Adolf Tobeña presenta la psicopatología de la maldad. Presenta que los psicópata presentan una anomalía neural en la amigdala y en la corteza prefrontal medial y ventromedial. Reconoce que los asesinos con gran impacto en la sociedad representan el cinco por ciento de la población. Y de esa población, solo una cuarta parte de ella es considerada psicópata. En las prisiones, los psicópatas solo alcanzan el veinte por ciento. Por tanto, el ochenta por ciento de los reclusos, llegaron a crimen por otra vía distinta a la psicopatología neural. El hambre de dinero es una de los catalizadores de la conducta a la delincuencia, al soborno, a la compra de voluntades, etc.
2. La escritora y política española María Teresa Giménez Barbat, sostiene que
hay gente que viene mala de fábrica.
El conocimiento científico y tecnológico actual, permite explorar los
circuitos cerebrales y sus mecanismos neurales y endocrinos.
Precisamente, el catedrático de psicología
y director del departamento de psiquiatría
y de medicina legal de la Universidad
Autónoma de Barcelona, Adolf Tobeña,
explica cómo funcionan las
predisposiciones en el comportamiento
asocial y amoral.
A la vez, analiza las particularidades de las
mentes criminales y perversas.
En todas las sociedades humanas
alrededor del treinta por ciento de su
población, tendrán inclinación a saltarse
las normas de respeto al prójimo.
3. Mientras que otro treinta por ciento de la población, tenderán a ser siempre
legales y respetuosos.
Y el cuarenta por ciento de la población restante, tendrán tentaciones más o
menos comprometidas que sabrán domeñar voluntariamente.
Según Tobeña, los ejecutores
recalcitrantes de delitos no llegan a un
cinco por ciento de la población.
Y solo una cuarta parte de ellos es
calificada como psicópata.
En prisiones, los psicópatas no llegan al
veinte por ciento de la población reclusa.
De ahí que el ochenta por ciento de la
población reclusa, llega al crimen por otra
ruta distinta a una alteración grave de su
funcionamiento cerebral.
4. En la obra “Neurología de la maldad: mentes predadoras y perversas”,
Tobeña asevera que los malvados dejan a su paso un rastro de bajas y
damnificados.
Esas desgracias las ocasionan a consciencia, es decir, queriendo lastimar y
perjudicar.
Ejemplos de delincuentes que causaron
daños mayúsculos son: el extremista
noruego Anders Breivik y el defraudador
financiero norteamericano Bernard Madoff.
Ellos ejemplifican las dos modalidades de
la psicopatía: los crueles, morbosos y
altamente peligrosos como Breivik y, los
delincuentes de éxito que eluden la
detención y el castigo como Madoff.
Los psicópatas son gente singularmente
insensible y dañina.
5. Se caracterizan en lo interpersonal por ser explotadores, manipuladores,
falsos, pomposos y dominantes.
En lo afectivo porque muestran emociones epidérmicas, incapaces de
vincularse con personas o valores y carecen de reacciones empáticas y de
sentimientos de culpa, remordimiento o temor genuinos.
Y en lo conductual por ser impulsivos,
necesitar sensaciones fuertes, inestables,
propensos a infringir normas e incumplir
con responsabilidades.
La psicopatía es una anomalía que viene
de fábrica.
En el interior del cerebro de los
psicópatas, hay anomalías neurológicas
en la corteza prefrontal y ventromedial.
Hay una singularidad en la estructura,
interconectividad y funcionamiento de los
circuitos cerebrales.
6. Las conexiones de la corteza prefrontal ventral con la amígdala y las zonas
adyacentes del lóbulo temporal a través del fascículo uncinado, son menores
en los psicópatas.
Esto hace una mengua de la actividad neural en los territorios encargados
de otorgar valencia emotivo-afectiva a las situaciones.
Que se traduce en una menor capacidad de
experimentar sensaciones desagradables al
cometer actos delictivos.
La carencia de Mono Amino Oxidasa A,
segmento del cromosoma X, que es una
enzima con un papel destacado en diversos
neurotransmisores en las sinapsis
cerebrales, conduce al colapso en la
función serotonérgica y en brotes de
violencia exacerbada.
Ya que la serotonina es un freno eficaz a
descargas impulsivas y atenuante de
reacciones violentas.
7. También el gen CDH13, prescriptor de la T-Cadherina, está asociado al
Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) por su disfunción
en el trabajo serotonérgico y dopaminérgico.
Las personas con las dos variantes, tienen más probabilidades de cometer
un delito violento.
Los psicópatas exitosos, “psicópatas
corporativos” o de “cuello blanco”, tienen
atributos que son contrarios a la
impulsividad y desinhibición violenta que
caracteriza a la delincuencia “sucia” o
“violenta”.
Esto porque tienen una mejor capacidad de
procesamiento de la información,
elaboración de estrategias cambiantes y
control de impulsos.
