Congreso Internacional "El concepto de la muerte en el mundo hispánico". Asociación de Hispanistas del siglo XIX

1. Las múltiples caras de la muerte
en las Novelas amorosas y
ejemplares de María de Zayas y
Zayas y Sotomayor
Ana María Alonso Fernández
IES Pérez de Ayala
Investigadora independiente

2. Introducción
María de Zayas y Sotomayor nació
en Madrid en 1590. Parece ser que
estuvo en Nápoles porque su padre
servía al conde de Lemos (virrey en
ese momento). Residió en Barcelona
en 1643 cuando se produjo la
rebelión contra la monarquía y
también en Madrid en 1617, pues su
firma aparece asociada a la Cofradía
de los Defensores de la Inmaculada
Concepción (Greer 265). En sus
novelas describe además otras
ciudades, como Zaragoza, donde
vivió un tiempo. Murió en Madrid

3. Obras
Sus obras se recogen en dos
libros: Novelas amorosas y
ejemplares. Honesto y
entretenido sarao (Zaragoza,
(Zaragoza, 1637) y Desengaños
amorosos. Parte segunda del
del sarao y entretenimientos
entretenimientos honestos.
Novelas amorosas y ejemplares: son diez
diez en total. La acción se sitúa en Madrid
en el primer tercio del siglo XVII en una
tarde de diciembre. Lisis, enferma de unas
cuartanas (en realidad lo que padece son
penas de amor al no ser correspondida por
su amado don Juan, caballero galán y rico
que pretende a su prima Lisarda) está
reunida con una serie de jóvenes
cortesanos y su madre Laura propone para
entretenerla que cinco damas y cinco
caballeros narren diez maravillas, dos
cada noche. Además las veladas serán
acompañadas de música, bailes y danzas.

5. La
ejemplaridad
• La autora denominó ejemplares a
sus obras puesto que su intención
fue la de vindicar a la mujer de las
limitaciones a que era sometida a
nivel social y cultural.
• Las novelas de la época contenían
clichés y una concepción de la mujer
negativa, por lo que la autora
cambió esa denominación
(maravilla) (Olivares 52).
• La “maravilla” corresponde al
principio barroco de la “admiratio”.

6. Narración
enmarcada
Sus dos obras utilizan la
técnica de la narración
enmarcada procedente de
Boccaccio en la que varias
damas y caballeros se
reúnen con un determinado
pretexto y cuentan cada
uno una historia en noches
sucesivas.

7. Técnicas y estilo

8. Originalidad
En sus producciones María de Zayas parte de temas y
géneros típicos de su época (novela cortesana, novelas
ejemplares, relato lucianesco, picaresca) para “desde
ellos, mostrar un mayor grado de atrevimiento o de
ruptura sobre esa situación tópica o también a veces,
reconducir la situación a su propia lógica de
ejemplaridad” (Costa Pascal 65).

9. Propósito
El propósito de María de Zayas en las Novelas
amorosas y ejemplares es el de advertir a los hombres
para que no maltraten a las mujeres y a estas para que
desconfíen de la pasión y del matrimonio: “Historia tras
historia, la autora muestra los efectos de esos deseos en
la propia carne de las mujeres, mutiladas o asesinadas,
ennegrecidas por su propio pecado o redimidas a través
de una muerte santa” (Greer 263).

10. Opiniones
• María de Zayas fue elogiada por Lope de Vega en su Laurel de Apolo.
• Pérez de Montalbán la llamó “la décima musa”.
• Alonso de Castillo Solórzano se refirió a ella como “la Sibila de
Madrid”. Además de narradora, fue poeta, participó en la Academia de
Francisco de Mendoza, en justas poéticas y publicó poemas y
preliminares para varios autores (Olivares 2022).
• Emilia Pardo Bazán señala que estas novelas constituyen una “picaresca
de la aristocracia” y otros autores califican las historias de “libertinas”.
• Juan Goytisolo señala que “la combinación de lo erótico con toques
burlescos, magia y violencia es lo que mantiene vivas sus ficciones para
los lectores de hoy” (Greer 267).

