2. Si nos centramos estrictamente en
la persona de Cristo, podemos
sentir complicaciones para
imaginar a un Jesús joven, porque
pareciera que todo cuanto Jesús
hizo en su ministerio en la tierra, lo
hizo en una etapa madura.
3. Sin embargo, debemos considerar el
hecho de que Jesús fue en la mayor parte
de los relatos evangélicos un “adulto
joven”.
En la plenitud de su juventud comenzó
su misión pública, y toda su juventud fue
una preparación para la redención, en
cada uno de sus momentos, desde su
revelación como Mesías, hasta su
muerte en la Cruz
Jesús joven en el Evangelio
4. También tenemos una referencia
a su adolescencia, cuando regresó
con sus padres a Nazaret, después
que ellos lo perdieron y lo
encontraron en el Templo
(Lc. 2,41-51).
En Jesús se da un crecimiento
tanto físico como espiritual.
5. Jesús nos ilumina desde su propia juventud, y en Él se pueden
reconocer muchas notas de los corazones jóvenes.
● Jesús tenía una confianza incondicional en el Padre, cuidó la
amistad con sus discípulos y permaneció fiel a ellos.
● Manifestó una profunda compasión por los más débiles.
● Tuvo la valentía de enfrentarse a las autoridades religiosas y
políticas de su tiempo
● Vivió la experiencia de sentirse incomprendido y descartado
● Sintió miedo del sufrimiento y conoció la fragilidad de la pasión
● Dirigió su mirada al futuro abandonándose en las manos seguras
del Padre y a la fuerza del Espíritu
6. El amor de Dios y nuestra relación con
Cristo nos promueve, estimula y lanza
hacia una vida mejor y más bella.
La palabra “inquietud” resume muchas
de las búsquedas de los corazones de los
jóvenes.
La juventud con Cristo
7. El Señor nos invita a:
● Ir sin miedo con el anuncio misionero, allí donde
nos encontremos y con quien estemos, en el barrio,
en el estudio, en el deporte, en las salidas con los
amigos, en el voluntariado o en el trabajo.
● Refrescar y alentar la acción de la Iglesia ante
otros jóvenes, encontrando caminos atractivos
para convocarlos.
● Sacar y mostrar lo mejor de nosotros, para la gloria
de Dios y para el bien de los demás.
La misión del joven cristiano