2. La escultura “El
despertar” puede dejar a
más de uno sin dormir:
21 metros de dos
brazos, una rodilla, un
pie y una cabeza de un
gigante que parece estar
intentando salir de la
tierra.
3. El de Puerto de Santa María no
es el único grifo mágico que hay
por el mundo, obra del escultor
francés Philippe Gabriel Thill,
pero sí uno de los que tenemos
por España (aunque no el
único). Un juego visual que nos
hace creer que estamos viendo
un grifo que vuela en el cielo y
del que sale agua que se vierte
en una fuente.
4. El CowParade, esas
exposiciones públicas
de esculturas de
vacas decoradas por
artistas que recorre
las ciudades, ha dado
grandes momentos.
Uno de ellos es esta
vaca astronauta que
flota en Estocolmo,
preparada para viajar
por el espacio.
5. La torre de la televisión de
Praga, de 216 metros de altura,
no es una torre cualquiera.
Desde el año 2000, varios
bebés gigantes trepan por ella,
obra del polémico artista checo
David Černý. ¿Por qué
polémico? Haz una búsqueda
en Google Imágenes y verás
otros ejemplos de su obra.
6. Enfrente de la
estación de tren de
la isla alemana de
Sylt hay una serie de
viajeros que llaman
la atención: varios
gigantes verdes,
todos azotados por
un viento imaginario,
que reciben a los
visitantes de la isla.
La escultura es obra
de Martin Wolke.
7. Este tenedor gigante
estaba antes en otro
sitio, delante de un
restaurante que fracasó.
Ahora lo tiene una
agencia de publicidad al
lado de su sede de tres
plantas. Y el tenedor es
tan alto como el edificio.
¿Tiene sentido? La
agencia lleva muchas
cuentas de restaurantes,
no sabemos si el
tenedor llegó antes o
después.
8. La artista Lotta Hannerz lleva
unos años sorprendiendo a los
transeúntes de Estocolmo
colocando esculturas de partes
de cuerpos que parecen
emerger del agua. Una de las
más conocidas es esta nariz y
dedo (que se dice que apunta
siempre a Júpiter, pero no he
logrado contrastar esa
información).