EE.UU. se convirtió en la principal potencia económica mundial en los años 20 debido a su desarrollo industrial a gran escala, el aumento del consumo interno impulsado por la publicidad y las ventas a plazo, y su dominio de los mercados financieros europeos. Sin embargo, la sobreproducción agrícola e industrial, junto con la especulación en la bolsa que infló los valores de las acciones muy por encima de su valor real, llevaron a una burbuja que estalló en 1929 con el Crack del 29 y el desplome