En 1990, Darío y otros se reunieron en su casa para buscar la voluntad de Dios y construirla juntos a partir de su experiencia del Bautismo en el Espíritu Santo. Formaron la Fraternidad Palabra y Vida con el carisma de evangelizar y formar comunidades discipulares que vivan al estilo de las primeras comunidades cristianas, con una espiritualidad centrada en el Bautismo en el Espíritu, la alabanza y María. Su misión es evangelizar y proclamar la salvación de Jesús.

1. Fraternidad de
aliados
Forjando cimientos

2. Historia de Palabra y Vida
• ¿Cuándo? 1990
• ¿Dónde? Piecita del fondo de la casa de Darío
• ¿Por qué? a partir de la experiencia que habíamos
tenido del Bautismo en el Espíritu nos reunimos con
el único objetivo de buscar la voluntad de Dios y
construirla juntos, es decir ayudándonos a vivirla.

3. Carisma
Evangelizar y formar comunidades discipulares
(domus) que viven al estilo de las primeras
comunidades cristianas
ESPIRITUALIDAD: BAUTISMO EN EL
ESPIRITU-LA ALABANZA-MARÍA
GUARDIANA
VISIÓN: FORMAR COMUNIDADES
DISCIPULARES (DOMUS) QUE VIVEN AL
ESTILO DE LAS PRIMERAS COMUNIDADES
CRISTIANAS
MISIÓN: EVANGELIZAR,
PROCLAMAR LA SALVACIÓN DE
JESÚS PRQUE VEMOS EN ESTO
UN ACT D EPROFUNDA
MISERICORDIA Y AMOR PARA
EL HOMBRE

4. SOMOS
COMUNIDAD PALABRA Y VIDA
Domus
Domus
Domus
FRATERNIDAD
DE ALIADOS

5. MÚSICA
FORMACIÓN
INTERCESIÓN
COMUNICACIÓN
CENTINELAS
MINISTERIOS
JÓVENES
HACEMOS

6. ESCUELA DE MINISTERIOS
MÚSICOS EVANGELIZACIÓN

7. INTERCESIÓN CENTINELAS

8. Los
continentes
que alaban
El Espíritu
Santo
La Palabra que
nos guía
Nuestro logo

9. LA ALIANZA
Evangelizar: anunciando tu Palabra explícitamente en todo ambiente
donde me encuentre, poniendo mis carismas a tu servicio. Estando
disponible para vos y los hombres, en especial, mis hermanos de
comunidad. Diezmando para sostener la evangelización.
Ser Comunidad (Koinonía): siendo amable, buscando reproducir tu
imagen, Jesús. Revisando comunitariamente mi vida y así animarnos
fraternalmente en este camino de discipulado. Compartiendo lo
cotidiano como verdadera familia en el Señor, no solo el servicio.
Rezando el Rosario, celebrando la Eucaristía o adorando al Santísimo
en comunidad al menos una vez al mes.
Orar: haciendo de la alabanza mi estilo de vida y el centro de mi
oración, rechazando la queja. Orando desde la Palabra, escudriñándola
para que sea alimento y guía para mi espíritu.