La teoría de Bohr fascinó e intrigó a la comunidad científica, en el sentido que se adaptaba para el átomo de hidrógeno y átomos monoelectrónicos, pero no a otros elementos. Al mismo tiempo, muchos científicos cuestionaban por qué las energías del electrón del hidrógeno eran cuantizadas. Es decir, ¿por qué el electrón en el átomo de Bohr está circunscrito a girar en órbitas alrededor del núcleo a longitudes fijas? Durante una década, nadie tuvo una explicación lógica a este cuestionamiento, ni siquiera el mismo Bohr. La solución a este problema se encontró en la nueva Teoría Mecano Cuántica.