11. Manifestaciones
de la muerte

12. La muerte y el
amor
• En “Aventurarse perdiendo” el emblema
de Cupido con una flecha de oro
simboliza la voluptuosidad del amor en
el sueño de la protagonista cuando tenía
dieciséis años. En él narra cómo iba por
un bosque y halló un hombre apuesto y
embozado que sacó una daga y se la
clavó en el corazón.
• En esta novela Zayas utiliza para
referirse a la pasión amorosa de Jacinto /
Francisco un emblema conocido, el del
corazón atravesado por una flecha como
símbolo de los efectos mortíferos del
amor: “gracias a la justicia poética
convocada por el relato, el símil del
corazón atravesado por una flecha -o la
daga del amor- representado en el
emblema en su carácter simbólico, se
convierte en un elemento concreto de la
acción” (Glantz 48).

13. Lírica intercalada
En los textos líricos intercalados en las Novelas los personajes exponen sus quejas de
amor, que los conducen al deseo de morir, siguiendo las convenciones poéticas de la
lírica petrarquista.
Fabio escucha los lamentos de Jacinta en “Aventurarse perdiendo”: “mas, pues te elegí,
por dueño, / ¡matadme, penas, matadme!” (Zayas Sotomayor 176).
En “La burlada Aminta” aparece el amor asociado a la muerte cuando Jacinto se
enamora de Aminta y llora en solitario sus penas amorosas comparándose con la
desdichada Dido abandonada por Eneas.
En “El castigo de la miseria” los cantos entonados por la criada Marcela apuntan a
las penas de amor, que provoca la muerte: “De la pena mía / ríe lisonjero, / y aunque
ve que muero, / no tiene piedad” (Zayas Sotomayor 259).

14. Lírica intercalada
• El amor y los celos consumen a los amantes y provocan su muerte: “y si de
matarme gustas, / acaba, mátame presto; / pero si celosa vivo, / ¿para qué
otra muerte quiero?” (Zayas Sotomayor 270).
• Las penas de amor y el deseo de muerte afectan a damas y galanes. Por
ejemplo, en “Al final se paga todo” el enamorado Gaspar recita unos
poemas tras no haber podido estar con su amada doña Hipólita: “Ven,
Muerte, ¿por qué tardas?, / que vivir con desdichas es desgracia” (Zayas
Sotomayor 426).
• En “El juez de su causa” la hechicera Claudia (que se viste de hombre y se
hace llamar Claudio para alejar a don Carlos de su amada Estela) también
canta sus penas provocadas por el desamor: “ Con su dicha se alegre el
venturoso / y con su prenda el victorioso amado / y el que amare
imposibles, cual yo, muera” (Zayas Sotomayor 490).

15. Desmayos

16. Recapitulación: amor y
muerte
En conjunto, amor y muerte se
encuentran unidos: “Zayas teje la
muerte en sus historias de amor,
identificando a Eros y Tánatos como
pulsiones que actúan en diferentes
grados en la mayoría de sus
narraciones. El amor se desvanece, o se
dirige a otra persona, y una y otra vez
trae la muerte a su paso” (Greer 272).

17. El suicidio
• El suicidio en la época de la autora se consideraba por
una parte como un acto de heroísmo y por otra como
una muerte pecaminosa: “A nivel popular tenía
connotaciones muy negativas relacionadas con la
vergüenza, la deshonra y el ultraje, hasta el punto de que
los suicidas no eran enterrados en el camposanto”
(Zamora Calvo 119).
• En el libro solo se consuma el suicidio en “Aventurarse
perdiendo”, donde la prima de don Félix, Adriana, se

18. Intentos de
suicidio
• En La burlada Aminta Martín salva a la
protagonista del suicidio. Aminta acaba de
descubrir su deshonra al ser abandonada por
Jacinto (Francisco) y su amante Flora. La
ciudad la culpa a ella además de la
desgraciada muerte de la criada y su única
solución es quitarse la vida: “No hay que
replicar: pierda la vida quien perdió el honor”
(Zayas Sotomayor 234). Cuando está a punto
de suicidarse con un cuchillo Martín entra en
su cuarto y Aminta se desmaya.
• “Al final se paga todo”: doña Hipólita
descubre horrorizada a su amado don Gaspar
muerto en el baúl donde se había escondido
para no ser descubierto y en ese momento:
“tuve la determinación de quitarme la vida
con la misma daga de mi amante, a imitación
de Tisbe, y lo hiciera si no entrara a este punto
mi criada” (Zayas Sotomayor 431).