En general, las bandas mafiosas son nichos
ocupacionales preferidos por los
psicópatas.
LAS VARIANTES DE
DOS GENES –MAOA Y
CDH13– CON LA
PROPENSIÓN A
COMETER CRÍMENES
VIOLENTOS.
8. La corrupción en todas las sociedades está vinculado a individuos con
rasgos psicopáticos.
El hambre de dinero tiene su asiento en las zonas particulares de la
circuitería neural.
Al avistar dinero, se activan los sistemas
cerebrales del deseo.
Contrariamente, las pérdidas monetarias
activan la circuitería neural dedicada al
sufrimiento y aversión psicológica.
Hay una fascinación humana por el lujo y
nada mejor que la versatilidad monetaria
para la escenificación del gasto.
El dinero puede comprar voluntades.
El soborno es decisivo en la corrosión
dineraria y ruta óptima para quebrar
resistencias y montar extorsiones y
chantajes.
9. Entre los políticos, hay una desmesurada proporción de delincuentes
disfrazados de servidores públicos.
Al incrementar su percepción de poder o de estatus, pueden llegar a la
ceguera completa hacía los problemas ajenos.
Cuanto más estatus y poder, menor
proclividad cooperadora y mayor tendencia
a las conductas egoístas.
Se ha dedicado menos atención a las
malvadas, predominando en ellas los
engaños y las falsedades, por lo que hay
menos concurrencia a la violencia física.
La superioridad en aptitudes de la
cognición social, las lleva a aprovecharla
para lastimar.
En asesinatos, asaltos con violencia y
robos con intimidación hay una mujer por
nueve hombres.
Igual proporción se da en la población
reclusa.
10. Las conductas egoístas y oportunistas pueden ser atenuadas, mediante
contacto con nociones que evocan la presencia de los sobre natural.
La sensación de anonimato favorece mentir, engatusar y actuar de manera
egoísta.
Cuando hay vigilancia, las personas se
comporta mejor o cuando el cerebro
supone que puede haber vigilancia y no hay
impunidad.
En comunidades complejas, los garantes
del mantenimiento del orden social son
vigilantes y cuerpos de contención
armados.
Pero la policía pertrechada con normas
abusivas que le permiten actuar con
impunidad, convierten la sociabilidad en
opresión.
Por eso hay que vigilar a los vigilantes con
múltiples sistemas de escrutinio
garantista.
11. Por otro lado, el castigo o la amenaza creíble de recibirlo, promueve el
orden.
Y es la maquinaria judicial la que prescribe compromisos de obligado
cumplimiento e impone sanciones a quienes trasgreden las normas.
El cerebro escrupuloso distingue entre la
culpa nuclear, vinculada a la violación de
reglas morales, en la que hay una mayor
intervención cingulada e insular.
Y la culpa altruista propia de impulsos
generosos, con más implicación de zonas
de la corteza prefrontal.
La reincidencia, esencial en los sistemas
de justicia, puede ser medida por la
actividad neural vinculada a la detección y
corrección de errores motores.
12. Cuando nace la intención de dañar, por un impulso irrefrenable o por
apetitos dañinos cultivados a lo largo del tiempo, el resorte neural crítico se
enciende en zonas de la amígdala cerebral y se usan profusas
interconexiones con territorios en la corteza prefrontal y temporal.
Tobeña señala que cuando los humanos
ponen en marcha alianzas y potentes
vectores de confrontación intergrupal,
anidan y culminan los máximos de la
devastación y del horror.
Para el abogado constitucionalista
norteamericano, John W. Whitehead, no
hay ninguna diferencia entre un político y
un psicópata.
Los psicópatas políticos eventualmente
crean patocracías, es decir, sociedades
totalitarias que apuestan por el poder, el
control y la destrucción de la libertad.
13. En ellas la psicopatología no se limita a aquellos en altos cargos en el
gobierno, pues se puede propagar entre la población, dependiendo de cómo
los lideres cultivan un sentido de identificación con sus seguidores.
Medios disponibles para combatirla son el
periodismo de investigación, denuncias
que expongan la corrupción, demandas
judiciales, protestas y acciones políticas
de masas.
BIBLIOGRAFIA
Giménez Barbat, María Teresa. Neurología de la maldad. Mentes
predadoras y perversas. En: https://www.elespanol.com/el-
cultural/letras/ensayo/20170303/neurologia-maldad-mentes-
predadoras-perversas/197981122_0.html.
Tobeña, Adolf. Neurología de la maldad: mentes predadoras y
perversas. En :
https://www.academia.edu/41875609/Neurología_de_la_maldad_Men
tes_predadoras_y_perversas
Whitehead, John W. No hay diferencia entre psicópatas y políticos:
la patocracía del “Estado Profundo”. En :
https://www.bibliotecapleyades.net/sociopolitica2/sociopol_ponerol
ogypsycho30.htm