La leyenda cuenta que las hadas y los duendes son hijos del Sol y la Luna. Sin embargo, sus padres empezaron a discutir constantemente, lo que asustaba a sus hijos. Las hadas y los duendes le pidieron ayuda a su tía la Naturaleza. Ella les explicó a los padres cómo sus discusiones afectaban a los hijos, por lo que el Sol y la Luna decidieron separarse amigablemente para el bien de sus hijos y desde entonces hubo día y noche.
2. El mundo de las Hadas no gira alrededor del Sol cómo lo hace la
Tierra. La Luna no es un satélite que gira alrededor de la
Tierra. Pero en el mundo de las Hadas y de los Duendes existe
también el Sol y la Luna. Ésta es su historia.
Cuenta la leyenda que las Hadas son hijas del Sol y de la Luna.
Hubo un tiempo en el que no había ni día ni noche. La Luna y el
Sol estaban siempre juntos y los días eran de color plata. La
unión del Sol y de la Luna originó a sus hijos: Los Duendes y las
Hadas. Fueron tiempos felices en los que los hijos jugaban todo
el día bajo la tierna mirada de sus padres.
Los duendes se parecían más a su padre, eran juguetones.
Siempre estaban de aquí para allá contagiando con sus sonrisas y
su luz la alegría a los demás. Su mirada era cálida. Cuando
cantaban, el verano llegaba corriendo para escuchar sus
canciones. Pero también tenían cosas de su madre como sus ojos
color plata y su gran amor por el arte.
3. Las hadas se parecían más a su madre, eran muy bromistas y les
encantaba jugar al escondite. Cuando tocaban sus instrumentos
musicales la primavera salía de su escondite y se sentaba con
ellas para escuchar sus alegres melodías. Cuidaban de las plantas
tomando el agua de los ríos para regarlas y a los pajarillos les
hacían los nidos con las ramitas secas de sus árboles. Pero
también tenían cosas de su padre como sus ojos color dorado y
ese gran amor que sentían por todo lo vivo.
Con el tiempo, la Luna y el Sol empezaron a discutir. A veces se
enfadaban tanto que salían las nubes tormentosas que los
separaban. Llovía entonces con furia, los truenos y relámpagos
asustaban a las hadas y a los duendes que corrían a esconderse.
Esperaban que la tormenta pasara para poder volver a recobrar
la paz. El problema fue que las discusiones fueron a más y cada
vez había más tormentas. Sus hijos creían que tenían la culpa,
pues las tormentas les impedían ser felices. Creían que sus
padres les castigaban por algo que habían hecho.
4. El Sol y la Luna sin darse cuenta, estaban asustando a sus hijos,
y las hadas y los duendes vieron como su felicidad se escapaba
cada vez que las tormentas aparecían para ocultar a sus padres
del cielo.
Todas las hadas y duendes se reunieron para hablar sobre qué
podían hacer con las discusiones de sus padres pues cada día
había tormentas y sufrían al ver a sus padres discutir. Así que le
pidieron ayuda a su tía la Naturaleza.
Naturaleza era quien cuidaba de todos los seres vivos como las
plantas, los animales, el agua y las piedras. Ella les prometió que
hablaría con sus padres para ver qué se podía hacer.
Cuando Naturaleza les explicó al Sol y a la Luna lo que sus hijos
sufrían debido a sus discusiones, ambos se pusieron a llorar pues
a pesar de todas sus diferencias los dos tenían en común el gran
amor que sentían por sus hijos. Y ese amor era Eterno.
5. El Sol y la Luna habían descubierto que no estaban hechos el uno
para el otro. Se habían dado cuenta que estando juntos les era
muy difícil conseguir la felicidad. Así que decidieron separarse.
Ambos amaban a sus hijos y no querían separarse de ellos.
Aunque su matrimonio había fracasado ninguno de los dos se
arrepentía de haberse enamorado ya que de ese amor salió lo
más bello y hermoso que jamás hubieran imaginado: sus hijos.
Así que la Luna y el Sol se reunieron para hablar con sus hijos
para contarles lo que habían decidido. Desde ese día en el
mundo de las Hadas hay día y noche. De día, los Duendes y las
Hadas juegan con tía Naturaleza bajo la cálida mirada de su
padre, el Sol. Y de noche Los Duendes y las Hadas cogen sus
lucecillas mágicas y se van con su madre a jugar al escondite, es
por ello que cuando miras el cielo ves las estrellas que son las
hadas al lado de su madre. Y según qué noche puedes ver como
la Luna juega a esconderse y sus hijos la van buscando.