19. Intentos de
suicidio
• La despechada Claudia en “El juez de su
causa” tras ver cómo su amado Carlos
pretende huir con Estela tiene intención de
quitarse la vida: “Yo le diré mañana a don
Carlos quién soy, y luego me daré muerte,
pues mejor es morir de una vez que no de
tantas” (Zayas Sotomayor 492).
• En “El jardín engañoso” el abnegado
esposo don Carlos está dispuesto a
inmolarse para salvar su honra,
sacrificándose y accediendo a que
Constanza cumpla la promesa que le hizo a
don Jorge de acceder a su amor si aparecía
un jardín: “diciendo esto sacó la espada y
fuésela a meter por los pechos, sin reparar
que con tan desesperada acción perdía el
alma” (Zayas Sotomayor 530).

20. La reparación de la honra mediante el
asesinato
• Amor y honor representaban valores morales
importantes en la sociedad española del siglo
XVII.
• Las mujeres de las Novelas amorosas y
ejemplares se entregan al amor en cuerpo y
alma, y cuando son engañadas se vengan de
manera sangrienta. En ellas no aparece el tipo
de mujer varonil, pero su feminismo “se
convierte en conducta y fuerza masculina
cuando el honor o el amor las acucia a salir en
defensa de uno o de ambos” (Vasileski 1972).
• Las motivaciones de las transgresiones en las
novelas de María de Zayas suelen ser el amor
y los celos. No obstante, estas transgresiones y
la venganza femenina ya aparecían en otras
obras (Boccaccio, Bandello).

21. La reparación de la honra mediante el
asesinato
• En “La burlada Aminta” la protagonista, disfrazada de
hombre, mata de forma violenta primero a su amante
Jacinto / Francisco y luego a su cómplice Flora.
• En esta novela don Martín intenta reparar su honor
proponiéndole matrimonio, pero Aminta pretende
convertirse en el brazo ejecutor de la venganza: “no se
ha de conseguir vuestro deseo hasta que yo quite la
vida a este traidor, para lo cual no quiero otra cosa
sino que me acompañéis” (Zayas Sotomayor 236).
• Poco después ve cumplida su sed de venganza:
“sacando la daga la metió al traidor don Jacinto por el
corazón dos o tres veces, tanto que el quejarse y
rendir el alma fue todo uno (…) y volviéndola a dar
otras tres o cuatro puñaladas por los pechos, envió su
alma a acompañar la de su amante” (Zayas Sotomayor
244, 245).

22. La reparación de la honra mediante el
asesinato
• Otra mujer vengadora es doña Hipólita en “Al final
se paga todo”. Tras ser engañada por don Luis, que
se hace pasar por su esposo para yacer con ella, coge
su daga y se va a donde está don Luis: “como ya
había cumplido sus deseos, dormía su apetito sin
darle cuidado. Y apuntándole al corazón, de la
primera herida dio el alma, sin tener lugar de pedir a
Dios misericordia de ella; y luego, tras esto, le di
otras cinco o seis puñaladas, con tanta rabia y
crueldad como si con cada una le hubiera de quitar la
infame vida” (Zayas Sotomayor 439).
• En “El jardín engañoso” Constanza pide a su esposo
don Carlos que le quite la vida, pues ha mancillado
su honor: “si quieres tener honra y que tus hijos la
tengan, y mis nobles deudos no la pierdan, sino que
tú se la des, conviene que al punto me quites la vida,
no porque a ti ni a ellos he ofendido, mas porque
puse precio a tu honor” (Zayas Sotomayor 530).

23. La muerte de los
padres
• Si las protagonistas del marco de las
Novelas tienen una madre (la madre de
Lisis, Laura), el padre está ausente. Por el
contrario, en las historias es al revés, a
muchas figuras femeninas les falta la
protección materna (Albers 230).
• En “Aventurarse perdiendo” Jacinta
comienza su relato señalando sus orígenes,
especialmente la ausencia de su madre:
“faltó mi madre al mejor tiempo, que no fue
pequeña falta, pues su compañía, gobierno y
vigilancia fuera más importante a mi
honestidad que no los descuidos de mi
padre” (Zayas Sotomayor 179).
• En “La burlada Aminta” la protagonista
queda huérfana, y es adoptada por su tío.

