo con el resplandor del nuevo día.
Estas estaciones fueron de gran interés para los mayas de ayer. Venus también tenía un significado
guerrero para los mayas. Se ha sugerido que algunos eventos del ciclo de Venus hayan regulado la
programación de las “guerras estelares” y ataques militares registrados en inscripciones.
En algunos sitios mayas se conocen varias orientaciones arquitectónicas en relación con los
extremos de Venus (por ejemplo el Palacio del Gobernador, en Uxmal).
13. 2. Los códices mayas
Los Códices han supuesto el más grande tesoro para historiadores, arqueólogos y
coleccionistas, pues el valor humano e histórico es invaluable y supera por mucho
al valor material que suponen los artículos de plata, oro, etc. En Mesoamérica se
ha registrado una gran cantidad de códices escritos en diferentes etnias alrededor
de la zona
Los códices mayas más antiguos que se conocen fueron
hallados por los arqueólogos como ofrendas mortuorias de
entierros procedentes de excavaciones practicadas en
Uaxactún, San Agustín Acasaguastlán y Nebaj en Guatemala;
en Altún Ha en Belice, y en Copán en Honduras. Estos seis
códices códices mayas datan del Clásico temprano (Uaxactún
y Altún Ha), del Clásico tardío (Nebaj y Copán) y del
Posclásico Temprano (San Agustín Acasaguastlán).
14. Para los códices se debe recordar que los calendarios mayas
estaban compuestos de 260 días sagrados (tzolkin) y 360 días
vagos solares (haab), y estos eran astronómicamente exactos, y
con esto un sacerdote versado podía predecir el movimiento
de planetas y de la luna y el sol, igualmente los eclipses y los
equinoccios. Los días, los meses y los años eran regidos por
diferentes dioses patronos y por eso requería la atención de los
sacerdotes con diferentes prácticas de culto.
Los libros eran indispensables para saber que dios debía ser
venerado y en qué día y cuáles eran los procedimientos
ceremoniales. A través de los sacerdotes con la ayuda de su
códice se sabía cuál sería el mejor día para comenzar un
emprendimiento y la predisposición del dios involucrado:
(buena, mala o indiferente).
En la época de la conquista los sacerdotes españoles se dedicaron a quemar miles de libros mayas, pues sabían el
valor cultural que representaban, y precisamente por el ferviente deseo de implantar la religión católica se produjo la
cremación de estos señalando que eran cultos demoniacos. Estos códices mayas estaban elaborados en tiras de papel
de corteza y piel animal dobladas a la manera de un biombo.
15. Códice Dresde
Se encuentra actualmente en la Sachesische Landesbibliothek en Dresde Alemania.
Este códice es considerado como el más fino de los códices mayas en tanto su caligrafía y su contenido, pero
hoy se ha la fuertemente dañado debido a la segunda guerra mundial. Composición: una sola tira de papel de
amate: 3.52 de largo, 9 cm de alto, Se halla doblado en 39
Es difícil considerar el lugar exacto de su manufactura, investigaciones sugieren que fue pintado durante el
periodo posclásico tardío (1250-1500 d.C.).
Las figuras más representadas son los dioses sentados, a veces en pareja, también incluyen combinaciones de
humanos y animales, además de una serie de escenas no animadas como el juego de la pelota, lluvia,
pirámides, tronos, etc.
16. Códice Grolier
Se encuentra en el museo de antropología e historia de la ciudad de México, donde
permanece fuera del alcance del público debido a que autoridades dudan de su autenticidad,
tiene una repentina aparición de 30 años.
Puede ser el más antiguo de los códices (900-1200 d.C.), está formado por 10 páginas
separadas de papel amate cubiertas de una capa de cal y en promedio tiene una longitud de
19 cm. y ancho de 12.5 cm.
Contiene casi la mitad de la parte central de una tabla de Venus que se refiere a las 4 fases del
planeta en 65 ciclos. Las páginas individuales presentan deidades de distintas secciones de la
tabla de Venus, todas en actitud amenazadora, ninguna página está completa.
17. Códice Madrid
Localizado en el museo de América en Madrid. Este códice aparentemente apareció durante el
siglo XIV o XV, está dividido en dos partes que son el códice “Troano” y el “Cortesiano” que
después se demostraría que serían uno solo.
Es el más largo de todos los libros mayas antiguos: tiene 6.82 m. de largo divididos en 56 páginas
pintado en ambos lados, está hecho de papel amate doblada a la manera de biombo y presenta
una fina capa de cal, sus páginas miden en promedio 22.6 cm. de alto por 12.2 cm. de ancho.
Este códice es otro almanaque sacerdotal con muchos ritos diferentes dedicados a actividades
mundanas como la caza, la agricultura, la apicultura y el comercio.
18. Códice Paris
Se halla en la biblioteca de Paris, donde fue adquirido mediante compra en 1832, posiblemente elaborado
en la costa oriental de la península de Yucatán, se sostiene que el códice es posterior a Dresde en 1450 d.C.
El códice es integrado por 24 páginas de las cuales 22 son representadas por jeroglíficos y figuras pintadas,
está hecho de papel amate doblado en forma de biombo, las paginas tienen una altura de 24.8 cm. y 13 de
anchura.
Su caligrafía no es tan sorprendente como Dresde pero aun asi presenta una gran variedad de colores,
contiene aspectos como las referencias zodiacales, fechamientos internos, identificación de planetas y
eclipses solares, etc. Asi mismo cada página está compuesta por una deidad que gobierna el katún y sus
predicciones.
19. Conclusión
La astronomía maya no fue un logro intelectual aislado. Tenía un contexto cultural
en las prácticas rituales de la religión y del gobierno, así como en los marcos
calendáricos dentro de los cuales efectuaban tales prácticas. La astronomía y de
manera específica la conmensuración de los ciclos calendáricos y astronómicos se
aplicaban con el fin de lograr objetivos culturales mayores. Los códices eran los
libros para realizar correctamente cada ceremonia. Los sacerdotes mediante los
códices sabían cuál sería el mejor día para comenzar un emprendimiento y la
predisposición del dios involucrado: (buena, mala o indiferente).
20. Bibliografía
Bricker, V. Bricker, H. Lee, T. (1999) Los Mayas. Italia: Landucci Editores.
Realizado por:
Bryan Loja
Mariano López
Jefferson Sacoto
José Tapia