Acabo de leer en la prensa un artículo sobre los departamentos “más difíciles”, los que más tardan en venderse ( los expertos coincidían en que son los ubicados en los tres primeros pisos y los que miran al sur ). Y recordé las primeras preguntas que me hacen las personas que llegan a mí buscando una propiedad antes de verla. Entre ellas ya son un clásico “en qué piso está? Y qué orientación tiene?” Se instaló en el imaginario colectivo que un piso bajo es malo y que el sur o incluso el poniente, hay que evitarlos ( las razones? No las puedo asegurar aunque las puedo intuir ) Según mi experiencia las respuestas a esas preguntas nunca deben ser a secas, con un simple “está en” o “mira hacia”. Porque el valor de una propiedad y la aproximación a ella que deberían hacer las personas dependen de otras variables, como del producto en si o el perfil del interesado . Un segundo piso que mira hacia jardines, rodeado de verde, puede ser mucho mejor que uno ubicado más arriba y que mira a edificaciones circundantes, incluso con una mejor orientación. También el segundo piso o un piso bajo puede ser bueno para gente mayor o quienes le tienen pánico a los temblores. O un departamento que mira al sur, con una vista fantástica o mirando al centro de la manzana, con una vista urbana despejada , puede ofrecer una mejor calidad de vida, ser menos ruidoso, incluso es más fresco en verano. Siento que hay que desmitificar ciertos conceptos para ampliar la mirada de quienes están buscando un hogar.