24. La muerte de los padres
• Greer interpreta la ausencia de la madre en clave
freudiana en “Aventurarse perdiendo”: “La heroína de la
primera novela de Zayas identifica la pérdida de su
madre como el detonante de su historia de deseo y
reconoce su inicio como una herida física” (Greer 272).
De ahí el sueño con el joven que le atraviesa el corazón.
• En “El prevenido engañado” el protagonista, don
Fadrique, pierde a sus padres siendo mozo. La muerte de
la madre en el parto deja a Laura sin figura materna,
“quedando su padre por gobierno y amparo de los tres
gallardos hijos” (Zayas Sotomayor 345).
• La muerte del padre en “El desengaño amando” es la
causa de que don Fernando lleve una vida licenciosa: “al
mejor tiempo le faltó su padre, siendo el descuido de su
madre en esa ocasión mayor que debiera” (Zayas
Sotomayor 374).

25. Asesinatos, ejecuciones y muertes
naturales

26. Asesinatos, ejecuciones y muertes
naturales
• El protagonista de “El prevenido engañado” mata al esposo de una de sus amantes
durante su estancia en Italia.
• Asesinato fratricida provocado por los celos es el de Jorge hacia su hermano
Federico, tras ser engañado por Teodosia al afirmarle que su amada Constanza ama
a Federico: “sacando don Jorge la espada, llamándole robador de su mayor
descanso y bien, sin darle lugar a que sacase la suya, le dio una tan cruel estocada
en el corazón que la espada salió a las espaldas, rindiendo a un tiempo el
desgraciado Federico el alma a Dios y el cuerpo a la tierra” (Zayas Sotomayor

27. Asesinatos, ejecuciones y muertes
naturales
• En “Al final se paga todo” el criado mata a don Gaspar para robarle las joyas que este a su vez le
había sustraído a doña Hipólita. El sirviente recibe por castigo la horca: “estando ya al pie de la
horca, confesó que merecía aquel castigo por haber muerto camino de Lisboa a su señor don
Gaspar” (Zayas Sotomayor 444).
• Ajusticiados también resultan el noble Arnesto, que atosiga a doña Blanca, junto con su
compañero: “estando ella firme en pedir justicia, antes de ocho días la hicieron de los dos,
degollando al uno y ahorcando al otro” (Zayas Sotomayor 458).
• La misma suerte corren el violento moro Amete y la traidora Claudia, cuando Jacimín, hijo del rey
de Fez, salva a Estela de ser violada por el moro, siendo ambos ajusticiados: “por el atrevimiento
y desacato de Amete, fue condenado a muerte él y Claudia. Y ese mismo día, sin que bastasen
favores ni dineros, con ofrecer su padre muchos, fueron los dos empalados, muriendo Claudia tan

28. Asesinatos, ejecuciones y muertes
naturales
• En algunas novelas los personajes tienen una muerte natural, no producida por asesinato. En “El
prevenido engañado” Fadrique, cambia su opinión negativa sobre las mujeres, perdona la
infidelidad de su esposa Gracia y poco después muere: “Cuando murió, por no quedarle hijos,
mandó su hacienda a doña Gracia” (Zayas Sotomayor 340).
• Don Pedro, el marido de Hipólita en “Al final se paga todo” muere tras una enfermedad
sobrevenida por una gran tristeza al no aceptar su esposa volver con él: “antes de un año murió,
dejando a su mujer heredera de toda su hacienda, de quien no se tenía por ofendido” (Zayas
Sotomayor 444).
• En “Al final se paga todo” los felices don Rodrigo y Leonor viven muchos años de felicidad como
casados, hasta que les llegó su hora: “murió doña Leonor primero que su marido, si bien se
llevaron el uno del otro pocos meses” (Zayas Sotomayor 482).

29. La muerte en sueños, la muerte falsa
• En varias Novelas las cartas contienen falsas noticias o manipuladas
acerca de la muerte de uno de los protagonistas. Así sucede en
“Aventurarse perdiendo”, donde el padre de Jacinta, deseoso de vengar
la muerte de su hijo y de impedir el amor entre Jacinta y don Félix,
hace llegar a ésta una carta falsa anunciando la muerte del caballero.
• En “Aventurarse perdiendo” la protagonista tiene un sueño en el
que recibe una carta de su amado Félix que se encuentra en una
empresa militar. Al abrir la caja descubre horrorizada que ésta contiene
la cabeza de su esposo. En realidad este es un sueño premonitorio,
porque al día siguiente recibe la noticia de la muerte de su amado en
un accidente en el mar: “en una de estas iba mi don Félix, armado de
unas armas dobles, causa de que cayendo en la mar, no volvió a
parecer más” (Zayas Sotomayor 201).

30. La muerte en sueños, la muerte falsa
• La caja se asocia a lo onírico y el mundo del subconsciente: “el
símbolo de la caja de joyas, conteniendo la cabeza y, por lo tanto, la
vida del ser más amado de Jacinta, pudiera muy bien ser usado por
cualquier autor moderno familiarizado con la escuela psicoanalítica”
(Vasileski 75).
• El italiano Otavio, amante de doña Juana, se le aparece tras hacer ésta
un conjuro: “vio entrar por ella, cargado de cadenas y cercado de
llamas de fuego y dando temerosos suspiros, a Otavio” (Zayas
Sotomayor 387). Este le dice que debe salvar su alma y que él había
muerto al salir de una casa de juego. Ella entonces decide ingresar en
un convento.

31. La muerte en sueños, la muerte falsa
• En “El imposible vencido” doña Leonor, desposada con don Alonso al creer
que su amado don Rodrigo se ha casado en Flandes, cae fulminada al verlo
cuando este regresa a Salamanca. Creen que ha muerto: “los médicos,
haciéndole mil diligencias y remedios sin provecho ya con unturas y
fomentos, ya con crueles garrotes, cansados de atormentarla, declararon que
era muerta” (Zayas Sotomayor 473).
• Posteriormente don Rodrigo visita la bóveda mortuoria donde está el cuerpo
de su amada Leonor. De rodillas, el protagonista pide la vuelta a la vida de su
amada y el milagro se produce: “Pues apenas acabó don Rodrigo de pedir con
piadoso y devoto afecto, cuando fue oído con misericordia, porque sintiendo
ruido en el ataúd en que estaba doña Leonor volvió la cabeza y vio que,
alzando la dama las manos, se las puso en el rostro con un ¡ay! muy
debilitado” (Zayas Sotomayor 475).
• Esta novela “es una fantasía de amor narrada por un narrador masculino que
vence al enemigo supremo, la muerte” (Greer 273).

32. La muerte en sueños, la muerte falsa
• En “La fuerza del amor” don Diego, tras intentar que su esposa Laura vuelva con
él y no conseguirlo, se va a la guerra y allí “le voló una mina” (Zayas Sotomayor
369).
• En “Al final se paga todo” doña Hipólita, tras muchos intentos frustrados,
consigue un encuentro amoroso con don Gaspar. Sorprendidos por don Pedro,
esposo de doña Hipólita, el amante se esconde en un baúl, pero la tardanza de don
Pedro en abandonar la casa provoca la muerte de don Gaspar dentro del arcón: “
viéndole en fin, que no bullía pie ni mano, le puse desatentadamente la mano
sobre la boca, y asegurada de mi desventura, sintiéndole falto de aliento, en esto y
e: n verle frío, me aseguré de todo punto que estaba ahogado” (Zayas Sotomayor
430). Poco después se descubre que don Gaspar no había muerto: “Abrieron el
baúl, y sacando de él a don Gaspar, le echaron sobre una cama y desnudaron; y

33. Otros escenarios de la muerte
Los exorcismos aparecen en varias
Novelas. En ocasiones se basan en
prácticas crueles que sacrifican animales,
como en “El castigo de la miseria” donde la
falsa Marcela y su novio hacen creer al
desdichado don Martín que un demonio le
revelará el paradero de doña Isidora. Para
ello maltratan a un gato, que termina por
morir: “y el gato que trajeron de la calle,
donde estaba abrasado y muerto” (Zayas
Sotomayor 287).
Escena grotesca es la del encuentro
amoroso entre doña Beatriz, virtuosa
dama viuda y su amante negro en “El
prevenido engañado”, donde don Fadrique
contempla estupefacto los requiebros
amorosos de la viciosa protagonista al
agonizante negro: “¿Qué me quieres,
señora? Déjame ya, por Dios. ¿Qué es esto,
que aun estando yo acabando la vida me
persigues? No basta que tu viciosa
condición me tiene como estoy, sino que
quieres que, cuando ya estoy en el final de
mi vida, acuda a cumplir tus viciosos
apetitos” (Zayas Sotomayor 310).

34. Otros escenarios de la muerte
En “La fuerza del amor” Laura se va a un depositorio de cadáveres
buscando los dientes y la barba de un ahorcado para que una hechicera
le devuelva el amor perdido de su marido. El lugar es descrito así:
“Tiene el humilladero estado y medio de alto, el suelo es una fosa de
más de cuatro en hondura (…) hay puestos por las paredes garfios de
hierro, en los cuales, después de haber ahorcado en la plaza los hombres
que mueren por la justicia, los llevan allá y cuelgan en aquellos garfios;
y como los tales se van deshaciendo, caen los huesos en aquel hoy que,
como está sagrado, les sirve de sepultura” (Zayas Sotomayor 365).

35. Otros escenarios de la muerte
• Los hechizos de Lucrecia hacia su amante don Fernando consisten en tener
encerrado un gallo en un arca, que simboliza al galán, y sus anteojos
mantienen al caballero lejos de su esposa y enamorado de la hechicera.
• Cuando Lucrecia se ve acorralada decide dar fin a su vida: “sacando de un
escritorio una figura de hombre hecha de cera, con un alfiler grande que tenía
en el mismo escritorio, se le pasó por la cabeza abajo, hasta escondérsele en el
cuerpo, y fuese a la chimenea y echóla en medio del fuego; y luego llegó a la
mesa, tomó un cuchillo y con la mayor crueldad que se puede pensar, se le
metió por el corazón, cayendo junto a la mesa muerte” (Zayas Sotomayor
404).
• Una vez que se terminan los hechizos don Fernando enferma y se va
consumiendo poco a poco: “Finalmente, se llegó la hora de su muerte, y
recibidos los sacramentos con mucho dolor y contrición de sus pecados, dio su
alma a su Criador, sin habérsele hallado otro mal, más que consumido y
acabado de los hechizos” (Zayas Sotomayor 406). Será el marqués Sancho

36. Otros escenarios de la muerte
• En “El jardín engañoso” el demonio le promete al desesperado don
Jorge que le concederá el jardín que le pide su amada Constanza a
cambio de su alma: “mándame el alma -dijo el demonio- y hazme una
cédula firmada de tu mano de que será mía cuando se aparte del
cuerpo” (Zayas Sotomayor 528).
• Al firmar el pacto con el diablo don Jorge condena su alma y al final la
aparente actuación bondadosa del diablo lo que encubre es “a un
demonio malhumorado, desconcertado y derrotado ante una situación
que le desborda, con la que esta autora escenifica una realidad muy
española: la tensión da lugar a un caos excéntrico y disparatado, ante el
cual hasta el diablo se queda aturdido y trastocado” (Zamora Calvo
122).

37. Conclusiones
La muerte es uno de los ejes temáticos centrales de las Novelas amorosas y ejemplares de María de
Zayas y Sotomayor.
Se representa de formas variadas:
• De forma violenta como venganza de la honra
• Asociada de manera metafórica a los efectos del amor
• La pérdida de los padres como desencadenante de la infelicidad
• El intento de suicidio
• El asesinato
• La muerte natural
• La muerte asociada a lo onírico, al demonio o los hechizos
Esta multiplicidad de puntos de vista se asocia al espíritu barroco de la acumulación, los excesos y el
contraste.

38. Referencias bibliográficas
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contexto literario-cultural. Madrid: Ed. Iberoamericana, 2009.
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transgresión. María de Zayas en su contexto literario-cultural. Edición de Irene Albers y Uta
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BUCK, Anna-Sophia. “Triste estáis, dueño querido…” Presencia y función del discurso
melancólico en las Novelas amorosas y ejemplares y en los Desengaños amorosos de María de
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Edición de Irene Albers y Uta Felten. Madrid: Ed. Iberoamericana, 2009, pp. 177-188.
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París, Iberoamericana Vervuert, 2010, 60-65.

39. Referencias bibliográficas
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María de Zayas en su contexto literario-cultural. Edición de Irene Albers y Uta Felten. Madrid: Ed.
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y ejemplares. Edición de Javier Espejo Surós y Carlos Mata Induráin. Pamplona, Servicio de
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MICOULEAU, Mélissa. “Mujeres violentas y feminismo: La burlada Aminta y venganza del honor de
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OLIVARES, Julián. “Introducción”. Novelas amorosas y ejemplares. Madrid: Cátedra, 2022.
ZAMORA CALVO, Mª Jesús. “El diablo burlado en El jardín engañoso de María de Zayas”. Atalanta,
9/2, 2021, 109-126.
ZAYAS SOTOMAYOR, María. Novelas amorosas y ejemplares. Madrid: Cátedra, 2022.

40. FIN